CUARTA PARTE
SENADORA ANGÉLICA DE LA PEÑA GÓMEZ: Por favor introduzcan a este recinto al licenciado Ricardo Antonio Bucio Mújica.
Buenas tardes, licenciado Bucio Mújica.
Vamos a pedirle una intervención general de cinco minutos y posteriormente vendrán las preguntas que habremos de hacer, senadoras y senadores.
Tomará una pregunta de las organizaciones de la sociedad civil que se encuentran en la urna transparente a su derecha y tiene los relojes en cada extremo para que pueda verificar su tiempo, si es tan amable.
MAESTRO RICARDO ANTONIO BUCIO MÚJICA: Honorables integrantes de las comisiones de Derechos Humanos y de Justicia del Senado de la República; señoras y señores, muy buenas tardes.
Las graves y dolorosas situaciones que violentan los derechos humanos no sólo marcan esta coyuntura; dependiendo de cómo las enfrentemos, definirán nuestro futuro en uno u otro sentido. La crisis de confianza en nuestras instituciones tiene efectos internos e internacionales y está marcada por esta situación.
En años pasados la respuesta institucional a una crisis de similar profundidad, fue construir la autonomía del Banco de México. Hoy la estabilidad económica está fuera de duda por esa decisión.
En derechos humanos hoy se requiere una medida de similar envergadura y la CNDH tiene todas las condiciones para dar la respuesta. Hacer real su autonomía, su credibilidad, su funcionalidad, es determinante para enfrentar con éxito esta situación.
Propongo una transformación de la comisión agrupada en seis líneas estratégicas.
La primera.
El poder de la CNDH reside en su credibilidad pública, pero el reclamo ciudadano hoy se mueve por fuera o en contra de las instituciones y no tiene a la CNDH como referente confiable. Son otras las autoridades a las que acuden las víctimas.
Yo ofrezco una relación transparente y proactiva, confiable con el conjunto de los actores sociales.
Segunda. El Artículo Primero Constitucional obliga a todas las autoridades a proteger, promover, respetar y garantizar los derechos humanos.
La CNDH debe asumir su función promotora de manera preventiva, construyendo nuevos mecanismos y criterios para que el actuar de todas las autoridades sea con enfoque de derechos.
Ello requiere un Ombudsman con visión de Estado, con compromiso institucional de articulación para la prevención y con independencia probada.
Tercera. La Comisión ha sido la respuesta del Estado Democrático frente a la violación de derechos por parte de quienes detentan autoridad.
Por eso su lugar y compromiso, primero, debe ser con las víctimas.
La CNDH debe adoptar un nuevo modelo de defensa y protección, usando los más altos estándares y medidas hacia quienes padecen mayor vulnerabilidad hacia sus derechos.
Por décadas mi compromiso de vida ha sido con estas personas.
Cuarta. Los derechos humanos no deben ser un riesgo para el país ni debe ser un indicador de riesgo—país. Han de ser marca—país, pues son garantía de seguridad, de democracia funcional y son condición de desarrollo.
Evitar que los casos escalen a nivel internacional, acerca y acelera la posibilidad de solución a las víctimas más desaventajadas. Disminuye costos para el país en todos los sentidos.
Debemos seguir siendo activos promotores de la agenda internacional de los derechos humanos y dejar de ser los destinatarios de quejas, recomendaciones y sentencias internacionales.
Quinta. La Reforma Constitucional en Derechos Humanos ya se dio gracias a la decisión del Congreso de la Unión.
Pero no se ha dado la reforma de las instituciones de derechos humanos ni se ha generado una articulación en la materia, pese a la existencia de un entrabado grande, creciente de instituciones. Grande y creciente, pero disperso y desarticulado.
La CNDH debe facilitar la colaboración y generar en los hechos una política de Estado.
Nada ayudaría más a las autoridades y a la ciudadanía que un sistema nacional de autoridades y organismos que prevenga, resuelva, repare y garantice la no repetición.
Sexta. La CNDH necesita recuperar su sentido original.
Propongo un nuevo modelo que asuma en forma y fondo la igualdad de género, que haga del Consejo Consultivo un espacio real de participación ciudadana, que utilice de manera austera, efectiva y transparente los recursos y que integre al equipo más profesional de mujeres y hombres.
Senadoras.
Senadores:
San Fernando, Tlatlaya, Ayotzinapa, hacen imposible la continuidad en la CNDH.
A nadie conviene la suma ni la repetición de agravios sin respuesta. Ni a las víctimas ni al proyecto nacional de una sociedad de derechos, ni al Mandato Constitucional de un estado Democrático.
Ante la crisis, México requiere una institución confiable y eficaz.
Ofrezco mi experiencia nacional e internacional, mi institucionalidad, mi capacidad de diálogo, mi independencia y mi compromiso con los derechos y libertades.
Muchas gracias.
SENADORA ANGÉLICA DE LA PEÑA GÓMEZ: Muchas gracias.
Tiene el uso de la voz el senador Roberto Gil.
SENADOR ROBERTO GIL ZUARTH: Gracias Presidenta.
Bienvenido maestro Bucio Mújica, al Senado de la República.
Los juicios estratégicos, sobre los casos estratégicos, tienen o pueden tener una función pro activa en la expansión de los derechos humanos.
Desafortunadamente –afortunadamente por una parte-, son las organizaciones de la sociedad civil las que han ido construyendo y alentando este tipo de casos estratégicos para abrir nuevas interpretaciones y criterios en serie jurisdiccional.
El último caso, por ejemplo, el de la sala o el ala en el hospital para atender enfermos VIH o algunos otros casos.
Me parece que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos tiene un área de oportunidad importante en los casos estratégicos y detecto dos mecanismos: por un lado, las acciones de inconstitucionalidad que a mi juicio, se han ejercido de manera un tanto y sobradamente cautelosa.
Creo que por ahí puede haber una mayor presencia de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, en plantear preguntas o cuestionamientos a la Corte para definir alcances, límites y sobre todo expandir la fuerza normativa de los derechos humanos. Y por el otro lado, el amparo vía el interés legítimo.
Quiero plantearle un caso práctico: qué tendría usted en mente como juicios estratégicos, casos estratégicos por estas dos vías, acciones de inconstitucionalidad y amparo, para expandir los derechos de la comunidad lésbico-gay.
Por su respuesta, de antemano muchas gracias.
SENADORA ANGÉLICA DE LA PEÑA GÓMEZ: Al final de las preguntas usted podrá contestarlas. Tomará también la de las organizaciones no gubernamentales.
Tiene el uso de la voz la senadora Layda Sansores.
SENADORA LAYDA SANSORES SAN ROMÁN: Maestro Bucio, usted presidente del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación; ¡qué paradoja!, porque habiendo declarado que uno de los grupos de mayor situación de vulnerabilidad es el que constituye la diversidad sexual.
Como presidente de dicho instituto, ¿por qué desapareció el único programa de atención que tenía el Gobierno Federal? ¿Por qué estando facultado –y estas son preguntas de la comunidad de la diversidad sexual, que guardan mucho dolor y que no comprenden su actuación discriminatoria– para atender la problemática de la discriminación por homofobia, usted se declaró incompetente, de acuerdo a un oficio del 21 de agosto de 2012?
Cuando Felipe Calderón interpuso una acción de inconstitucionalidad en contra del matrimonio entre personas del mismo sexo, usted tuvo una reacción muy sumisa, que dejó muchas dudas y usted habló de una duda razonable. Pero esto creó un pésimo precedente para la defensa de las personas de la comunidad de la diversidad sexual.
¿Cree que tiene la confianza de esta comunidad LGBT? ¿Cree que fue suficiente lo que hizo durante esta presidencia para combatir la discriminación en el Ejército, especialmente respecto a elementos que pertenecen a los grupos de la diversidad sexual?
SENADORA ANGÉLICA DE LA PEÑA GÓMEZ: Senador Pablo Escudero, por favor.
SENADOR PABLO ESCUDERO MORALES: Gracias, presidenta. Bienvenido, maestro, al Senado de la República.
Maestro, en la documentación que usted nos da, en la página 3 donde tiene sus líneas de acción, el tercer punto dice: “Eficientar el uso y el impacto de las recomendaciones, haciendo que guarden relación con las quejas recibidas”. Me parece un tema muy interesante.
¿Cuál es esa relación que debe de guardar las recomendaciones con las quejas recibidas?, si nos pudiera ampliar el tema.
Muchas gracias por sus respuestas.
SENADORA ANGÉLICA DE LA PEÑA GÓMEZ: Senador Fidel Demédicis.
SENADOR FIDEL DEMÉDICIS HIDALGO: Muchas gracias, presidenta. Con su venia.
Hay un problema que está pasando la mayoría de las instituciones del país y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos no es la excepción: el tema de la pérdida de credibilidad.
Es un asunto que es importante que se atienda. La gente, efectivamente, no va a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos porque no ha encontrado respuestas concretas a la ansiedad de justicia que tiene.
Mencionábamos hace rato, con el ciudadano presidente Plascencia, el asunto de Tamaulipas, de los migrantes, 72 migrantes que se han amparado. El amparo no es más que una acción inequívoca de que no están conformes las personas con la recomendación que ha emitido la Comisión de Derechos Humanos.
Desde su visión, ¿qué se tendría que hacer para que el pueblo, la ciudadanía pudiera recobrar la credibilidad en este órgano tan importante para salvaguardar los derechos fundamentales de los mexicanos y de las mexicanas?
¿Qué tendría que hacerse para que esta Comisión volviera a tener credibilidad?
SENADORA ANGÉLICA DE LA PEÑA GÓMEZ: Senadora Diva Hadamira Gastélum.
SENADORA DIVA HADAMIRA GASTÉLUM BAJO: Bienvenido, licenciado Bucio. No hay duda de su formación y el trabajo que usted ha realizado; pero a mí me llama mucho la atención en uno de sus apartados, que usted habla de establecer una red de apoyo en derechos humanos.
No sé a qué se refiere, porque bueno, la sociedad civil está multiplicada. Hoy la sociedad civil, de repente hay un número inmenso de grupos, personas que se dedican al tema de los derechos humanos. Bueno, al menos eso se dice, porque también en el anonimato, en el tema de levantar la voz, supuestamente por un tema de derechos humanos, hay grandes atropellos.
¿A qué se refiere usted con esta red?
Y ¿cómo usted, como lo que aquí propone en uno de sus ejes, en una interlocución con la sociedad civil, cómo llevaría esta relación, por la multiplicación que se ha dado y, me parece, por la forma como hoy se opera, escondida en el anonimato, en el golpe?
¿Cómo va a funcionar esto?
SENADORA ANGÉLICA DE LA PEÑA GÓMEZ: Gracias, senadora.
Me permito preguntarle, ¿cuáles son las observaciones que usted hace, específicamente en la forma como se recomendó el asunto de Tlatlaya? Me gustaría mucho su opinión.
Y, por favor, la senadora Mónica Arriola va a hacerle también una pregunta.
SENADORA MÓNICA ARRIOLA GORDILLO: Bienvenido, maestro Bucio. Mi pregunta será breve y es en cuanto a los comentarios que usted anteriormente había expresado en tribuna.
¿Cuáles serían los temas o problemáticas de derechos humanos que le parecen claves para el trabajo de la CNDH actualmente? Según sus propias palabras.
Muy amable. Gracias.
SENADORA ANGÉLICA DE LA PEÑA GÓMEZ: Senadora Adriana Dávila, por favor.
SENADORA ADRIANA DÁVILA FERNÁNDEZ: Yo quisiera que me abundara sobre la creación del Observatorio Nacional de Derechos Humanos que usted está proponiendo en su programa de trabajo, y también que abundara sobre el área especializada de investigación de violaciones a los derechos humanos.
Y la pregunta concreta, además de que abunde, es ¿cuál es la diferencia entre estas dos áreas?, si se supone que dentro del proceso natural de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos hay un tema de investigación. Las facultades que ya establece la ley, las generalidades que están ahí establecidas y que obviamente no me hace clic en términos de cumplir concretamente con lo que ya establece la ley.
¿Cuáles son las diferencias sustanciales en estas dos propuestas que usted plantea?
