Senado de la República

COORDINACIÓN DE COMUNICACIÓN SOCIAL

PARÍS, FRANCIA

POSICIONAMIENTO

El mundo entero está consternado por la barbarie terrorista que se ha expresado de manera atroz en París. No hay ninguna razón, no existe causa alguna que justifique la violencia.

Desde el Senado de la República alzo mi voz para repudiar la violencia y manifestar mi solidaridad con el pueblo francés y con las familias de ciudadanos de otros países, incluido México, que se cuentan entre las víctimas.

El duelo mundial por los ataques terroristas en Francia y Líbano tiene, por desgracia, explicaciones que no exculpan a los dirigentes de las grandes potencias que en 2003 –como reconoció recientemente el ex primer ministro británico Tony Blair– invadieron Irak sobre la base de mentiras.

Las acciones de las potencias mundiales para combatir el llamado “eje del mal” no cesaron en los años siguientes y dieron lugar a la multiplicación de la violencia y los conflictos, así como a una diáspora que se ha traducido en una crisis migratoria de dimensiones históricas.

La respuesta del gobierno francés, que ya antes se había sumado al apoyo de uno de los bandos en la guerra civil Siria, ha sido la de incrementar los bombardeos sobre zonas controladas por el grupo fundamentalista Estado islámico. El complejo entramado del conflicto sirio hace que la barbarie terrorista favorezca al presidente Bashar al-Assad y su aliado Rusia.

Los ataques contra civiles inocentes se dieron en el contexto del estado de alerta decretado desde enero de este año, luego de la agresión en contra del semanario satírico Charlie Hebdo. Es decir, a pesar de las previsiones que habían tomado los servicios de inteligencia franceses, que cuentan con el apoyo de sus pares de otras potencias. Las agresiones armadas, perpetradas simultáneamente y en apenas 40 minutos, prueban el sofisticado nivel logístico de los terroristas que son capaces de burlar a los servicios de inteligencia occidentales.

Por otro lado, está sobradamente demostrado que la respuesta bélica no atempera los conflictos ni contribuye a crear una salida pacífica. La lógica de los grupos terroristas se alimenta precisamente de la vía militarista que pone al mundo entero frente al terrible riesgo de caer en una espiral violenta sin fin.

Entre las múltiples consecuencias indeseables de los ataques terroristas en París está el fortalecimiento de las posturas xenófobas y los movimientos enemigos de los migrantes. La ultraderecha francesa resurge, oportunista, para demandar que su país cierre sus fronteras, en medio de la mayor crisis humanitaria en décadas.

La otra cara de la moneda, que nos brinda esperanza, es que miles de musulmanes de todo el mundo han usado las redes para dar la cara, para poner sus rostros acompañados de la leyenda: “No en nuestro nombre”. Con ellos debemos decir que la mayoría de los ciudadanos de esta aldea global en que vivimos anhela la paz y la justicia. A los terroristas y a los gobiernos que hacen la guerra les decimos: “No en nuestro nombre”.

El mundo debe enviar un claro y contundente mensaje sobre la base del principio de que el terrorismo es inaceptable cualquiera que sea la causa que pretendan. Reitero mi mayor solidaridad con el pueblo francés y las familias de las víctimas.

Sen. Dolores Padierna Luna

Vicecoordinadora del Grupo Parlamentario PRD