La reforma energética del Presidente Enrique Peña Nieto representa un cambio de paradigma en la política de explotación de los hidrocarburos y la generación de energía en el país, afirmó el senador Ascención Orihuela, al resaltar que el Ejecutivo ha tomado la decisión más importante del Siglo XXI.

Al externar el voto a favor durante la discusión en lo general del primer dictamen de las leyes en materia energética, destacó que la propuesta tiene como principal objetivo, al igual que en la época de Lázaro Cárdenas, hacer de México un mejor lugar para vivir.
Subrayó que la reforma en todos y cada uno de sus artículos, respeta la soberanía nacional y establece que Pemex y CFE, sus empresas productivas, subsidiarias y filiales, así como todos los recursos del subsuelo, seguirán siendo de todos los mexicanos.
Dijo que no debe ser motivo de preocupación, ya que se reafirma la rectoría del Estado en este sector estratégico del desarrollo nacional y se apuntala la modernización de la industria a las necesidades del mundo actual.

Esta legislación nos permitirá transitar hacia un modelo en donde las empresas productivas del Estado podrán celebrar contratos y convenios con terceros, entre ellos con empresas extranjeras, siempre en un marco de legalidad y procurando el bienestar superior de México, manifestó el senador priista por el estado de Michoacán.
En tribuna, Orihuela manifestó que los priistas con responsabilidad, convicción y sin miedos asumen el compromiso de transformar de manera profunda, la realidad del sector energético y, en consecuencia, las condiciones de progreso y desarrollo de México.
“La propuesta se sustenta en un claro diagnóstico que muestra la necesidad inminente de un cambio legal e institucional, que habrá de mantener los principios fundamentales que han regido al sector desde 1938, pero que deberá establecer los cambios que permitan mayor eficiencia, productividad y por ende un mejor crecimiento del sector”, añadió.
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