• La Comisión debe contribuir a la consolidación del Estado de Derecho, a la gobernabilidad democrática para combatir la impunidad y la corrupción
En la víspera de la elección del nuevo presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos; la vicecoordinadora del Grupo Parlamentario del PRD en el Senado, Dolores Padierna Luna insistió en que la actuación de este organismo no puede darse en la opacidad, ya que sería contraria a su propia naturaleza. "Su efectividad en la defensa de los derechos fundamentales contribuye a la consolidación del Estado de Derecho, a la gobernabilidad democrática, permite combatir la impunidad y la corrupción".
Padierna Luna consideró que otro de los problemas en el desempeño de la Comisión Nacional de Derechos Humanos -como afirman algunos especialistas-, es que “ha perdido fuerza política y utilidad social”, ya que los mecanismos de intervención que tiene para proteger los derechos humanos, como son la recomendación, conciliación y orientación al quejoso, son muy limitados y se han vuelto ineficaces.
"La defensa de los derechos humanos es un límite a la fuerza arbitraria y represora del Estado; sobre todo en un país como México. Y en una situación como la actual, donde la violación sistemática a nuestros derechos se ha vuelto una práctica común en el ejercicio del poder público a nivel federal, estatal y municipal", aseguró.
La también integrante de la Comisión de Justicia en el Senado afirmó que ejemplos sobran como los casos de Tlatlaya y Ayotzinapa.
La legisladora perredista reiteró que en el proceso de elección de nuevo Ombudsman, el Senado debe considerar una evaluación de la gestión del actual presidente, revisar su desempeño a la luz de las atribuciones que ejerce la CNDH, de la reforma constitucional de 2011, pero sobre todo de la situación que priva en México.
"El Senado tienen la obligación de dar seguimiento y valorar el trabajo de los funcionarios públicos que nombra, es su atribución y, por ello, su responsabilidad. Necesitamos contar con parámetros o indicadores que muestren objetivamente el desempeño de nuestros nombramientos", aseveró.
Recordó que durante este proceso de nombramiento muchas voces se han alzado para cuestionar su papel al frente de la Comisión y durante la tragedia de Ayotzinapa ha estado ausente por completo.
"¿Cuál es utilidad social de contar con un presidente que ni siquiera ejerce sus funciones? ¿Con una Comisión débil e ineficaz? ¿Con una Comisión desacreditada y a la cual no acuden los mexicanos por desconfianza? ¿Con una Comisión que esté de lado de los que violan los derechos humanos?", cuestionó.
Por todas estas razones, dijo la legisladora, el nombramiento debe ser absolutamente transparente, como ahora lo mandata la Constitución. Debemos atender los reclamos de los especialistas y de las organizaciones defensoras de los derechos humanos, que con sus propios recursos hacen más que la propia CNDH"
"La legitimidad del Presidente de la Comisión y la independencia real que muestre respecto a los poderes públicos y a los partidos políticos son las base mínima para que la CNDH pueda cumplir con su objetivo", concluyó.
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