SENADORA ANGÉLICA DE LA PEÑA GÓMEZ: Licenciado Eduardo Moreno Baños, bienvenido al Senado de la República.
LICENCIADO EDUARDO MORENO BAÑOS: Muchas gracias. Muy amable.
SENADORA ANGÉLICA DE LA PEÑA GÓMEZ: Es tan amable, por favor, de hacer una intervención inicial de 5 minutos.
Tiene a sus costados los relojes para que pueda llevar su tiempo, por favor.
Posteriormente, tomará una pregunta de la urna que tiene a su derecha, son las preguntas de las organizaciones de la sociedad civil y entraremos a la etapa de preguntas por parte de las y los senadores.
Si es tan amable, por favor.
LICENCIADO EDUARDO MORENO BAÑOS: Muy amable, muchas gracias.
Señoras senadoras, señores senadores, ante todo agradezco la oportunidad que me brindan de participar en el proceso de designación del titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
De acuerdo a los lineamientos establecidos, me referiré a las características que considero hacen del de la voz, la persona idónea para desempeñar tan alto honor. La formación académica que he tenido la oportunidad de recibir, ha permitido que una visión específica y el compromiso social formen parte de mi respuesta y contribución a lo largo de mi vida.
Reconozco en las instituciones de educación pública, desde el nivel básico hasta el actual, la base sobre la que he erigido mi vocación en el servicio público.
Durante más de 25 años he acompañado la causa y las adversidades en distintas asociaciones ciudadanas vinculadas con la atención a grupos vulnerables. A lo largo de esta experiencia como servidor público, me he desempeñado en los tres niveles de Gobierno y particularmente, sirviendo en los poderes Ejecutivo y Legislativo.
Es decir, soy un profesional del derecho y del trabajo social, preocupado por imprimir siempre un sello de respuesta acompañado del estudio y el análisis.
Desde luego, conozco la situación que se vive, pero hoy más allá del plan estrictamente académico, éste lo ejerzo en las aulas pero lo elevo a rango de practicar la promoción del respeto. Este es, desde mi punto de vista, el pilar que va a lograr consolidar el verdadero desarrollo humano.
El país que vivimos actualmente no es el país que merecemos. No podemos estar tranquilos con hacer de la violación a los derechos humanos una constante. Hemos llegado a un límite que exige resolución, estrategia, respuesta.
Cualquiera que sea el ámbito de la autoridad, se debe llevar a cabo con ética y ésta el vivo y la transmito; todo mi actuar es sobre la base de la responsabilidad con sentido ético y con un amplio compromiso de responder a las circunstancias en las que me toca incidir.
El momento inédito que vivimos, que sufrimos –más bien–, exige un conocimiento cierto sobre la problemática de la geografía nacional. Declaro mi lealtad a México, nación a la que quiero libre y democrática; en conciliación con los valores internacionales y respetando el derecho ajeno.
Por lo anterior, con el respaldo de más de 25 años de servidor público, con la experiencia de aportar soluciones en el ámbito social y de desarrollo humano, en un contexto de respeto y de debido ejercicio de los derechos humanos; presento ante ustedes mi propuesta para ocupar la titularidad de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
Muchas gracias.
SENADORA ANGÉLICA DE LA PEÑA GÓMEZ: Muy bien.
Por favor, tome una pregunta de la urna que está a su derecha. Si es tan amable de leérnosla en voz alta.
LICENCIADO EDUARDO MORENO BAÑOS: El consejo de ancianos de una comunidad indígena autónoma, acordó cobrar 20 mil pesos al los padres que no aseguran que sus hijos terminen su educación en la comunidad hasta el nivel de preparatoria.
Un joven de 14 años se escapa a buscar a su padre, que vive en Estados Unidos, entonces el consejo ordena encarcelar a la madre, la única familiar que queda en la comunidad, que no tiene recursos para pagar la multa.
¿Qué acciones emprendería usted como ombudsman en este caso?
SENADORA ANGÉLICA DE LA PEÑA GÓMEZ: Por favor, es tan amable en contestarla.
LICENCIADO EDUARDO MORENO BAÑOS: Bien. Desde luego, la cuestión de los usos y costumbres merecen en cualquier comunidad un espeto que nos va a permitir incidir en la vida de esa comunidad. Sin embargo, si la situación es tan extrema, creo que la mejor manera de actuar en calidad de órgano de los derechos humanos es tratando de conciliar, de tal modo que no haya ni una violación a la cuestión de estos usos a los que se refieren y el hecho de perjudicar directamente a la familiar que se quedó viviendo en la comunidad.
SENADORA ANGÉLICA DE LA PEÑA GÓMEZ: Muchas gracias.
Le agradecemos mucho su participación. Le voy a pedir al equipo técnico que sea tan amable de acompañarlo.
Muchas gracias. Que tenga buen día.
LICENCIADO EDUARDO MORENO BAÑOS: Gracias, muy amables.
SENADORA ANGÉLICA DE LA PEÑA GÓMEZ: Le pedimos al equipo que pueda introducir a este recinto al licenciado Luis Raúl González Pérez, por favor.
Muy buenos días. Bienvenido al Senado de la República.
Por favor, si es tan amable de usar cinco minutos de su tiempo para hacer una exposición general. Posteriormente va a tomar una pregunta de la urna que está a su derecha; son preguntas de las organizaciones de la sociedad civil.
Tiene usted relojes a los lados para que pueda llevar su tiempo y posteriormente contestará las preguntas que las y los senadores le habremos de hacer.
Por favor, si es tan amable de comenzar.
LICENCIADO LUIS RAÚL GONZÁLEZ PÉREZ: Muy buenos días tengan todos y todas ustedes.
