Intervención del senador Miguel Ángel Chico Herrera, para fijar el posicionamiento del Grupo Parlamentario del Partido Revolucionario Institucional, en la Reunión de Trabajo de los integrantes de la Primera Comisión de la Comisión Permanente, con Monte Alejandro Rubido García, Comisionado Nacional de Seguridad; y Mariana Benítez Tiburcio, Subprocuradora Jurídica y de Asuntos Internacionales de la Procuraduría General de la República, efectuada en el salón Protocolo de la Honorable Cámara de Diputados, el martes 20 de enero de 2015.
Muchas gracias, diputada presidenta.
Quiero agradecer en nombre de los legisladores del PRI la presencia y disposición del comisionado Monte Alejandro Rubido; y de la subprocuradora Mariana Benítez, quienes hoy nos acompañan para analizar e intercambiar opiniones con el Poder Legislativo, respecto a la situación que guarda la seguridad en nuestro país. Sean muy bienvenidos.
También el grupo parlamentario del PRI reconoce al Gobierno de la Republica el gran esfuerzo que se ha hecho en materia de seguridad.
Quienes nos encontramos en este salón, sabemos que la seguridad como tarea fundamental del Estado democrático y federal, compete a los tres órdenes de gobierno, por ello resulta oportuno tener en el contexto de esta reunión, que la prevención de los delitos, así como la investigación y persecución para hacer efectiva la justicia, demanda el compromiso y la corresponsabilidad de las distintas autoridades, tal como lo mandata nuestra Carta Magna.
Como se ha dicho en diversas ocasiones, no se trata de diferenciar competencias, sino insistir en la trascendencia del trabajo en equipo, para alcanzar mejores resultados en favor de la ciudadanía. Nos pronunciamos en contra de politizar la seguridad.
México enfrenta un episodio de su historia, donde la violencia en sus diversas expresiones se ha convertido en un gran desafío importante en materia de seguridad. Pretender omitirlo sería incongruente por parte de quienes buscamos transformar a esta gran República.
Sociedad y gobierno tenemos mucho por hacer para alcanzar niveles de seguridad, que permitan un entorno óptimo para el desarrollo de las actividades económicas, esas que nos propulsen a un mayor crecimiento y podamos así aminorar con éxito la grave brecha de desigualdad que persiste en toda la región de América Latina.
Por lo que corresponde al Poder Legislativo, hemos impulsado y aprobado leyes que permitan generar dentro del marco del irrestricto respeto a los derechos humanos, el ejercicio de las tareas de los cuerpos de seguridad.
Ahí están las nuevas facultades del Congreso para legislar sobre los delitos de secuestro y trata de personas, mecanismos alternativos de solución de controversias, así como para que las autoridades federales puedan conocer de los delitos del fuero común, cuando éstos tengan conexidad con delitos federales o contra periodistas, entre otros tan importantes, como el nuevo Código Nacional de Procedimientos Penales; sin embargo, combatir el fenómeno de la violencia requiere persistencia, unión de fuerzas, compartir información y particularmente tener una meta común: lograr un México en paz y con orden. Vamos en la ruta correcta, los datos así lo revelan.
Por el contrario, quienes abanderan la justicia mediante el ejercicio de la violencia, no solamente son víctimas de un ideario reaccionario, que no propone sino destruye; además, laceran una y otra vez al régimen de instituciones, que legítimamente como sociedad nos hemos dado y que ciertamente reconocemos es perfectible.
El derecho como actividad y la justicia como ideal tienen un punto de encuentro, proteger y resguardar la seguridad de los individuos y de su patrimonio.
Cuando en una gráfica se alejan ambos factores, algo estamos haciendo mal.
En el PRI estamos convencidos que la seguridad mediante el uso legítimo de la fuerza enmarcada en la ley, es la acción primaria del gobierno para devolver a los mexicanos un territorio donde se puedan llevar a cabo las actividades cotidianas con tranquilidad.
Advertimos que como en todo régimen plural hay voces que critican las tareas de las autoridades encargadas de la administración y procuración de justicia, pero también observamos que en el discurso no son congruentes con sus acciones.
Por ello, el grupo parlamentario del PRI, los priistas, celebramos que en la casa de la representación del pueblo se intercambien ideas y opiniones con honestidad, libertad y respeto, para sumar y aportar ideas que nos permitan salir avante como nación, a propósito de la seguridad.
Nos congratulamos de contar con instituciones fuertes, como la Comisión Nacional de Seguridad y la Procuraduría General de la República, porque son instrumentos fundamentales para preservar las libertades, el orden social y la paz, aun en escenarios donde resulte evidente la manifestación de intereses ajenos a la República, que pretenden alcanzar fines contrarios a los valores de la democracia.
Dicho lo anterior, no omito agradecer al señor comisionado y a la señora subprocuradora su presencia en este recinto parlamentario.
En el PRI reconocemos su apertura para tratar los temas derivados de sus funciones, que en mucho fortalecen las relaciones entre los Poderes Ejecutivo y Legislativo.
Muchas gracias.