Versión estenográfica del mensaje del senador Roberto Gil Zuarth, presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, durante la reunión con el presidente del Parlamento de Nueva Zelanda.

 

SENADOR ROBERTO GIL ZUARTH: Representante David Clark, integrante de la Cámara de Representantes por el Partido Laborista.

 

Representante Denis Roche, integrante de la Cámara de Representantes por el Partido Verde.

 

Representante Mahesh Bindran, integrante de la Cámara de Representantes por el Partido Nueva Zelandia Primero.

 

A su distinguida comitiva. Sean ustedes bienvenidos a nuestro país y por supuesto, al Senado de la República.

 

Nos congratula mucho recibir una delegación encabezada por el presidente de la Cámara de los Representantes. Eso revela el interés por nuestra relación, pero también las enormes oportunidades que tenemos para profundizar nuestro diálogo político, nuestro diálogo parlamentario y sobre todo el diálogo sobre nuestra relación.

 

En el Senado de la República estamos convencidos de que la diplomacia parlamentaria es un instrumento importantísimo de las relaciones exteriores de un país, de una nación, porque permite que los representantes populares establezcan contacto directo para conocer las realidades de los respectivos países; pero también para construir soluciones a estas realidades desde el entendimiento mutuo, desde el entendimiento multilateral de lo que significan las relaciones con otras naciones.

 

Esa es la razón por la cual hemos insistido en el Senado de la República durante los últimos años, en profundizar en estas relaciones.

 

Hemos realizado una serie de esfuerzos y de ejercicios de diálogo y de encuentro con quienes van a ser o son ya partes importantes de los nuevos acuerdos comerciales y de integración económica en el mundo. Son espacios para poder no solamente explicar lo que significan esos nuevos esquemas de acercamiento comercial; sino también para explicar a nuestras sociedades, a nuestro pueblo, las enormes oportunidades que pueden derivar este tipo de acercamientos para el futuro.

 

México es un país que está enfrentando sus problemas. Durante 25 años nos hemos definido ya no solamente como una democracia política estable, sino también como una de las economías más abiertas en el mundo. Los dos pilares centrales del modelo de desarrollo que hoy no conoce alternativa: democracia y libre mercado, son ya realidades en nuestro país que llegaron para quedarse.

 

Al mismo tiempo, durante los últimos 25 años y gracias a la estabilidad económica que hemos logrado, el Estado Mexicano puede responder a las necesidades básicas de quienes menos tienen.

 

El tercer componente de la prosperidad que conoce el mundo, la creación de un Estado de bienestar que asuma las responsabilidades frente a los que menos tienen, frente a los desaventajados, es también ya una constante en nuestro país.

 

Nuestro gran desafío y lo tenemos que reconocer, es construir instituciones de Estado de Derecho; que no solamente pongan fin a la impunidad, que no solamente impartan justicia y apliquen la ley, que no solamente den certeza a las relaciones económicas y al cumplimiento de los contratos, sino que también resuelvan de forma eficaz y pronta los conflictos sociales.

 

Que el Estado pueda, a través de sus instituciones, armonizar la convivencia por definición plural.

 

México es un país joven. Joven en historia, pero también joven en composición demográfica.

 

Somos y estamos llamados a ser el puente entre Asia y Europa, entre el Pacífico y el Atlántico. Somos una potencia exportadora, nos estamos industrializando poco a poco.

 

Estamos integrando nuestros procesos económicos en términos logísticos, en términos comerciales, en términos financieros con las grandes economías del mundo y específicamente con los mercados de Norte América, y eso nos hace un país profundamente atractivo, no solamente para las inversiones sino también profundamente atractivo para el turismo y para la generación de nuevas oportunidades.

 

México ha hecho reformas importantes de manera reciente; reformas que abren mercados que antes estaban en manos del Estado en los modelos monopólicos.

 

En el ámbito de las telecomunicaciones, en el ámbito de las energías México está avanzando hacia un modelo en el que podamos aprovechar la riqueza, alentar la inversión y, sobre todo, generar más prosperidad para nuestro país.

 

Nos estamos abriendo en dos mercados muy importantes, no solamente para abaratar los costos de producción en nuestro país y ser más competitivos, sino también para atraer más inversiones a nuestro país. Inversión extranjera que se traduce en nuestro país en más empleos y sobre todo en riqueza, prosperidad y desarrollo para los mexicanos.

 

Estas son dos buenas noticias en términos de cambio institucional en nuestro país. Son noticias que nos hacen un país, insisto, atractivo.

 

Pero también hemos hecho otras reformas muy importantes. La más, quizá, es la reforma educativa.

 

Queremos crear capital humano, queremos alentar las capacidades, las destrezas, las habilidades de los mexicanos para ser más competitivos frente al mundo. Para que nuestra economía, de ser profundamente centrada en lo agrario o lo manufacturero, se convierta en una economía generadora de conocimiento que pueda aprovechar las nuevas dinámicas de lo intangible. Esos nuevos desafíos de la economía basada en la generación de conocimiento.

