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Al respecto, el senador Ernesto Cordero Arroyo, presidente de la Mesa Directiva, explicó que con la firma del acuerdo los institutos Belisario Domínguez (IBD) y el Federal de Estudios Parlamentarios de Argentina lograrán profesionalizar su trabajo y mantener la memoria legislativa en sus respectivos congresos.
Hizo notar la importancia de fortalecer la estructura del IBD, debido a que nuestro país tiene que organizar la reunión de parlamentarios del G-20, que se realizará en el Senado mexicano el próximo mes de abril, por lo que tiene que ser una reunión lo más productiva posible, que refleje los intereses de la región.
“Por eso --subrayó-- son importantes esos institutos y debemos compartir con ustedes experiencias, no solamente en la parte sustantiva y temática, sino también en la parte de organizarse, pues para nosotros es verdaderamente importante”.
En tanto, el vicepresidente de la República de Argentina y presidente del senado de ese país, Amado Boudou, aseguró que con la firma del pacto el fortalecimiento de las instituciones democráticas tendrá “un nivel de profesionalización cada vez mayor”.
Consideró que el convenio tiene que ver con el futuro de amabas naciones y en su historia común, por lo que agradeció el apoyo que México ha brindado a los argentinos en momentos “oscuros y difíciles”.
A su vez, el senador Emilio Gamboa Patrón, presidente de la Junta de Coordinación Política, dijo es necesario el intercambio de investigación parlamentaria, ya que se requiere que el Instituto Belisario Domínguez cuente con “un cuerpo colegiado que ayude a las senadoras y senadores en su trabajo y operación legislativa”.
Se está haciendo --agregó-- un esfuerzo para darle mayores instrumentos y fortaleza a este órgano, a fin de profesionalizar más el trabajo legislativo en la Cámara de Senadores.
En su turno, el senador perredista Miguel Barbosa Huerta, titular del Instituto Belisario Domínguez, explicó que con este convenio ambos órganos legislativos podrán intercambiar proyectos de investigación y colaboración, a fin de auxiliar a los grupos parlamentarios en su tareas.
Infirmó que el Instituto a su cargo se encuentra en “un profundo rediseño”, con el objetivo de hacerlo “más útil y su asesoría sea más eficaz en el día a día del Senado de la República”, pues “el diseño de un sistema de información debe correr a cargo de investigadores y no de políticos”.
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