INICIA SEGUNDA PARTE
SENADOR JOSÉ FRANCISCO YUNES MÁRQUEZ: Agradecemos la participación del senador David Penchyna y con esta participación se concluye el tema de posicionamiento.
Tiene el uso de la voz el senador Benjamín Robles.
SENADOR ÁNGEL BENJAMÍN ROBLES MONTOYA: Perdón, solamente para formularle una pregunta sobre el procedimiento, porque quisiera que me quede muy claro.
Me preocupa mucho que la fórmula Beltrones llegue a las comisiones unidas de este Senado de la República para hacer una sesión fast track, que de inicio sale ahí con que se presentan los dictámenes en su conjunto.
Pero como quiero que me quede muy claro, senador Presidente, cómo está lo de las rondas, porque no entiendo. Sé de los acuerdos parlamentarios, soy partícipe de que así deben darse, pero no que haya sesiones con la fórmula Beltrones, que creo dejan muy mal parado al Senado de la república.
Por eso quisiera preguntarle exactamente de qué se trata, cómo vamos a discutir estos dictámenes, senador Presidente.
SENADOR JOSÉ FRANCISCO YUNES MÁRQUEZ: Muchas gracias, senador Robles, y además te lo respondo con el gusto y el respeto der siempre.
Primero, esta Mesa Directiva no conoce ninguna fórmula distinta a lo que establece el reglamento y nos estamos apegando al Reglamento, don Benjamín.
En este sentido, el Reglamento en el artículo 187, numeral 2, establece que cuando las circunstancias para el desahogo de una Iniciativa lo requiera, las Comisiones Unidas pueden acordar un formato especial para la discusión, y ese es precisamente el escenario con el cual se está desahogando esta discusión.
Las Juntas Directivas de las Comisiones Unidas establecimos que siendo dos los temas fundamentales de estos dictámenes, que son las dos minutas por medio de las cuales en una de las dos minutas se expide la Ley de Ingresos sobre Hidrocarburos y la Ley del Fondo Mexicano del Petróleo, pudiésemos versar sobre esta discusión y desde luego también tomar en consideración las leyes que se adicionan y se ajustan a estos nuevos marcos, que es la Ley de Coordinación Fiscal, la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, la Ley General de Deuda Pública y la Ley de Derechos, que uno de sus títulos prácticamente se concentra en la Ley de Impuestos sobre Hidrocarburos.
En ese sentido se abrieron inicialmente, porque así se acordó en términos de este Artículo, dos rondas de participación de tres oradores a favor y tres oradores en contra, sobre estos temas en lo general y posteriormente se estaría preguntando a la Asamblea si estuviese suficientemente discutido.
Platicando con el Secretario de la Comisión de Hacienda, el senador Ríos Piter, hay toda la flexibilidad para poder abrir una tercera ronda, o las que fuesen necesarias, si es que hubiese materia de discusión. Ese sería el procedimiento senador.
Muchas gracias.
Con base en este procedimiento, yo estaría abriendo, estaría empezando la primera de las dos o tres rondas que decidirá esta Asamblea sin ningún tipo de problema, finalmente el espíritu y el afán de este esfuerzo es precisamente el de discutir y el abordar los temas en plena libertad.
Se estaría inaugurando la primera ronda de participación. Como lo señala el Artículo 90 del Reglamento, se van a enlistar oradores en contra y en pro de manera alternada y el debate siempre lo tendrá que iniciar la posición en contra del Dictamen.
En este sentido, para mí es un placer concederle el uso de la voz a la senadora Dolores Padierna, en contra de los Dictámenes que presentan las Juntas Directivas.
SENADORA DOLORES PADIERNA LUNA: Gracias Presidente.
Decía el Secretario de Hacienda, Luis Videgaray Caso, que no podría haber una Reforma Energética exitosa sin un nuevo régimen fiscal para PEMEX.
Y el paquete que presentó el 30 de abril en la Legislación Secundaria, incluye un régimen fiscal que, con las modificaciones que le hizo la Cámara, casi deja igual el régimen de derechos.
A partir del 2015 agrega: deberá tributar PEMEX una ley del Impuesto sobre la Renta adicional al régimen fiscal de derechos al que seguirá estando sujeto.
Y establece una nueva carga fiscal ahora inexistente, que es el pago de un dividendo estatal que viene en la Ley de PEMEX.
Queda claro entonces que el Secretario Luis Videgaray, y el Presidente de la República, cuando hizo la presentación de la Reforma Energética, mintieron al presentar la Reforma Energética.
Su verdadera visión sobre el régimen fiscal de PEMEX es no sólo mantener la carga fiscal depredatoria que ha venido matando a la empresa, sino que le adiciona nuevas cargas fiscales y nuevas contribuciones.
En la visión privatizadora del Secretario de Hacienda, una Reforma Energética exitosa implica un régimen fiscal que ahogue a PEMEX con nuevas cargas fiscales. Eso es con visión para desaparecerla y pueda ser desplazada por las petroleras, que ese es el verdadero sentido de la nueva Ley de Ingresos sobre Hidrocarburos.
En 2013 Pemex generó rendimientos, antes de impuestos y derechos, de 695 mil millones, el 43.2 por ciento de sus ingresos por ventas. Le cobraron 865 mil millones en impuestos y derechos, un 124 por ciento de su rendimiento; y el 53.8 por ciento de sus ventas, ocasionando una pérdida de 170 mil millones de pesos.
Entre 2012 y 2013, los impuestos y derechos tuvieron una relación similar. No se toma en cuenta, en conclusión, las necesidades de inversión de Pemex, por ello cuando Videgaray, en agosto de 2013 dijo que como parte de la Reforma Hacendaria presentará un nuevo régimen fiscal de Pemex, consistente en un nuevo enfoque, y dijo las características de este nuevo enfoque, voy a decir algunas:
Pemex tendrá los recursos necesarios para cubrir los costos de operación, y su capital para las nuevas actividades de exploración y extracción.
Se mantendrá un esquema de regalías y derechos, pero serán más moderadas que los que paga Pemex actualmente, y trataremos a Pemex como a una empresa.
Las actividades de exploración y extracción ya sólo pagarán el Impuesto Sobre la Renta, etc., etc. Citando a Luis Videgaray.
Un mes después, todo esto resultó pura demagogia. Luego soltó otra mentira: “México necesita una Reforma Energética y es hora de darle a Pemex un nuevo régimen fiscal”.
Pero el régimen fiscal que tiene el dictamen que hoy discutimos de la Ley de Ingresos sobre Hidrocarburos, tiene más gravámenes a Pemex, una relación más irracional con el Fisco Federal, un absurdo régimen de derechos casi igual al actual, agravado ahora con un Impuesto Sobre la Renta superagravado, con un dividendo estatal y para colmo, un nuevo derecho a la exploración y un nuevo impuesto a la actividad de explotación y extracción de hidrocarburos.
Hagamos cuentas: la Cámara de Diputados suprimió siete derechos; pero nada más de nombre, porque sus montos fueron acumulados de hecho, con otros nombres.
Aquí está la tabla donde está el total de ingresos por ventas de 2013: 1 billón 250 mil 772. Vienen los gastos de operación, la depreciación y amortización, los beneficios para los empleados y queda un remanente de operación de 842 mil 205 millones de pesos.
Y luego viene el pago de derechos. Este es el cambio que hizo la Cámara de Diputados, que borra siete derechos, los borra en nombre, no en su monto. Están borrados, pero viene acá por utilidad compartida: 606 mil 86 millones de pesos; y de extracción de hidrocarburos 146 mil 926 millones.
