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“Tenemos que traducir en un marco jurídico adecuado, las necesidades que las mujeres demandan”, agregó.
Las reformas a la Ley Agraria, dijo, tienen el propósito de establecer principios de igualdad entre hombres y mujeres para la elección de sus dirigentes en el ámbito ejidal y la representación en cargos políticos de la administración pública, que manejen y regulen lo relativo al sector agropecuario.
Al detallar su propuesta, destacó que en la legislación actual la presencia de las mujeres en las autoridades ejidales no existe como tal, y la historia no marca su presencia tampoco en la administración pública federal en la materia.
Los cambios en la ley, obedecen a las demandas de las mujeres por una participación más activa en las decisiones y en la dirección en las autoridades ejidales, lo que permitirá que tengan voz y voto, y no solamente se cuente con el trabajo permanente que realizan, aseguró.
Dio a conocer que según estadísticas del INEGI el hombre ejidatario ha dejado de ser el único proveedor del hogar y el total de ejidatarias corresponde a un 25.3 por ciento de un 73.3 por ciento de la ocupación campesina que existe.
En importancia, siguen otros parientes con 18.3 por ciento, donde predominan los hijos e hijas; en el 17.5 por ciento la ejidataria y su esposo sostienen el hogar, seguida por la ejidataria y otros parientes.
En suma, señaló, poco más del 60 por ciento de las ejidatarias contribuye con los ingresos del hogar.
Por lo tanto, a pesar de que el Artículo 12 de la Ley Agraria enuncia que los hombres y mujeres son titulares de derechos ejidales, la legisladora estimó importante que a la mujer campesina se le dé un mayor reconocimiento, respecto del manejo y administración de las mismas.
La iniciativa que reforma diversos artículos a la Ley Agraria se turnará a las comisiones de Reforma Agraria y de Estudios Legislativos.
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