SENADORA ANGÉLICA DE LA PEÑA GÓMEZ: Le solicito que sea tan amable de tomar una pregunta de la sociedad civil y leerla en voz alta.
MAESTRO RICARDO ANTONIO BUCIO MÚJICA: ¿Por qué desea ser electo presidente de la CNDH?
SENADORA ANGÉLICA DE LA PEÑA GÓMEZ: Muy bien. Por favor, conteste las preguntas, si es tan amable.
Inicie la intervención tomando consideración, si es tan gentil, de su tiempo.
DOCTOR RICARDO ANTONIO BUCIO MÚJICA: Muy bien. Muchas gracias por las preguntas, senadoras, senadores.
El senador Gil, respecto a los juicios estratégicos, los casos, yo coincido totalmente, todos los casos tienen que tener una posibilidad de repetir nuevos casos.
Lo que se busca siempre, además de la reparación del daño, es que haya medidas de no repetición y eso pueda hacerse prácticamente en cualquier caso; sea un caso amplio, grande, de violaciones a derechos humanos, o sea un caso pequeño en donde alguna falla de la autoridad, alguna falla de algún servidor púbico en particular puede subsanarse de tal manera que se evite la no repetición.
Ciertamente, ello requiere una acción proactiva, y la utilización de la totalidad de las facultades que tiene hoy día la Comisión.
Usted habló de las acciones de inconstitucionalidad, del amparo vía el interés legítimo. Están también las recomendaciones generales, están también los informes especiales y está también, me parece, el trabajo de colaboración que tendría que hacer la Comisión con los órganos de tratados, con los comités que revisan el cumplimiento que hace el Estado Mexicano respecto de los compromisos que ha suscrito y también con los mecanismos especiales, tanto de Naciones Unidas como del Sistema Interamericano.
Hay una acción que podría, perdón, me refiero a, primero, en concreto a las acciones de inconstitucionalidad. Yo creo que tiene que haber, primero, una acción proactiva y dialogante de parte de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos con los poderes que están facultados para presentar iniciativas legales, de tal manera que se prevengan los contenidos violatorios a derechos humanos y se puedan incluso evitar las acciones de inconstitucionalidad.
Esto requiere que la comisión tenga un diálogo constante con este Congreso, que lo tenga también con el Poder Ejecutivo, que sea no solamente para la elaboración de las iniciativas sino para la supervisión de las políticas públicas.
En cuanto al amparo vía el interés legítimo, me parece que justamente en el caso del matrimonio igualitario, cuando las parejas del mismo sexo a partir del 2010 tuvieron que ampararse para poder tener el registro a la seguridad social, ese es un tema que pudo haber encabezado directamente la Comisión y no dejar que cada uno de los beneficiarios, de los solicitantes lo hiciera, tardara 10 meses cada proceso en resolverse, de tal manera que pudo haber hecho esto de manera colectiva y pudo haber realizado una recomendación general.
¿Para qué? Para que todas las instituciones de seguridad social, en todas tuvieran conocimiento en la decisión que tomó la Suprema Corte de Justicia de declarar constitucional el matrimonio igualitario.
Senadora Sansores: El área de diversidad sexual en el CONAPRED, en el momento en que yo tomé posesión, era responsabilidad de una sola persona. Lo que hicimos fue hacer que esta tarea fuera responsabilidad de la institución completa.
Emitimos una guía para la acción pública en las instituciones federales; tenemos hoy día una parte específica sobre políticas de homofobia contra la homofobia en el Programa Nacional de Igualdad y No Discriminación; atendimos la mayoría de los casos. El grupo que más recibió atención en términos de presentación de casos, fue el grupo de la diversidad sexual.
Participamos activamente con la Cancillería en todos los procesos de derechos humanos sobre orientación sexual e identidad de género, y también, regresando al tema anterior, nosotros emitimos una resolución por disposición porque las instituciones de seguridad social no daban el registro a las personas del mismo sexo, y me parece que es una resolución emblemática, en tanto que se tomó a partir de la interpretación del principio pro persona.
Creo que fue la primera resolución después de la reforma constitucional que se hizo a partir de un criterio de interpretación del principio pro persona.
Hoy día, la seguridad social está abierta, no sólo en el IMSS, en el ISSSTE, también en el Instituto de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas y en otras instituciones de seguridad pública estatal.
Senador Escudero:
Respecto de la recomendación, la relación de la recomendación con las quejas recibidas.
Si tenemos una claridad, una contabilidad específica y un análisis de cuáles son los contenidos por los cuales se queja mayoritariamente la población y también cuáles son las violaciones a los derechos humanos más frecuentes de las cuales no se queja frecuentemente la población, pero ahí están, eso puede dar pie a que podamos realizar informes generales, o podamos realizar recomendaciones generales.
Me parece que esa es, no tendríamos que atender caso por caso cuando ya sabemos que hay deficiencias estructurales en el sistema institucional, cuando ya sabemos también que hay contenidos débiles, o incluso a veces contradictorios a los derechos humanos en la legislación, en razón de que la legislación no se ha reformado totalmente, no se ha armonizado a partir de la Reforma en Derechos Humanos.
Y eso nos debería de llevar a recuperar el carácter recomendatorio original del Ombudsman.
El Ombudsman tiene un carácter recomendatorio en principio, que quiere decir un carácter preventivo.
Es una figura de recomendación para que el Estado prevenga todo tipo de violación a los derechos humanos y hoy día sólo se usa como una figura de recomendación a partir de que se dio una violación de derechos humanos.
Es un sentido recomendatorio distinto con el cual están trabajando hoy, no sólo ésta, me parece la gran mayoría de los organismos públicos de derechos humanos.
Senador Demédicis: sobre la pérdida de credibilidad.
Una institución de derechos humanos está basada en la autoridad moral. Es una magistratura de opinión; no tiene fuerza vinculante de su trabajo. Me parece que no la debe de tener.
Creo que debe de seguir delimitado el ámbito no jurisdiccional y el ámbito jurisdiccional. Pero eso requiere que la fuerza de la institución realmente esté centrada ahí y esté centrada a partir de la funcionalidad, la eficacia y los resultados que le dé a la ciudadanía.
También a partir de la cercanía. Se habló, en las anteriores preguntas, sobre cómo recibir o cómo atender, por ejemplo, las quejas de la población migrante.
Esta población y otros grupos de población que viven en una situación de vulnerabilidad no tienen que necesariamente acudir a la Comisión para poder presentar una queja.
La Comisión es quien tiene que acudir hacia donde están las víctimas. La Comisión tiene que buscar los espacios en donde se violan más, se violentan o están más vulnerados y en más posibilidad de violentarse los derechos humanos y para eso también tenemos que tener una acción proactiva para evitar las violaciones.
Recuperar la credibilidad tiene que ver con la cercanía de las víctimas, tiene que ver con la respuesta efectiva de las quejas, tiene que ver con un mecanismo de información claro, de tal manera que se pueda conocer en qué estado procesal está cada una de las quejas, que se pueda conocer el estado de incumplimiento de cada uno de los puntos recomendatorios y no solamente el tema de la aceptación global de una recomendación.
Que se pueda conocer la utilización, los criterios de utilización de cada una de las facultades y atribuciones que tiene el Ombudsman y que no sean criterios discrecionales que se utilizan de una manera en un caso, y de otra manera en otro caso, o no se utilizan.
Y tiene que ser una voz clara en la sociedad, una voz clara, una voz ética ante los límites morales y los límites legales del actuar público.
Creo que si logra tener estos elementos, la credibilidad de la Comisión se va a recuperar.
Senadora Gastélum:
Sobre la red de apoyo y la articulación con las organizaciones de la sociedad civil.
Yo planteo en el Programa de Trabajo básicamente que la Comisión Nacional de Derechos Humanos necesita tener tres tipos de articulación permanente, con una manera, una forma de diálogo, espacio de diálogo y de acuerdos que sean en función de los objetivos de la Comisión, es decir, en función de prevenir violaciones y de atender a las víctimas.
Uno de ellos es con las organizaciones de la sociedad civil, que defienden, que promueven, que se acercan a las víctimas, además reconociendo que prácticamente la totalidad de las instituciones que hoy día tiene el Estado Mexicano de defensa de derechos humanos, han sido fruto del trabajo previo de las organizaciones civiles.
Las organizaciones civiles comenzaron defendiendo los derechos de las personas con VIH-Sida, hicieron el primer trabajo para promover los derechos de las personas con discapacidad, empezaron a defender también los derechos electorales, la cultura democrática, la pluralidad, las minorías, los derechos de las minorías sexuales, los derechos de las minorías religiosas, la interculturalidad y evidentemente, los derechos de las mujeres.
Todos estos son procesos y muchos otros más, que han venido de organizaciones de la sociedad civil, que se han convertido en marco legal positivo y que hoy día tienen una función desde el Estado, tienen instituciones del Estado para ello.
Por ello, una red de apoyo, no me estoy refiriendo a una estructura institucional: me estoy refiriendo a un mecanismo de articulación y de coordinación permanente con las organizaciones civiles; pero también con las autoridades públicas. Las autoridades públicas son las responsables de cumplir con las obligaciones de respeto y garantía de los derechos humanos, no solamente son destinatarias de las quejas y las recomendaciones; y hay que hacer un trabajo preventivo con las instancias públicas que ya tienen además una enorme cantidad de mecanismos para hacer esta prevención.
El Sistema Nacional de Prevención, Atención y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres; el Consejo Nacional Consultivo de Política Migratoria; el Sistema Nacional de Personas con Discapacidad; la Coordinación Intersecretarial de Trata de Personas. Hay una enorme cantidad de instituciones que no solamente son del Gobierno Federal, algunas son también, integran también a los gobiernos de los estados, como la Secretaría Técnica para la implementación de la Reforma del Sistema de Justicia Penal. Ese es entonces un segundo ámbito de articulación.
Y el tercero son los organismos internacionales. La Comisión tiene que tener una manera no sólo de coadyuvar a que los casos se resuelvan: tiene que tener una manera de coadyuvar a que los casos no lleguen a los organismos internacionales porque se resolvieron primero aquí. Y además, coadyuvar a que las instancias nacionales cumplan con las recomendaciones y las observaciones, las sentencias incluso que se le hacen al Estado Mexicano por incumplimiento.
Creo que es claro cuando analizamos algunas de las recomendaciones que hizo el Mecanismo del Examen Periódico Universal o algunas de las sentencias que ha hecho la Corte Interamericana de Derechos Humanos; muchos de esos son casos y situaciones que pasaron previamente por la Comisión Nacional, que fueron mal atendidos, que no fueron resueltos, que no fueron debidamente llevados y que se llevaron hasta las instancias internacionales, y que después en lugar de haberse dado una respuesta directa responsabilizando a los funcionarios públicos que cometieron tal o cual abuso o atropello, el responsable queda siendo el Estado Mexicano.
Me parece que eso hay que evitarlo y la relación con los organismos internacionales, para eso también va a servir.
Senadora de la Peña, sobre la recomendación del caso Tlatlaya. Creo que es un caso, además de doloroso, de grave, de inaceptable, es muy conocido, se ha hecho un análisis amplio de la recomendación.
Yo quisiera destacar dos cosas de ella: primero, la dilación. No podemos, en ningún caso grave o no grave de violación a los derechos humanos, tener esta dilación; la dilación en la atención a los derechos humanos puede tener no sólo una afectación a las víctimas, como es este caso, puede tener no sólo una afectación en el acceso a la justicia, sino puede también conllevar las vidas humanas. Y yo tengo también información de casos en donde la dilación ha tenido efectos en la pérdida de vidas humanas.
Y el segundo es la anticipación. Me parece que la expresión que hizo el ombudsman nacional anticipando el resultado de la investigación, antes de que la investigación se diera, no sólo viola la confidencialidad de un proceso que está abierto, de una investigación que está abierta; sino de alguna manera también estaba dando una postura, una línea de lo que creía que iba a encontrar en la investigación.
Ese tipo de errores hacen perder la credibilidad pública y hacen perder también la credibilidad en el propio resultado de la recomendación y en el efecto que este va a tener, tanto en la reparación del daño como en la repetición de nuevos hechos.