¿Cuál es, en conclusión?
Que en 2013 perdió 14 mil 774 mil millones, y con el nuevo ganaría 89 mil 194 millones de pesos; si y sólo si no hubiera las otras leyes que le ponen más cargas fiscales.
Y le agregan un Impuesto Sobre la Renta ya para el año fiscal siguiente, de 26 mil 758 millones, y un dividendo estatal de 141 mil 301 millones de pesos.
¿Cuál es la gran conclusión? De que en 2013, con el esquema vigente, PEMEX pierde 14 mil 774 millones de pesos, sin contar la inversión, y que con lo que se propone en esta Ley de Ingresos sobre Hidrocarburos pierde 78 mil 865 millones de pesos.
Agréguenle el nuevo derecho de exploración que viene en el artículo 45 de esta ley, agréguenle un nuevo impuesto de exploración y extracción, que viene en el artículo 55 de esta ley, aquí no están sumados.
Pero hay un engaño mayor, mayúsculo: este cambio que hizo la Cámara de Diputados a los artículos 39 que en el Ejecutivo tenía de 68 por ciento el derecho de utilidad compartida y que la cámara disminuyó a 65 por ciento este artículo 38, comparado con la deducción que ayuda a PEMEX, porque en la del Ejecutivo el artículo 41 y 42, que es la deducción de costos, era por 11.785 por ciento y en la modificación que hizo la cámara aumenta a 12 mil 500 por ciento; lo cual ayuda, porque entre más deduzca PEMEX más podría tener.
Pero, ¿saben qué?, esto aplica hasta el 2019, de acuerdo al 2º transitorio; no aplicará en todo este sexenio. Ya verá el nuevo presidente, sea quien sea, a ver cómo se las arregla, pero de momento le están cargando una aparente desaparición de nombre de varios derechos, pero los montos se agrupan en otros nuevos nombres; pero que paga derechos, paga derechos y además un impuesto sobre la renta, un dividendo estatal, un nuevo derecho a la exploración, un nuevo impuesto a la extracción y exploración y lo benéfico que apenas votó la cámara no aplica para este sexenio, que no nos engañen.
Pero, algo peor, comparado cómo está con los privados: ¿cuánto le van a cobrar a los contratos privados? Porque si pusiéramos, digamos, 100 a PEMEX y 100 a los privados en general, tomando en consideración los costos de 25 por ciento parejo para PEMEX y para los privados, PEMEX no paga regalías, los privados sí, y de acuerdo a la fórmula pagarían 14 –estoy poniéndolo ahí–.
PEMEX paga derecho de extracción de hidrocarburos –PEMEX– y los privados no, por eso viene en cero. PEMEX paga un derecho de utilidad compartida de 56.88; los privados no, por eso viene en cero. Y la utilidad bruta para PEMEX sería de 3.86 y para los privados de 74.73.
Además, Impuesto Sobre la Renta. PEMEX pagaría 1.16 y los privados 22.42. Habría entonces una utilidad neta para PEMEX de 2.70 y para los privados de 52.31 por ciento.
Si le aplicamos a PEMEX el dividendo estatal que viene en la Ley de PEMEX, es de 8.4, empieza a perder, y ahora tendría un remanente neto de menos 5.69, mientras que a los privados no se les carga ese dividendo y su utilidad sería la misma: 52.31.
En fin, a los privados –no a PEMEX, pero sí a los privados– pagarían una utilidad neta, aquí la estoy poniendo nada más del 50 por ciento, será parte del debate. Es decir, si le pagara la mitad de sus utilidades al gobierno, entonces tendría una utilidad total de ingresos PEMEX de 80 y losa privados de 62, poniendo que van a entregar el 50 por ciento de recursos.
Pero, compañeros, compañeras, esto no es así. En el tema de contratos lo más grave no es lo poquito que le van a cobrar a los privados, lo grave en contratos es el modelo de contrato que no quisieron definir tal como lo ordena el cuarto transitorio del decreto constitucional, pero que el cuarto transitorio del decreto constitucional establece que los contratos, todos, deben servir para maximizar los ingresos para la nación.
Entonces, con estas cifras quiero dejar claro que el régimen fiscal que se le aplica a PEMEX y que ustedes están por votar, es peor que el que tenemos en 2013 y que esas mentiras se las vayan a contar a ver quién se las cree.
Y vuelvo al tema de contratos. Los contratos deben servir, de acuerdo decreto constitucional que ustedes votaron, nosotros votamos en contra, pero ustedes votaron y están violando porque debe servir para maximizar los ingresos para la nación.
En la iniciativa de la Ley de Ingresos sobre Hidrocarburos se establecen las regalías fiscales para cada tipo de contrato y preocupa especialmente las licencias, los contratos de producción compartida.
En licencias va a haber a favor del Estado un bono a la firma, discrecional, como lo decida el secretario de Hacienda y con esta visión privatizadora va a ser muy poquito.
Va a dar también una cuota contractual por fase exploratorio. No sabemos, bueno, al rato entramos a calcular la cuota de fase exploratoria que es un cobro ridículo y que además de ser ridículo, la Cámara todavía lo redujo a la mitad.
También pagarán una regalía y una contraprestación y ahí me quiero detener. En mi ejemplo puse una contraprestación del 50 por ciento. La ley dice una contraprestación en un porcentaje establecido en el contrato licencia y el porcentaje se define, dice esta ley, bajo dos conceptos: el de utilidad operativa y el de valor contractual de los hidrocarburos.
¿Cuál es el tema de la utilidad operativa?
Que la utilidad operativa es un concepto en el cual resulta de restar del valor contractual de los hidrocarburos, o sea, del valor del petróleo extraído, resta las regalías, los costos, los gastos, las inversiones y lo que sobra llama utilidad operativa. De eso poquito que sobre es lo que se le va a dar una parte al Estado y otra parte al contratista.
Dicho de otra manera, la utilidad operativa es donde se le regresan al inversionista sus costos, sus gastos, sus regalías y las inversiones y todo esto se le llama recuperación de costos.
La Constitución estableció que los contratos para que el estado obtenga más ingresos, estos contratos, de acuerdo a la Constitución, para que el Estado obtenga más ingresos, no para que el Estado pierda ingresos y entregue renta petrolera. Lo que resultó en las leyes secundarias es al revés de lo ordenado.
El otro concepto es a favor del contratista y del licenciatario, ¿qué va a recibir el licenciatario? Lo que va a recibir el gobierno es un bono, la cuota, la regalía y la contraprestación y hay un enorme riesgo, senadoras, senadores, en este rubro de que la contraprestación se pague conforme a una utilidad operativa, que ya va a ser muy pequeña porque los costos, los gastos, las inversiones las van a inflar, y entre más lo inflen para ellos mejor, les conviene más gastar vía devolución de costos porque entre más chiquita sea la utilidad operativa, esa es la base gravable sobre la cual pagarían el único impuesto, que sería el Impuesto sobre la Renta.
A favor del contratista sería la transmisión onerosa de los hidrocarburos extraídos, o sea, el contratista se queda con los hidrocarburos que extraiga, lo que convierte a este tipo de contratos en verdaderas concesiones, lo cual es violatorio del 27 Constitucional.
Es decir, la renta petrolera recibe a boca de pozo el petróleo y él, el contratista, paga al Estado las cuatro prestaciones y se queda con el remanente de la producción, se queda con el petróleo.
Ahora, el petróleo es la renta petrolera y sólo ahora el petróleo es de México y constituye nuestra renta petrolera y sólo paga cuatro conceptos al Estado.
