INFORME DE LABORES DEL SEGUNDO AÑO DE EJERCICIO DE LA LXII LEGISLATURA DEL SENADOR RAÚL CERVANTES ANDRADE, PRESIDENTE DE LA MESA DIRECTIVA DEL SENADO DE LA REPÚBLICA
SENADOR RAÚL CERVANTES ANDRADE: Doy la bienvenida a los invitados a esta junta previa que se convoca antes de iniciar cada año de ejercicio legislativo y que en esta ocasión es propicia para la presentación formal del informe de actividades y resultados del Senado de la República, que concluye hoy en su encargo de segundo año de ejercicio de esta Sexagésima Segunda Legislatura.
Agradezco la presencia del diputado José González Morfín, presidente de la Cámara de Diputados. Sea usted bienvenido.
Al doctor José Antonio Meade Kuribreña, secretario de Relaciones Exteriores. Al doctor Agustín Carstens Carstens, gobernador del Banco de México. Al doctor Miguel Ángel Mancera Espinosa, jefe de gobierno del Distrito Federal.
Al doctor Raúl Plascencia Villanueva, presidente de Comisión Nacional de Derechos Humanos. Al doctor Lorenzo Córdova Vianello, comisionado presidente del Instituto Nacional Electoral. A la doctora Ximena Puente de la Mora, presidenta del Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos.
Al maestro Gabriel Oswaldo Contreras Saldivar, comisionado presidente del Instituto Federal de Telecomunicaciones. A la maestra Alejandra Palacios Prieto, comisionada presidenta de la Comisión Federal de Competencia Económica.
Al licenciado Felipe Solís Acero, subsecretario de Enlace Legislativo y Acuerdos Políticos de la Secretaría de Gobernación. Al magistrado Marco Vinicio Martínez Guerrero, presidente del Tribunal Superior Agrario. A la doctora Teresa Bracho González, consejera del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación. Y al representante de la Conferencia Permanente de los Congresos locales.
Reconozco y agradezco la presencia de los señores integrantes de la Administración Pública Federal y de los órganos constitucionales autónomos que nos acompañan, y que nos honran con su testimonio en la presentación del informe de actividades del Segundo Año de Ejercicio de la Sexagésima Segunda Legislatura del Senado de la República.
Con el permiso de mis compañeros y compañeras senadoras y senadores, hago uso de esta Tribuna por ocasión última en mi calidad de presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República en el Segundo Año de Ejercicio constitucional de la Sexagésima Segunda Legislatura del Congreso de la Unión.
Y lo hago principalmente con el propósito de dar cumplimiento, de forma institucional y republicana, a dos principios constitucionales, que hoy más que siempre debemos entender, promover y cumplir: la transparencia y la rendición de cuentas.
Distinguidas autoridades que nos honran con su presencia en esta Cámara de Senadores, señoras y señores:
La democracia constitucional se basa en la representación política y como régimen representativo, se basa a su vez en la voluntad popular. Junto a ella, para el adecuado funcionamiento de los parlamentos son indispensables la democracia argumentativa y la democracia deliberativa como prácticas permanentes; como forma de trabajo diario para que la representación política sea auténtica y eficaz, en un órgano plural en el que se debaten posiciones e ideas diferentes entre sí, pero igualmente válidas, en tanto manifestaciones, todas ellas de los legítimos representantes de la sociedad.
Nuestras ideas son valiosas por principio de cuentas, porque representan la forma de pensar de algún sector de la población. De ahí la importancia del respeto, pues faltar a las ideas de alguno de nosotros, es faltar a las ideas de algunos de los mexicanos; y todos sin distingo están y deben de estar representados en esta soberanía.
Los trabajos de este Segundo Año de Ejercicio se llevaron a cabo en un ambiente de diálogo, entendimiento, tolerancia y racionalidad; el cual configuró el marco político idóneo para el desarrollo ordenado e institucional de las amplias discusiones y de los intensos debates sobre los temas de interés nacional de los que se ocupó este órgano.
El respeto al derecho a disentir y a la decisión de la mayoría, fortalece nuestra vida democrática como sociedad y nuestra democracia constitucional como nación. Estos dos principios son connaturales a los órganos representativos y constituyen, a su vez, su razón de ser y su justificación.
En una democracia decide el pueblo a través de sus representantes, a veces por consenso, a veces por mayoría; pero siempre sobre la base de que todas las voces tienen que ser escuchadas y deliberadas porque todas son igualmente representativas.