Senadora Arriola: Sobre los temas clave, menciono el trabajo articulado con las autoridades y un sistema nacional de derechos humanos; no me estoy refiriendo a una definición legal, en donde haya un espacio más burocrático de análisis, pero sí una articulación funcional de la enorme cantidad de instancias que ha creado el Estado Mexicano para trabajar el tema de derechos humanos.
Tenemos las 33 comisiones o los 33 organismos, junto con las procuradurías; tenemos fiscalías de derechos humanos especializadas; tenemos subprocuradurías; tenemos secretarías estatales; tenemos subsecretarías; tenemos áreas, direcciones generales a nivel estatal, federal e incluso municipal.
Pero hay una desarticulación enorme, pese a que el artículo 1º constitucional, y en general el marco legal que nos rige a todos, nos da las mismas obligaciones y la misma perspectiva el trabajo de cada una de las áreas está desarticulado, no se potencia, y no ha logrado que México, pese al marco legal que ha creado, pese a la institucionalidad, haya modificado sustantivamente su relación con los derechos humanos.
Otra vez la integralidad de los derechos. Creo que las comisiones, en general la historia de relación de la ciudadanía con las comisiones, ha centrado la violación a los derechos humanos en algunos pocos derechos. Se han dejado de lado ciertos derechos que son indispensables para el desarrollo humano, para el nivel de vida adecuado de las personas, como lo son los derechos económicos sociales, culturales, ambientales, y tenemos una serie de mecanismos para los cuales podríamos tener ya una acción inmediata, incluso antes de tener quejas por esos temas.
Y refiriéndome a lo que había preguntado el senador Escudero; por ejemplo, los resultados de la investigación, de los informes que hace el CONEVAL, los resultados sobre la medición multidimensional de la pobreza, dan para realizar informes especiales y para hacer recomendaciones generales sobre desarrollo social, sobre desarrollo económico y también sobre desarrollo cultural.
México tienen otra serie de instancias a partir de la información, que genera el INEGI a partir de los procesos de investigación que tiene el CONACYT y la enorme red de universidades y centros de investigación que tiene el país, pero para eso hay que tener una visión integral de los derechos y saber que la interdependencia cuando se trabajan unos pero no se trabajan otros, la interdependencia está rota. Y es posible –en el mejor de los casos– reparar el daño, pero no va a ser posible la garantía de no repetición.
Senadora Dávila; Sobre el observatorio nacional y el área de investigación sobre violaciones graves, claro que todas las visitadurías, todo el trabajo de la Comisión está destinado a poder llevar un análisis a partir del marco legal, a partir de los mejores estándares internacionales sobre las violaciones a derechos humanos.
Pero esta nueva facultad que se dio a partir de la reforma constitucional, me parece que por el tipo de situación, por el contexto que ha vivido el país, por la coyuntura que tenemos, requiere un área especializada para la investigación en violaciones graves; que tiene que nutrirse de la información que genere toda la comisión, pero también de la información que pueden generar expertos externos, pero también en la información que pueden generar especialistas de organismos internacionales.
Tiene que ser un área que nos pueda dar la posibilidad de conocer la verdad, de que el derecho a la verdad en los temas de violaciones graves esté garantizado y que ello coadyuve al debido proceso y también al acceso a la justicia.
Y respecto del observatorio nacional, hay un trabajo que ya hace la sociedad civil mirando algunas situaciones el actuar de instituciones públicas y también el actuar específico de algunos organismos públicos de derechos humanos.
Pero no tenemos, tampoco hay una visión unificada, de tal manera que cada una de ustedes, cada uno de nosotros podríamos tener una perspectiva distinta y una percepción distinta sobre si hay problemas reales, o dónde están los problemas reales de derechos humanos en el país. No lo tenemos.
Hay un diagnóstico que se hizo ahora como base para el Programa Nacional de los Derechos Humanos. Es un diagnóstico que ayuda, que habría que complementar con el diagnóstico del Programa Nacional de Igualdad y no Discriminación, el del Programa Nacional de Migración, el del Programa Nacional para la Transversalización de la Perspectiva de Género.
Pero todavía con eso no tenemos una visión conjunta porque nos falta la perspectiva mucho más clara, mucho más de tierra, mucho más en relación con las víctimas de las organizaciones civiles.
Creo que tener un espacio en donde podamos conjuntar la información de cómo vemos el país, cómo vemos el avance en estos temas, cómo vemos la resolución que necesitamos dar, nos va a ayudar a no dejar espacios vacíos, a no omitir incluso por carga de trabajo, a no omitir espacios, a no omitir territorios, a que no haya discriminación en el acceso a la previsión de los derechos humanos por espacio territorial, que lamentablemente hoy hay, por la distribución del país, por la multiplicación de espacios y de comunidades pequeñas que tiene el país.
De tal manera que nos daría elementos para una agenda nacional, que es otra de las propuestas, y una agenda nacional en donde claramente las atribuciones y las responsabilidades de instancias públicas y civiles están delimitadas pero están relacionadas.
Respecto de la pregunta: ¿Por qué desea ser electo presidente de la CNDH?
Yo me he dedicado, durante toda mi vida profesional, a estar cerca de los grupos en población de vulnerabilidad.
He trabajado en centros de reclusión, he vivido en comunidades indígenas, he vivido con personas con discapacidad psicosocial, he trabajado en procesos de organizaciones durante 30 años y he buscado que desde el servicio pueda dar un acceso efectivo a los derechos.
Y yo he encontrado en el servicio público la manera de hacer real esta perspectiva, esta posibilidad de transformar la situación y yo digo que es básicamente para poder evitar todo el dolor evitable, que es posible hacer desde el Estado. Ese es mucho, mucho el que se puede hacer.
Esa es mi perspectiva, ese ha sido mi compromiso de vida y estoy convencido hoy día que si no hacemos una transformación a fondo, una transformación de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, hay un riesgo para el país grande, pero si lo hacemos hay una enorme oportunidad de dar el paso que ya se dio, que ya definimos legalmente a través de la reforma y que también en el discurso política y en la perspectiva social estamos anhelando y estamos necesitando.
SENADORA ANGÉLICA DE LA PEÑA GÓMEZ: Muchas gracias.
Por favor, es tan amable de que sea acompañado por el equipo técnico.
Agradecemos su participación.
DOCTOR RICARDO ANTONIO BUCIO MÚJICA: Muchas gracias y buenas tardes.
Y vamos a pedirle al maestro Raymundo Gil Rendón, que sea tan amable de venir a este pódium.
MAESTRO RAYMUNDO GIL RENDÓN: Muy buenas tardes.
SENADORA ANGÉLICA DE LA PEÑA GÓMEZ: Muy buenas tardes.
El procedimiento es que usted puede participar de manera general, alrededor de 5 minutos. Por favor tome previsión de su tiempo asignado y posteriormente haremos algunas preguntas.
Gracias.
MAESTRO RAYMUNDO GIL RENDÓN: Muy bien.
Con la venia Presidenta; Presidente.
Muy buenas tardes senadoras y senadores de la República.
El punto que me toca a mí cubrir es la idoneidad.
Las condiciones necesarias que yo estimo reúno para ocupar el cargo de Ombudsman.
En primer término, creo tener el perfil teórico, académico y la experiencia expertis práctica para ser defensor de los derechos humanos en este país.
Perfil académico:
Como ustedes saben, y está documentado en mi currículum y en la documentación que acompañamos, soy catedrático de varias universidades, empezando por la Alma Máter, la UNAM y otras más.
He estado, desde la licenciatura, enseñando derechos humanos, derecho de amparo, derecho procesal constitucional y recientemente en el postgrado, alrededor de hace unos 16 años, estoy enseñando la cátedra de derechos humanos, tanto en la especialidad en la UNAM, como en otras universidades.
También en la maestría Teoría de los Derechos Humanos y en el doctorado he dirigido algunas tesis en materia de derechos humanos. Ese es mi perfil.
Mi tesis doctoral precisamente es en materia de Ombudsman de 1998.
La tesis fue calificada óptimamente; tuve el honor de haber sido cuestionado por el maestro Burgoa, como Presidente, el Sínodo, y obtuve la mención honorífica.
El nombre de la tesis, es: Las Transformaciones del Ombudsman.
El libro lo tienen ustedes, lo entregué, cambió el nombre: El Ombudsman, en el Derecho Constitucional Comparado, de 1998 la tesis, y el libro de 2002.
En él reúno las propuestas necesarias para independizar al Ombudsman del Poder Ejecutivo y transformarlo en un Ombudsman Parlamentario cuya designación le correspondiera al Poder Legislativo.
En este caso, la Soberanía decidió que fuera el Senado de la República.
De ahí que yo concibo al Ombudsman como el origen del Congreso, es una “longa manus”, como dijera Álvaro Gil Robles, segundo Ombudsman en España, una mano larga del senado para vigilar al Poder Ejecutivo.
Y ahora, con la dinámica del Artículo Primero Constitucional para ser un verdadero defensor de los derechos humanos, un auténtico defensor del pueblo.
La primera propuesta sería transformar constitucionalmente de una Comisión de Derechos Humanos, que ya no tiene razón de ser, a una defensoría del pueblo. Es la primera propuesta.
De algunas propuestas que yo he hecho, algunas se han acogido por esta Soberanía.
En primer lugar, la autonomía de la Comisión.
En el año de 1999 se reformó la Constitución, donde se reconoce en la exposición de motivos, en tres páginas, mi tesis doctoral; donde se le da la naturaleza jurídica al Ombudsman de un órgano constitucional autónomo.
De esa manear contribuí no sólo a la creación de la Comisión como una institución autónoma, sino la proliferación de otros organismos constitucionales autónomos que hicieran verdadero contrapeso al poder público, abandonando la trilogía de los poderes y modernizándola al equilibrio de los mismos.
De tal suerte que se recogió la tesis, precisamente en la exposición de motivos doy cuenta en la página 601 de mi tesis doctoral, de mi libro, actualmente, y pueden ustedes constatar que esta propuesta, la propuesta de ampliar la competencia en asuntos laborales, la nueva propuesta que yo llevaría a cabo de ampliarla en asuntos de derechos políticos y del debido proceso constitucional.
Se recogió, también, las acciones de inconstitucionalidad, que fue una propuesta mía y que el Senado tuvo la “atinencia” de llevar a cabo esta Reforma Constitucional, que es importantísima para que el Ombudsman pueda plantear en abstracto la inconstitucionalidad de leyes.
De ahí que el Ombudsman es un brazo largo del Senado para equilibrar los poderes; pero una vez que es designado por el Senado, ya no recibe instrucciones de él, simplemente le rinde cuentas, colabora con él.
De tal suerte que una de mis grandes propuestas que yo recojo en mi programa de trabajo, es el nuevo andamiaje jurídico para poder hacer efectiva la filosofía de los derechos humanos, sustentada en el centro de imputación política y normativa de nuestro Estado constitucional, que es la persona y sus derechos humanos, que bien recogida en el artículo 1º constitucional, el poder revisor de la Constitución nos da una línea de acción para poder hacer valer los retos ante el derecho internacional de los derechos humanos.
Yo concibo la reforma como una constitucionalización del derecho internacional de los derechos humanos; de ahí que el trabajo es de andamiaje jurídico.
Propongo siete leyes reglamentarias constitucionales que son necesarias desde el año 2011, al artículo 1º, al artículo 3º, al artículo 6º, al artículo 11, al artículo 18, al artículo 29 y al artículo 33, amén del artículo 102-B, para transformarlo en una defensoría del pueblo.
Parece ser que mi tiempo ya concluyó. Disculpen ustedes.
Muchas gracias.
SENADORA ANGÉLICA DE LA PEÑA GÓMEZ: Muchas gracias.
La senadora Layda Sansores, por favor, va a hacerle una pregunta.
SENADORA LAYDA SANSORES SAN ROMÁN: Doctor, me gustó mucho su trabajo, lo felicito. Además es impresionante, tiene el pase automático a la Maestría por un promedio de 10; luego tiene el pase automático al Doctorado por un promedio de 10; mención honorífica, tiene el prestigio de ser un hombre respetable.