El contexto de los derechos humanos enfrenta en México una de sus etapas más críticas y desafiantes. La impunidad, la exacerbada violencia y la inseguridad que se viven, generan en la sociedad la percepción de que las instituciones no dan las respuestas que busca a sus demandas de civilidad, seguridad, respeto a la ley y efectividad en los sistemas de justicia, lo cual cuestiona su propia existencia y validez.
Resulta paradójico que esta situación persista a pesar del reconocimiento tan extenso de los derechos humanos que implicó la reforma constitucional del 2011 y que desde hace más de dos décadas se cuente con organismos encargados de su protección y defensa.
Las normas existen, las instituciones están creadas, pero es preciso que el discurso se refleje en los hechos y que las autoridades asuman plenamente y en beneficio de las personas el ejercicio de sus atribuciones.
Los gobernados, por nuestra parte, también debemos concientizarnos del cumplimiento de la ley por convicción.
Estamos ante una coyuntura. Si bien existen grandes problemas, también se presenta la oportunidad de solucionarlos. Este proceso de elección abre la posibilidad de relanzar el movimiento por la protección no jurisdiccional de los derechos humanos.
Con una perspectiva actual, se requiere regresar a los principios básicos bajo los cuales surgió y trabajó la CNDH. Si se recupera la vocación mística y esencia que la justificó, habremos dado pasos concretos para mejorar nuestro futuro.
Es preciso rediseñar la actividad de la CNDH con miras a la creación del Estado humanista del siglo XXI, lo cual implica realizar una revisión y replanteamiento de su estructura y métodos de actuación, de la forma y términos como se ejerce su autonomía y facultades, así como sus políticas de atención a las quejas y de sus criterios en la integración de expedientes.
Se debe replantear a la institución, partiendo de reconocer la alta responsabilidad que tiene, de que se trata de una instancia de servicio y de atención centrada –y esto es importante recalcarlo– en particular en las víctimas, a efecto de generar una estructura y modelo operativo que permitan el ejercicio oportuno, eficaz y transparente de sus atribuciones.
El mejor modelo de ombudsman que puede proponerse es uno que simplemente cumpla con lo que le corresponde y ejerza debidamente sus funciones.
El ombudsman debe ser independiente del gobierno, de los partidos políticos y organizaciones políticas y sociales; lo cual no implica que esté desvinculado o lejano a las autoridades y a la sociedad.
La independencia que se busca es de criterio y acción; debe ser de nueva cuenta un instrumento en que los mexicanos podamos confiar para combatir la arbitrariedad, la impunidad y la injusticia.
Tengo la certeza de que el ombudsman debe ser proactivo y no sólo reactivo; actuar con energía y convicción, como el guardián de los derechos humanos en México, propiciando la participación de la sociedad y levantando su voz cuando advierta violaciones graves a estos derechos.
La CNDH debe ser la voz de la sociedad mexicana.
El ejercicio de las atribuciones de la CNDH debe ser pleno y pertinente, debe tener un diálogo constante con la sociedad y con las autoridades.
Sus actividades requieren el escrutinio público y considerar las inquietudes y planteamientos de la sociedad civil; reconocer la labor de sus organizaciones y establecer un esquema de interlocución con ellas a fin de constituir un binomio indisoluble en el que cada quien, desde su ámbito, actúe para la defensa de los derechos humanos.
Este acompañamiento permitirá que mediante acciones e investigaciones incuestionables, la comisión refuerce la confianza pública en las instituciones y abone a la construcción de la cultura humanista que se propone.
Hemos sido testigos de crímenes y situaciones sumamente graves, como Tlatlaya y Ayotzinapa, ante los cuales nadie puede ser tolerante o indiferente.
Tampoco nos podemos resignar o permanecer impávidos ante hechos que exigen una atención prioritaria, como lo son las desapariciones forzadas e involuntarias, las ejecuciones, la tortura, la trata de personas y los abusos que se presentan en el ámbito migratorio, sin olvidar otros temas de la agenda nacional por los derechos humanos, como son la materia de género, la no discriminación, la diversidad sexual, menores, jóvenes, adultos mayores. Indígenas, periodistas, defensores de los derechos humanos y desde luego los mecanismos que hagan viable el ejercicio de los derechos sociales y culturales, cuya atención es impostergable.
Senadoras y senadores:
La CNDH puede ser el medio y la vía para que el imperio de la ley y la justicia recuperen el terreno perdido, siempre y cuando se asuma y ejerza por el bien de todos y de nuestra nación, no para favorecer intereses individuales o de grupo.
Que la reflexión, la mesura y el orden nos lleven a generar la ética institucional y la cultura de la legalidad que materialicen el respeto a la dignidad humana.
México merece una institución fuerte y creíble, que sea patrimonio de la sociedad.
Muchas gracias.
SENADORA ANGÉLICA DE LA PEÑA GÓMEZ: Muchas gracias licenciado.
Vamos a iniciar las preguntas con el senador Jesús Casillas Romero.
Por favor, si es tan amable.
SENADOR JESÚS CASILLAS ROMERO: Gracias, Presidenta, bienvenido licenciado Luis Raúl González Pérez.
Dos preguntas muy sencillas: ¿cómo entiende usted la autonomía de la Comisión Nacional de Derechos Humanos y cómo la ejercería? T dos, ¿cuál debe ser el papel de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos en la promoción y defensa de los derechos económicos, sociales y culturales?
Por su respuesta, muchas gracias.
SENADORA ANGÉLICA DE LA PEÑA GÓMEZ: Gracias senador.
Enrique Burgos, si es tan amable.
