La vicecoordinadora del Grupo Parlamentario del PRD en el Senado, Dolores Padierna Luna aseguró que la orden ejecutiva anunciada por Barack Obama -que evitará la deportación de alrededor de 4.5 millones de inmigrantes-, no significa una amnistía ni un programa de regularización migratoria, ya que no proporcionará un permiso de residencia a quienes se acojan a ella, lo cual significa que no podrán acceder a la ciudadanía.
“Aunque la medida anunciada por el presidente estadounidense es la más amplia después de la reforma migratoria de 1986, las personas que cumplan los requisitos sólo podrán obtener permisos de trabajo por un periodo de 3 años, liberándose así de la amenaza de la deportación durante ese tiempo”, añadió.
Padierna Luna afirmó que si bien el alcance es modesto, esta orden ejecutiva demuestra la influencia que ha adquirido la comunidad hispana, en particular la mexicana, que se ha movilizado de manera continua durante los últimos años para alzar su voz y exigir el cese de las deportaciones, así como advertir sobre los graves riesgos de continuar separando familias. “La administración de Barack Obama ha expulsado en el último lustro a más de dos millones de personas en situación irregular a México, Centro y Sudamérica, principalmente”.
“Este logro es significativo para las y los connacionales que residen en Estados Unidos sin documentación migratoria, para millones de personas que por años han permanecido ocultas, temerosas de ser descubiertas y expulsadas; población que ha dedicado toda una vida de trabajo y empeño en sacar adelante a sus familias en ambos lados de la frontera, que aportan en gran medida a la economía del país donde residen y de México, a través del envío de remesas. Para todos ellos nuestro reconocimiento porque nos han demostrado que la cohesión en torno a un objetivo común y la perseverancia, materializan la esperanza”, aseveró.
A consideración de la legisladora perredista este anuncia nos obliga como parte del Poder Legislativo a impulsar mayores acercamientos con nuestros homólogos estadounidenses que nos permitan incidir, sin intromisiones pero con decisión, en una agenda común que nos permita integrar esquemas más humanos de movilidad de las personas entre ambos países.
“También, nos exige a seguir empujando mejores condiciones sociales y económicas en México para que los connacionales encuentren en nuestro país la prosperidad y el bienestar que buscan allende nuestras fronteras”, concluyó.
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