Estos principios no son antagónicos ni reconciliables, sino claramente compatibles, porque se basan en otro elemento igualmente esencial de las democracias constitucionales y de sus instituciones, que es el respeto a la pluralidad política.
La observancia permanente de este principio a lo largo de nuestros trabajos legislativos nos ha caracterizado como cuerpo deliberativo y nos ha fortalecido como órgano del Estado.
A pesar de nuestras diferencias ideológicas, estoy convencido de que cada senadora y cada senador somos intérpretes de lo que quieren nuestros compatriotas y de lo que México necesita. Por eso nuestras coincidencias son mucho más amplias que nuestras divergencias y se basan en una visión de Estado que nos mueve a analizar propuestas y a debatir ideas, pensando siempre en el progreso de nuestro país y en el bienestar de todos los mexicanos.
Lo que hemos pretendido, y estoy seguro que lo estamos logrando, es crear un marco constitucional y legal para contribuir a la construcción de una sociedad más justa e igualitaria en la que todos vivamos mejor, para lo cual es imprescindible el pleno ejercicio de nuestros derechos humanos, para cuya eficaz realización corresponde al Estado crear las condiciones legales y materiales indispensables para que esto pueda ocurrir en la realidad.
Las senadoras y los senadores queremos lo mismo: su progreso, su desarrollo y el pleno cumplimiento de los fines superiores descritos en la Constitución.
Por eso, si acaso, y no siempre, ni sistemáticamente, podemos diferir en los medios o en los procedimientos para lograrlo, pero nunca en los propósitos ni en los objetivos que animan nuestros esfuerzos y nuestras decisiones como integrantes de este órgano deliberativo.
Las democracias se enfrentan al juicio y a la evaluación que hacen de ellas los ciudadanos representados en sus órganos constitucionales. Nadie pone en duda la importancia y la vigencia de la forma de gobierno representativa, no obstante la cual, la representación política en el mundo moderno resulta insuficiente por sí misma si no viene acompañada de la colaboración de la sociedad civil para lograr los resultados tangibles que satisfagan las expectativas de la población.
Nosotros estamos trabajando por México y por los mexicanos. La parte del compromiso con México y que ha tocado realizar al Congreso de lo Unión en lo general y al Senado de la República en lo particular, implica hasta el momento un intenso y cuidadoso trabajo legislativo sin precedentes en nuestro país en los últimos tiempos.
Las reformas constitucionales y legales, así como la expedición de diversas leyes, entre otras, en materia educativa, de competencia económica, de transparencia, de telecomunicaciones, fiscal, de justicia penal, político-electoral y energética, representan un nuevo marco normativo idóneo para el diseño y la aplicación de políticas públicas y de acciones de gobierno que hagan posible el logro de lo que todos los mexicanos esperan de sus órganos de gobierno y de que nuestra democracia constitucional sea de resultados.
Las trascendentes modificaciones constitucionales y legales que hemos aprobado inciden directamente en el capítulo de los derechos humanos contenido en nuestra ley fundamental.
El Senado de la República, con su ámbito competencial, ha contribuido a la transformación del marco normativo indispensable para impulsar el crecimiento económico y el desarrollo social de nuestro país, en tanto son condiciones necesarias para que el respeto y la protección de los derechos humanos pasen del nivel declarativo al de su concreción y aplicación eficaz en la realidad, a partir de la responsabilidad común de todos los órganos del Estado en el proceso de construcción de una sociedad basada en la libertad, la igualdad y la justicia social.
Los derechos humanos constituyen el eje de la construcción de la agenda legislativa del Senado de la República. En el ejercicio de nuestras atribuciones ocupa un lugar privilegiado el ser humano y sus derechos fundamentales, cuya protección está prevista en nuestra ley fundamental a partir del principio pro-personal y de los que la universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad.
Este órgano representativo ha trabajado intensamente a favor de la igualdad de derechos, de la equidad, de la tolerancia, de la no discriminación, de la proscripción de la tortura, y ahora debe hacerlo en aras de lo que ha denominado: el principio pro mujer. El cual representa un paso adelante y un estadio superior en la concepción del respeto de los derechos fundamentales.
Estos cambios estructurales no hubieran sido posibles sin el compromiso, la visión y el oficio político de los coordinadores de los grupos parlamentarios, que constituyen la base de la organización política de esta casa, del pacto federal.