Ahora el privado, ahora está el mundo al revés, ahora el privado recibe el petróleo y le paga una bicoca al Estado. Eso es una concesión y está prohibida en la Constitución.
Se está transfiriendo renta petrolera, y transferir renta petrolera no lo permite el 27 Constitucional.
Las licencias, tal como vienen en la Ley de Ingresos de Hidrocarburos, son verdaderas concesiones.
Sigo a Contratos de Producción Compartida:
En los contratos de Producción Compartida se establecen contraprestaciones a favor del Estado: una cota contractual de fase exploratoria, una regalía y una contraprestación que será un porcentaje –otra vez– de utilidad operativa.
No podemos aceptar que sea bajo estas circunstancias, porque la utilidad operativa es la devolución, el reembolso de todo lo que ponen.
Me están mocionando en el tiempo. Voy a terminar rápido:
A favor del contratista, recibe la recuperación de sus costos, los gastos, las inversiones y recibe en especie, es decir, en petróleo, el remanente de la utilidad operativa. Es decir, se queda con una parte de los hidrocarburos extraídos.
Los contratos de Utilidad Compartida, también están basados en un remanente de utilidad operativa.
Hacemos un llamado a la responsabilidad con el país a que no estén entregando renta petrolera, regalándola a los privados, a través de la fórmula que viene establecida en esta Ley de Ingresos sobre Hidrocarburos.
La verdadera naturaleza de los contratos tal y como están planteados en esta ley, son concesiones. No se limitan a recibir una ganancia razonable, sino van mucho más allá.
Es decir, se les está transfiriendo renta petrolera, y al transferirles la renta petrolera, los contratos son realmente concesiones y resultan violatorios del 27 Constitucional.
SENADOR JOSÉ FRANCISCO YUNES ZORRILLA: Agradecemos la participación de la senadora Padierna.
Y le pedimos al senador Gerardo Sánchez, si pudiera hacer uso de la voz, a favor del Dictamen.
SENADOR GERARDO SÁNCHEZ GARCÍA: Con su permiso Presidente.
Compañeras y compañeros senadores:
Para nuestro Grupo Parlamentario, la Reforma Energética en su conjunto, es una Reforma caliente y estimula porque implica un cambio en la estructura fiscal, en el aprovechamiento de nuestros recursos de hidrocarburos.
Es establecer un régimen fiscal que se traducirá en mayor inversión y crecimiento para asegurar que los mexicanos sigan recibiendo la totalidad de la renta petrolera y, con ello, asegurar que el Estado mexicano cumpla con las obligaciones fundamentales de procurar inversión pública y fortalecer los servicios de salud y educación de calidad; sin descuidar mayores inversiones en el sector energético y contar con herramientas institucionales, como lo es el Fondo Mexicano del Petróleo para la Estabilización y el Desarrollo, como instrumentos de ahorro para el mediano y largo plazo, derivados de la renta petrolera, en beneficio de todas y todos los mexicanos.
El dictamen establece que una vez definidas las transferencias ordinarias, que se estiman en 4.7 por ciento del Producto Interno Bruto, el remanente pasa a formar parte de una cuenta de ahorro de largo plazo; cuando ésta supere el 3 por ciento del Producto interno Bruto, se podrán utilizar los recursos excedentes en beneficio de la nación, tal como se establece en el artículo 94 de la Ley de Presupuesto; hasta un 60 por ciento en rubros tales como el Fondo para el Sistema de Pensión Universal, proyectos de inversión en ciencia, tecnología e innovación y energías renovables; proyectos petroleros y en su caso, en inversiones en infraestructura para el desarrollo nacional; en becas para la formación de capital humano; en universidades postgrados y en proyectos de mejora a la conectividad, así como para el desarrollo regional de la industria.
Un monto equivalente al 40 por ciento del excedente, permanecerá como parte del patrimonio de la reserva del Fondo. En el supuesto de una disminución de los ingresos del Gobierno Federal, asociada a los ingresos petroleros, una menor recaudación de impuestos, derechos, aprovechamientos, se podrá compensar dicha disminución con los recursos del Fondo de Estabilización de Ingresos Presupuestarios.
En otras palabras, el Fondo Mexicano el Petróleo lo podemos entender como es una especie de blindaje para la estabilidad macroeconómica y finanzas públicas sanas.
Por otra parte, el título IV de la Ley de Ingresos sobre Hidrocarburos, se establece el impuesto por la actividad de exploración y extracción de hidrocarburos; el pago del cual estarán obligados tanto asignatarios como contratistas, y será proporcional al área del terreno donde se realicen las actividades. Dentro del mismo título, en el artículo 57 se prevé la integración del Fondo para las Entidades Federativas y Municipios productores de hidrocarburos, cuyos recursos provendrán del impuesto antes mencionado.
Los recursos recaudados por este impuesto no se incluirán en la recaudación federal participable; sino que el total será distribuido entre las entidades federativas donde se sitúen las áreas contractuales o de asignación, para que con dicho fondo resarcir, entre otros fines, las afectaciones al entorno social y ecológico que se pudieran generar por motivos de los trabajos realizados.
Por esta razón y por muchas más que ya se han comentado aquí en este Pleno, el Grupo Parlamentario del PRI votará a favor del presente dictamen.
Es cuánto. Muchas gracias.
SENADOR JOSÉ FRANCISCO YUNES ZORRILLA: Agradecemos la participación del senador Gerardo Sánchez y le pedimos al senador Mario Delgado, pudiera tener la gentileza de hacer uso de la Tribuna.
SENADOR MARIO DELGADO CARRILLO: Buenos días. Con su venia, Presidente. Compañeras senadoras y senadores:
Llegamos, por fin, a las leyes que van a fijar las reglas fiscales o los ingresos que va a tener el Estado. Hay que recordar que toda esta reforma se ha hecho con ese objetivo único, aparentemente que el Estado tenga una mayor renta petrolera para que entonces pueda tener mayores posibilidades de enfrentar las necesidades de este país, como aquí se ha dicho.
Sin embargo, no hay plazo que no se cumpla, y lo que vemos en estas leyes es que no se va a garantizar que la mayor parte de la renta petrolera adicional que se pudiera tener vaya a ser para el Estado Mexicano y que la que se tiene actualmente tenderá a disminuir de manera gradual, conforme PEMEX vaya cediendo parte de los activos, campos y demás que tiene.
Nos preocupan varias cosas en estas leyes que consideramos que incluso van más allá de lo que plantea la reforma constitucional. Se garantiza, por ejemplo, el carácter privado de los contratos; esto es un acuerdo entre partes que se manda como ley supletoria al derecho civil y mercantil.
Esto quiere decir que hay una contradicción, porque se supone que el petróleo –como falsamente se ha repetido aquí– sigue siendo de la Nación; sin embargo, su exploración se traslada con estos contratos al ámbito de lo privado. Hay una incongruencia ahí que, en caso de incumplimiento, es decir, estamos pensando que todo va a funcionar muy bien, pero en caso de algún incumplimiento por parte de las petroleras el Estado Mexicano queda prácticamente en indefensión o va a quedar sujeto a lo que digan los tribunales internacionales.
También hay una diferenciación en el ingreso sobre PEMEX y las empresas privadas. Para una misma actividad, que es la explotación del hidrocarburo, hay un tributo, pero hay una diferenciación que no se establece en la Constitución a partir de quién está obteniendo, de quién está siendo esta actividad, si es una empresa productiva del Estado o si es una empresa privada, con lo cual vuelve inequitativo el régimen fiscal.