Me gustan estas propuestas de cómo extender la acción del ombudsman mexicano, coincido con ellas. Y en esta actuación del ombudsman de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, ¿cómo cambiar esta percepción que se tiene de inacción, de omisión?
Y algún comentario, estoy también en la Comisión de Migrantes, ¿qué hacer con la detención de migrantes? ¿Cuál es su percepción, cómo lo visualiza?
SENADORA ANGÉLICA DE LA PEÑA GÓMEZ: Me permite, le voy a hacer una pregunta.
Cuando usted habla de constituir un programa especial que tenga referencia sobre las violaciones graves de los derechos humanos y refiere que tienen que ser atendidas de manera inmediata, nos puede decir en función de la práctica que tiene la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, ¿Qué es lo que usted observa cuando hace esa aseveración?
Por favor, la senadora Mónica Arriola.
SENADORA MÓNICA ARRIOLA GORDILLO: Gracias. Bienvenido, maestro.
La pregunta sería, dada su experiencia y toda la currícula que estoy revisando ahora, en caso de usted resultar electo, ¿Qué compromiso asumiría frente a la sociedad civil y frente al Senado de la República para hacer un contrapeso real del poder y no sólo un gestor de quejas?
Es cuánto. Muchas gracias.
SENADORA ANGÉLICA DE LA PEÑA GÓMEZ: Senadora Diva Hadamira Gastélum.
SENADORA DIVA HADAMIRA GASTÉLUM: México tiene una fama de ser cliente frecuente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, y uno de los casos que más ruido causó fue el tema del campo algodonero.
Pero lo que más me preocupa cómo nos deslindamos, o sea, cómo no fuimos capaces desde la Comisión de los Derechos Humanos de resolver un problema tan grave, como fue los crímenes de odio en contra de las mujeres en Juárez.
Pero yo siempre me he preguntado, no solamente eso, sino que se fue a la Corte, obligan al Estado Mexicano y el Estado Mexicano dice: “No tengo dinero para pagar”.
¿Apoco la CNDH no pudiera darle seguimiento, no solamente antes, sino entre la Corte y después de la sentencia, no se podrá? ¿Tendrá que permanecer apática, lejana, diciendo: “No, esto ya pasó por aquí, ya está en otra instancia”?
¿Qué es lo que hay que hacer ahí?
SENADORA ANGÉLICA DE LA PEÑA GÓMEZ: Es usted tan amable de tomar una pregunta de la sociedad civil y leerla en voz alta, por favor.
MAESTRO RAYMUNDO GIL RENDÓN: ¿Cuál sería la relevancia del Consejo Consultivo en su actuación?
SENADORA ANGÉLICA DE LA PEÑA GÓMEZ: Muchas gracias.
En una sola intervención, por favor, conteste todas las preguntas.
MAESTRO RAYMUNDO GIL RENDÓN: En el orden de la suerte voy a contestar, si me lo permiten, la última. ¿Cuál sería la relevancia del Consejo Consultivo? Si me lo permiten, ¿o quieren en el orden?
SENADORA ANGÉLICA DE LA PEÑA GÓMEZ: Como usted decida.
MAESTRO RAYMUNDO GIL RENDÓN: Bien, muchas gracias. Creo que el Consejo Consultivo del ombudsman mexicano es una gran aportación, pero insuficiente.
Si bien es cierto, como su nombre lo indica, puede opinar, no tiene ningún carácter vinculatorio para el presidente de la Comisión, y eso lo desmerece. Es un consejo de adorno.
De adorno, porque no tiene fuerza coactiva, por lo menos dentro de la institución del ombudsman, entonces ¿para qué tener un consejo donde no tiene contrapeso el propio presidente de la Comisión?
Son comparsas del presidente. Es una tendencia del presidencialismo que, para mí, no me parece.
Me parece que ya estamos en un parlamentarismo, un siglo XXI, donde el Consejo Consultivo tendría que ser transformado, toda vez que es el único Consejo Consultivo de los 24 países que yo estudié en el mundo, que tiene Consejo Consultivo. Sí, pero hay que aprovecharlo; hay que –como dicen algunos legisladores– ponerle dientes; que de alguna manera se someta a votación las graves violaciones.
Y aquí me voy a la pregunta sobre las graves violaciones a los derechos humanos, toda vez que cuando fue concebido no se había entregado, que también no estoy de acuerdo, pero se le entregó el ombudsman la facultad de investigar graves violaciones a los derechos humanos. Y no estoy de acuerdo, porque la Corte debería de hacer esta función.
Pero bueno, independientemente de que ya la tiene la Comisión por mandato constitucional, entonces con mayor razón, con ese nuevo cambio a raíz del 2011, requiere una reformulación, una nueva estructura jurídica coactiva en lo interno para poder hacer contrapeso al propio presidente de la Comisión, que es omnímodo; él solamente firma y lo que firma de recomendación no hay manera de revisar o de cambiar y todos somos seres humanos, estamos sujetos al error, y yo creo que debe de haber correctores de representantes, hombres y mujeres, lo más distinguido de la sociedad mexicana, que coadyuve con la decisión del ombudsman.
Desde ese punto de vista sí el Consejo Consultivo, pero transformarlo.
Por otro lado, pasando a las respuestas de la senadora Layda Sansores. Muchas gracias por las flores, senadora. Yo estoy verdaderamente emocionado de estar en este recinto parlamentario, sé de la trayectoria de todas ustedes; créanmelo que yo las he acompañado modestamente en su lucha.
Participé en 2008 y 2009 en la capacitación de magistradas del Poder Judicial Federal, cuando el Consejo de la Judicatura todavía tenían a dos mujeres, que les preocupaban las mujeres; ahora como ya tiene hombres, no les preocupan las mujeres.
De tal suerte que yo soy muy sensible a esto, aunque me cuesta trabajo que me acepten, por el estereotipo y la educación, cuya culpa la tiene mi abuela de hacernos machos, y yo quisiera quitarme ese estigma, porque tengo dos hijas y tengo un hijo y mi esposa que me acompaña. Yo quisiera quitarme eso, pero tenemos que reeducarnos.
Antes que nada, mi respeto, porque yo he trabajado con usted; me ha costado mucho trabajo que me acepten, pero fui capacitador de magistradas federales. Logramos algunas sentencias con perspectiva de género en los años de 2008 y 2009.
Desgraciadamente y lamentablemente la política ha cambiado y ese uno por ciento dedicado a la perspectiva de género transversal se ha eliminado.
Yo, una de las propuestas sería pelear por que se le regrese el presupuesto a la perspectiva de género, el uno por ciento del presupuesto, por lo menos.
Contestando su pregunta, extender el ámbito de competencia de la comisión ahora defensoría del pueblo, según le llamo yo.
Pienso que está bien, se tardaron en ampliarla a los asuntos laborales. Propongo una ampliación en todos los ámbitos, toda vez que el ombudsman no vence sino convence a través de sus recomendaciones, sus argumentaciones y no son coactivas sus sentencias.
Simplemente son guías de acción vinculantes, cuando las aceptan las autoridades y que deben comparecer al llamado del Senado, lo cual es un avance, cuando no quieran aceptar una recomendación. Tienen que fundarlas y motivarlas y además regresan las autoridades, son supervisadas por el Senado, lo cual se me hace un grana cierto del Senado, y también el ombudsman regresa a rendir cuentas al Senado, toda vez que sí es un brazo largo del Senado para vigilar al Ejecutivo, que defender ahora los derechos humanos, pero tiene que rendir cuentas.
Entonces, el ámbito de competencia yo lo extendería para los derechos políticos, que también son derechos humanos, quitarnos ese estigma de que para asuntos electorales el ombudsman no puede intervenir, toda vez que no va a dictar sentencias, simplemente va a observar una inadecuada praxis política.
Y por último, con más cuidado, autorizar al ombudsman a vigilar al Poder Judicial Federal, toda vez que no hay prejuicio. En Suecia, en Finlandia, en Dinamarca, incluso el ombudsman presencia las discusiones de los tribunales constitucionales, es un contrapeso de los órganos terminales, pero vamos a poner un ombudsman que realmente se ponga a trabajar. Una vez trabajando y vigilado por el Senado, debe cuidar todos los aspectos de violaciones a los derechos humanos.
Entonces, sí ampliaría también y le llamaría el debido proceso constitucional, toda vez que estamos en un estado constitucional de derecho, hay que perfilarlo como vigilante del debido proceso constitucional: dilaciones en la impartición de justicia, verdaderas injusticias, presencia del ombudsman en el tribunal constitucional, la desvinculación ya del ombudsman del tribunal constitucional al Poder Judicial, son muchas ideas.
Es toda una reingeniería constitucional que he propuesto para poder hacer realmente práctico al ombudsman.
De tal suerte que sí estoy, en cuanto a la detención de los migrantes, es un programa fundamental y especial, es un problema gravísimo que no se haya atendido el problema de los migrantes.
Hay una opinión consultiva, 18, la primera 16, en materia del aviso consular, planteado inteligentemente por México. Después vino una 18; hay que atender nuestro estándar internacional, o sea, nuestros estándares internacionales que hemos generado nosotros mismos, México.
México llegó incluso con el caso de la opinión consultiva 16, escalar el asunto hasta la Corte Internacional de Justicia y demandar a los Estados Unidos y ganamos por el caso avena.
Entonces, por qué no fundarnos en lo que ya hemos obtenido y tutelar efectivamente en la práctica los derechos de los migrantes, vigilar que se aplique la Ley de Inmigración, la Ley de Población, eso es importante.
Y el ombudsman tiene la obligación y también todos los tratados internacionales sobre la materia, porque yo digo que el primer mandato que tiene el Ombudsman es el control de convencionalidad que ya tenemos en nuestro Artículo Primero.
La nueva filosofía de los derechos humanos, que fue un logro derivado de las 6 sentencias en contra de México, entre ellas el campo algodonero, donde logramos una garantía de no repetición, y logramos lo que nunca se había logrado en el sistema latinoamericano, lo que yo llamo el control convencional constitucional superlativo.
O sea, nos hicieron cambiar la Constitución, en otras palabras: Artículo Primero, Tercero, 11, 18, 29, 33 y 102.
Pero no está en las leyes; mi propuesta sería eso: coadyuvar en opinar en el Senado para que las senadoras pudieran apoyarse en los estándares internacionales de derechos humanos y proponer leyes reglamentarias que son necesarias, entre ellas las que acabo de mencionar.
En cuanto a la senadora Angélica. Qué opino yo de las violaciones graves. Qué haría yo prácticamente para abordar temas tan lacerantes como posibles delitos de la humanidad, como desapariciones forzosas, o lo que está sucediendo en nuestro país:
Accionar, actuar, aplicar los tratados internacionales que el Senado ha ratificado.
El Senado tiene toda la estructura jurídica para supervisar, a través del Ombudsman, que es el brazo largo, la interpretación y aplicación de los tratados internacionales mediante el control de convencionalidad y el principio por persona.
El Senado tiene hoy en día, históricamente, la gran responsabilidad y el reto de transformar al país con base en el cumplimiento de los tratados internacionales que México ha ratificado. Ese es el control convencional legislativo que señala el Artículo Segundo de la Convención Americana.
En la práctica, inmediatamente medidas precautorias. Aplicar el protocolo de la Convención Internacional, de Desaparición Forzosa, y la Convención Interamericana de Desaparición Forzosa, y de inmediato, en este caso tan lacerante, medidas precautorias de preservación: 72 horas.
¿La autoridad y el Ombudsman dónde está, dónde estuvo? Nadie sabe, nadie supo. Nunca estuvo. No es posible eso.
Por eso es inexistente el Ombudsman. No lo digo yo, lo dicen los jóvenes: que no perciben un Ombudsman defensor de los derechos de todos los mexicanos.
Bien; no voy a ahondar. Simplemente está el brazo de la medida precautoria, que es la gran joya de la corona, que fue tomada de nuestra suspensión del acto reclamado y que de esa manear podemos nosotros mantener las cosas en el estado que guardan las violaciones.
En relación con mi experiencia y el compromiso que yo pudiera tener con la sociedad civil.
