• Modificar formatos, crear comités de ética, publicar listas de proveedores, impulsar la ventanilla única digital, hacer certificaciones por exóticos centros de control de confianza es pura demagogia
• El Poder Legislativo debe tener mayores facultades de control, supervisión y de sanción con relación a las acciones de los otros dos poderes
La vicecoordinadora del Grupo Parlamentario del PRD en el Senado, Dolores Padierna Luna advirtió que el nombramiento del nuevo secretario de la Función Pública y las acciones plateadas por el Ejecutivo federal, sólo son respuestas mediáticas al profundo cuestionamiento por parte de la sociedad y los medios de comunicación, nacionales y extranjeros, sobre la conducta de Peña Nieto, su esposa, y otros altos funcionarios de su gobierno.
"Peña Nieto y el PRI tratan de salirle al paso, seguramente les preocupa que el proceso electoral que ya está en curso. La credibilidad y legitimidad del gobierno van en caída libre, todas las mediciones así lo dicen, el sentir popular así lo expresa", añadió.
A consideración de la legisladora perredista, el problema no sólo es de percepción; la fuerza de la opinión pública y el descrédito los obligan a proponer medidas sin sustancia y burocráticas.
"La corrupción en México está institucionalizada, es parte de un sistema político autoritario que se sustenta, entre otras cosas, en la promoción de los negocios al amparo del poder político y la impunidad", subrayó.
Afirmó que las acciones propuestas no dicen nada, son huecas, son puras acciones burocráticas y sin sustancia. "Modificar formatos, crear comités de ética, publicar listas de proveedores, impulsar la ventanilla única digital, hacer certificaciones por exóticos centros de control de confianza es pura demagogia".
"Si hubiera voluntad real, se caminaría en otra ruta. Deberíamos tener un fiscalizador y un procurador verdaderamente autónomos, independientes, sin vínculos ni subordinación al Poder Ejecutivo. El Poder
Legislativo debe tener mayores facultades de control, supervisión y de sanción con relación a las acciones de los otros dos poderes", sentenció.
Padierna Luna insistió en la necesidad de otorgarle mayor poder de control y vigilancia a la sociedad civil; "esa sí sería una verdadera reforma, no tomaduras de pelo".
"La sociedad exige cuentas claras, transparencia, rendición de cuentas, legalidad y eficiencia por parte de los servidores públicos. El gobierno está para servir, no para servirse, no para lucrar, no para traficar y hacerse rico", subrayó.
Padierna Luna afirmó que los problemas de falta de transparencia, rendición de cuentas y corrupción son tan grandes que según el Foro Económico Mundial son la primera limitante para hacer negocios en México.
Refirió que según Transparencia Mexicana, en 2014 México se ubica en el lugar 103 de 175 países con una calificación de 35/100, en el Índice de Percepción de Corrupción. En América Latina se ubica 82 posiciones por debajo de Chile y 34 por debajo de Brasil, 18 debajo de Perú y 9 de Colombia. Ocupa el último lugar entre los países de la OCDE.
“Esta mala situación se ha mantenido prácticamente constante por lo menos durante la última década, lo que significa que no ha sido un tema prioritario de los últimos gobiernos. En 2012 obtuvo una calificación de 34, lo que indica que los avances durante el Gobierno de Peña Nieto han sido marginales”, sentenció.
La senadora perredista recordó que en septiembre de 2012, Peña Nieto, en su calidad de Presidente Electo, entregó a la fracción parlamentaria del PRI una iniciativa para crear la Comisión Nacional Anticorrupción, que sustituiría a la Secretaría de la Función Pública, cuyo diseño encargó a Virgilio Andrade. Lo único que produjo esta iniciativa fue la modificación de la Ley Orgánica de la Administración Pública de enero de 2013, por la que desaparece precisamente a la Secretaría de la Función Pública
“A dos años de esta modificación, aún no se ha creado el órgano constitucional autónomo y mucho menos el sistema nacional anticorrupción, lo que demuestra que no es una prioridad para el Gobierno. Es muy significativo que Peña Nieto haya mostrado una enorme eficacia para sacar adelante sus reformas estructurales como las quería y no lo haya hecho en el caso del combate a la corrupción”, concluyó.
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