Se fue muy cuidadoso en la reforma constitucional en el tema de los egresos, pero me parece que hay un descuido evidente en ver cómo va a entrar esa renta al Estado, y no se puede diferenciar donde la Constitución no hace una diferenciación.
Es decir, al mismo ingreso que tiene la misma naturaleza tiene el mismo origen se va a diferenciar, dependiendo si es una empresa productiva del Estado o si es una empresa privada. Ahí hay una clara inequidad que contradice el concepto constitucional de que los ingresos deben ser equitativos.
Supongamos aquí que PEMEX podría, por ejemplo, establecer una controversia a la corte por un trato claramente diferenciado. También se va más allá de la Constitución en el caso de la concentración, bueno, lo voy a mencionar más adelante en la Tesorería de la Federación.
Otro punto en la Ley de Ingresos sobre Hidrocarburos: Las variables de la adjudicación. Se privilegia exclusivamente en esta ley que las variables de adjudicación sólo serán las económicas, el monto de inversión y lo que se va a obtener de renta. En los contratos es donde se tienen que incluir otras variables para así tener una política energética integral, por ejemplo, el desarrollo que se incluyó, el pago a las comunidades, que haya inversiones, poner incentivos para que haya inversiones.
Por ejemplo en petroquímica, y que podamos producir gasolinas que tanto se ha dicho aquí, van a bajar de precio, si no hay consideraciones en las variables de visión, con quién se va a asociar el Estado Mexicano, que haya incentivos a privilegiar a aquellos que tengan planes de inversión, por ejemplo, para el desarrollo de la petroquímica y con ello el desarrollo de la industria nacional y el empleo, bueno, pues no vamos a tener esos resultados a posteriori.
También en el caso del medio ambiente, si no ponemos como parte de las variables decisorias el tema del medio ambiente, estamos situándonos en una situación de tratar de regularlo ex post y esto no va a ser posible, que hagan compromisos ambientales, como ocurre en el caso del Reino Unido, para decidir con quién nos asociamos.
También debe haber metas y planes de inversión y producción por parte de las empresas privadas. Una de las mayores vulnerabilidades que ofrece esta reforma, es que desde el texto constitucional se garantizó a las s privadas que una vez que tienen su contrato y calculando el valor potencial del recurso que van a explorar, lo pueden incorporar a sus balances, lo pueden incorporar a sus activos.
Se dice: es que van a seguir siendo parte, tienen que poner hoy una nota al pie que diga que el petróleo sigue siendo parte de México, pero ello, al ponerlo en sus balances, ellos lo van a capitalizar, va a aumentar el valor de sus empresas, van a apalancarse en los mercados financieros internacionales y va a ir decidiendo conforme sus prioridades como empresa global.
Es decir, si tienen algún proyecto más atractivo en algún otro sector del mundo, van a utilizar el financiamiento que les da el contrato mexicano para desarrollar sus prioridades como empresa global.
Es lo mismo que sucede en el caso de los bancos. En el caso de los bancos, las decisiones o no de darle crédito al sector productivo mexicano depende de las prioridades globales, como en el caso de la crisis de 2010, donde buena parte de las utilidades del sector financiero mexicano fueron destinados a sus casas matrices para mejorar sus balances.
Aquí va a ser lo mismo, si no hay compromisos de desarrollo de metas de inversión y producción, lo que estamos exponiendo es que una vez que se tienen estos contratos y que se apalanquen en los mercados financieros internacionales, porque pueden contabilizar sus reservas como activos de sus empresas, pues no llegue finalmente la inversión o cuando menos no llegue en el corto plazo.
Entonces, las variables de adjudicación tienen que ir más allá de las variables económicas. Hay que incluir algunas otras que sí nos permitan desarrollar el sector desde otro punto de vista.
En el caso de las contraprestaciones que se están planteando, hay una regalía promedio del 14, 15, por ciento. En el esquema de regalías es la única variable que va a dar certeza en términos de renta. Todas las demás variables son discrecionales, el bono a la firma o la contraprestación que se va a fijar dependiendo del valor contractual de los hidrocarburos.
¿Pero por qué suponemos que esa parte que queda discrecional vamos a tener la suficiente fuerza como Estado para garantizar un buen acuerdo con las compañías petroleras internacionales?
Me parece que la única variable que nos puede dar certeza es la de regalías. Si vemos algún comparativo internacional, en el caso por ejemplo de Canadá puede llegar hasta 45 por ciento, en el caso de Estados Unidos puede llegar hasta 18 por ciento, es decir, me parece que estamos muy por debajo.
Creo que esta tasa de regalías podría incrementarse, vamos a hacer una propuesta de que llegue hasta el 35 por ciento y que dependa también de la cantidad de barriles que se encuentren en ese campo petrolero, la tasa de regalías que va a pagar.
Pero démosle certeza, la mayor certeza posible a la parte de la renta con la que se va a quedar el Estado Mexicano, no dejemos la mayor parte al tema de la contraprestación que se va a fijar contrato por contrato de manera discrecional, por parte de la Secretaría de Hacienda.
También hay otro tema importante: el de los costos. Mientras que para PEMEX están ya muy definidas las reglas a las que podrá sujetarse en términos de recuperación de costos y deducción de costos, que sí hay un avance en comparación a lo que tiene, pues se abre la puerta para que las empresas tengan la posibilidad de tener un tratamiento fiscal en este tema, mucho más generoso que PEMEX.
En el caso de las regalías, la sensibilidad a la tasa, entre combinar la tasa y regalías y la contraprestación es muy importante.
Es un escenario muy distinto. Por ejemplo, si se fija una contraprestación, la que es discrecional, la que no está definida en estas leyes, si se fija del 15 por ciento, ahí más o menos la renta para el Estado Mexicano sería como de 27 ó 30 dólares por barril, en un escenario donde el barril está en 100 dólares y si esta contraprestación se fuera al 30 por ciento, esta contraprestación que se fija discrecionalmente, se incrementaría en un 30 por ciento de sus ingresos.
Es decir, estaríamos como en 40 dólares por barril. Pero eso es lo que va a quedar en manos de la Secretaría de Hacienda y es un mundo de diferencia.
Me parece que necesitamos mayor certidumbre en las reglas fiscales que hoy se están estableciendo.
Pasando al tema del Fondo Mexicano del Petróleo. A ver, aquí hay, en la Constitución, en la Reforma Constitucional, de ninguna manera se desprende que estos recursos no van a ir a parar a la Tesorería de la Federación.
¿Por qué no van a entrar a la Tesorería de la Federación? Porque si combinamos esto de que los contratos están en el ámbito de lo privado, ese acuerdo entre partes y si los ingresos no van a entrar a la Tesorería, entonces se está convirtiendo al Fondo Mexicano del Petróleo, en un fondo de garantía para las corporaciones petroleras internacionales, para decirles: “oye: estate tranquilo. La parte de la renta que te toca, ni siquiera va a entrar a las arcas del Estado Mexicano”.
Lo vamos a tener aquí, por fuera, en el Fondo Mexicano del Petróleo, donde el Secretario de Hacienda tiene toda la posibilidad de controlar esos ingresos.
Además de darles la posibilidad de que incluyan en sus balances las reservas mexicanas de que se puedan apalancar en el exterior, de que haya prioridad en el tema de la explotación petrolera en materia de derechos de propiedad de la tierra para darle otra garantía al Estado, encima se arma este Fondo de Garantía para darle certidumbre en la parte de la renta que les corresponde.