Yo me debo a la sociedad. Siempre he sido un abogado postulante, me rijo bajo la máxima “honeste vivere”, que creo cumplir honestamente; puedo ser ampliamente auditado
Y bueno, pues yo, como me debo a la sociedad civil, tengo que regresarle lo que me ha dado. De tal suerte que yo soy el idóneo para ser el defensor del pueblo.
¿Y por qué del pueblo? Porque me he inspirado en el Artículo Primero de la Constitución, de la gran Constitución Liberal de 1857. El pueblo reconoce que la base y objeto de todas las instituciones sociales son el respeto de los derechos del hombre. La ley garantizará el uso y disfrute de esos derechos.
Por eso es que yo creo que le falta a la Constitución la defensa, el principio de defensa tenemos todos en el Artículo Primero, pero falta la defensa, que yo creo que se le puede confiar al nuevo Ombudsman, el nuevo defensor del pueblo, o defensor de los derechos humanos de la sociedad civil.
Y, por último, respecto al campo algodonero: Es un tema muy difícil; me duele tremendamente.
Contribuí, en 2008 –usted, senadora, puede consultarlo- con una “amicus curiae”, que trabajamos en la especialidad de derechos humanos, sobre todo pues las mujeres, que eran y han sido mayoría. Más del 52 por ciento de mis alumnas son mujeres. Me han sensibilizado en el tema y logramos contribuir con un amicus curiae a la sentencia del campo algodonero contra México.
De tal suerte que me parece el trabajo de Lagarde, extraordinario por esta definición, fue una reivindicación histórica. La lucha de ustedes han sido verdaderas reivindicaciones, históricas porque han luchado contra el poder dominante de la cultura del macho en México; y yo no puedo más que estar agradecido.
Agradecido que ustedes han logrado seis sentencias, porque de seis, cuatro mujeres acompañaron el asunto hasta la Corte Interamericana; salvo Castañeda, que fue solo; después ya en la segunda, campo algodonero, las organizaciones de madres desaparecidas de tres, dos menores de edad; la aplicación, yo, me fascina esta sentencia porque se logra por primera vez la aplicación de la CEDAW, el Convenio Internacional de No Discriminación, la Convención Interamericana en contra de la Violencia, Belém Do Pará; y finalmente la Convención Internacional del Niño.
Creo yo que es una sentencia paradigmática y que es una garantía de no repetición para que entendemos los mexicanos que ya no podemos seguir discriminando a las mujeres.
Yo aplaudo esa sentencia, como otras más, como el caso de Rosendo Radilla; pero en lo personal, sí me sensibiliza mucho el caso del campo algodonero y espero que aprendamos la lección, como por aquí se decía; no hemos aprendido la lección.
Tenemos la mejor Constitución del siglo XXI y no hemos podido completar toda la visión del poder revisor de la Constitución.
Creo que con eso termino mi intervención. Si hay alguna otra, con mucho gusto, estoy a sus órdenes
SENADORA ANGÉLICA DE LA PEÑA GÓMEZ: Muchas gracias. Agradecemos su presencia. Le vamos a pedir al equipo técnico que le acompañe fuera del recinto.
Solicitamos la presencia del doctor Luis Armando González Plascencia, por favor.
Buenas tardes, doctor. Vamos muy atrasados, tenemos que agradecerles a todos ustedes su paciencia y bienvenido al Senado.
Tiene usted cinco minutos de una intervención general, por favor, y posteriormente pasaremos a las preguntas y en ese momento, tomará usted una pregunta de la sociedad civil, que se encuentra en la urna transparente a su derecha.
Acá están los relojes para que pueda verificar su tiempo. Si es tan amable.
DOCTOR LUIS ARMANDO GONZÁLEZ PLASCENCIA: Muchas gracias.
Senadoras, senadores, público en general, amigas y amigos de los medios, muy buenas tardes a todas y a todos.
Como saben, en México vivimos hoy una muy desafortunada paradoja: tenemos el mejor marco jurídico de nuestra historia, uno de los más grandes sistemas de defensa y protección a los derechos humanos del mundo; un presupuesto que rebasa los mil millones de pesos para operarlo y sin embargo, estamos viendo la peor crisis en la materia en las últimas décadas.
Desafortunadamente, en derechos humanos estas crisis se miden en ejecuciones, en desapariciones, en torturas y en vejaciones: propiciadas, toleradas o consentidas por el poder y, peor aún, también se miden en la falta de respuestas a las víctimas.
Los casos más recientes, Tlatlaya y Ayotzinapa, sólo representan una muestra de lo que acontece en muchas otras regiones del país. Que las autoridades sean indiferentes al dolor de las víctimas, es inaceptable; pero que sean ellas mismas quienes secuestran, asesinan, encubren y torturan, es absolutamente indignante.
Por esta razón, luego de mucho pensarlo, decidí participar. En este contexto de violencia, incertidumbre y desconfianza institucional, buscar la CNDH debe implicar para cualquiera que aspire a ello, un compromiso moral.
Es urgente revisar el rol que una institución como la del ombudsman nacional ha jugado y debe jugar en el aquí y el ahora del país. Tengo la certeza de que se requiere de inmediato recuperar su autonomía; y eso les involucra a ustedes y a quien resulte electa o electo.
A ustedes porque, como electores, les toca garantizar que la o el ombudsman no llegue amarrado por compromisos de ningún tipo, con ninguna fracción, por un sector o por un partido. Y a él o ella, porque tiene simplemente la obligación de ser autónomo.
El país no se puede dar el lujo de un ombudsman sumiso. Es importante que tenga la independencia necesaria para ejercer libremente la magistratura de opinión que representa. Su voz tiene que oírse respetuosa, pero firme, y ser creíble cuando denuncia, cuando recomienda, tanto como cuando reconoce y coadyuva.
Y es que la autonomía para generar confianza en la ciudadanía, pero sobre todo para lograr empatía con las víctimas.
Resulta imprescindible articular una Agenda Nacional de Derechos Humanos que emerja de la propia sociedad civil, como si estuviera desde abajo para que tenga legitimidad y promover que se ejerza desde los tres poderes en todos los niveles de gobierno.
Por eso creo que en esta elección, más que elegir al Presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, está el juego la elección de quien lidere moral e institucionalmente en materia de derechos humanos el sistema en el país al lado de las organizaciones de la sociedad civil, al frente del sistema ombudsman nacional, y de cara al Estado en su conjunto, para que las y los servidores públicos cumplan sus obligaciones y deberes constitucionales con perspectiva de derechos humanos.
Estoy convencida de que cuando se mira a los derechos desde una distancia pública, hay que tener visión de Estado; pensar sistémicamente y transdisciplinariamente. Se requiere de una mirada comprensiva de los problemas y de las soluciones posibles en un esquema multidimensional de corto, mediano y largo plazo.
Cuando mi equipo y yo llegamos a la CDHDF, tomamos una comisión muy prestigiada y la llevamos todavía más lejos. Consolidamos la presencia de un ombudsman local a nivel nacional e internacional. Ejercimos un mandato amplio, una intensa actividad desplegada con una visión comprensiva de nuestro ámbito de influencia, empoderando víctimas, construyendo ciudadanía, generando sinergia, siempre alrededor de una visión estratégica y no sólo jurídica o formalista del potencial de los derechos humanos.
Mi capacidad para formar equipo, para conducirlo y para sensibilizarlo a favor de las personas está probada y sigue vigente.
Dirigí una institución que constituye un caso de éxito, que contrastó notablemente con el resto de las Comisiones de Derechos Humanos del país y que la superó por mucho.
Lo que hice ahí puedo hacerlo ahora desde la Comisión Nacional.
Lo más importante es que lo que nos motiva, tanto a mí como a mi equipo de trabajo, es volver a poner nuestro talento, nuestras habilidades y nuestras ganas al servicio de las víctimas, en aras de contribuir con la construcción de paz y de una sociedad que encuentre en los derechos humanos la esencia de su propia dignidad.
No soy un hombre de poder, pero sé usarlo para empoderar a quien lo necesita. Lo hice antes y sé perfectamente bien cómo hacerlo ahora.
En mi experiencia y buenos resultados baso mi idoneidad para dirigir la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
Senadoras, senadores: Se dice por todas partes que esta será una decisión política; pues creo que este es un buen momento para darle altura a la política.
Dicho muy en serio y muy honestamente, en estos momentos por los que pasa el país, la ciudadanía necesita certezas y no promesas.
Ustedes decidirán si afrontan el costo de más de lo mismo o el beneficio de una renovación que guíe la transformación de nuestro Sistema Nacional de Derechos Humanos.
En sus manos está la credibilidad del proceso y con ello la legitimidad del o la próxima ombudsman.
Muchas gracias y muy buenas tardes.
SENADORA ANGÉLICA DE LA PEÑA GÓMEZ: Bien, vamos a iniciar la ronda de preguntas. Todas van a ser realizadas en un solo acto y posteriormente las contestarás, si eres tan amable, y tomarás una pregunta de la urna, que son preguntas de la sociedad civil.
Tiene la palabra la senadora Adriana Dávila.
SENADORA ADRIANA DÁVILA FERNÁNDEZ: Gracias, Presidenta.
Quisiera repetir la pregunta que he hecho a algunos de los participantes. Sé que los temas de Tlatlaya y Ayotzinapa están sobre la mesa, pero son temas emblemáticos hoy en la circunstancia que el país vive y lo que ha generado una opinión internacional nada favorable al país, y que si no ponemos atención puede repetirse en algunos otros lugares del país.
Yo quisiera saber su opinión, en ese sentido. Quisiera saber qué hubiera hecho distinto a lo que se hizo y me gustaría que además nos platicara y nos dijera cuál es su visión respecto al tema de rendición de cuentas.
Entiendo que en el tema de transparencia pudiéramos establecer el presupuesto que ya tiene la Comisión; pero en el tema de rendición de cuentas, ¿qué es lo que haría usted en el proceso de rendición de cuentas en caso de resultar electo?
SENADORA ANGÉLICA DE LA PEÑA GÓMEZ: Muchas gracias.
La senadora Layda Sansores, por favor.
SENADORA LAYDA SANSORES SAN ROMÁN: González Placencia, me gustó su trabajo, aprecio su valor, su independencia demostrada en los hechos como presidente de la Comisión de los Derechos Humanos aquí en el Distrito Federal.
Cuando leo textual y atiendo este proceso sin acudir al cabildeo, porque es imprescindible que quien asuma la presidencia de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, comience su labor sin deberle nada a nadie, sin ningún tipo de atadura que pueda provenir de compromisos derivados del apoyo recibido. Me encanta.
Yo sólo le preguntaría, porque su trabajo y sus recomendaciones en un momento crítico cuando los hechos de la represión del 1 de diciembre del 2012, que me parecieron muy valientes, usted vivía por esos momentos, era un momento estelar en su ejercicio profesional. Y cuando se esperaba que fuera usted reelecto, hay una curiosidad ciudadana, digámosle así, curiosidad de mujer, ¿por qué no aceptó la reelección?
Hay quienes dicen que fue presión política, fue cuestión personal o como dicen, motivos de salud.
DOCTOR LUIS ARMANDO GONZÁLEZ PLASCENCIA: Eso último no.
SENADORA ANGÉLICA DE LA PEÑA GÓMEZ: Bien.
Senadora Diva Hadamira Gastélum.
SENADORA DIVA HADAMIRA GASTÉLUM: Oiga, a qué se refiere usted en una parte de su plan, se lo voy a leer como dice:
“Convocar de manera amplia e incluyente a las organizaciones de la sociedad civil”; y lo que a mí me preocupa es lo que sigue: “Y desistirse de litigios existentes en contra de organizaciones de la sociedad civil o persona defensora de derechos humanos”.
¿Qué es eso?
SENADORA ANGÉLICA DE LA PEÑA GÓMEZ: Senador Roberto Gil.
SENADOR ROBERTO GIL ZUARTH: Gracias, presidenta. Bienvenido, maestro González Placencia.
Una pregunta muy breve. En su paso por la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, ¿cuál sería el caso más emblemático que le tocó a usted conocer? ¿Por qué lo seleccionaría como un caso que revela su actitud frente a la defensa de los derechos humanos?
