Con la ratificación del Acuerdo de París, México se une a la comunidad internacional en un esfuerzo sin precedentes para frenar una de las amenazas globales más graves que enfrentaremos en el siglo XXI, como es el la del cambio climático, afirmó la senadora Silvia Garza Galván al presentar la posición de los senadores de Partido Acción Nacional.

Sin embargo, advirtió, es necesario respaldar con acciones sustentables, bien planificadas, este acuerdo histórico para cambiar el rumbo del desarrollo, los modos de producción y el consumo rapaz de nuestros recursos naturales.

La senadora Garza Galván, Presidenta de la Comisión Especial de Cambio Climático, anunció una campaña nacional para exhortar a los congresos locales e instancias gubernamentales a llevar a cabo transformaciones sustentables, como eliminar el uso de papel, colocar bebederos para reducir el consumo de agua embotellada, adquisición de autos eléctricos e instalación de “electrolineras”.

“A la atmósfera no le importan los discursos elocuentes ni las buenas intenciones; a la física atmosférica únicamente le importan los gases de efecto invernadero que se emitan o dejen de emitir”, indicó.  

Lo que se pudo evitar ya no se hizo, ahora sólo nos queda mitigar y adaptarnos a lo que no pudimos o no quisimos evitar, agregó. 

“La temperatura global ya ha aumentado alrededor de 1 grado centígrado, mes tras mes se rompen los récords de temperatura promedio global, las concentraciones de dióxido de carbono en la atmósfera han superado las 400 partes por millón y somos los primeros seres humanos en la historia de la humanidad en respirar estas concentraciones”, destacó.

Versión de la intervención de la senadora Silvia Garza Galván, al presentar el posicionamiento del GPPAN sobre un dictamen de las comisiones unidas de Relaciones Exteriores Organismos Internacionales; de Relaciones Exteriores y de Medio Ambiente y Recursos Naturales, con opinión de la Comisión Especial de Cambio Climático, por el que se aprueba el Acuerdo de París 

Gracias, senador.

Con su permiso, senador Presidente.

A mis compañeros senadores y senadoras de la República, a todos los mexicanos y al mundo entero, lamento y repruebo la interrupción que este Senado hiciere al acuerdo más importante de la historia de la humanidad y que, por cierto, ligado a la supervivencia del hombre como especie; inconcebible lo que acabamos de ver, inconcebible.

El día de ayer dejé mis posturas técnicas frente a las comisiones, el día de hoy nos encontramos bajo el umbral historia. Tras nosotros las acciones que llevaron a este gran día, frente a nosotros, únicamente una promesa y una gran incertidumbre. Y lamentablemente, desde el umbral no podemos ver en qué terminará esta historia.

Con la ratificación del Acuerdo de París, México se une a la comunidad internacional en un esfuerzo histórico, sin precedentes, para frenar una de las amenazas globales más graves que enfrentaremos en el siglo XXI.

La historia que se narrará en el futuro en gran manera dependerá de las acciones que emprenderemos el día de hoy.

Permítanme hacer un énfasis en la palabra “acción”. En muchos casos, son las palabras las que pueden separar la hostilidad de la amnistía; es la palabra “paz” la que nos aleja de las tinieblas bélicas, o la palabra acuerdo frente a la disensión.

Sin embargo, en este caso, las palabras únicamente nos sirven para comenzar. Frente al cambio climático, las palabras no serán las que nos salven; la expresión de buenas intenciones, por más nobles y loables que puedan ser, no serán las que nos salven de la catástrofe climática.

En este caso particular, únicamente las acciones bien planeadas nos servirán para enfrentar las peores consecuencias del cambio climático; los discursos, las conferencias internacionales, los páneles de discusión y los acuerdos no serán más que archivo muerto.

En esta ocasión, únicamente las acciones efectivas reales serán lo que separe el sufrimiento de millones de personas de la esperanza en un futuro mejor.

Así, al momento en que México y el resto de las naciones ratifican el Acuerdo de París, no estaremos parados sobre la historia consumada, sino que nos encontramos en el umbral de un futuro muy incierto.

Estamos apenas ante los cimientos de una construcción que no sabemos si será suficientemente fuerte para resistir cuando el lobo feroz venga a soplar, en realidad el cambio climático no es una amenaza futura, ya está aquí con nosotros.

La temperatura global ya ha aumentado alrededor de 1 grado centígrado, mes tras mes se rompen los récords de temperatura promedio global, las concentraciones de dióxido de carbono en la atmósfera han superado las 400 partes por millón. Somos los primeros seres humanos en la historia de la humanidad en respirar estas concentraciones.

Lo que se pudo evitar ya no se hizo, ahora sólo nos queda mitigar y adaptarnos a lo que no pudimos o no quisimos evitar.

Es así que hoy comienza a escribirse el capítulo mexicano de esta gran narrativa del siglo XXI que finalmente develará la respuesta a la gran incógnita, si la humanidad fue capaz de escuchar las predicciones científicas que constantemente la alertaron sobre la necesidad y también de la urgencia de cambiar el rumbo del desarrollo, de los modos de producción y del consumo rapaz de recursos naturales.