Por ello, mi respeto y reconocimiento a los liderazgos del Presidente de la Junta de Coordinación Política, el senador Jorge Luis Preciado Rodríguez, por su permanente invitación e impulso para la construcción de acuerdos y consensos.
Muchas gracias, señor senador.
Al senador Manuel Bartlett Díaz, por su invariable respeto a la conducción de los trabajos del Pleno y por su contribución a la gobernabilidad.
Mil gracias, señor senador.
Al senador Jorge Emilio González Martínez, por su disposición para promover y alcanzar los acuerdos necesarios para el cumplimiento de nuestras tareas.
Al senador Miguel Barbosa Huerta, destacado legislador y líder de su Grupo Parlamentario, preocupado siempre por el respeto del procedimiento legislativo y de las normas reglamentarias del Senado de la República.
Al senador Emilio Gamboa Patrón, político respetuoso, atento y amigo de todos, en su condición de gran líder de la mayoría parlamentaria.
El papel de todos y cada uno de ustedes fue determinante para alcanzar los resultados comprendidos en el informe que el día de hoy me permiten entregar, sino también lo es y lo subrayo, para la gobernabilidad y el funcionamiento de este Pleno, requisitos sin los cuales no hubiera sido posible lo que hoy estamos informando.
Enhorabuena, señores coordinadores.
Durante el año legislativo que concluye mantuvimos una relación institucional estrecha y cordial, la cual agrademos siempre en un marco de estricto respeto a la división de poderes, especialmente con la Cámara de Diputados, con cuyos integrantes de su respectivo órgano de gobierno alcanzamos importantes acuerdos para hacer más eficiente nuestro trabajo común, pero también con el Poder Ejecutivo, el Poder Judicial, así como con los congresos locales de las entidades federativas, con los organismos constitucionales autónomos, con representantes de los tres órdenes de gobierno, con la ciudadanía y la sociedad civil organizada.
Esto, toda vez que el Senado de la República forma parte de un poder cuyo funcionamiento no puede lograrse de manera adecuada sin la comunicación, coordinación y colaboración entre todos ustedes.
Como todos ustedes saben, durante la actual legislatura, en el Senado Mexicano hemos adoptado el modelo de Parlamento Abierto. El parlamento Abierto a la sociedad, este esquema que implica el cumplimiento de una serie de medidas, entre las que se encuentran promover la cultura de la transparencia a través de la legislación, involucrar a los ciudadanos y a la sociedad civil, intercambiar buenas prácticas, proporcionar información de forma oportuna; informar a los ciudadanos con respecto a la agenda parlamentaria; publicar actas de deliberaciones plenarias, publicar informes y garantizar la accesibilidad en todo el país.
Dichas medidas, así como el resto de las establecidas en la Declaración sobre Transparencia Parlamentaria, las hemos adoptado.
Una muestra de ello han sido los procesos deliberativos, no solamente en el crisol plenario, sino al interior de las comisiones, las cuales han incluido una gran cantidad de foros, paneles y audiencias públicas, en las que se ha escuchado la voz de expertos, representantes sociales y denla sociedad civil organizada, muchas organizaciones no gubernamentales, cuyas aportaciones han sido de gran valor para hacer corresponder las reformas, las nuevas leyes, con la realidad actual, en todas y cada una de las actividades del Senado de la República, a efecto de cumplir con el principio esencial del parlamento Abierto, que es el de la colaboración.
Una de estas estrategias que dicta el instrumento rector en materia de transparencia al que me he referido, es la de garantizar la accesibilidad en todo el país, así como nuestro compromiso indeclinable con la vigencia de la inclusión social, nos han llevado a desarrollar una estrategia innovadora para difundir las actividades y los resultados de este informe.
Hemos echado mano de los avances de la tecnología, para que mediante la puesta en operación de una herramienta que combina internet, democracia y desarrollo sustentable, llegar a la mayor cantidad posible de mexicanas y mexicanos.
Hace unos momentos presenté ante los medios de comunicación que cubren la fuente del Senado de la República, la aplicación digital por medio de la cual quienes estén interesados podrán conocer el trabajo en general de este año legislativo; así como la labor llevada a cabo por cada uno de los grupos parlamentarios, las comisiones, las senadoras y los senadores. Estamos rompiendo esquemas con el propósito de colocarnos a la altura de las nuevas generaciones de mexicanos.