¿Cuáles eran las características de ese caso? Y ¿Por qué de alguna manera usted se ve reflejado en la atención de ese caso?
Por su atención, de antemano muchas gracias.
SENADORA ANGÉLICA DE LA PEÑA GÓMEZ: Doctor, usted como presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, le tocó convivir con la actual presidencia de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
¿Nos puede platicar brevemente –y esa es mi pregunta– qué fue lo que aconteció que ambas comisiones, tan emblemáticas, no hubiesen dado una impresión, una imagen pública de una coordinación efectiva, poniendo el interés superior de las víctimas de manera relevante?
Y sobre todo, desde este enfoque que se ha planteado por muchos de los ponentes, de la indispensable constitución de un sistema nacional de protección y defensa de los derechos humanos desde los organismos autónomos.
Le pido que tome una pregunta de la sociedad civil y la pueda leer en voz alta, y posteriormente en una sola intervención, nos conteste todas las preguntas. Ojalá que lo pueda hacer de manera sintética.
Gracias.
DOCTOR LUIS ARMANDO GONZÁLEZ PLASCENCIA: Gracias, senadora.
La pregunta es: ¿Cómo actuaría la Comisión Nacional de los Derechos Humanos para garantizar el derecho a la verdad en violaciones graves a derechos humanos?
Comienzo entonces. Yo quiero empezar diciendo que los casos de Tlatlaya y de Ayotzinapa nunca debieron ocurrir. Son ahora la punta del iceberg, han sido notorios pero no son los únicos, desafortunadamente.
Y hemos tenido en el país, en los últimos 10 años por lo menos, muchos focos amarillos que debieron alertarnos para que estos casos no ocurrieran.
Dado que ocurrieron, me parece que la función de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos era estar ahí inmediatamente, era atenderlos de manera inmediata, directa, al lado de las víctimas, sin precipitaciones, porque creo que en casos como estos es muy delicado precipitar cualquier valoración. Primero hay que saber qué es lo que está ocurriendo.
Y hay que tener siempre claro que la carga de la prueba en estos casos la tiene la autoridad.
Por eso es importantísimo estar, primero que otra cosa, al lado de las víctimas.
Y me parece también que más allá de la función de defensa que tiene la Comisión Nacional, es importantísimo entender que hay una función de prevención, de presencia en todos estos lugares que requieren de trabajo que permita recomponer, digamos, o por lo menos identificar las rupturas del tejido social donde se dan para que, en su caso, se den las alertas necesarias.
Yo creo honestamente que estos dos casos representan situaciones que nunca debieron ocurrir.
Sobre el tema de la rendición de cuentas.
Creo que una Comisión de Derechos Humanos, en general las instituciones de Estado, pero con más razón una institución Ombudsman, tiene que partir del principio de máxima publicidad.
La rendición de cuentas tiene que ser proactiva. No basta con responder a las preguntas que se hacen desde la sociedad a través de los mecanismos de transparencia.
Esta rendición de cuentas tiene que ser de tal manera que la gente con meterse a la página de la institución, pueda ver claramente en qué se gasta el presupuesto, cómo se gasta, cómo se ejerce cada peso que la institución tiene, cómo se emplea.
Y no solamente en términos monetarios, no solamente en términos económicos.
Esta rendición de cuentas me parece que también incluye la posibilidad de que el Ombudsman dé la cara frente a, pues todas sentidas acciones que pueden resultar controvertidas.
Por eso me parece que un factor fundamental para el trabajo del Ombudsman es que sea valiente, que no tenga ningún compromiso con nadie para efectivamente poder salir y dar la cara frente a cualquier situación.
El 1° de diciembre, senadora Sansores, fue un caso muy interesante. Probablemente le respondería también, senador Gil, con este caso, porque me parece que fue emblemático por muchas razones.
Tuve la fortuna, de verdad que tuve la fortuna de trabajar varios casos en la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, que son muy conocidos a nivel nacional.
El caso “News Divine”, lo dirigí yo; la investigación la dirigí yo, y luego el caso “Súper Vía”, que es emblemático también por lo que significó, y desde luego este caso 1° de diciembre, que me parece que demuestra cómo es posible hacer una investigación perfectamente bien hecha. Con toda la evidencia concatenada, con una argumentación muy sólida, de manera tal que era incontrovertible el resultado que obtuvimos.
Como ustedes recordarán, se criticó mucho en su momento a la Comisión por haber intervenido, pero demostramos puntualísimamente, demostramos que se detuvo a personas que no tuvieron nada que ver con los hechos y que se dejó afuera a quienes sí tuvieron que ver con estos hechos.
Y la intervención de la Comisión era fundamental porque si no intervenimos ahorita, y por muchos años más, habría personas en la cárcel, habría jóvenes en la cárcel, acusados de un delito sumamente grave.
Creo que ese caso es emblemático en efecto por todo lo que representó: por la proximidad con las víctimas, por los resultados que tuvo y porque fue un caso, insisto, muy bien investigado.
¿Por qué renuncié a la posibilidad de la reelección? Porque se dio un momento, senadora, en la que la valoración que se estaba haciendo, no era una valoración sobre mi trabajo.
Hubo, precio a ese momento, una valoración de la Comisión de Derechos Humanos de la Asamblea, que fue positiva. Hubo un amplísimo apoyo social, más de 400 cartas de apoyo, entre organismos de la sociedad civil, embajadas, personalidades de la vida pública, que no fui yo a pedir la firma, sino que estaban respaldadas –y siempre lo dije- cada una de esas cartas estaba respaldada en un trabajo conjunto con todos quienes apoyaron.
Entonces, cuando ya –digamos– en un texto lo puse y que titulé: “Justicia o malicia”, porque cuando empieza a haber otro género de argumentos me parece que no hay razones para debatir y entonces tomé la decisión, efectivamente, de renunciar a la reelección.
Senadora Gastélum, me parece que uno de los elementos que puede generar legitimidad a la Comisión es el trabajo con las organizaciones. Eso hicimos en la Ciudad de México: convocamos a una amplia red de organizaciones de sociedad civil y el propósito era definir la agenda, una agenda ciudadana de derechos humanos, que nos hace mucha falta.
Esa agenda ciudadana tiene que ser compatible, desde luego, con los programas que hay en el Estado, el Programa Nacional de Derechos Humanos y otros programas más. Pero es importante conocer el sentir de las personas, es importante conocer el sentir de la gente y sobre todo, de las organizaciones que en este país tienen una amplísima experiencia en materia de derechos humanos.
Yo puedo decirle que muchas de estas organizaciones hacen un trabajo, mejor trabajo que muchos de los organismos públicos y por eso hay que convocarlos y por eso hay que formular esta agenda conjunta.
Sobre los litigios, desafortunadamente en la actual administración de la Comisión Nacional, se han dado casos en los que el ombudsman ha litigado contra personas defensoras de derechos humanos o contra organizaciones de la sociedad civil, que se han amparado contra sus resoluciones.
Me parece que no puede darse una situación de esta naturaleza, el ombudsman no puede reaccionar así. Si se equivocó tiene que reconocerlo y si no, me parece que hay otros mecanismos para no minar la autoridad moral de la institución con situaciones como estas.
Senador Gil, bueno, ya le decía, este caso del 1 de diciembre, puedo citarle también el de la superba. Creo que una de las experiencias más importantes de mi vida es que cuando presentamos la recomendación de supervía, las y los peticionarios se pararon detrás de nosotros para apoyar esa recomendación.
Creo que el trabajo que hicimos en aquel momento, fue un trabajo… no se trataba de una tortura, no se trataba de uno de estos casos gravísimos de violaciones a derechos humanos; pero se trataba de una circunstancia que ponía en riesgo la Ciudad de México, el medio ambiente de la Ciudad de México, los derechos culturales de un grupo de personas que fueron afectadas.
También creo que ese sería, sin duda, un caso emblemático de los que me tocó ver.
¿Qué aconteció, senadora de la Peña, para no coordinarnos con la Comisión Nacional?
La Comisión Nacional y la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal siempre tuvieron comunicación, siempre hubo coordinación en los casos, siempre hubo un trabajo conjunto, igual que con el Gobierno de la Ciudad.
Creo que donde no coincidimos fue en que, yo diría que mientras que la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal tenía una visión amplia de su mandato; la Comisión Nacional de los Derechos Humanos siempre tuvo una visión extremadamente formalista.
Entonces, había ahí un desencuentro: nosotros pensábamos que podíamos ir más allá y que si nos coordinábamos con los demás, como lo hicimos, hay ejemplos muy claros en donde pudimos coordinarnos hasta con 15 comisiones locales de derechos humanos, y logramos cosas muy interesantes, por ejemplo, en materia de migración.
Pero cuando empezábamos a encontrar que la Comisión Nacional se molestaba por eso, bueno, entonces ahí no hay manera de trabajar conjuntamente.
Creo que el ánimo siempre estuvo para trabajar. Yo siempre dije que la Comisión de Derechos Humanos era una comisión local con una vocación global, que lo que podíamos trabajar para la Ciudad de México podía servir también para el país y lo refrendo ahora.
Creo que, efectivamente, ese sistema al que muchos de nosotros nos hemos referido, hoy es un sistema que no sirve para nada; está muerto, que hay que reactivar y hay que poner a trabajar con proyecto.
No es nada más un sistema de amigos o un mecanismo para hacer turismo por el país. Tiene que ser un sistema que efectivamente, genere resultados.
Leo nuevamente la pregunta: ¿Cómo garantizar el derecho a la verdad en violaciones graves a derechos humanos?
Creo que el derecho a la verdad involucra la posibilidad o la necesidad de ser absolutamente abierto, de cara a las víctimas, con respeto pleno a aquellas cuestiones que, desde luego, a las propias víctimas tienen derecho a saber, pero no el resto de la ciudadanía.
Creo que hay que hacer una diferencia muy clara ahí entre quiénes son los destinatarios de este derecho, quiénes son los sujetos de este derecho que son, sin duda, las víctimas.
Una cosa que me parece importantísima es que ellas son quienes tienen que tener el primer acceso a la verdad.
Es inconcebible, casos ha habido, desafortunadamente hay muchos casos en los que las personas se enteran por los medios de comunicación de los avances, de los hallazgos y desafortunadamente no en todos los casos eso corresponde con la verdad.
El derecho a la verdad me parece, el primer derecho que tiene una víctima, incluso ellas mismas así lo plantean, a veces más que buscar castigo de los responsables, lo que quieren es saber qué es lo que pasó. Y creo que en el contexto de desapariciones que estamos viviendo hoy en el país, este derecho a la verdad se torna fundamental.
Muchísimas gracias.
SENADORA ANGÉLICA DE LA PEÑA GÓMEZ: Muchas gracias, doctor González Placencia por su participación.
Le pedimos al equipo técnico que lo acompañe a la salida.
DOCTOR LUIS ARMANDO GONZÁLEZ PLASCENCIA: Hasta luego.
SENADORA ANGÉLICA DE LA PEÑA GÓMEZ: Pasaremos a la última comparecencia, de Salvador Abascal Carranza. Le pedimos que sean tan gentiles de pasarlo al pódium.
Buenas tardes, bienvenido al Senado. Sabemos que tiene acá muchas horas. Le agradecemos su paciencia.
Con usted vamos a terminar las comparecencias.
El procedimiento ya lo conoce usted, lo ha escuchado repetidamente en cada intervención; ya no se lo digo, vamos directamente, por favor, a su intervención.
SALVADOR ABASCAL CARRANZA: Muchas gracias. Esperemos que se cumpla aquello de que los últimos serán los primeros.
Ayer yo de hecho preparé esta intervención de acuerdo a la convocatoria, los cinco minutos de acuerdo a la idoneidad para el cargo.
Escuché durante todo el día, no solamente en la mañana sino todo el día que la mayor parte de los participantes también exponían algo de su programa. Ustedes lo tiene ese programa, pero quisiera, antes de decirles por qué creo que soy idóneo al cargo, algunos puntos que me parecieron relevantes y de lo que no se ha comentado incluso de todos los demás participantes.
Se ha hecho la pregunta reiteradamente de qué hacer nuevo, diferente, con la Comisión.