SENADOR ENRIQUE BURGOS GARCÍA: Muchas gracias, bienvenido doctor González.
Un poco va en contexto con la pregunta del senador Casillas: soy de los que piensa, doctor, que la autonomía constitucional debe ser muy específica para ciertos órganos nada más.
No he compartido la idea de muchas autonomías constitucionales para muchos órganos, porque me parece que hay algunos como éste, como la Comisión de Derechos Humanos, que sí deben tener una autonomía constitucional.
¿Cómo conciliar la autonomía constitucional, máxime cuando se trata de la Comisión de Derechos Humanos, con la condición del Estado Mexicano en su conjunto, que es nota dominante del Estado Contemporáneo para que, si se concilia autonomía constitucional con la unicidad que corresponde al conjunto del Estado Contemporáneo, pueda cumplir, en su aspecto teleológico con el –vaya la redundancia- con el fin último, que es el bienestar de la colectividad?
Es decir, cómo ser parte del Estado Mexicano y cómo, bien dice el senador Casillas, y cómo resolver su autonomía constitucional.
SENADORA ANGÉLICA DE LA PEÑA GÓMEZ: Muchas gracias.
Senadora Arely Gómez, por favor.
SENADORA ARELY GÓMEZ GONZÁLEZ: Bienvenido al Senado de la República, doctor Luis Raúl González Pérez.
Una de las principales críticas a la CNDH es que se ha apartado de las organizaciones de la sociedad civil.
En caso de que usted ocupara la presidencia de esta institución, de qué manear usted buscaría un acercamiento con dichas organizaciones.
Muchas gracias por su respuesta.
SENADORA ANGÉLICA DE LA PEÑA GÓMEZ: Senadora Lorena Cuéllar Cisneros.
SENADORA LORENA CUÉLLAR CISNEROS : Con su permiso señora Presidenta.
Bienvenido doctor Luis Raúl González Pérez.
Considera usted que el encarcelar a una mujer que decidió interrumpir su embarazo, ¿se violentan sus derechos humanos, o considera que es un castigo justo?
SENADORA ANGÉLICA DE LA PEÑA GÓMEZ: Gracias.
Senador Roberto Gil.
SENADOR ROBERTO GIL ZUARTH: Gracias Presidenta.
Bienvenido doctor González Pérez.
En la visión tradicional se entienden, o se entendían a los derechos humanos, como posiciones subjetivas individuales frente al Estado, frente a las autoridades que conforman el ámbito estatal.
El mundo se ha transformado notablemente y se ha entendido que los derechos humanos norman y rigen a las relaciones sociales en general.
Nuestra Doctrina Constitucional ha ido evolucionando para asumir que ciertas personas privadas, con posición de poder, la famosa teoría de la autoridad de hecho, pueden también violar derechos humanos.
La pregunta, es: si usted cree que la Comisión Nacional de Derechos Humanos pueda evolucionar hacia este efecto irradiador de los derechos humanos para, por ejemplo, emitir recomendaciones a particulares o a gentes no estatales, pero que estén en una posición de poder económico social tal, que puedan vulnerar derechos humanos.
¿Cree usted que por ahí pueda haber un derrotero de una nueva generación y disposición de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, en la defensa de éstos?
Muchísimas gracias de antemano por su respuesta.
SENADORA ANGÉLICA DE LA PEÑA GÓMEZ: Senadora Layda Sansores.
SENADORA LAYDA SANSORES SAN ROMÁN: Licenciado Raúl González:
Gozar de buena reputación es un requisito legal y constitucional para la persona titular de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
Considero que su reputación por ahora no es muy buena.
Hay varias denuncias en su contra en la Comisión Nacional de Derechos Humanos, más de 43. Una denuncia de la maestra Ibarra, por violentar el derecho a la privacidad; transmitir información confidencial de ella a otra oponente en un concurso de oposición.
Me preocupó mucho su reacción ante la denuncia del maestro Carpizo, del plagio de una investigación académica que usted le encargó y después la intentó usar como para alcanzar el grado de doctor en una universidad en España y respondió de una manera casi colérica, usando a familiares, usando a los medios en lugar de resolverlo por la vía legal.
Me preocupa que este tipo de reacciones, ante la crítica, en el Instituto Nacional de Investigaciones Jurídicas se sabe, y usted forma parte, se hablaban de mafias en la UNAM, desgraciadamente, y hoy también no solamente de mafias políticas; hoy preocupa si también hay mafias criminales, porque sería bueno que aclarara el hecho, de paso, lo sucedido ayer adentro de la Universidad, la agresión, el intento de homicidio de un académico muy respetado, Ernesto Villanueva, quien recientemente había cuestionado su trabajo y días antes su esposa había sido despedida del Instituto Nacional de Investigación, a pesar del enorme prestigio que tiene.
¿Qué pasaría si usted llega a la Comisión Nacional de Derechos Humanos; qué va a hacer con todas esas denuncias que están en su contra?
¿Va a tener la imparcialidad para resolverlas? Y ¿Goza usted de buena reputación?
SENADORA ANGÉLICA DE LA PEÑA GÓMEZ: Senadora Adriana Dávila, por favor.
SENADORA ADRIANA DÁVILA FERNÁNDEZ: Gracias, presidenta. Bienvenido, doctor Luis Raúl González Pérez.
Yo tengo tres preguntas. Primero, usted viene de un organismo autónomo, la UNAM, y está concursando para otro organismo autónomo.
Si bien es cierto, hacen falta reformas para la transparencia y rendición de cuentas, que están en la cancha del legislativo y que tenemos que plantear, ¿Cómo garantizar que esa rendición de cuentas y transparencia en una institución como la CNDH pueda ser una realidad que nos genere certeza a los mexicanos, de que las cosas se están haciendo bien?, sobre todo cuando hay un presupuesto de más de mil 400 millones de pesos que se ejecutan en una institución de esta naturaleza.