Mediante esta aplicación, el informe no contendrá una sola visión de quien lo elaboró; sino que se nutre con toda las visiones de los senadores y senadoras que conforman este Pleno.
Un ámbito de gran trascendencia para el Senado de la República es el de las relaciones interinstitucionales. Corresponde a esta soberanía la importante atribución de analizar la política exterior del Gobierno Federal, con base en los principios establecidos en nuestra Constitución; así como las relevantes facultades de aprobación de los tratados internacionales firmados por el Jefe de Estado y de los nombramientos de representantes diplomáticos de nuestro país en otras naciones.
El respeto de las normas internacionales, la observancia de las resoluciones de los organismos previstos en ellas y la diplomacia parlamentaria; son algunos de los instrumentos que contribuyen al adecuado cumplimiento del papel que corresponde desempeñar al Senado en este sentido.
México ha ocupado tradicionalmente una posición muy significativa en la región geográfica en la que pertenece, la cual ahora se ha reforzado en la trascendental vertiente de la protección y garantía de los derechos humanos.
La constante vinculación de los integrantes del Senado mexicano, con los representantes diplomáticos de diferentes países, con el nuestro, su participación en foros y encuentros internacionales; así como el intercambio de las mejores prácticas parlamentarias, ha sido una prioridad.
La visita de importantes mandatarios y personajes políticos a nuestro país y a este recinto durante el Segundo Año de Ejercicio de esta Legislatura, como los señores Francois Hollande y Shimon Peres, constituyen pruebas inequívocas de la importancia que se concede en el mundo al Estado mexicano y un compromiso ineludible de este órgano representativo, el cual debe seguir contribuyendo en su ámbito competencial al desenvolvimiento exitoso y productivo de nuestras relaciones internacionales.
El fortalecimiento institucional mediante la capacitación de las senadoras y los senadores, de los servidores públicos que aquí laboran, así como a través de la modernización de los procesos y el perfeccionamiento de prácticas, ha sido otra de las prioridades a lo largo de este año.
Para ello, ha resultado fundamental la firma de una serie de convenios de colaboración con instituciones de educación superior; con agrupaciones de la sociedad civil; con otros órganos y dependencias del Estado, y con una serie de organizaciones cuya experiencia, infraestructura y prestigio, potencia la capacidad del Senado de la República, entre otros la Universidad Nacional Autónoma de México, la Universidad Autónoma del Estado de México, la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, la Universidad Iberoamericana, la Universidad La Salle, la Barra Mexicana Colegio de Abogados, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, el Instituto Nacional de las Mujeres, el Archivo General de la Nación, los Talleres Gráficos de México, entre otros.
Estas acciones han tenido como punto de partida el interés, la iniciativa y el respaldo de los integrantes de la Junta de Coordinación Política y de la Mesa Directiva; con quienes he tenido la fortuna de transitar en el camino de los doce meses de la honrosa responsabilidad que es presidir este órgano representativo.
La toma de decisiones para el ejercicio de las atribuciones que competen a la Mesa Directiva, se inspiró de manera permanente en el respeto de los principios democráticos, del derecho a disentir y de la libertad de expresión, amplia de las diversas posiciones que cada senador y senadora quisieron discutir en esta Asamblea.
La aplicación de la ley y nuestro Reglamento, se sustentaron invariablemente en la prevalencia de los intereses del Senado de la República, y en el respeto de los derechos de cada senador y de todos los grupos parlamentarios; cuidando escrupulosamente la legalidad en nuestros pronunciamientos, nuestras posturas y nuestras actuaciones, sin inclinaciones partidistas ni mucho menos de índole personal.
Esto así, toda vez que la misión de dirigir los trabajos del Senado de la República es de un alto honor y exige celosamente apego a los principios constitucionales y a los criterios jurisprudenciales vigentes en nuestro país.
Todos los grupos parlamentarios buscamos respetar los principios fundamentales que deben regir la discusión y el debate legislativo, que le dan asertividad a los trabajos de los parlamentos democráticos contemporáneos; tales como la participación de todas las fuerzas políticas en condiciones de igualdad, el respeto en las reglas de las votaciones requeridas y el quórum necesario para la aprobación de las normas; la publicidad y la equidad en la deliberación, privilegiando la interpretación jurídica basada en los principios constitucionales que rigen nuestra función legislativa.
