• Lo que hay que hacer hoy es detener la corrupción, por el ejemplo, detener el nuevo aeropuerto de la Ciudad de México

El Sistema Nacional Anticorrupción es una propuesta que no analiza el origen de la corrupción en México y que no actuará en contra del poder formal, que personificado en el Presidente de la República, o el informal; representado por los grandes intereses, sentenció el Senador Manuel Bartlett al manifestar el voto en contra del Grupo Parlamentario del Partido del Trabajo en torno al dictamen por el que se crea este nuevo sistema que deja intocada la impunidad presidencial.

El Coordinar de los Senadores Petistas exhibió que esta reforma se da en medio de los escándalos de corrupción y abuso de poder del Presidente, de sus secretarios, y de los gobernadores, y el Congreso valida la simulación de Enrique Peña Nieto, “con un sistema nacional que no sirve para nada”.

“Lo que hay que hacer hoy es detener la corrupción, como detener el nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, que es un gran atraco a la nación”, señaló que hace algunos días se realizó un foro en el Senado donde especialistas reprobaron la opacidad con que se manejarán los recursos para el aeropuerto.

Agregó que este sistema no regula el poder inmenso de la empresas transnacionales ni reduce el poder duopolio televiso que impide a la sociedad enterarse de los atracos que realizan los gobernantes y, calificó la iniciativa como un “regalo a Peña Nieto, que se utilizará con fines políticos”.

Bartlett Díaz dijo que las medidas anticorrupción deberían de poner límites al poder, y reiteró que esto no se encuentra en el proyecto: “En el dictamen nunca analiza las cusas de la corrupción en México, no es un asunto tecnocrático o burocrático, es un asunto político, me pregunto cómo se pueden proponer soluciones si no se analizan las causas”, enfatizó el Senador.

Al concluir su intervención el Legislador poblano aseveró que estas modificaciones son una simulación de PRI y PAN y, recordó que el Sistema Nacional Anticorrupción fue la primera propuesta de Campaña de Enrique Peña Nieto, quien hoy la presenta con tres años de retraso para tratar de lavar su escándalo por la Casa Blanca o los conflictos de interés en los que ha incurrido su administración.

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