 

México tiene uno de los sistemas educativos con mayor penetración en los distintos estratos sociales.

 

Durante prácticamente un siglo invertimos todos nuestros esfuerzos por la cobertura. Sacrificamos en ese proceso la calidad.

 

Hoy, la reforma educativa se centra fundamentalmente en la calidad de los procesos educativos. En que efectivamente un educando cuando termina el bachillerato o la universidad pueda tener competencias para competir con el mundo, y sobre todo para que nuestra economía sea más productiva y sobre todo más justa.

 

Como seguramente lo habrán platicado nuestros compañeros, tenemos frente a nosotros dos grandes problemas, el problema de la seguridad pública, de la corrupción y de la impunidad y también el problema de la desigualdad que existe en nuestro país.

 

Somos una sociedad muy desigual. Hay personas que concentran mucha riqueza y hay personas, muchas, la gran mayoría, que no tiene las condiciones mínimas y básicas para poder salir adelante.


Pero hemos decidido como país que vamos a enfrentar esos dos problemas desde las instituciones y con instituciones, instituciones inclusivas que generen los incentivos correctos, que vamos a trabajar en esos dos desafíos, en democracia, en el marco de las libertades económicas, con las responsabilidades claras que le corresponden al Estado y desde una pluralidad que no va a cambiar en nuestro país.

 

Desde 1997 el presidente de la República no tiene mayoría en el Congreso y eso no ha sido sinónimo ni de parálisis legislativa ni de inmovilidad de nuestro país.


Hay sociedades que ahorita no pueden formar gobierno porque no tienen mayoría parlamentaria. Nosotros vivimos en una pluralidad desafiante desde hace más de 20 años, desde 1997, en el cual el presidente no tiene mayoría en ninguna de las dos cámaras.

 

Pero a pesar de eso hemos logrado reformas de gran calado, reformas constitucionales para liberar viejas ataduras, para detonar nuevos mercados, para abrir mercados tanto a la inversión nacional como a la inversión extranjera y también para crear nuevas condiciones de prosperidad y desarrollo.

 

Con estas cartas, con estos avances y con estos desafíos, nuestro país se presenta ante el mundo. Con estos avances políticos y económicos queremos competir con el mundo y queremos asociarnos con el mundo, para profundizar la posibilidad de desarrollo que tiene nuestro país.

 

No ocultamos bajo la alfombra ninguno de nuestros problemas. Hemos tenido desde siempre la decisión de enfrentar con toda la voluntad política esos problemas. Estamos trabajando todos los días por lograrlo.

 

Yo les pido, señoras y señores representantes, que se lleven de México la imagen de un país que está de pie, de un país que está trabajando, de un país que implica muchísimas oportunidades para otros mercados y sobre todo para la inversión, que es un país atractivo para el turismo, por gastronomía, por nuestras playas, por nuestra cultura milenaria, por nuestras ciudades.

 

Que esta imagen que a veces se tiene fuera de nuestro país de que México está hundido en una violencia generalizada no es acorde con la realidad.

 

Tenemos una violencia concentrada en ciertas regiones como resultado del enorme poder que tienen las bandas criminales, y ese poder lo han obtenido gracias a un tipo, a un modelo de política frente al problema de las drogas.

 

El modelo prohibicionista frente a las drogas ha generado un mercado negro en nuestro país que financia la capacidad operativa de los criminales y también su poder corruptor, que genera violencia.

 

Y estamos trabajando también para contener a las bandas criminales y resolver el problema de las drogas desde una perspectiva mucho más integral, de salud pública, de derechos humanos y no excediéndonos en el uso de la fuerza coactiva del Estado para contener la oferta y la demanda.

 

Esas son las discusiones que tenemos hoy en día.

 

Y precisamente porque nuestro país no tiene una violencia generalizada, es un país que puede visitarse, es un país al que puede conocerse, es un país que recibe bien a sus turistas, que cuida a sus inversionistas y que quiere atraer cada día a más personas a nuestro país.

 

Yo les pido que se lleven esta imagen de lo que significa México.

 

Les pido que ahora que regresen a su país, no solamente trasladen a su pueblo y a sus compañeros representantes el saludo del Senado de la República, nuestros deseos de que las condiciones en su país sean las mejores, sino también el mensaje de que México está saliendo adelante, que tiene futuro porque tiene presente, y que tiene futuro porque tiene la intención de construir ese futuro.

 

Nos vamos a encontrar muchas veces en el camino porque hemos construido juntos, o estamos construyendo juntos, la nueva zona de prosperidad del mundo.

 

Y en ese nuevo espacio no solamente el esfuerzo de nuestros gobiernos sino también el esfuerzo de nuestros Parlamentos, será crucial para poder alcanzar los altos objetivos que nos hemos definido juntos como naciones hermanas, como naciones que se entienden y como naciones que han decidido caminar hacia el futuro de manera, de manera conjunta.

 

Muchísimas gracias a todos y de nueva cuenta bienvenidos a México y al Senado de la República.