Para prevenir los devastadores efectos del cambio climático que se pronostican, es urgente que el Gobierno Federal establezca planes de contingencia para reaccionar de inmediato ante la escasez de agua, sobre todo en la frontera norte, donde cada vez habrá menos abasto para cumplir con las necesidades de la población de los estados colindantes de Estados Unidos y México, alertaron los senadores panistas Silvia Guadalupe Garza Galván y Víctor Hermosillo y Celada.
Los legisladores por los estados de Coahuila y Baja California, respectivamente, señalaron que se debe asegurar que todos los equipos de bombeo del país que maneja la Comisión Nacional del Agua tengan medidas de ahorro, que sean eficientes en la cuestión energética y que se tecnifiquen los sistemas de riego en ambos lados de la frontera norte.
También coincidieron en que esto es importantísimo, porque Israel, con mucha menos agua que nosotros, produce nueve veces más productos del campo, por lo cual se tiene que retomar modelos que no se necesita inventarlos, “pero necesitamos acciones contundentes”, indicaron.
La senadora Silvia Guadalupe Garza Galván, presidenta de la Comisión Especial de Cambio Climático del Senado refirió que expertos del Panel Intergubernamental de Cambio Climático advierten que si no se toman medidas contundentes a tiempo, los efectos que va a enfrentar la humanidad en el Siglo XXI a causa de ese fenómeno “no son nada prometedores”.
Comentó que el Banco Mundial pronosticó recientemente que en el caso de la región norte del país, en los próximos 15 años las zonas desérticas se van a ir extendiendo y México tendrá unos tres millones de pobres más a causa de las extremas temperaturas, situación que habla que tendremos menos lluvia y por eso debemos prepararnos para enfrentar el problema.
Otro problema, dijo, es que los citados expertos de otro fenómeno muy importante y que no se está midiendo en México, y es el referente al desplazamiento o la migración a causa de falta de agua, para lo cual hay que estar preparados, porque cada vez más las sequías serán más prolongadas y habrá menos agua.
“Si ya sabemos lo que viene, debemos prepararnos en ambos países para ver cómo vamos a solucionar este problema de manera eficaz. Me causa terror saber cómo a través de los sistemas de riego se desperdician millones y millones de litros de agua. Urgen planes de contingencia para poder enfrentar ese terrible fenómeno que enfrenta la humanidad y que cada día avanza más porque no estamos haciendo acciones contundentes para evitarlo y mantenernos en los dos grados centígrados de temperatura y no rebasar esos dos grados”, indicó.
El senador Víctor Hermosillo y Celada, integrante de la Comisión de Recursos Hidráulicos del Senado señaló que en el caso del Tratado de Aguas de 1940 del Río Bravo, es un convenio que para los bajacalifornianos no se debe modificar, porque son beneficiarios de una importante cantidad de agua, pero si hay un cambio, éste sería muy desventajoso, debido a que han cambiado mucho las condiciones de estados norteamericanos como Nevada, Arizona, Nuevo México, California, Baja California y Sonora.
Explicó que ese Tratado se estableció sobre las aguas del Río Colorado por un lado y por otro las aguas del Río Bravo, que son dos cuencas diferentes y no están interconectadas, es decir, el agua que se aporta de un lado no se puede pasar al otro, y por eso el estado de Chihuahua reclama y cuestiona por qué los bajacalifornianos aportan una tercera parte del afluente de los ríos mexicanos al Río Bravo para que se use del lado de Estados Unidos, cuando deben entender que así se firmó ese convenio.
Aunado a esto y al cambio climático, agregó Hermosillo y Celada, en los últimos años se han venido registrando bajos volúmenes de agua en las presas, y a pesar de que para este año en el Río Bravo está asegurado el abasto, coincidió con la senadora Garza Galván en que de parte del Gobierno debe haber planes de contingencia y, si se raciona el vital líquido, tener respuestas inmediatas.
Insistió en que el problema ha sido siempre la distribución y el uso del vital líquido a lo largo de la frontera norte y, al mismo tiempo, también por el crecimiento significativo que ha registrado la población y que de ambos lados dependen del agua de los dos ríos mencionados, junto con el aumento de las áreas de cultivo, y por eso el agua se tiene que usar muy bien para que alcance.
Para finalizar, los senadores Silvia Guadalupe Garza Galván y Víctor Hermosillo y Celada coincidieron preocupados que “la estadística dice que no se vislumbran años húmedos y lo más probable es que el resultado sea que habrá menos agua y por eso se hacen más necesarios los planes de contingencia, para que en el caso del lado del Río Colorado, con menos agua poder cumplir todas las necesidades que se tienen, y en la cuenca del Río Bravo si no hay agua, pues no se va a poder cumplir con los requerimientos de los estados colindantes de Estados Unidos”.
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