BALANCE DEL TERCER AÑO DE ADMINISTRACIÓN DE ENRIQUE PEÑA NIETO

POSICIONAMIENTO

Al concluir el tercer año de su administración, el gobierno de Enrique Peña Nieto atraviesa una crisis de tres dimensiones: crisis de Estado, de gobierno y de proyecto.

Es una crisis de Estado porque atraviesa el más grave déficit de legitimidad y de legalidad. De legitimidad porque perdió en menos de un año el consenso y el apoyo, hasta de los sectores que apoyaron sus 13 reformas estructurales. De legalidad porque el Estado de derecho está en su peor nivel de eficacia y credibilidad. La fuga de Joaquín El Chapo Guzmán, en julio de este año, representó la síntesis de estas dos crisis más el vacío de poder.

La crisis de derechos humanos es la más grave en los últimos 20 años. Ahí están los expedientes abiertos y sin resolver de Tlatlaya, Ayotzinapa, Apatzingán y Tanhuato. En los cuatro casos hay claras evidencias de desapariciones forzadas y ejecuciones extrajudiciales que se han quedado en la impunidad.

Es una crisis de gobierno porque la falta de cohesión de su administración es un hecho que no se resolvió con los recientes cambios en su gabinete. Por el contrario, Peña Nieto insiste en un modelo tripartita de presidencialismo compartida con sus dos principales secretarios de Estado: Miguel Angel Osorio Chong, en Gobernación y Luis Videgaray, en Hacienda.

Es una crisis de proyecto porque todas las expectativas de crecimiento económico y promesas del Mexican Moment se han caído como un castillo de naipes. El gobierno de Peña afirmó que sin las reformas estructurales la economía crecería 3.8 por ciento en 2015 y 3.7 en 2016. Ahora, con reformas, la economía apenas crecerá en 2 por ciento en 2015 y ya se recortaron las expectativas para el próximo año.

El gobierno de Peña Nieto que vendió la Cruzada Nacional contra el Hambre y el programa Progresa como los ejes de su estrategia de combate a la pobreza se han convertido en enormes aparatos burocráticos y clientelares, cuestionados por la oposición y la sociedad.

En tres años de su administración, la pobreza creció. Dos millones de pobres se sumaron a una población que suma 53 millones de mexicanos. Esto equivale a que cada minuto del gobierno peñista se suman dos mexicanos a la pobreza, según el informe de Oxfam y los datos de Coneval.

La crisis de Estado, de gobierno y de proyecto está atravesada por uno de los fenómenos sistémicos más graves: la corrupción desatada y la impunidad denunciada. En especial, este tercer año de gobierno fue enmarcado por la crisis de los conflictos de interés de Peña Nieto, de Videgaray y de Osorio Chong en la adquisición de mansiones con contratistas del gobierno. Además, los escándalos de OHL y de Oceanografía, se han convertido en los más claros ejemplos de contratismo rampante e incapacidad de defender la riqueza nacional.

Sen. Dolores Padierna Luna

Vicecoordinadora del Grupo Parlamentario del PRD

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