Me parece que esto ni siquiera está establecido en la Constitución. Va más allá y es esta idea de mantener todo este manejo por fuera.
No hay razón para que no ingrese a la Tesorería y tenga el carácter de ingresos a la Nación esos recursos.
Me parece que se está dando un manejo como si esto fuera privado que, en un escenario de confrontación con las petroleras puede ser muy desafortunado porque vamos a estar en igualdad de circunstancias con las empresas que tienen mucho poder y además los ingresos ni siquiera van a formar parte del Estado Mexicano.
Es decir, si nos metemos en un litigio las posibilidades de derrota del Estado son mayores, sobre todo si le sumamos que tenemos empresa, tenemos reguladores todavía muy débiles.
También, el Fondo de Estabilización contar un Fondo de Ahorro. En realidad es un Fondo de Estabilización, no es un Fondo de Ahorro.
Si vemos el histórico de las contribuciones al presupuesto de los ingresos petroleros, en los últimos 10 años es alrededor del 4.5 por ciento; 4.5 puntos del PIB, que es más o menos lo que va a seguir contribuyendo los ingresos petroleros, principalmente PEMEX, al gasto mexicano.
Aquí se decía que se va a despetrolizar las finanzas. No, porque ahí está la garantía de ese 4.5 por ciento.
La única posibilidad de que haya recursos para becas, para investigación, para infraestructura, los otros rubros que señala el Fondo Mexicano es que la tasa de ingresos petroleros crezca por encima de la tasa de crecimiento de la economía, de tal manera que se puedan ir acumulando ingresos por encima del 4.5 por ciento.
Sin embargo, haciendo un escenario muy sencillo, vemos que para que esto ocurra tendríamos que tener una plataforma de exportación más allá de los 3 millones de barriles de petróleo, y que el precio se mantuviera por encima de los 100 dólares. Lo que sí está claro es que en los próximos cinco años, la plataforma de explotación seguramente va a disminuir; entonces, esto de que se va a acumular para estos rubros que inciden en la competitividad de nuestra economía, va a tardar por lo menos una década.
Y todo ello porque se sigue privilegiando el tema del petróleo como un flujo de efectivo. El considerar al petróleo mexicano como un activo, nos llevaría a que replanteáramos la forma en como estamos tratando de maximizar la renta petrolera.
En el mejor de los casos, a partir de estas reglas el Estado mexicano se va a quedar entre el 30 y 40 por ciento de la renta petrolera futura. Y no garantizamos, con el Fondo Mexicano, que vamos a gastar más y mejor; las reglas van a seguir siendo las mismas, el financiamiento va a ser para un gasto corriente creciente porque no se está dispuesto a revisar en qué estamos gastando, ni si esa inversión es productiva.
La gran reforma pendiente que se soslaya con esta reforma energética, es la reforma al gasto.
Muchísimas gracias.
SENADOR JOSÉ FRANCISCO YUNES ZORRILLA: Agradecemos la participación del senador Mario Delgado.
Y para ilustrar a la Asamblea, me permito dar lectura del registro de oradores que faltan para concluir esta primera ronda, y la segunda ronda.
Tendría el uso de la voz el senador Francisco Domínguez en este momento; posteriormente tendría el uso de la voz el senador Zoé Robledo; después de él el senador Luis Armando Melgar; y concluiría esta primera ronda de discusión, el senador Marco Antonio Blásquez.
SENADOR FRANCISCO DOMÍNGUEZ SERVIÉN: Con su permiso, senador Presidente.
En un país petrolero, como es México, es una materia prima que se convierte –como lo sabemos todos– en combustible, como la gasolina; todo tipo de plásticos; combustibles para la generación de electricidad; solventes, entre otros muchos. Por lo tanto, el petróleo mexicano tiene un valor elevado.
Sin embargo, para que el Estado mexicano pueda aprovechar este hidrocarburo y recibir renta petrolera, es necesario extraer el petróleo del subsuelo; para lo cual debemos pagar distintos costos, como la mano de obra, la renta de la maquinaria que tuvo que emplearse, el costo de la tecnología y cualquier otro costo financiero en que Pemex haya incurrido por endeudamiento.
La diferencia entre el valor del petróleo y el costo de extraerlo, eso es la renta petrolera. Voy a dar un ejemplo: si un barril de petróleo puede venderse hoy día en 100 dólares; pero el costo de Pemex para extraerlo fue de 20 dólares, entonces la renta petrolera será de 80 dólares por cada barril. Es decir, la renta petrolera, igual al valor del barril de petróleo, menos el costo de extraerlo: muy simple.
Es claro que si no se hubiera extraído este barril, de nada hubiera servido el petróleo y en nada se hubiera materializado el beneficio para el país, que tanto lo necesita.
De hecho, esta reforma energética que estamos a punto de concluir, busca aumentar la renta petrolera que recibimos todos los mexicanos; la cual puede dejar claro el mismo ejemplo: si hubiera otra compañía que pudiera extraer el petróleo, pero que pudiera tener mejor tecnología, sólo cuesta 10 dólares por barril su extracción, entonces la renta petrolera será de 90 dólares.
En otras palabras, el abrir a la competencia y a la innovación tecnológica, los costos de extracción pueden bajar y con eso el Estado Mexicano recibir más recursos por cada barril que se extraiga de crudo.
Más aún, existen criterios de yacimientos para los que simplemente México y PEMEX no tenemos tecnología para extraer ese crudo y los senadores lo sabemos. En estos casos el Estado Mexicano no tiene la capacidad de recibir por lo mismo ninguna renta petrolera de dichos campos, por no tener acceso a tecnologías que ya se han desarrollado en otras partes del mundo y que permiten explorar estos yacimientos, también aumentaría la renta petrolera de la Nación.
Pero ¿cómo asegurarnos en el Senado de la República que la reforma vaya a resultar en la mayor renta petrolera para el Estado Mexicano?
Por un lado, PEMEX –como saben bien ustedes– va a quedarse con la mayoría de los campos donde tiene ya mucha experiencia y donde sus costos son iguales o menores a la de las compañías internacionales. También mantendrá algunos campos para los cuales ya está desarrollando en estos momentos tecnología que le pueda permitir alcanzar estándares de iguales costos.
El resto de los campos se explotarán mediante contratos que se asignarán a quien entreguen el crudo al gobierno mexicano a cambio de una contraprestación, que quede claro. Para asegurar eso, se estarán haciendo licitaciones públicas con plena competencia internacional de forma que aseguremos que nadie obtenga más de lo que le toca de la renta petrolera mexicana.
Este proceso competitivo, donde además podrá participar PEMEX. De hecho, asegurar que no sólo mantengamos la renta petrolera, sino que recibamos que se incremente. Estos procesos han sido empleados con mucho éxito en países como Brasil, Colombia, Irak, Libia y Venezuela.
Una vez que el gobierno mexicano reciba la renta petrolera es necesario asegurarnos que se gaste en cosas que beneficien tanto a las generaciones actuales que tanta necesidad tienen hoy en nuestro México, como para las generaciones futuras, ya que hay que tener en cuenta que el gas y el petróleo son recursos naturales no renovables y hay que pensar en las futuras generaciones.
Además, cualquiera debe de poder conocer y en qué se gasta la renta petrolera. Para ello se crea el Fondo Mexicano del Petróleo para la estabilización y el desarrollo.
En primer lugar, todos los ingresos formarán parte de la renta petrolera, se depositarán en el fondo y se administrarán por separado del resto de los ingresos públicos. Cada año el fondo transferirá al Presupuesto de Gasto Público una proporción de la renta petrolera equivalente al 4.7 del Producto Interno Bruto para seguir financiando como hasta hoy programas sociales de infraestructura, educación, seguridad y servicios de salud, entre otros.