En primer lugar, hay que hacer un diagnóstico integral del desempeño de la Comisión. Esto para, primero, encontrar aquellos temas de las áreas sustantivas que hay que reforzar, corregir las deficiencias que en el proceso se manifiesten y, con base en lo anterior, hacer una revisión integral de las quejas atendibles que no se hayan resuelto, de las quejas susceptibles de recomendación y de las recomendaciones que no se hayan aceptado; de las que se hayan rechazado, de las aceptadas que no presenten pruebas de cumplimiento total o que hayan sido cumplidas parcialmente, y de los casos en que los servidores públicos no acepten la recomendación a comparecer o la llamada del Senado a comparecer.
Esto son temas sumamente importantes para la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
Asimismo, es importante que la Comisión Nacional impulse ante el Congreso de la Unión la aprobación de las leyes reglamentarias del artículo primero constitucional, párrafo tercero, que dice algo tan claro como que todas las autoridades en el ámbito de competencia tienen la obligación de promover, etcétera, etcétera.
Dice: “En consecuencia, el Estado deberá prevenir, investigar, sancionar y reparar las violaciones a los derechos humanos en los términos que establezca la ley”.
Esa ley aún no existe, es decir, la ley reglamentaria de este párrafo tercero del Artículo Primero Constitucional.
Y, un punto más, sería el tema del Artículo Tercero Constitucional, que también fue reformado en 2011, para establecer la obligación del Estado de impartir formación en derechos humanos de manera transversal a la educación nacional.
Hasta la fecha, no se ha cumplido tampoco con ese buen propósito del reformador constitucional. Y creo que incluso valdría la pena explorar la necesidad de una recomendación general al gobierno por esa omisión. Porque sí es competencia de la Secretaría de Educación Pública, según lo que establece la propia Constitución.
Respecto de mi idoneidad, desde hace más de 25 años he consagrado parte fundamental a mi actividad académica, cívica, política, de escritura y conferencista a la promoción, defensa y difusión de los derechos humanos.
En 1988, antes de que existiera en el país, ninguna otra organización de la sociedad civil, dedicada a la promoción, defensa y difusión de los derechos humanos, fui cofundador, actualmente solía ser presidente, de la Comisión Mexicana de Derechos Humanos.
Hace 25 años escribí, en coautoría con el doctor Tarcisio Navarrete, el libro: “Los Derechos Humanos al Alcance de Todos”, y soy coautor de cuatro libros más.
Como diputado federal en la LV Legislatura del Congreso de la Unión, participé en la discusión, tanto de la Reforma Constitucional del Artículo 102, apartado “B”, como en la formulación de la Ley de la Comisión de los Derechos Humanos.
En 1996, siendo catedrático de filosofía del derecho, promoví la fundación de la primera cátedra de derechos humanos en la licenciatura de la Escuela de Derecho de la Universidad Iberoamericana, además de impartir dicha materia durante muchos años.
Fui el primer presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, de 1994 a 97.
En ese periodo coincidí felizmente con la presidencia del doctor Luis de la Barreda, y juntos emprendimos acciones de gran relevancia para la defensa y protección de los derechos humanos de las personas más desprotegidas de esta gran Ciudad.
Una de las acciones que promoví en aquel tiempo, fue la del diseño de un cuadernillo de derechos humanos para niños de primaria, avalado por la SEP e impreso con los recursos de las tres instituciones a las que me he referido, proyecto que por cierto urgiría retomar y reforzar de acuerdo con el Artículo Tercero.
Soy autor de la primera iniciativa de ley de objeción de conciencia, que actualmente espera su oportunidad para ser discutida.
He recorrido el país impartiendo conferencias, cursos y talleres sobre derechos humanos.
Mi participación en las organizaciones de la sociedad civil, defensoras de los derechos humanos, ha sido también ininterrumpida, así como en mi autoría en innumerables artículos sobre la materia.
Participé en el programa “libre acceso”, uno de los primeros programas en México para defender los derechos de las personas con discapacidad.
Participé en la defensa del derecho a una vivienda digna para 200 familias en la comunidad de Santa Martha del Sur, entre otras comunidades.
Promoví la publicación de la traducción de la declaración universal de los derechos humanos a 6 lenguas indígenas.
Diseñé una estrategia de visitas a los centros penitenciarios y hospitales psiquiátricos del Sector Salud del Distrito Federal, cuando era yo presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la Asamblea Legislativa.
El cabal respeto al Estado de Derecho y a los derechos humanos es casi lo único que puede construir una civilización libre.
Soy un hombre de criterio independiente, de valor y de profundas convicciones, sin ataduras ni intereses partidistas.
Mis únicas ataduras han sido siempre, y serán, las de la verdad y la justicia.
La pureza ciudadana no existe si lo que se pretende es que los servidores públicos, o las aspirantes y hacerlo, sepan bien su oficio.
La idea de que los políticos son todos sectarios, pasa por alto que los políticos somos todos nosotros.
Aristóteles decía, que: “si la política no es ética, no es política”. Pero también añadía en la “ética nicomaquea”, que: “si la ética no es política, tampoco es ética”.
Muchas gracias por su atención.
SENADORA ANGÉLICA DE LA PEÑA GÓMEZ: Muchas gracias.
Comenzamos las preguntas:
La senadora Adriana Dávila. Por favor.
SENADORA ADRIANA DÁVILA: Muchas gracias.
Igual, reconocerle que haya estado durante todas las comparecencias del resto de los compañeros que participaron. Y bueno, ya estamos un poco retrasados.
Nada más: en su plan de trabajo establece la posibilidad de que la CNDH pueda ser conciliadora entre particulares y autoridades y que permita llegar a reparaciones sin necesidad de recomendaciones.
Yo quisiera que especificara ese tema, porque pudiera parecer que aquí el tema de la prioridad es un proceso de conciliación y no de aplicación exacta de la norma, que eso creo entraría en un conflicto. Yo quisiera que pudiera generar eso y abundarnos un poco al respecto.
SENADORA ANGÉLICA DE LA PEÑA GÓMEZ: Si me permite una pregunta:
Cuando usted menciona en su programa “particularmente velar por los derechos de las niñas y niños en situación de calle”, ¿nos puede explicar cómo lo plantearía usted?
La senadora Layda Sansores, también le va a hacer una pregunta.
SENADORA LAYDA SANSORES SAN ROMÁN: Doctor Abascal: me da mucho gusto encontrarlo de nuevo.
Usted habla aquí en su programa que propone rescatar la figura del Ombudsman, devolverle esta capacidad de representar los intereses de todos los habitantes de México. ¿Considera que anda un tanto extraviada?
Y aquí cuando dice que hay que difundir una cultura de los derechos humanos y que abone al respeto al Estado de Derecho.
Es una tentación, como sé que es un buen abogado, ¿cree que hay Estado de Derecho en nuestro país?
SENADORA ANGÉLICA DE LA PEÑA GÓMEZ: Senador Roberto Gil.
SENADOR ROBERTO GIL ZUARTH: Gracias Presidenta.
Lo que hemos visto en los últimos días en hechos lamentables como el de Ayotzinapa y en otros lugares de nuestro país, es el desprecio y la banalización de la vida.
La forma cruel e inhumana con la cual se dispone de la vida de otros en un margen de impunidad, pero sobre todo con una crueldad, una crueldad que simplemente no tiene ningún resorte en el sentido mínimo de la humanidad.
Mi pregunta, es: Desde la Comisión Nacional de Derechos Humanos, desde las funciones y el mandato que tiene por disposición constitucional, pero también con la orientación ética que le imponen los Tratados Internacionales, ¿cómo recuperar el valor de la vida? ¿Cómo recuperar el vigor de este principio fundamental? ¿Cómo renovar la vigencia de este principio, como un factor fundamental de la convivencia de nuestro país?
Por su respuesta, de antemano muchísimas gracias.
SENADORA ANGÉLICA DE LA PEÑA GÓMEZ: Por favor, senadora Lorena Cuellar.
SENADORA LORENA CUÉLLAR: Muchas gracias Presidenta.
Sea usted bienvenido: ¿Considera que las recomendaciones de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, deben tener carácter vinculatorio y dejar de ser meras recomendaciones?
SENADORA ANGÉLICA DE LA PEÑA GÓMEZ: Senadora Mónica Arriola, por favor.
SENADORA MÓNICA TZASNA ARRIOLA GORDILLO: Doctor. Bienvenido al Senado de la República.
Mi pregunta será breve:
Escuchando la participación de mis compañeros y la de usted, y sería en el tema particular de qué propondría usted para garantizar un desempeño responsable y estricto para sancionar a servidores públicos o funcionarios, que han fallado en consecuencia de lo que se espera de su trabajo en derechos humanos.
Muchísimas gracias.
SENADORA ANGÉLICA DE LA PEÑA GÓMEZ: Por favor, doctor, ¿puede tomar una pregunta y leerla en voz alta?
DOCTOR SALVADOR ABASCAL CARRANZA: El incumplimiento de las recomendaciones emitidas por la CNDH, puede iniciarse ante el Ministerio Público u otras autoridades, después de un llamado a comparecer en el Senado.
Esta acción no ha sido un referente de rendición de cuentas, puesto que muchas se aceptan pero no se realizan; ¿qué estrategias propone para que esta sea una acción de rendición de cuentas útil y expedita?
SENADORA ANGÉLICA DE LA PEÑA GÓMEZ: Muy bien. Conoce el procedimiento, entonces una intervención general para que conteste las preguntas, por favor.
DOCTOR SALVADOR ABASCAL CARRANZA: Muy bien. Me gustaría nada más, senadora Adriana Dávila, ¿específicamente en qué parte de mi programa?, porque se me perdió un poco.
SENADORA ADRIANA DÁVILA FERNÁNDEZ: En el resumen que hicimos para poder platicar con ustedes, así lo establece y así dice: “conciliar con las organizaciones y entre particulares para evitar el tema de las recomendaciones”.
Ese es un proceso que en lo personal me llamó la atención, una conciliación y no un proceso de recomendación.
DOCTOR SALVADOR ABASCAL CARRANZA: Correcto, muchas gracias.
A lo que me refiero con esa propuesta es al tema de la conciliación que no tenga necesidad de llegar a la recomendación. Es decir, cuando se califica a una Comisión de Derechos Humanos por el número de recomendaciones, creo que se está equivocando el objeto mismo de las comisiones de derechos humanos, del ombudsman; porque si hace esta ponderación ciertamente resulta lo que la senadora Layda hizo en el ejercicio matemático que todos conocemos.
Lo que tenemos que hacer más evidente es que aquellas recomendaciones, más bien, aquellos actos de los que conozca, aquellas quejas ciudadanas que el ombudsman conozca y tenga la obligación de, una vez aceptado, de conocer y de resolver, puede ser que no tenga objeto el llegar a una recomendación.
La mayor parte de las quejas no tendrán que llegar a una recomendación, solamente en ese caso. Ni siquiera estoy planteando la posibilidad, como en algún momento escuché al senador Gil, es que me he aventado todas las comparecencias, incluso la del martes, de cómo podría ser una conciliación con el Estado o con el Gobierno. No, de ninguna manera podría ser.
En todo caso, está siempre el interés superior de la víctima, el interior superior de la verdad y del derecho; de tal manera que ese sería el único caso en el que podría haber conciliación. En el otro, cuando hay por ejemplo casos de delitos graves, de ninguna manera, la ley tiene que seguir, el proceso tiene que seguir hasta sus últimas consecuencias. Esto por lo que se refiere a la senadora Adriana Dávila.
Y la senadora Angélica de la Peña me pregunta lo de los niños y las niñas. ¡Ah!, este es un tema fascinante.
Resulta que por mi cuenta, sin ser un viaje parlamentario ni mucho menos, estando en España, en Madrid, conocí a la teniente de alcalde entonces, doña Carmen Díez, que me presentó un programa; yo estaba con esta angustia de decir: me duele ver en la calle, hasta la fecha, todos los días, niños y niñas pidiendo limosna. Niños y niñas que pueden ser explotados; de hecho son explotados la mayor parte de ellos. Niños que viven en condición de calle son de la calle o en la calle.