Así como ya expresé mi reconocimiento a los integrantes de la Junta de Coordinación Política, no puedo dejar de hacerlo en cuanto a la Mesa Directiva, que tuve el honor de presidir; cuyos miembros hicieron posibles los resultados que se reflejan en este informe, a los vicepresidentes Ana Lilia Herrera Anzaldo, mil gracias senadora. Al senador José Rosas Aispuro Torres, gracias vicepresidente. Al vicepresidente Luis Sánchez Jiménez, mil gracias senador. A la secretaria, a la senadora Lilia Merodio Reza, mil gracias senadora. A la senadora secretaria, Adriana Díaz Lizama, mil gracias senadora. A la senadora Iris Mendoza Mendoza, gracias senadora. A la senadora María Elena Barrera Tapia, mil gracias senadora. Y a la senadora Martha Palafox Gutiérrez, mil gracias senadora. De todos ellos destaco su profesionalismo, sensibilidad y disponibilidad.
En la conducción de nuestros debates siempre se privilegiaron criterios democráticos e incluyentes, propios del Parlamentarismo Abierto; para lo cual construimos los acuerdos necesarios que permitieron el desarrollo equitativo, plural y ordenado de las deliberaciones; conforme a nuestras normas y procedimientos internos, y a partir del permanente respeto de la expresión libre de todas las ideas; así como los principios constitucionales que rigen nuestro trabajo legislativo.
Si bien en el Senado hemos tenido éxito en nuestro propósito de acercarnos a los postulados de la teoría parlamentaria contemporánea, debemos seguir esforzándonos para lograr que nuestros trabajos correspondan cada vez más a esos principios y a sus buenas prácticas.
Esto implica la eficiencia en el ejercicio de nuestra competencia. La eficacia en el desempeño de nuestras facultades de control interorgánico, la capacidad de interpretación del mandato que nos ha sido conferido y la permanente disposición para alcanzar consensos y construir acuerdos, buscando siempre el mayor beneficio social por encima de aspiraciones de otro tipo.
El parlamentarismo del siglo XXI abierto, participativo y colaborativo, debe atender la impostergable necesidad de abrir las puertas de las asambleas para que sean cada vez más incluyentes en su integración y tomen decisiones de promover la transparencia de los trabajos y las prácticas parlamentarias; de incorporar a la sociedad civil en el desempeño de sus tareas; de racionalizar los procesos internos sin perder profundidad ni acuciosidad en su desarrollo; de cumplir las funciones de supervisión y control que le competen; de impulsar la interacción con otros parlamentos y otros gobiernos, y aplicar puntualmente los códigos de ética y prácticas parlamentarias, y de fortalecer la confianza de la sociedad civil y de los gobernados a quienes representamos.
Hemos contado con la decidida colaboración de todos los grupos parlamentarios para avanzar en el perfeccionamiento de los procedimientos de nombramiento y ratificación de funcionarios públicos.
Señoras y señores:
En este informe que entregaré a los representantes de los poderes de los Órganos Constitucionales Autónomos del Estado Mexicano, el Archivo General de la Nación, así como el actual será depositado en la biblioteca de este Senado de la República, se da cuenta de que el trabajo del segundo año de ejercicio constitucional, de esta forma corresponderemos al mandato otorgado y contribuimos al perfeccionamiento de las instituciones, dejando un legado que servirá, además de informar, como punto de partida para continuar estableciendo y renovando las bases y el Sistema Jurídico Mexicano para el desarrollo de políticas públicas, programas y acciones que generen las condiciones materiales que al día a día se requieren, a efecto de que nuestros conciudadanos ejerzan plenamente sus derechos humanos sin discriminación, distinción ni limitación alguna. Que lo puedan hacer por el simple hecho de ser seres humanos.
En este documento se detallan las ocho reformas constitucionales, las 129 reformas legales, las 22 nuevas leyes, los 12 decretos, los 416 puntos de acuerdo, los 44 nombramientos, las ratificaciones de 107 grados navales y 162 grados militares; 16 embajadores, cuatro cónsules y un representante permanente y 21 nombramientos de personal diplomático; 24 instrumentos internacionales, 19 foros en México y 77 en el extranjero; y en general las actividades derivadas de las funciones ordinarias en la materia parlamentaria y administrativa.