Una vez hecho lo anterior, el fondo depositará los ingresos adicionales en una cuenta de ahorro de largo plazo que deberá alcanzar un mínimo del 3 por ciento del Producto Interno Bruto.
SENADOR JOSÉ FRANCISCO YUNES MÁRQUEZ: Me pide, por favor, si podemos poner atención al señor senador que está haciendo uso de la voz.
Acepta la pregunta del senador Pedraza.
SENADOR FRANCISCO DOMÍNGUEZ SERVIÉN: A mi compañero y amigo, con mucho gusto.
SENADOR JOSÉ FRANCISCO YUNES MÁRQUEZ: Adelante, senador.
SENADOR ISIDRO PEDRAZA CHÁVEZ: Gracias, presidente.
Estoy oyendo la argumentación del compañero Domínguez y hay dos cosas que vale la pena establecer, para que él las pudiera precisar.
¿Es qué apartado de este conjunto de leyes viene la definición de renta petrolera?
Dos, a partir de lo que se ha ido mencionando del Fondo Petrolero, a su juicio ¿cuál es el porcentaje utilizable ara los programas sociales que se han estado hablando? Porque en esta distribución que se ha planteado no se nota y no se siente que pueda ser presente.
Si pudiera usted darme respuesta, muchas gracias.
SENADOR FRANCISCO DOMÍNGUEZ SERVIÉN: Pues yo creo que, compañero senador, en cuanto los senadores tengamos la responsabilidad y ojalá pudiéramos terminar el miércoles, y cuando empiece este decreto y empiece a funcionar esta reforma pasando la ronda cero, en el mes de septiembre, empezaríamos a ver ese 4.7 que se le dejará al gobierno federal, para ir con los programas de educación, de salud, de infraestructura de campo y la diferencia irá al Fondo Mexicano.
¿Cuánto va a ser? Desde mi forma personal creo que el primer año va a rebasar el 5 por ciento del Producto Interno Bruto y entonces cumplirá con los 4.7 y dejará los primeros tres puntos al Fondo Mexicano de Estabilización, para que disfruten las siguientes generaciones y así cada año hasta acumular el tres por ciento en esa gran bolsa de ahorro.
Espero haya podido contestar su pregunta.
SENADOR JOSÉ FRANCISCO YUNES MÁRQUEZ: Continúe con su participación, senador, por favor.
SENADOR FRANCISCO DOMÍNGUEZ SERVIÉN: Una vez hecho lo anterior, el Fondo depositará los ingresos, como ya lo dije, a un tres por ciento del Producto Interno Bruto.
Este ahorro tendrá dos funciones: primero, terminar como ahorro que nos permita afrontar imprevistos graves que pudiera tener la economía mexicana. Por ejemplo, si el 94 el PRI hubiera cambiado sus estatutos y nos hubiera ayudado en el 2008 a esta reforma energética, cuando gobernaba el PAN, ya hubiéramos podido sacar adelante
.
Y aquí demostramos que la mezquindad del PAN no se repite como sí se dio en el PRI en el pasado, ya que hubiéramos tenido desde entonces recursos ahorrados del tres por ciento del Producto Interno bruto si en el 94 tuvieron esa gran crisis provocada por el gobierno federal emanado del PRI.
El ahorro servirá para que también tengamos la generación desde México, que aún no nacen, puedan beneficiarse también de lo que estamos haciendo hoy, de su petróleo y de su gas que se produce en México.
Una vez que se alcance el nivel mínimo del ahorro del Fondo de tres puntos del Producto Interno Bruto, una parte de los ingresos adicionales podrán destinarse a conceptos de gasto, entre potros financiar infraestructura y aquí que quede claro, si está puesto financiar ciencia, tecnología e innovación en un 30 por ciento y por primera vez que un joven pueda decir el petróleo mexicano me dio la beca para estudiar una licenciatura y un postgrado.
Por fin que los mexicanos puedan decir que Petróleos Mexicanos sí es mío y lo siento porque me está pagando mi beca. Por fin que los mexicanos puedan decir a todos aquellos trabajadores que no tengan Seguro Social o que no tengan ISSSTE, ese 10 por ciento del Fondo Mexicano pague a todas aquellas mujeres, hombres que han trabajado y que no tengan el Seguro Social, el Fondo Mexicano podrá pagar su pensión universal. Es cierto, y estoy totalmente de acuerdo con él.
No se podrá gastar un solo peso en sueldo, en burocracia o en prestaciones de los servidores públicos. No más corrupción en PEMEX.
El Fondo Mexicano del Petróleo será un órgano con completa autonomía, que será administrado con total transparencia a través de un comité técnico.
Y en este comité técnica, el Gobierno Federal sólo tendrá dos consejeros: el Banco de México, una institución autónoma, tendrá otro consejero y el Senado aprobará el nombramiento de otros cuatro consejeros independientes.
O sea, este Senado de la República tendrá esa enorme responsabilidad que sea transparente.
El Fondo y la Secretaría de Hacienda publicarán, mensualmente –y esto que nos quede claro, para que cuando se hable en contra y a favor lo digamos--; se publicará mensualmente y en una página de Internet de fácil acceso y de principio de máxima difusión, toda la información que nos permita conocer las respuestas a las siguientes preguntas, y quiero precisarlas:
Quién tiene un contrato, cuánto gas y cuánto petróleo se produce en el área correspondiente. Cuánto se le paga al contratista. Cuántos ingresos recibe el Estado Mexicano. Cuánto dinero se transfirió al gasto público.
Y vuelvo a contestar su pregunta: lo podrá consultar por Internet de fácil acceso y como senador pues tendrá mucho más por sus asesores, ahí con claridad.
Cuánto dinero se ahorró y cuánto asciende el saldo a la cuenta de ahorro. Cuánto se está gastando en destinos específicos entre otras muchas preguntas.
Yo creo que esta aportación del Senado de la República le va a dar tranquilidad a las mexicanas y a los mexicanos.
Es decir, cualquier mexicana y cualquier mexicano, podrá acceder a la información que le permita evaluar el funcionamiento de esta Reforma Energética y el secreto fiscal no aplicará a los contratos.
Es cuánto Presidente. Pero ha sido más generoso con otros compañeros y compañeras.
Muchas gracias.
SENADOR JOSÉ FRANCISCO YUNES ZORRILLA: No hombre. Agradecemos la participación del senador Francisco Domínguez.
Y tiene el uso de la voz, para posicionar en contra del Dictamen, el senador Zoé Robledo.
SENADOR ZOÉ ROBLEDO ABURTO: Muchas gracias senador Presidente de la Comisión.
Compañeras y compañeros senadores:
Desde el inicio de esta discusión, tanto en Comisiones como en el Pleno y en algunos medios de comunicación, yo he sido insistente en hacerles una pregunta:
¿Reforma Energética para qué? Yo quiero y sigo preguntándome en dónde, en la ley, no en las promesas ni en los spot, en dónde se establecen los compromisos sociales y de verdadera transformación para los mexicanos que harían, ahora sí, rendir la renta petrolera y obtener de ella beneficios para absolutamente todos los mexicanos.
Y no puedo negar que ha habido intentos por responder pero que se han quedado en eso nada más, en intentos, casi, casi en simulacros y que las respuestas han sido muy generales y han sido a partir de promesas, que no tienen un respaldo en la ley.
