• El silencio del gobierno mexicano ante el discurso xenófobo de Trump, le ha dado razón a “esas palabras estúpidas”, afirmó.

La presidenta de la Comisión de relaciones Exteriores, Gabriela Cuevas Barron, aseguró que el gobierno mexicano es responsable, por su omisión y silencio, del discurso xenófobo y de odio en contra de México por parte del pre candidato del Partido Republicano, Donald Trump, a la presidencia de los Estados Unidos de América.

“Mientras hay mexicanos que escriben historia todos los días, en distintas disciplinas, en distintas áreas, el gobierno de México guarda silencio. Y el silencio en política, como en muchas otras cosas, también es una respuesta. Ese hueco, esa carencia de palabras, también tiene un mensaje que decir y que aparentemente no es otro que el de darle cierta razón a las palabras estúpidas y xenófobas del señor Trump”, afirmó la legisladora del Partido Acción Nacional.

Durante Foro para la Cooperación, Entendimiento y Solidaridad (US-MEX FOCUS) y ante estudiantes del Instituto Tecnológico Autónomo de México y de la Universidad de Stanford, Cuevas Barron dijo que para ella ha sido una “gran sorpresa” que en el proceso electoral estadounidense, los mexicanos y la comunidad migrante sean “un tema imprescindible en las campañas y que ha sido en gran parte utilizado por Donald Trump para atraer reflectores con un discurso xenófobo y de odio hacia nuestro país”.

Lo anterior, agregó, tiene distintas causas y consecuencias y entre las causas de que “exista este personaje ignorante y xenófobo” el gobierno mexicano tiene parte de la responsabilidad, primero por omisión, por el silencio de un gobierno que no ha sabido representar ni a los mexicanos, ni tampoco llevar la voz y las mejores historias de los mexicanos, porque “mientras hay mexicanos ganando los Óscar, el caso de Lubezki hasta por tercera ocasión consecutiva, el gobierno de la República guarda silencio”.

En este sentido, Cuevas Barron sostuvo que hoy más que nunca la relación de México con Estados Unidos no necesita únicamente de cambios de funcionarios.

“No fue una decisión de un embajador o un subsecretario estar callados frente a Trump, esas decisiones se toman en otros niveles, pero aquí nos encanta ponerle nombre de funcionarios a los errores de los políticos”, dijo; y así no es como se arregla una relación bilateral, sentenció.

La legisladora panista recordó que en la actualidad existe un diálogo económico de alto nivel, existen mesas sobre muchos temas, pero no existe un diálogo sobre migración, no existe tampoco en la agenda los derechos humanos, ni mucho menos la integración para nuestros pueblos.

Lo más cercano que podemos tener a las personas de carne y hueso son los programas académicos, las becas, los intercambios; esa es la única forma en la que realmente estamos apostando por construir una relación de mediano y de largo plazo, lamentó.

Antes los estudiantes, la senadora panista dijo que muchos de quienes “hoy estamos tomando decisiones buscamos innovar, buscamos vencer resistencias, buscamos que el Senado de la República se convierta en la trinchera que defina una nueva política exterior para México, una política exterior que deje bien claro que México sí tiene intereses y que apostamos por nosotros y por nuestra gente”.

“Una política exterior que no tenga miedo de alzar la voz y decir cómo exigimos que se proteja a nuestros mexicanos. Un México que tampoco le tiemble la mano para hacer nuevas alianzas y defender nuestros productos y exportaciones y abrir nuevos mercados. Una política exterior que entienda que los derechos humanos se tienen que implementar en casa y se deben exigir y promover al exterior”, agregó.

México, concluyó, no puede seguir siendo el país que acomoda la sonrisa dependiendo el interlocutor. México, siendo la decimoquinta economía de este planeta, debería tener una voz con mucho mayor contenido, con mucha mayor legitimidad y con apuestas mucho más ambiciosas.

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