Pero también me refiero a casos en donde tendríamos que estar más expuestos al escrutinio ciudadano.
La segunda pregunta es: En México estamos viendo una racionalidad violenta, hay en términos generales violencia en las calles, se nos han planteado algunos casos en estados en donde la forma de manifestarse ya es más un asunto de violencia, aun incluyendo asuntos como estos, en donde se supone estamos buscando la protección de los derechos humanos y violamos otros derechos humanos.
En ese sentido, ¿Cómo lograr esa transición de la protección de derechos humanos de esa racionalidad, a la transición de la protección de derechos humanos y a la defensa con seriedad en materia de derechos humanos?
Y la última: la mayor parte de las exposiciones o los trabajos que han presentado los candidatos en este sentido, hablan sobre asuntos ya encaminados, recomendaciones a autoridades, en fin; ¿pero dónde queda el proceso de prevención y qué haría usted en el proceso de prevención para encaminarnos a un país con muchas más claridades en materia de evitar problemas en lugar de estar buscando cómo resolver los que ya se generaron?
SENADORA ANGÉLICA DE LA PEÑA GÓMEZ: Muchas gracias.
Licenciado, a mí me gustaría que pudiera explicarnos qué es lo que le falta a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, que no se constituye en los hechos en una defensoría del pueblo que evite que los casos de violaciones graves a los derechos humanos, tengan que quienes son víctimas, quienes son defensores de los derechos humanos, tengan que recurrir al ámbito internacional para seguir buscando justicia y la verdad.
¿Qué es lo que le falta a nuestra Comisión Nacional de los Derechos Humanos, para que los casos se queden acá, sean resueltos acá y se logre el objetivo de la creación de este organismo autónomo?
Finalmente, la senadora Diva Hadamira Gastélum hará la última pregunta.
SENADORA DIVA HADAMIRA GASTÉLUM: Muchas gracias, licenciado Luis Raúl González.
Fíjese que a mí me llamó mucho la atención la aspiración que usted tiene de crear un Estado –así le llama–, Estado humanista del siglo XXI; y con todo esto que estamos viviendo a mí me gustaría saber cómo, cuál sería la propuesta para alcanzarlo.
Toda vez que el periodo del mandato de un ombudspersona es reducido, o sea, de qué se trata; está muy bonito el nombre, pero sí me gustaría saber cuál sería la propuesta para lograrlo.
SENADORA ANGÉLICA DE LA PEÑA GÓMEZ: Si es tan amable de tomar una pregunta de las organizaciones de la sociedad civil y leerla en voz alta.
LICENCIADO LUIS RAÚL GONZÁLEZ PÉREZ: Unos estudiantes de preparatoria acuden a una marcha y son testigos de una brutal paliza contra los manifestantes. Algunos de ellos graban con su equipo celular los abusos policiales.
Ante esto, los efectivos policiales también los detienen y les quitan sus equipos. Son liberados cinco horas después, bajo amenaza, y la información de sus celulares ha sido borrada.
Pregunta: ¿Qué acciones emprendería usted como ombudsman para el caso concreto? ¿Cuál es su opinión sobre la documentación de abusos que estos jóvenes estaban realizando en el marco de una manifestación?
SENADORA ANGÉLICA DE LA PEÑA GÓMEZ: Ahora, si es tan amable de proceder a contestar todas las preguntas y se toma un poco más del tiempo reglamentario, para que pueda contestarlas con la mayor precisión, si es tan amable.
LICENCIADO LUIS RAÚL GONZÁLEZ PÉREZ: Muchas gracias, senadoras y senadores, por la oportunidad de tener este intercambio de opiniones sobre temas sensibles, sobre temas que lastiman a México, como es el tema de la dignidad de las personas.
Me preguntaba el senador Casillas cómo entiendo la autonomía y cómo la ejercería.
Déjenme decirles, la autonomía –lo decía yo en mi presentación, está en el programa– es que el ombudsman, el ombudsperson, actúe con independencia de cualquier presión de cualquier sector social, privado, político o de poder público.
La autonomía significa que se actúe precisamente con base en investigaciones exhaustivas y que se concluya con la verdad que se desprenda de esas investigaciones.
El ejercicio de esa autonomía se tiene que hacer como lo marca la Constitución y la ley, ejerciendo las atribuciones que le confieren, en este caso, a un órgano del Estado, como aquí bien se refería, pero que tiene la doble función de ser un órgano para la sociedad.
Y ese ejercicio de la autonomía implica interponer acciones de inconstitucionalidad; implica hacer propuestas legislativas y hay muchos pendientes que se pueden hacer en términos de propuestas legislativas. Simplemente la reforma al artículo 1º constitucional tiene pendientes de materializar.
Segundo, tenemos pendientes, por ejemplo, el derecho de réplica, que tiene muchos años y no se ha materializado.
Tenemos, por otro lado, reformas que se tienen que implementar en ejercicio de esa autonomía, proponiéndole al órgano legislativo la unificación de tipos penales, por ejemplo, el tema de feminicidios es un tema preocupante; el tema de homologación de los tipos penales; el tema de trata de personas, que si bien hay una discusión muy amplia y hay una ley, cómo traducir esto en su materialización.
El ejercicio de la autonomía implica pensar en las víctimas; estar al lado de ellas. La víctima debe ser el eje central de la actuación del ombudsman.