Promesas como la del senador Domínguez, que dice –y respeto su opinión– que él cree que vamos a tener un crecimiento económico del 5 por ciento; pero esa es una promesa, eso ojalá sea así, senador. Pero si no es así, ¿qué pasa? ¿Dónde están los compromisos sociales de esta reforma energética?
En los textos legales que aquí se están a punto de aprobar, no existen, no están. Han respondido muchas veces, confundiendo los medios con los fines, o aun peor, hablando sólo de manera retórica de los posibles beneficios o las posibles bondades derivadas, si y sólo si se cumplen una serie de supuestos.
Hubo incluso algún compañero senador que expresó que los compromisos sociales no estaban contemplados en las leyes que habíamos discutido anteriormente y que tuvieron como Cámara de origen el Senado de la República, justamente porque estaban en este paquete de dictámenes, porque estaban en lo que tenía que ver con egresos e ingresos de la renta petrolera y del ingreso de hidrocarburos; y particularmente se habló –y aquí se ha seguido diciendo– que el compromiso social de la reforma está plasmado en la Ley del Fondo Mexicano del Petróleo para la Estabilización y el Desarrollo.
Y por eso es que hoy acudo nuevamente a esta Tribuna, a preguntar otra vez, ¿en esta ley es en donde realmente se define el para qué de esta reforma?
Si es así, bueno, vamos a revisarla, porque en la Ley del Fondo Mexicano del Petróleo quedan claras cuáles son las prioridades del destino de los recursos que esperan obtener del nuevo modelo de extracción de nuestra principal riqueza nacional; bueno, ¿cuáles son esas prioridades?
Primero, garantizar el pago a las inversiones de las empresas privadas y garantizar los ingresos del Gobierno Federal y en una proporción, los ingresos y las participaciones de los estados de la República. Si algo sobra, si algo sobra entonces será para extraer más petróleo; y si algo sobra de ahí, será para el ahorro de largo plazo.
El llamado, ahora muy escuchado “indeclinable compromiso social de
esta reforma”, simplemente no se ve, simplemente no está en la ley, simplemente no existe. El Fondo Mexicano del Petróleo confirmará que su concepción de beneficio social es exactamente igual a mayor dinero para el Gobierno Federal; y honestamente senadores, siendo muy serios y siendo muy rigurosos: ¿pensar que el beneficio social es automático en el momento en el que el Estado mexicano tiene más recursos?
En los últimos 30 años ha quedado demostrado que no es así, que no ha funcionado y que ese modelo ha fracasado una y otra vez.
El Fondo Mexicano del Petróleo, como está en la ley, deja de lado además valiosísimas experiencias internacionales, como lo son el fondo de Noruega, el de Alaska o el de Brasil –sólo para hacer algunos ejemplos–; y convierte la posibilidad –como se ha mencionado aquí– de despetrolizar nuestra economía, convierte al Fondo Mexicano en una sucursal del Sistema de Administración Tributaria, sin un sentido social prioritario.
Bajo los principios que van a regir a este Fondo, se pierde –lo repito– la gran oportunidad de despetrolizar la economía. El Gobierno Federal continúa con la tendencia de los últimos años de financiar el gasto público mediante ingresos petroleros y no tiene como prioridad generar un fondo de ahorro sustancial.
Con la tendencia actual –y aquí es donde yo me permitiría disentir de mi compañero, el senador Domínguez–, la promesa de que la tendencia actual de producción de Pemex, con declinaciones en el último año del 3 por ciento, es altamente probable que los recursos que obtenga el Fondo serán menores al 4.7 por ciento del PIB para el periodo de 2015 a 2018. Esa es mi opinión.
Y, ¿dónde fundamento esta opinión? En que la promesa de producción de crudo y la promesa de que aumentará a 3 millones de barriles diarios, como ya lo mencionaba el senador Mario Delgado, parece simplemente imposible, parece simplemente irreal esta idea de que para el 18 vamos a estar produciendo 3 millones de barriles diarios, incluso el Instituto de Estudios Energéticos de la Universidad de Oxford, señala que es simplemente imposible; técnicamente imposible de alcanzar.
Incluso, ese Instituto de Estudios Energéticos de la Universidad de Oxford, asegura también que las actuales reformas no tendrán ningún impacto material antes del año 2020.
Por eso, en el largo plazo y siempre que exista un crecimiento de la producción petrolera nacional, es como el Fondo podría empezar a acumular recursos. Sin embargo, –y también hay que dejarlo muy claro– ante cualquier disminución en los precios de crudo o ante un decremento de los ingresos tributarios no petroleros, entonces los recursos del patrimonio del fondo se van a utilizar para suplir estas caídas, lo que no fomentará la disciplina fiscal del gobierno federal.
Por otro lado, no se están poniendo límites a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público para evitar el uso discrecional de estos recursos. Además, pensemos que si en el largo plazo el fondo llegara a superar el 10 por ciento del PIB, pensando en un escenario muy favorable, los rendimientos reales del fondo serán transferidos al Presupuesto de Egresos de la Federación sin garantizar que estos rendimientos se etiqueten para inversión social y sin garantizar que estos rendimientos se etiqueten para proyectos de infraestructura, lo que va a provocar la enorme tentación permanente del gobierno federal de usarlos en gasto corriente.
No es una idea, una premonición, es voltear a ver la experiencia de lo que ha pasado cuando hemos tenido excedentes de esta naturaleza.
Esto además hay que contrastarlo, porque se habla mucho de que el fondo tiene una visión de largo plazo. Contrastémoslo con los fondos noruegos, el fondo noruego o el fondo de Alaska, cuyos activos representan como proporción del PIB 150 por ciento en el caso de Noruega y 87 por ciento en el caso de Alaska, porque sí están pensados en fondos de muy largo plazo, en donde incluso solamente el 4 por ciento de los intereses son los que se pueden utilizar para el presupuesto. En nuestro caso, el 100 por ciento de los intereses pueden ir directamente para las arcas del Estado.
Además, –déjenme señalar de manera muy breve– cuatro errores de diseño que, me parece, tiene esta Ley del Fondo Mexicano.
Primero. La transparencia del fondo es muy cuestionable, en virtud de que las disposiciones que regulan los fideicomisos públicos –así dice el artículo 3º– no le serán aplicables. Con esto lo que se va a permitir es total discrecionalidad por parte del Banco de México para realizar la encomiendo fiduciaria y se limita la capacidad de acción de la Auditoría Superior de la Federación para revisar y verificar la administración del fideicomiso.
Lean el artículo 3º, así lo dice, simplemente que las disposiciones que regulan los fideicomisos públicos de nuestro país no se van a aplicar a este fondo.
Segundo. Los lineamientos para la selección de los miembros independientes del Comité Técnico, efectivamente hay un cierto control democrático dándole la aprobación al nombramiento presidencial al Senado de la República; sin embargo, hay un detalle en artículo 9 en donde no se impide que los miembros del Comité sean parientes en primera línea de cualquier accionista, de cualquier socio, dueño o funcionario, directivo, representante legal o asesor de cualquier asignatario contratista. Esto, ¡ojo!, nos puede poner en una condición de que los miembros del Comité puedan tener claros conflictos de interés.
Es un tema de diseño, todavía se puede corregir. Ojalá así sea.
Tercero. La política de inversión del fondo no establece lineamientos estratégicos importantes para el país. No se está dando aquí un mandato al fondo para invertir cierta proporción de los activos financieros en instrumentos mexicanos o en instrumentos internacionales, con lo que se faculta al administrador del fondo esta decisión. Lo anterior está en el artículo 17.