Unos que son de la calle porque ya perdieron la relación con su familia, con los adultos, y los que ya están en la calle son aquellos que tienen alguna tutela, pero esa tutela se aprovecha de la mendicidad para tener ganancias de explotación.
La señora doña Carmen Díaz, mi respeto, senadores, diputada por cierto, me dijo: “Yo tengo un programa para resolver este problema y se lo puede llevar a México, porque ya está completo. Lo vamos a empezar a implementar”. Me traje toda la información, me dijo: “Pensamos que en dos años no va a haber un solo niño ni una sola niña en las calles de Madrid”. Porque ella era alcalde de la comunidad de Madrid.
Y me traje el asunto, se lo presenté al entonces regente de la ciudad, muy interesante, mucho muy interesante, pero no hizo nada.
Regresé a España ocho meses después, también por mi cuenta, sin cargo al erario, y fui a entrevistarme con doña Carmen Díaz, y me dice cuando llego a su oficina: “Oiga, ¿qué impresión le dio Madrid al venir para acá?” pues la impresión más maravillosa del mundo, no vi un solo niño. ¿Cómo le hizo? Dice: “Porque en siete meses resolvimos el problema”, en siete meses, y no sólo eso, sino que ya lo están replicando las principales ciudades españolas: Barcelona, Sevilla, Zaragoza, Valencia, etcétera, y no ve uno en todas esas ciudades, vamos, en toda España, un niño o una niña en la calle.
¿Cómo le hicieron? Con reformas legales que tienen que ver con la patria potestad, que tiene que ver con el endurecimiento de penas para los explotadores profesionales, para también ampliar la red de refugios para niños y niñas en la comunidad de Madrid, y además la publicidad más fantástica. Esa publicidad era maravillosa, que fue lo que me traje.
Había, por ejemplo, un tríptico, donde aparecía en un recuadro la cara de un niño muy bonito y decía: “En la calle no le des ni una moneda” abría uno el tríptico y ese niño se convertía en un títere jalado por mil hilos; entonces había en todos los hilos letreros que decían: “Explotación” “Padre irresponsable” “Tutor” y la gente se impresionaba de aquello.
“¿Por qué no le voy a dar un peso en la calle?” Bueno, en ese caso una peseta, un euro. Lo que pasa es que ellos entendían perfectamente bien que, de seguir el proceso de sentir víctimas de la pobreza y no de quienes los estaban manejando, el problema seguiría.
Empezaban a hacer conciencia, pero no solo, sino que organizaron ejércitos de jóvenes estudiantes de las universidades para que en las calles repartieran los volantes, para que además pudieran seguir a los niños, acompañarlos, ver a dónde iba.
Y, por ejemplo, para terminar, porque es muy largo, es muy extenso el programa, decía; a ver, si el niño tenía casa, tocaban; y si había un adulto, llamaban a la policía; y el policía hacía una amonestación, si era el padre, “¿Qué es usted del niño que está en la calle?”.
Segundo, es el padre, una amonestación. Segunda vez que llega el niño, segunda amonestación; tercera vez, pierde la patria potestad. O no tiene ninguna relación parental, ¿entonces qué pasa con este niño? Es un explotador: se va a la cárcel directamente y los otros van a los albergues para ser cuidados, educados, para ser ciudadanos normales, comunes y corrientes.
Esto ha funcionado extraordinariamente allá.
Aquí en México es increíble que en todas las ciudades del país ve uno ese fenómeno lamentable de los niños y de las niñas en la calle y de la calle o en situación de calle, como bien dice la senadora de la Peña. Entonces, bueno, espero haber contestado.
La senadora Layda Sansores. Sí, está extraviada, sí está extraviada y no existe una cultura de los derechos humanos, no existe una cultura de la legalidad en este país. No es sorprendente, no es sorprendente ver que nuestros compatriotas que pasan la frontera, simplemente de Tijuana a San Isidro, ya ni siquiera San Diego, está a 20 minutos de distancia, a San Isidro; inmediatamente se empiezan a comportar como gente decente: respetan los semáforos, no hacen doble fila, no exceden la velocidad, no tiran basura en las calles porque se dan cuenta que entraron a un Estado de Derecho donde la ley se cumple y se hace cumplir.
Entonces, no lo tenemos. ¿Cuál es la solución a esto?
Está también en el artículo 3º reformado. La autoridad no ha hecho nada para implementarlo; claro, también me decía hace poco el senador Romero Hicks, cuando yo le preguntaba sobre este tema que me angustia mucho porque ser educador toda mi vida, tanto de preparatoria como en diferentes universidades, y yo le decía: “¿Qué pasa, por qué no hace el Gobierno?”.
Y me dice: “Es una cosa muy grave y muy seria. Tenemos el problema del Sindicato”; pero algo más es que no tenemos maestros preparados para que den la materia, la asignatura de derechos humanos en el Sistema Nacional Educativo.
Esa sí es una tragedia. O sea, la Constitución dice una cosa, hay una obligación de cumplirla; pero no existe la posibilidad de hacerlo. La Comisión Nacional de los Derechos Humanos, a través de la instancia de formación y capacitación que tiene, podría hacer una gran labor no solamente capacitando a Ministerios Públicos, como está previsto que se haga o inclusive a jueces, porque se tiene que hacer también en el Poder Judicial, sino también a los maestros, a los maestros que empiecen con este proceso.
Porque sí es cierto, imagínense nada más ustedes que llegan con los maestros: “Oiga, tienen que dar derechos humanos”; “Sí, ¿y cómo le hacemos?”. Ninguno de estos maestros cursó en la Normal la materia de derechos humanos.
Bueno, ni una asignatura, porque tendría que ser también todo un bloque de Estado de Derecho, en donde están incluidos precisamente el respeto a los derechos humanos. Entonces por eso digo no, tiene razón, no hay tal cosa.
Senador Roberto Gil, ese desprecio por la vida es quizá de lo más doloroso que puede haber. Yo tengo la convicción, bueno, lo he investigado también, lo he estudiado, que hay un currículum oculto de la violencia, ¿qué significa?
Que en ese currículum oculto, a los jóvenes no se les está preparando en la formación en valores.
Esto supone que no existen frenos morales para hacer cualquier acto de violencia contra un ser humano.
Vamos, nosotros nos podemos escandalizar porque no somos capaces ni siquiera de pensar que un ser humano pueda atentar contra la vida, con la integridad de otro ser humano. Cómo es posible verlo a los ojos y cometer un crimen, parece imposible.
Y es posible con una crueldad infinita, no solamente los matan; los torturan, les sacan los ojos, eso es una cosa horrible.
Pero qué significa: han estado estos jóvenes educados en esta cultura de la violencia, pensando que la violencia lo resuelve todo; se les ha hecho creer que así es como está la vida.
Bueno, incluso lo han deteriorado ellos mismos. Los sicarios que han sido aprendidos, dicen: “bueno, pues vale vivir un tiempo y morir”. Y se acabó.
Esto tenemos que resolverlo también a través de la educación; a través de la educación de los adultos, porque todo viene en cascada. Necesitamos una reingeniería de la educación nacional para educar en valores, valores cívicos, valores cívicos fundamentales, valores morales por supuesto, que hoy parece ser que son cosas abstractas, es eso de los valores.
No entienden, vamos. También no se les puede preparar porque tienen una ignorancia total de conceptos, por ejemplo, como el de la dignidad humana de la persona humana.
Cómo que dignidad. Si tuvieran el concepto básico de dignidad del otro, quizá eso podría ser un freno para decir cómo puedo afectar la dignidad del otro si no quiero que se afecte la mía.
Pero no, no se tiene esa jerarquía de valores y a mí me parece que es muy grave y sí se requiere toda una reingeniería, reforma en el sistema educativo nacional.
Están los instrumentos líricos, constitucionales, pero ya vimos que4 no, no son suficientes.
La senadora Lorena: Yo creo que las recomendaciones tienen que seguir siendo no vinculatorias, pero esto no quita que tengan dientes, pero no se ha ejercido esa facultad de presión suficiente.
Por ejemplo, aquí se ha dicho mucho, inclusive el propio presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, han hablado de las recomendaciones de por qué no comparecen ante el senado los funcionarios que están citados.
Ustedes los citan y no vienen. Qué es lo que ocurre. Que el Ombudsman lo único que hace es decir: “Oigan, pues no, bueno, pues ni modo”. No es cierto.
El concepto de la publicidad, de la publicación, de que las recomendaciones sean públicas, no se agota en la primera publicación; no se agota. Bueno, ya publiqué la recomendación contra tal, y ya dije que tal funcionario público, que tal servidor público no acudió a la causa.
Y los senadores, dicen: “bueno, nosotros lo llamamos pero si no viene no podemos hacer nada”. Y tienen ustedes la razón. Pero el Ombudsman sí puede hacer algo.
Miren: hoy, todos esos servidores públicos tienen aspiraciones políticas normales, naturales.
Cómo no tiene armas, cómo no puede poner tener armas el Ombudsman para hacer la publicidad incluso en redes sociales. Todos ahora tienen su facebook y su twitter, y decir: “tal funcionario –un tache– no acude al Senado”. Nada más cualquiera, para no decir, para denunciar. Ahí está, pero no para denunciar, no para hacer cosas buenas. No para decir, bueno, independientemente incluso tienen los medios de comunicación.
El ombudsman, por su sola presencia, tiene la capacidad de convocar a todos los medios, no solamente a los de la fuente, y decir: “¿Saben qué? no acuden estos funcionarios al Senado, ¿por qué será?”.
En ese momento, naturalmente el funcionario va a decir: “Bueno, si yo quiero seguir mi carrera política, inclusive que mi jefe no me regañe, voy a tener que acudir y explicar por qué me negué a aceptar la recomendación”. Porque es lo que tiene que hacer, fundar la negativa a la recomendación.
La senadora Mónica Arriola. Es más o menos lo mismo, doña Mónica, porque coincide con el otro tema, que es el tema de la publicidad y creo que era la última.
Y me toca contestar esta pregunta, que voy a leer de nuevo: El incumplimiento de las recomendaciones emitidas por la CNDH pueden denunciarse ante el Ministerio Público, muchas autoridades pueden ser llamadas a comparecer en el Senado.
Esta acción no ha sido un referente de rendición de cuentas, puesto que muchas se aceptan pero no se realizan; ¿qué estrategias propone para que esta sea una acción de rendición de cuentas útil y expedita?
Esa facultad que tiene la Comisión de denunciar al servidor público ante el Ministerio Público o también una recomendación administrativa con las autoridades correspondientes, generalmente no se hace.
¿Cuántas –no nos dijo el ombudsman nacional– de estas denuncias ante el Ministerio Público han seguido su curso? ¿En qué consisten esas denuncias ante el Ministerio Público? ¿Qué consecuencias ha tenido el ir al Ministerio Público y denunciar a un funcionario público?
Son denuncias penales, que no hay una consecuencia cuando el ombudsman nacional va al Ministerio Público: yo iría personalmente e incluso con la publicidad del caso.
Decirles a los medios: “Vamos a hacer esto”, que el ombudsman se presente ante un agente del Ministerio Público a decirle: “oiga, vengo a presentar una denuncia”. Eso sí tiene peso moral. La autoridad real, la autoridad legítima del ombudsman es la autoridad moral y no ha sabido ejercerla debidamente el ombudsman nacional.
Creo que yo lo puedo hacer, estoy dando el remedio y el trapito, de conformidad con las preguntas que ustedes gentilmente me han formulado.
Les agradezco mucho su atención y también la paciencia de esperarme hasta este momento, que hubiera en cualquier momento un receso y bueno, entonces…
SENADORA ANGÉLICA DE LA PEÑA GÓMEZ: No, somos estoicas. Y a todos los que están aquí, que se han aguantado todo el tiempo.
Pero bueno, ya llegamos al final. Le agradecemos a usted mucho haber esperado hasta el final y, por supuesto, con usted cerramos estas comparecencias.
Muchas gracias por todo y a todos ustedes que nos acompañaron, desde el Canal del Congreso igual.
Tenemos materia, entonces entraremos al trabajo de las comisiones y levantamos la sesión.
Muchas gracias a todos ustedes.
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