No se puede entender una actuación del defensor del pueblo, como se conoce en otras latitudes, sin el acompañamiento de las víctimas. Que la víctima sepa instante a instante qué es lo que está pasando con su caso. Tratar a las víctimas como lo que son: personas que han resentido una lesión en su dignidad, personas que tienen un dolor por haber padecido una agresión, una arbitrariedad; no como expedientes fríos, en donde la parte numérica se convierte simplemente en la fuente para dar resultados.
La autonomía –y vengo, se decía aquí, de un órgano autónomo donde he laborado los últimos seis años y medio, hoy con licencia– precisamente significa que es una garantía –como lo ha calificado la Suprema Corte de la Nación– garantía institucional. Y esa garantía constitucional significa el blindaje que le dio el poder revisor de la Constitución a ciertas instituciones, en este caso a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, para cumplir un deber social, que es la protección de los derechos humanos. En función de eso hay que ejercer todas las atribuciones.
Por ejemplo, se le dotaron de herramientas al ombudsman para aquellas autoridades que no acepten una recomendación o simulen su cumplimiento, puedan dar las razones públicamente de por qué no se cumple o por qué no se acepta.
Segundo, el que se solicite, precisamente, al Senado de la República la comparecencia de esos funcionarios. Pero también cómo ejercer esa autonomía significa no emitir solamente recomendaciones.
El trabajo del ombudsman apenas comienza a partir, el trabajo fino, fuerte, a partir de la emisión de recomendaciones; no se agota ahí el trabajo, porque lo que significa una recomendación es sí resarcir esa violación a quien resintió directamente la violación, pero la recomendación tiene que ser ejemplificativa para inhibir la conducta de otros funcionarios que pensaran en conductas similares.
Es decir, acuérdense ustedes, esto es muy sencillo, la ejemplaridad de la pena. Bueno, precisamente el poder de la recomendación debe servir, su publicidad, para inhibir otros casos que se pudieran presentar.
Preguntémonos si el trabajo que se viene desarrollando está transformando esa conducta, esa actitud de algunos servidores públicos.
La segunda pregunta que me hacía el senador Casillas es muy importante, lo reflejo en mi programa de trabajo y lo reitero ante esta pregunta.
Si observamos, si tomamos en cuenta la observación número 10 del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONU, ahí se establecen precisamente sugerencias para que los ombudsman, los órganos nacionales de defensa de derechos humanos, se ocupen de estos derechos.
Las directrices de “MATISH” también establecen los marcos donde se debe mover el ombudsman para atender derechos de vital importancia.
Recordemos que incluso el Consejo Internacional Político para la Defensa de los Derechos Humanos sugiere que tiene que atender los derechos sociales si realmente se quieren atender a los grupos vulnerables en cualquier entidad y en México recordemos, tenemos 60 millones de pobres, tenemos una realidad que hace imprescindible que el ombudsman se meta al tema de coadyuvar en la generación de políticas públicas que hagan efectivo precisamente estos derechos sociales.
Un tema que tiene que ver con los derechos sociales, señor senador, es, desde el ombudsman, cómo buscar mecanismos a través –y es como lo propongo en mi programa— que es el Centro de Derechos Humanos que tiene la CNDH, se transforme, porque para hacer investigaciones académicas tenemos a las universidades y podemos hacer los convenios respectivos.
Pero ese centro tendría que ser generador de criterios, por ejemplo, para hacer exigibles los derechos económicos, sociales y culturales en este país.
Tenemos precedentes de la Suprema Corte de Justicia: 2007 está precisamente la sentencia que emitió la Suprema Corte de Justicia en el caso de la comunidad Mini Numa, de Guerrero, en donde, ante la ausencia de una clínica para atender a esa comunidad se emitió el amparo correspondiente para que se construyera ahí y se diera el servicio médico, porque se estaba violentando el derecho a la salud.
Recientemente, hace 15 días, la Suprema Corte de Justicia de la Nación acaba de emitir también un precedente muy importante que tiene que ver con políticas públicas y con el Presupuesto de Egresos de la federación.
Se había destinado un presupuesto para remodelar y dar las condiciones adecuadas para la atención de personas con VIH Sida, que era el pabellón número cuatro, y es recurso se desvió para otra partida presupuestal.
¿Qué dijo la Corte? Se está vulnerando el derecho a la salud de calidad.
Entonces, ahí hay una vertiente muy importante del ombudsman para atender esas cuestiones de los derechos económicos, sociales y culturales, porque estamos hablando de colectividades y recordemos que los derechos humanos son indivisibles y se tienen que atender todos con la misma jerarquía.
La autonomía que me preguntaba el senador Enrique Burgos, me parece vital.
Efectivamente, hoy tenemos cerca de 13 organismos autónomos. Ha cambiado la vieja tradición jurídica de la división de poderes que luego se transformó en la denominación de colaboración entre los mismos y luego pasó a la generación de algunos organismos autónomos.
Recordemos, en el caso que me pregunta, el caso de las universidades, no es un organismo constitucionalmente autónomo, sino su autonomía la obtiene de la ley y el blindaje constitucional lo tiene de lo que el poder revisor de la Constitución lo obtuvo en 80.
Pero ahora tenemos 13 organismos. Y por eso decía yo, la garantía institucional que se da precisamente a los organismos, es para cumplir una función del Estado Mexicano.
Es decir, estos organismos forman parte ahora de la estructura del Estado Mexicano, no son ajenos a ello y tiene limitantes, y la limitante es que tiene que cumplir con el orden jurídico mexicano.
Y precisamente el Ombudsman está sujeto al orden jurídico mexicano y no es potestativo ejercer o no las atribuciones que le dan.