Y, finalmente, no hay un componente ético para definir cuáles son las inversiones y en qué sectores o empresas puede hacer inversiones el fondo. En el Fondo Noruego se eliminan cualquier tipo de empresas que pudieran tener algún cuestionamiento. ¿Cuáles?, las que utilizan trabajo infantil, productores de armas, productores de tabaco.
En el Fondo Noruego, en ese modelo sí se limita a dónde se pueden hacer las inversiones. Hay un componente ético. Aquí simplemente no existe.
Por eso, compañeras y compañeros senadores, me parece que esta reforma está perdiendo todo el sentido social que debió haber tenido desde el principio. Aun los pensadores más liberales del mundo, las instituciones que trazan políticas públicas globales del capitalismo están en este momento criticando y cuestionando el modelo que aquí se está a punto de aprobar.
Déjeme –para no variarle– hacer una recomendación de un libro que publicó el Fondo de Cultura Económica el año pasado, a finales del año pasado, es: “Más allá de la mano invisible” de Kaushik Basu. Se trata ni más ni menos del primer economista y primer vicepresidente del Banco Mundial, y profesor de estudios internacionales de Economía en la Universidad de Cornel.
Ese libro se acaba de presentar la semana pasada aquí, en nuestro país, estuvo su autor y uno de los comentaristas fue el gobernador del Banco de México, vaya, no estamos hablando de alguien que no sea ortodoxo respecto al capitalismo y él mismos, de las sugerencias que hace, propone lo siguiente:
Al diseñar la política es muy importante tratar de especificar nuestros objetivos últimos. Lo bueno o lo malo de esa acción depende de la forma en que se afecte a lo que en última instancia valoramos de nuestra sociedad.
Y propone una medida que si bien podríamos adoptar en México y en esta reforma energética, dice él que para evaluar el bienestar del país hay que enfocarnos en el bienestar y en el ingreso del último quintil de la población, es decir, el 20 por ciento más pobre de los mexicanos, concentrarnos en las personas que están en situación más desventajosa.
Dentro de la sociedad –dice Basu- debe ser el principal objetivo de todas las acciones de la economía, lo dice un funcionario del Banco Mundial.
Ahora quiero preguntarles, senadores y senadoras, ¿qué le va a dejar esta reforma al último quintil de los mexicanos, que le va a dejar esa reforma al 20 por ciento de la población menos favorecida de nuestro país?
Honestamente no sé si ya tienen la respuesta o simplemente nos e han hecho esa pregunta.
Es cuanto, senador Presidente.
Muchas gracias.
SENADOR JOSÉ FRANCISCO YUNES MÁRQUEZ: Al contrario, muchas gracias a ustedes, senador Robledo.
Para argumentar a favor del dictamen tiene el uso de la voz el senador Luis Armando Melgar.
SENADOR LUIS ARMANDO MELGAR BRAVO: Gracias, senador Presidente.
Antes que nada, gracias por la oportunidad que nos dan al partido verde Ecologista de participar en este debate que, sin lugar a dudas, es un debate que tiene toda la importancia para el país y quisiera comenzar por en parte las reflexiones que aquí, de manera muy somera, hacía mi compañero, paisano y senador, Zoé Robledo.
Cuando hablamos de los beneficios sociales de esta reforma, tenemos que entender en qué consiste, dónde estamos hoy, tenemos que entender cuál es el punto de partida. Es muy sencillo venir, pararse en esta tribuna y hablar de lo que supuestamente no está contenido en la ley.
Le diría: no confundamos crecimiento económico con aportación de renta petrolera, para empezar. No confundamos conceptos ni tratemos de manipular que no hay beneficios sociales en estos instrumentos que se están planteando.
Creo que claramente se está generando un gran avance de lo que hoy se tiene, a dónde se quiere ir y siempre hay un punto de partida ay siempre hay corto plazo, mediano plazo y largo plazo y todos los países que aquí han sido mencionados, empezando por Noruega, todos han tenido un recorrido, pero de todos podemos y hemos aprendido la gran lección: el apostarle a diversificar el riesgo, como es lo que pretende esta reforma, es la mejor manera de darle los beneficios a los mexicanos en ese quintil, en ese mismo quintil que se habla, porque aquí tiene que ser parejo y lo que se busca es crecimiento económico.
Y el crecimiento económico sólo se logra generando empleo y los empleos se logran con la inversión, no sólo del recursos público sino del recurso privado.
De manera muy sostenida y de manera muy transparente, salvaguardando la seguridad energética del país, salvaguardando la seguridad nacional de nuestro país.
Claramente la ley cuando habla de la Ley de Ingresos de Hidrocarburos, lo que hace de manera sencilla es establecer las reglas del juego, que no las estamos inventando nosotros, en todo los países productores de petróleo se establece con claridad cómo y cuánto van a ganar los que participen en el sector, no se está descubriendo nada, se están estableciendo cosas que ya existen, como se hace con enorme claridad.
En el Fondo Mexicano del Petróleo, bueno, créanme que si algo se está haciendo importante en esta ley es pasar de un instrumento, un fideicomiso que se tuvo durante un ñoco más de 12 años, que empezó desde el 2001, a llegar hoy a una ley donde se establecen reglas claras, una ley donde el gobierno asume una participación y se hace una invitación a cuatro miembros que no necesariamente van a ser miembros del gobierno.
Lo que está buscando es tener un instrumento para repartir riqueza. Sí, hoy ¿Dónde estamos? Estamos en el 4.7, correcto, pero eso no significa y creo que todo mundo entendemos que el hecho de que PEMEX disminuya su riego y aumentemos la participación de otros actores, nos debe de llevar necesariamente a que ese 4.7 que hoy vale la aportación que PEMEX hace en renta petrolera necesariamente va a crecer, porque tenemos ese problema hoy que es que no estamos teniendo un aumento en nuestra producción, pero que sin duda recursos sí los hay y le vamos a apostar con las reglas del juego que este sector energético tiene. No estamos inventando nada nuevo compañeros.
Tercero. Cuando hablamos de la deuda, que es el tercer aspecto de esta ley, muy importante, de estas disposiciones.
Cuando hablamos de lo que se pretende hacer con la deuda pública, en el caso de CFE y en el caso de PEMEX, tampoco podemos estar queriendo ahora sí que tapar el sol con un dedo.
Se está reconociendo una realidad, se está actuando con responsabilidad y se le está tratando de dar a CFE y a PEMEX una viabilidad como empresas que puedan competir y que estén de cara a la realidad económica.
Compañeras y compañeros senadores:
Yo creo que hay que entender que estas tres leyes, o esta Reforma, o estas reformas, o todas estas reformas legales que se están aquí planteando tienen un sentido de orden, tienen un sentido, y esto lo digo por la parte del concepto, cuando decía alguien aquí que se confundían los fines con los medios.
Si nosotros entendemos el concepto nos tiene que quedar muy claro como legisladores a todos, es que con esta ley se está partiendo de un principio de establecer orden, establecer transparencia y generar crecimiento económico.
Y no querer verlo y llegar aquí con una serie de falsos debates es volver otra vez a tratar de decir no es por ahí.
Entonces, si la experiencia internacional no ha sido suficiente para que entendamos que México está haciendo un ejercicio de cara a la realidad económica, que no inventamos nosotros, que existe en el mercado petrolero, no estamos entendiendo nada de esta Reforma.
Eso sería toda mi primera reflexión Presidente. Y muchas gracias por su tiempo.
SENADOR JOSÉ FRANCISCO YUNES ZORRILLA. Agradecemos la participación del senador Luis Armando Melgar.
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