Senado de la República

COORDINACIÓN DE COMUNICACIÓN SOCIAL

El atroz asesinato de nuestra compañera y amiga, Gisela Mota ocurrido el día 2 de enero en el estado de Morelos, apenas 1 día después de haber asumido el cargo como presidenta municipal de Temixco además de consternarme, indignarme, enojarme y entristecerme profundamente, me obliga a hacer una serie de reflexiones políticas y sociales.

En los últimos 10 años, hemos aprendido como mexicanas y mexicanos a vivir en una espiral de violencia y de criminalidad sin precedente y sin punto de comparación a nivel internacional, ciudades de este país han sido consideradas como las más violentas del mundo incluso por encima de localidades que presentan conflictos armados activos.

Las cifras de los índices de criminalidad y de delincuencia común y “organizada” circulan diariamente en los medios de comunicación y en los discursos oficiales, pero cuando se contraponen a la realidad cotidiana, éstos resultan insulsos y vacíos.

No basta con condenar los asesinatos y las ejecuciones extrajudiciales que se cometen en nuestro país, ni con declarar que se aplicará “todo el peso de la ley” y que se castigará a los responsables “hasta sus últimas consecuencias”, pues esas condenas y esas promesas también resultarán ínsulas y vacías al paso de los días, si no van aparejadas de verdaderas acciones de transformación social que modifiquen la actual política de seguridad pública y prevención del delito impuestas desde la Secretaría de Gobernación, cuyos resultados evidencian día con día un fracaso consumado.

En esta década hemos aprendido también a interiorizar que en el ejercicio de la administración pública aquella frase de “o plata o plomo” se ha convertido en una regla en muchas regiones de nuestro país, con la lamentable connivencia y tolerancia de funcionarios municipales, estatales y federales, quienes con sus discursos, sus condenas públicas y sus cifras maquilladas siguen perpetuando esa fallida estrategia de seguridad nacional que tanto daño a hecho a México.

Las víctimas de esa fallida estrategia de seguridad se cuentan por miles a los largo y ancho del país, hoy con mucha tristeza y coraje sumamos a nuestra compañera Gisela Mota a ese interminable recuento de daños, a esa lista de indignación y frustración que desborda nuestra razón y nuestro corazón.

Ella, Gisela, la presidenta municipal de Temixco, quien durante toda su vida como activista social, representante partidista y servidora pública mostró siempre un compromiso social con las cusas más justas y nobles, había asumido el encargo más difícil en su vida profesional, el encargo que miles de personas le habían confiado a través de su voto en las urnas el pasado 7 de junio de 2015, al elegirla como la presidenta municipal de un municipio en donde la violencia y la delincuencia eran temas de suma preocupación para sus pobladores, por ello decidieron elegirla a ella, pues conociendo su trayectoria y su vocación confiaban en que podría hacer frente a ese flagelo que tanto nos lastima y fragmenta como sociedad.

A las y los habitantes de Temixco les puedo asegurar que Gisela, no les falló, les falló el sistema político mexicano, el sistema de seguridad, la estrategia impuesta y fracasada de seguridad, las dispersas medidas de prevención del delito, e incluso, las de persecución y sanción de los delitos, a todas ellas y a todos ellos, les falló el Estado, no Gisela, quien hasta el último momento siguió manteniendo sus principios y sus convicciones incluso a costa de su propia vida.

Por Gisela, por todas las víctimas de la violencia, por las y los mexicanos que siguen padeciendo las equivocadas decisiones en materia de seguridad y justicia, por todas ellas, no podemos solamente condenar los hechos y emitir discursos insulsos y vacíos, por todas ellas, por ti amiga entrañable y compañera de causas, actuaremos para honrar tu memoria y tus convicciones, actuaremos para cambiar esta realidad que tanto nos duele, pero hagámoslo hoy mismo, pues mañana puede ser demasiado tarde.

Sen. Dolores Padierna Luna
Vicecoordinadora del Grupo Parlamentario PRD

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