Hoy comienza a escribirse una historia sin un final feliz garantizado. Con cada hoja, con cada día iremos agregando párrafos que no sabremos si al final hablará de una gran epopeya o sobre la más cruel de las tragedias. ¿Qué dirá ese libro? ¿Cómo terminará el gran libro de la historia de la humanidad?

El futuro que construimos hoy, para bien o para mal, no sólo dictará nuestro devenir, sino el devenir de una gran parte de las especies de flora y fauna que afortunada o desafortunadamente les ha tocado compartir la tierra con nosotros.

Hoy vivimos la extinción masiva de especies más grande en los últimos milenios. Animales y plantas se extinguen cada día a cada segundo y todos tienen un mismo verdugo: la humanidad. A su vez, cada año nos acabamos el presupuesto ambiental global con mayor rapidez y voracidad.

Actualmente necesitaríamos 1.6 tierras para satisfacer las necesidades de consumo de unos cuantos, mientras la gran mayoría muere en la miseria y en la hambruna.

Esta gran injusticia se unirá a otras grandes injusticias e ironías que trae consigo el cambio climático. Los que menos responsables son, más vulnerables son a los efectos.

Así, la mitad más pobre de la población mundial es responsable de tan sólo el 10 por ciento de las emisiones globales, sin embargo, viven mayoritariamente en los países más vulnerables al cambio climático, mientras que el 10 por ciento más rico de las personas en el mundo son responsables de alrededor del 50 por ciento de las emisiones globales.

La ciencia es muy clara sobre lo que está ocurriendo y también sobre la gravedad de los impactos que enfrentamos. Es un gran día para comenzar. Recordemos que hoy ratificamos promesas, no acciones.

La última página del libro aún está en blanco. Hagamos de este momento la historia que todos deseamos que se narre sobre aquellos hombres y mujeres que tuvieron el poder de decidir, de actuar y de cambiar al mundo, antes que el mundo los cambiara a ellos.

México se une a un colectivo internacional de esperanza, pero no de certidumbre. Que nuestras acciones sean capaces de llevarnos a buen puerto, al final serán éstas lo que la historia juzgará.

Las acciones que hemos llevado a cabo desde el Senado de la República hablan por sí mismas, como un primer paso el Programa de Senado Sustentable, que ha tomado el liderazgo en nuestro país en acciones sustentables que sirvan de faro de luz y ejemplo de los demás.

Por otro lado, hemos instalado electrolineras fuera del Senado para autos eléctricos, nos estamos encargando de que las próximas compras de vehículos también estén presentes los eléctricos; instalado bebederos para evitar el uso de botellas de plástico, pantallas digitales, para el uso innecesario de papel y, en forma muy importante, se ha eliminado casi en su totalidad la Síntesis Informativa, porque todavía hay legisladores que piden que la Síntesis Informativa, de más de 150 hojas, les sea llegada a su oficina, que muchas veces por cierto ni leen.

Con estas acciones el Senado busca ser ejemplo para todas las instancias gubernamentales, para todos los órdenes de gobierno, para concientizar sobre las acciones sustentables que todos debemos seguir.

De igual manera, y a nivel personal, estoy llevando a cabo una campaña nacional para exhortar a los congresos locales a seguir el ejemplo del Senado y transformen sus edificios con acciones sustentables significativas. Campaña, por cierto, que iniciamos en Coahuila, donde agradezco muchísimo al Presidente del Congreso, el diputado Jesús María Fraustro Siller, el haber aceptado con muy buenas ganas y muy buenos ojos esta iniciativa que prometió llevar a cabo en el Congreso de Coahuila.

Así damos el primer paso con estas acciones, lanzo desde esta tribuna el reto al gobierno, a todas las instancias gubernamentales, a unirse en estas transformaciones sustentables para que al final de 2018 todos los inmuebles de las secretarías del gobierno federal san completamente sustentables, y esto es independiente de los “INDC”, a lo que México se ha comprometido en el Acuerdo de París.

Tienen dos años para probar que la ratificación que hacemos el día de hoy va en serio y que las buenas intenciones no se quedan en ellos.

Ojalá y podamos salvar este amargo rato que nos hizo pasar la Mesa Directiva, interrumpir el discurso del acuerdo más importante de la humanidad, esto es inconcebible; finalmente recordemos que a la atmósfera no le importan los discursos elocuentes ni las buenas intenciones; a la física atmosférica únicamente le importan los gases de efecto invernadero que se emitan o dejen de emitir, no habrá lugar para las buenas intenciones, que como sabemos de buenas intenciones está lleno el infierno.

Así, compañeros y compañeras, feliz día para México y para el mundo, gracias a todos ustedes por el apoyo de la ratificación de este gran acuerdo.

Ahora no más discursos ni buenas intenciones, es momento de trabajar, que ya se nos hizo tarde.

Por su atención, muchas gracias, compañeros.

 

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