De ahí que también estemos proponiendo criterios para disminuir y erradicar la discrecionalidad para la atención de muchos casos en el programa de trabajo.
La senadora Arely Gómez señala que ha habido una crítica manifiesta respecto del trabajo del Ombudsman con las organizaciones no gubernamentales.
Señalaba yo precisamente cuando abordaba los derechos económicos, sociales y culturales, la importancia que tiene.
Pero también déjenme decirles los principios de París, de 1991, que fueron constituidos, o fueron elaborados y fueron suscritos por los órganos nacionales de defensa de derechos humanos, establecieron la importancia precisamente del trabajo que tienen que realizar los Ombudsman o las organizaciones no gubernamentales.
Es decir, los propios organismos nacionales suscribieron el compromiso de trabajar conjuntamente con las organizaciones, escucharlas, atender sus planteamientos, cada quien en el ámbito de sus atribuciones.
Desde luego no es ceder la atribución que constitucionalmente tiene el Ombudsman, pero tampoco puede trabajar desligado de la sociedad civil.
El Ombudsman tiene tres pilares, en mi opinión, con los que tiene que trabajar; 4 pilares, diría yo:
Uno. El que estamos refiriendo, el de la sociedad civil organizada.
Dos. A al mejor el orden es inverso: víctimas. Las víctimas son el quehacer del Ombudsman y de las organizaciones no gubernamentales.
Tercero. Los organismos internacionales. No se puede entender un trabajo del Ombudsman nacional ante una presencia hoy reconocida por México.
México se siente orgulloso precisamente de la suscripción y tratados, y de la jurisdicción de los órganos contenciosos internacionales y no podemos entender un trabajo del Ombudsman sin el acercamiento con los organismos internacionales.
Y, el cuarto, elemento fundamental, es: El trabajo que se pueda desarrollar con el Senado de la República.
Recordemos que el Senado tiene una gran responsabilidad; la está teniendo en estos momentos del proceso de designación de quien pueda encabezar la presidencia de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
Pero no se agota ahí la colaboración. Tiene que haber un intercambio precisamente de ideas sobre el trabajo en defensa de los derechos humanos, al interior del propio Senado y como sucede en la Cámara de Diputados, hay comisiones en el tema. Debe haber una colaboración en ese sentido.
Entonces, en mi programa de trabajo planteo un trabajo permanente con las organizaciones no gubernamentales.
Pero no es de dicho. Lo que yo quiero también es llevarles a que evalúen el trabajo que he desarrollado en la defensa, en la trinchera de la defensa de los derechos humanos.
He trabajado 35 años en el servicio público; 17 de ellos en el derecho a la educación a través de la Universidad Nacional en distintos momentos.
Trece años más los he trabajado desde la Comisión Nacional de Derechos Humanos, desde su fundación, desde la administración, siendo secretario técnico del consejo consultivo; siendo primero y segundo visitador general. Tuve a mi cargo el programa de desaparecidos de los años 70’s, que se denominó La Guerra Sucia, conozco de investigaciones en ese sentido.
En la Segunda Visitaduría tuve a mi cargo precisamente el programa de asuntos de la mujer, que lo presidía una gran dama, Laura Salinas. Fui director general de asuntos indígenas y fui director general de atención de agravio a periodistas.
Pero, ¿por qué digo esto?
Porque ahí está palpable y documentable el trabajo conjunto que hice con las organizaciones no gubernamentales; con el respeto mutuo y recíproco.
Doy ejemplos del trabajo con las organizaciones no gubernamentales y el trabajo que desarrollé al interior de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos; con el trabajo que hicimos para este Congreso:
Propusimos, con organizaciones no gubernamentales, fuimos los pioneros precisamente de impulsar lo que se denominó –lo sintetizo– la federalización de los delitos en materia de libertad de prensa. Y hubo consenso de las distintas fracciones, ese proyecto lo presentó su servidor desde esa trinchera, con las organizaciones no gubernamentales.
Es decir, se mostró la capacidad de interlocución, de conciliación, de buscar consensos y ahí está probado.
Trabajamos también en el tema de desaparecidos con organizaciones no gubernamentales. Entonces, es un trabajo que se puede documentar.
Casos también en este sentido, con organizaciones no gubernamentales. Me tocó trabajar casos sensibles: en 60 días emitimos la recomendación de Aguas Blancas, un caso paradigmático, un caso difícil, un caso complejo; con un equipo de trabajo al que le reconozco, con el que se colaboró. Y ahí están las recomendaciones.
Participamos con organizaciones también, y ahí está, la propia Lydia Cacho, que presidía una organización en Quintana Roo, la acompañé a audiencias en Puebla y proyecté una recomendación.
En materia de periodistas trabajé, y pueden dar testimonio de ello, las organizaciones defensoras de periodistas, para los distintos casos de agravio a periodistas, uno de ellos: proyecté el caso del periodista Bradley, en Puebla, caso pericial complejo.
Me pregunta la senadora Lorena Cuéllar, sobre si se debe castigar –si entendía bien– o no el que una persona pueda interrumpir su embarazo.
Déjenme decirles, entiendo que así fue la pregunta: desde luego que el tema que usted me pregunta es un tema que tiene aristas jurídicas, filosóficas, médicas, científicas; es un tema inacabado. Es un tema en donde la Suprema Corte de Justicia se ha pronunciado, es un tema donde el ombudsman –déjenme decirles– tiene que buscar un gran debate sobre el tema, pero un debate que una, no que desuna; un debate que busque acercamientos.
Pensemos, y déjenme decirles, cualquier solución a los distintos problemas que han planteado de derechos humanos, no puede encontrarse solución si no se fortalece primero la autoridad moral del ombudsman.
