Queridísima Cristina.

Sus dos hijas, sus yernos, su nieta, sus nietos.

Para mí es un privilegio hablar de un gran amigo, de un gran amigo no sólo de la bancada del Partido Revolucionario Institucional, sino de las cinco bancadas que configuran este cuerpo colegiado, que es el Senado de la República.

Tuve el privilegio y la circunstancia de vivir los últimos días cerca de Braulio, en un percance personal que tengo, ahí lo iba a ver todas las mañanas y todas las noches, y vi a una mujer íntegra, una mujer que le daba valor a sus hijas y a sus nietos, una mujer que entendió perfectamente que Braulio cumplió.

Cumplió con su aspiración de servir a su país, cumplió con su aspiración de servir a su estado.

Y como senador de la República, lo han dicho mis compañeras senadoras, mis compañeros senadores, Braulio cumplió.

Yo estoy seguro que el dolor que llevan en este momento, es un dolor por la falta de un hombre, pero también estoy convencido, que él, desde arriba, les va a dar la fortaleza que requieren, tú Cristina, tus hijas, tu nieta, tus nietos y tus yernos.

Braulio está atrás de ustedes, y Braulio ocupa un lugar imborrable en el Senado de la República.

Sigan como van, saben que cuentan no sólo con el Grupo Parlamentario del PRI, cuentan con el Senado de la República, si tuvieran algo o algún problema.

Cuentan con su amigo Emilio Gamboa.

Muchas gracias.

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