Es meritorio y por justicia elemental no puedo dejar de hacerlo, reconocer y agradecer el invaluable apoyo y trabajo de las áreas parlamentarias, administrativas, resguardo, mantenimiento. No se explican los resultados alcanzados sin el trabajo incansable de los secretarios generales de servicios parlamentarios y servicios administrativos; de los titulares de todas las áreas, de los coordinadores, directores, subdirectores y jefes de departamento; de los asesores, secretarios técnicos, secretarios particulares auxiliares, de secretarias, asistentes, recepcionistas, elementos de seguridad, personal de intendencia y en general todos los colaboradores del Senado de la República.
Ha sido un año intenso de trabajo. Por ello, en nombre de todos mis compañeros y compañeras senadoras les digo: Muchas gracias. Muchas gracias a ustedes y a sus familias. Con su esfuerzo y sacrificio están contribuyendo a la transformación de México.
En el desempeño de la labor de la Mesa Directiva que he presidido en este segundo año de ejercicio constitucional se favoreció el fortalecimiento institucional con apego a la legalidad y a la interpretación jurídica del reglamento, con el orden y respeto de las deliberaciones.
Por ello se promovió la tolerancia para que fluyera el diálogo aún en el disenso, pues existió la buena disposición de prestarle la razón al otro para poder entender cuál es la motivación, su vivencia y su línea de pensamiento, y de esta manera poder tomar en consideración su argumentación; lo que implica también un trabajo intenso de diálogo que no compromete consensos unánimes sino surgimiento de disensos que requieren en la toma de decisiones.
En muchos asuntos se realice por la mayoría, como en todas las democracias auténticas del mundo y de la historia.
Es necesario realizar un esfuerzo honesto de hermenéutica jurídica en la aplicación de la Ley Orgánica del Congreso y el Reglamento del Senado, bajo los principios de imparcialidad y objetividad para presidir debates y votaciones, y determinar el trámite de asuntos con apego a la Constitución, pues de esa manera pueden tenerse mejores prácticas parlamentarias, a diferencia de si solamente nos constreñimos a la exégesis de la norma y perdemos la capacidad de interpretación.
En la actualidad, en nuestra sociedad democrática no solamente importa el voto para elegir a nuestros representantes, sino igualmente trasciende la participación ciudadana, de los mecanismos de carácter indirectos, con estricto apego a la Constitución, puesto que esto es necesario para que haya una auténtica participación ciudadana, que les permita a los gobernados tener una persuasión y una contribución más activa y eficaz en la toma de las decisiones para la nación, que finalmente resulta que tienen efectos en su esfera personal.
Hemos sabido dejar a un lado lo temporal y, bueno, para hacerlo mejor y permanente a favor de lo que requiere el país.
Señoras y señores legisladores:
No existen palabras para describir el privilegio de dirigir y representar a la Casa del Pacto Federal. He puesto el mayor de los empeños para cumplir cabalmente la encomienda.
Espero sinceramente haberlo logrado con la pulcritud, la rectitud y la eficacia que el cargo exige.
Este informe es de ustedes que han puesto su capacidad y trabajo para mejorar la vida de todos os mexicanos.
A las senadoras y senadores de todos los partidos políticos aquí representados, amigos todos:
A ustedes sólo puedo decirles 127 veces gracias; 127 veces muchas gracias por la oportunidad de haber presidido el Senado de la República, por su amistad, por su profesionalismo, su rectitud, su participación, su respeto irrestricto a la institución denominada Senado de la República.
Pero sobre todo les doy las gracias por trabajar por México.
Muchas gracias.
Mil gracias, senadoras, senadores, invitados especiales.
Reitero mi agradecimiento al diputado José González Morfín por aceptar la invitación y asistir a este acto de rendición de cuentas del Informe del Senado de la República y a su Mesa Directiva.
Agradezco a todos y cada uno de los invitados especiales, al Jefe de Gobierno, al Canciller, al Gobernador del Banco de México, a los órganos autónomos, de Derechos Humanos, Telecomunicaciones, Competencia Económica, Tribunal Agrario, congresos locales, el electorado.
Agradezco mucho la presencia de los embajadores que hoy nos acompañan; les agradezco a los senadores y senador y le auguro un gran éxito a nuestro nuevo Presidente.
Gracias y les pido a los senadores que fueron designados, acompañen a nuestros invitados y haremos un receso para después pasar al segundo punto de esta Orden del Día, que es la elección de la nueva mesa Directiva, Mil Gracias, buena tarde.