Si no se tiene la fuerza para que se cumplan sus recomendaciones, para que a partir de las recomendaciones haya un cambio de paradigma en la actitud, como yo decía, entonces se podrán emitir 500 recomendaciones pero no se logrará el cambio de mentalidad que requiere el país.
Me pregunta el senador Roberto Gil sobre el comienzo, cómo se empezó a entender la defensa de los derechos humanos como derechos públicos subjetivos, y cómo en el contexto actual, es posible entender si empresas que tienen un poder similar al que pudiera tener, incidir en materia de la dignidad de las personas, el ombudsman puede tener alguna participación.
Déjeme decirle, ya desde el pasado y desde que tuve la fortuna de trabajar en la CNDH, encontramos fórmulas para tratar de entender esa problemática.
Voy a poner un ejemplo: las escuelas particulares. Son entidades del ámbito privado, pero hay una obligación estatal de supervisión. Por ahí hay un camino que hay que recorrer y que recorrimos desde los comienzos de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
Por eso decía yo, con perspectiva actual hay que regresar al gran criterio de apertura que se buscaba para defender la dignidad de las personas, y se encontraban salidas, y esta fue una. En aquel tiempo todavía no hablábamos del estado actual en el que nos encontramos, en donde, ustedes deben recordar porque ustedes aprobaron la Ley de Amparo; hoy, respecto de ciertos particulares, se puede solicitar el amparo y está el interés legítimo.
Esto mismo, volvamos y recordemos cuál es la función del ombudsman. Es muy sencilla: anticiparse a las formalidades y procedimientos jurisdiccionales que además conllevan contratar un abogado. El ombudsman tiene que ser oportuno, ágil, y resolver de manera inmediata.
Y ahí hay una posibilidad muy amplia, señor senador, para participar en esas empresas que pudieran tener una incidencia buscando mecanismos.
Y ¿qué propongo en el programa? Para este y varios temas, generar grupos de expertos con el concurso de distintos sectores para discutir, como lo hicimos desde la universidad en el tema de seguridad y justicia en democracia, el eje transversal eran los derechos humanos.
Y se convocó al ámbito nacional y dimos elementos desde la universidad presidiéndola –tuve el honor de presidirla con cinco grandes intelectuales–, propuestas para una política de Estado.
¿Por qué no hacemos lo mismo desde el ombudsman en diferentes temas y lo ponemos a los tres poderes de la unión?
La senadora Layda Sansores: enfáticamente le digo que mi reputación sigue siendo la de hace 35 años en el servicio público y en mi vida personal, senadora.
Le quiero decir que rechazó categóricamente los señalamientos que se me hicieron. Nunca he hecho un uso indebido de lo que se me atribuye. Ya di la respuesta correspondiente.
Y nada más le recuerdo dos datos: se puso esa queja en la Comisión Nacional de los Derechos Humanos un jueves; ese mismo día, para un caso de materia civil en todo caso, se emitieron cautelares y se notificaron al otro día. Pero, ¿saben qué? No nos dieron a conocer el contenido de la queja sino hasta nueve días después. Y en esos nueve días la persona que hace estos señalamientos salió a los medios de comunicación, atribuyendo señalamientos a personas, no solamente a un servidor, a las instituciones, y por eso se fijó un posicionamiento. Pero el fijar ese posicionamiento propició que nos redujeran los 15 días para dar respuesta a cinco, por salir a dar el posicionamiento público.
Rechazo categóricamente. La información la dimos a conocer. No hay ninguna circunstancia de la cual me deba yo de avergonzar; no hay el plagio que se señalaba como tal, porque –ustedes lo saben, ustedes hacen las leyes– ahí están otras vías y no se ejercieron; legítimo que se ejerzan las de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, pero no hay un trabajo acabado en ese sentido.
Y repito, aquí hay una confusión, no quiere decir que hayan, se puede hablar de 43 quejas, no son contra un servidor, senadora. Es como si, en cualquier entidad el número de quejas fueran al titular o al representante legal; son a los distintos puntos, y le puedo decir que no tengo, hasta el momento en que dejé, para salir de licencia, notificación del número de quejas que usted me señala, al menos notificadas. Y a todas hemos dado respuesta.
Usted se refirió a un caso particular de María Esther Ibarra, y ella conoce y sabe, María Esther –yo tengo el gusto de conocerla– que la recibí más de dos ocasiones, la escuché más de cinco veces y resolví –el abogado general de la universidad es el intérprete de la norma universitaria– y resolví que quien había ganado un concurso de oposición en la primera etapa, como todo proceso, hay una segunda instancia si hay una inconformidad, hubo una inconformidad de María Esther, y digo el nombre porque usted fue quien lo mencionó.
En ese sentido ella se inconformó, se le dio el derecho de audiencia a la persona que había ganado en primera instancia, pero no porque yo lo interpretara de esa manera solamente; la Suprema Corte de Justicia, el Pleno de la Segunda Sala señaló que de no darse, en otro caso similar, se violaba el derecho de audiencia. Eso fue lo que pasó en el caso específico y reitero: mi reputación es intachable y le pido revise mi actuación de 35 años de trabajo, senadora.
Adriana, me pregunta la senadora, Ernesto Villanueva. Me enteré por la prensa de lo que sucedió aquí y déjeme decirle, qué bueno que señala, parte de mi programa es que invito y ahí hay una propuesta, para hacer una gran campaña de todos los sectores, impulsada por el ombudsman en donde participen los tres poderes de la Unión, los sectores privados, los sectores sociales, para tratar y volver al tema de la cultura de la legalidad.
