* Versión de la intervención del senador Víctor Hermosillo y Celada, durante la inauguración del foro “Desafíos y tendencias de la educación superior en México”
Muy buenos días a todos.
Esto es bueno, que esté lleno, se pone uno muy contento y muy nervioso, ambas cosas.
Bienvenidos al foro “Desafíos y tendencias de la educación superior en México”.
Quiero empezar agradeciendo la presencia del ingeniero Héctor Arriola Soria, coordinador del Sistema Nacional de Universidades Tecnológicas, representante del secretario de Educación Pública, bienvenido.
De igual manera agradezco la presencia del senador Luis Sánchez Jiménez, vicepresidente de la Mesa Directiva del Senado. También al senador Juan Carlos Romero Hicks, presidente de la Comisión de Educación del Senado, aquí presente, y que es el que me dice qué hacer a mí aquí, él es el presidente.
De igual manera, al maestro Jaime Valls, secretario general de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior, bienvenido.
Muchas gracias al ingeniero Rodrigo Guerra Botello, secretario general de la Federación de Instituciones mexicanas Particulares de Educación Superior.
A todos los ponentes que gentilmente aceptaron nuestra invitación, a rectores, directores, coordinadores académicos, profesores y estudiantes de las universidades del país que nos acompañan.
Este Senado se ha destacado por su compromiso de la calidad de la educación, y prueba de ellos ha sido la reforma educativa, pero buscamos fortalecer las instituciones del Estado porque aún falta mucho que recorrer. Por eso no quitamos el dedo del renglón y damos seguimiento puntual a la implementación de lo que el Congreso aprobó.
Estos avances que dimos en educación básica los queremos dar en educación superior porque no podemos no mirar lo que está sucediendo con los jóvenes que no ingresan, con los jóvenes que no terminan y con los jóvenes que no ejercen lo que estudiaron y con los universitarios que después de salir de las aulas no tienen empleo.
Hoy ponemos en la mesa el debate de las acciones para elevar la calidad y la cobertura de la educación superior, que en México sólo alcanza el 35 por ciento, mientras que en Chile llega al 74, en España al 86 y en los Estados Unidos arriba de los 90.
Según el Plan Nacional de Desarrollo, en esta administración se pretende alcanzar una cobertura de 40 por ciento, pero la realidad es que no están los elementos dispuestos para lograr este objetivo.
Hoy en los 34 países que integran la OCDE hay 39 millones de jóvenes de 16 a 29 años que no estudian ni trabajan, y en México la cifra es poco más de siete millones.
También es preocupante que en México, según el Inegi, sólo 62 por ciento de cada 100 estudiantes concluyen su carrera universitaria, por lo que debemos ayudar a las instituciones públicas y privadas de nuestro país a mejorar sus mecanismos y estrategias para dar acceso a un mayor número de jóvenes, incentivar a que terminen su carrera y gestionar su incorporación al mundo laboral.
Para nuestra educación superior es prioritario avanzar en la ampliación de su cobertura, dar incentivos fiscales, la educación abierta y a distancia, incrementar el intercambio internacional, difusión de valores, el emprendedurismo, invertir en ciencia y tecnología y mayor acercamiento con el sector productivo.
En este escenario, los recursos son muy importantes, por un lado, se debe de incrementar el gasto en las universidades públicas y también se debe ayudar con incentivos a las particulares, que desde la reforma fiscal de 2014 se han visto obligadas a limitar su oferta, por ejemplo, cosa que los públicos generalmente no conocen, la UNAM ejerce un presupuesto de alrededor de 35 mil millones de pesos y tiene 342 estudiantes, porque cada alumno cuesta 100 mil pesos aproximadamente, 100 mil peso que pagan los contribuyentes. Y eso es muy importante para que los padres de familia que mandan a la Universidad Autónoma de México a sus hijos, tengan esa conciencia, pero sobre todo los estudiantes que están costando mucho dinero y que esperamos de ellos un resultado.
Hay mucho que hacer y aunque el escenario parece adverso, hay voluntad por parte de las universidades, de la sociedad, del Congreso y del sector productivo para mejorar el nivel de la educación superior.
Para muchos mexicanos tener un universitario en la familia es motivo de gran orgullo por lo complejo que es en México entrar a la universidad y obtener un título. Tenemos que pasar de los casos particulares a la construcción de una estrategia que amplíe las posibilidades para los jóvenes y eso repercuta en el desarrollo de nuestro país, que es lo importante.
México se encuentra en un momento crucial, tiene potencial y están haciéndose las reformas y los tratos internacionales para el desarrollo, pero tenemos que aprovechar haciendo lo necesario en la educación superior, que es un fundamento para poder lograr el éxito.
Hoy ANUIES y FIMPES se unen en este foro, como pocas ocasiones hemos visto. Felicidades.
Aprovecho este espíritu para dar un salto adelante, un salto hacia el futuro y para el bien de nuestro país.
Muchas gracias por estar aquí.
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