Es decir, que todos –y lo dije aquí— cumplamos por convicción la ley y el caso específico es, uno, que se investiguen los hechos de lo que leí en la prensa, por las instancias a quienes les toca investigar y que se diga la verdad de lo que haya acontecido. Eso es lo que le puedo decir, senadora.
La senadora Adriana Dávila refería el órgano autónomo de la UNAM, de donde actualmente estoy con licencia, pero tengo seis años y medio trabajando, respecto del tema de rendición de cuentas y cómo lo haría respecto de la CNDH.
Déjenme decirles, México ha avanzado muchísimo en este tema. De 2002 que legalmente implementamos este derecho, lo constitucionalizamos y hoy están las leyes generales reglamentarias en manos de este poder.
Pero más allá de la legalidad o de la constitucionalidad, por convicción tenemos que transparentar no solamente las cuestiones que deben ser una gestión, sobre todo del ombudsman, de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, cualquier estado debe ser transparente y rendir cuentas.
Son dos cosas diferentes, una es la información pública y ahí está el principio de máxima publicidad, y otro es cómo se ejerce ese gasto. Y entonces no solamente se debe referir a las cuestiones de gasto, sino también a los expedientes, también a cómo se desarrollan los expedientes.
Y déjenme decirles algo: por qué no, como lo hace la Suprema Corte de Justicia, generemos los precedentes que sirvan para otros tantos casos, que es lo que importa.
Es decir, no nos quedemos en que la recomendación o los diferentes procedimientos de conclusión, que también hay que revisarlos, agoten el caso por sí mismos, lo agotan, pero que eso sirva, tiene que ser, repito y reitero, emblemático para cambiar, para transformar la cultura por el respeto de los derechos humanos.
Me decía sobre la violencia en las calles y cómo de repente la protesta se convierte en violencia.
Uno, la libertad de expresión incluye la protesta social y hay que respetarla desde luego, pero también estoy de acuerdo que no se puede combatir la violencia con más violencia.
Es decir, tenemos que respetar, sí, el tema de la protesta social, la libertad de expresión es de los bienes jurídicos tutelados en materia de derechos humanos más amplio y la propia Corte Interamericana y la Comisión Interamericana tienen pronunciamientos sobre esto.
Y déjeme decirle, en el 2012 se reunieron los relatores de la OEA, por el Sistema Interamericano, el relator de la ONU, el relator de Europa y el relator de África, y dieron varias de las sugerencias que yo tomaría en cuenta si la decisión de ustedes me favoreciera.
Recomendaciones de, sí, lo reactivo. Por eso yo digo en mi exposición muy breve, que el ombudsman aparte de reactivo, debe ser proactivo y en lo proactivo tiene que generar precisamente la prevención.
Es decir y voy a dar un tema, el tema desaparecidos: es gravísimo, hay que atenderlo, pero hay que buscar a los desaparecidos, pero también hay que hacer cosas preventivamente para que no sucedan, eso me parece fundamental, senadora.
La senadora Angélica de la Peña, ¿qué le falta a la CNDH, no constituye en violaciones graves que tiene que recurrir antes? ¿Por qué se tiene que recurrir a los organismos internacionales?
Déjenme decirles algo muy importante:
Los sistemas internacionales no deben ser sustitutivos de los órganos nacionales, son complementarios y la propia Corte Interamericana de Derechos Humanos así lo ha definido y entonces coincido con el punto de vista, si es que se expresó ahí un punto de vista, de que el Ombudsman es quien, en primera instancia –un Ombudsman Nacional- tiene que conocer y que los casos se atiendan en el país sin que esto signifique que no se tengan las instancias en el ordenamiento internacional.
La senadora Gastélum: El estado humanista del Siglo XXI, que suena muy bonito, suena muy atractivo, me dice, pero en qué se traduce. Déjeme decirle, muy sencillo.
Y no es algo nuevo, hace 5 años lo vengo planteando, he trabajado alrededor de eso, alrededor, precisamente, de la propuesta Elementos para una Política de Estado en Seguridad, ahí trazamos algunos aspectos, sin llegar a este término.
Pero hace 5 años así le denominó exponer en el centro de la atención nuevamente al ser humano, es decir, a las víctimas y en donde se atiendan a los grupos vulnerables y se atiendan los derechos sociales. Esto es posible y alcanzable.
Perdón por el exceso de tiempo y agradezco la comprensión.
¡Ah! Me falta la pregunta. Perdón.
SENADORA ANGÉLICA DE LA PEÑA GÓMEZ: Sí. Exacto.
LICENCIADO LUIS RAÚL GONZÁLEZ PÉREZ: ¿Qué acciones emprendería usted como Ombudsman?
El caso, lo sintetizo y lo recuerdo: jóvenes que graban una arbitrariedad y que después ellos son también consecuencia de arbitrariedad y les quitan la evidencia:
Uno. De inmediato darles las medidas cautelares que protejan su integridad.
Dos. Hacer la investigación con testimonios o buscar evidencia grabada, elementos que nos puedan dar una convicción.
Recordemos que el Ombudsman tiene una amplitud sin que quiera decir que se aleje de la legalidad, pero precisamente para analizar el contexto de las violaciones a derechos humanos.
Por eso es anti formalista, por eso no necesariamente requiere de; puede agarrar un teléfono y documentar sus gestiones.
Es decir, se le brindaría la atención inmediata oportuna y con las medidas cautelares correspondientes.
Muchísimas gracias.
SENADORA ANGÉLICA DE LA PEÑA GÓMEZ: Muchas gracias. Le pido al equipo técnico que por favor acompañen al licenciado González, y por favor introduzcan a la licenciada María del Carmen Acosta Jiménez.
Buenas tardes.
SIGUE TERCERA PARTE