· El Presidente Enrique Peña Niego desaprovechó la oportunidad de ser contundente y dejarle claro a Donald Trump que a los mexicanos se nos respeta y que, de no hacerlo, no sería bienvenido a nuestro país.
La invitación a Trump profundiza la crisis que se vive en este gobierno, un gobierno que, agregó, cada vez está más alejado de la realidad y de la población, afirmó la senadora panista Mariana Gómez del Campo Gurza.
Aseguró que el Presidente Enrique Peña Nieto desaprovechó la oportunidad de ser contundente y dejarle claro a Trump que a los mexicanos se nos respeta y que, de no hacerlo, no sería bienvenido a nuestro país.
La invitación y recepción hecha por el presidente Peña Nieto a Donald Trump es “un error histórico”, afirmó.
Eso es lo que debemos debatir, aseguró, y por eso el extrañamiento que estamos buscando hacerle directamente a la figura presidencial. “No podemos guardar silencio”, enfatizó.
¿Cómo entender que se abrieron las puertas del país a un personaje que nos ha denigrado?, preguntó la senadora Mariana Gómez del Campo Gurza.
“¿Cómo puede ser posible –continuó-- que se le haya recibido como Jefe de Estado a un simple candidato, alterando la operación del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, que no recibe vuelos privados, disponiendo el uso de un helicóptero presidencial, recibiéndolo en la residencia oficial de Los Pinos y organizando una conferencia de prensa para darle gusto a Trump con una fotografía que consagra su triunfo?”.
Aseguró que el Presidente Enrique Peña Nieto desaprovechó la oportunidad de ser contundente y dejarle claro a Trump que a los mexicanos se nos respeta y que, de no hacerlo, no sería bienvenido a nuestro país.
“Trump cumplió su misión: se tomó la foto, no cambió en absoluto sus posturas, consolidó su imagen, el saldo de la visita fue una vergüenza para los mexicanos y, tristemente, se debilita la investidura presidencial”, consideró.
“Nos ha dejado en ridículo frente al mundo entero y lo peor es que ante todo ello ha habido una renuencia absoluta a escuchar las críticas y a actuar en consecuencia”, señaló.
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Versión de la intervención en tribuna de la senadora Mariana Gómez del Campo Gurza para referirse a la visita del señor Donald Trump a México
Con su permiso, señor Presidente.
Primero quisiera hacer una reflexión porque nos preocupa que si los priistas no ven la diferencia entre McCain y Trump pues estamos fritos.
El senador McCain, sí, vino a México en el año 2008, pero al PRI se le olvida que jamás ofendió al pueblo de México.
También al PRI se le olvida que no fue recibido como Jefe de Estado: con bombo y platillo.
Al PRI se le olvida que no hubo una conferencia de prensa conjunta.
Al PRI se le olvida que no se puso a disposición el aparato del Estado.
Al PRI se le olvida que no hubo agravio alguno a los migrantes.
Al PRI se le olvida que no nos dijo criminales ni nos dijo asesinos.
Hay que tener memoria.
McCain en su momento hablaba de una reforma migratoria flexible y comprensible.
El debate no fue un muro.
McCain solicitó la reunión. No era candidato oficial, era candidato virtual.
Incluso lo acompañó en su momento el embajador de los Estados Unidos; estuvo ahí con él.
Las cortesías diplomáticas, las básicas. Hasta visitó la Basílica de Guadalupe.
¿Se puede comparar una visita con otra?
De verdad, compañeros, es increíble cuando la clase política no acepta que se equivocó y es más increíble ver algunos actores del Senado de la República que no están haciendo la tarea.
Hacer la tarea significa cuestionar lo que está bien y cuestionar lo que está mal y aplaudir también las cosas positivas, ¿por qué no?
La invitación y recepción hecha por el presidente Peña Nieto a Donald Trump es un error histórico. Lo han señalado ya algunos intelectuales.
Es una traición al pueblo de México y una estupidez tremenda. Estupidez entendida como la capacidad para causar daño a otros, provocándoselo simultáneamente a sí mismo.
¿Qué nadie le dice nada al Presidente?, ¿quién asesora al Presidente de México?
Eso es lo que debemos aquí debatir y por eso el extrañamiento que estamos buscando desde Acción Nacional hacerle directamente a la figura presidencial. No podemos guardar silencio.
Fue un brutal despropósito en un momento sumamente crítico en el que Trump se encontraba por debajo de Hillary Clinton en las encuestas sobre las elecciones presidenciales del próximo noviembre.
Hoy esas mismas encuestas confirman que la visita fue una bocanada de aire, una oportunidad que bajo ninguna circunstancia debía haber ocurrido. Hoy Trump ha repuntado en las preferencias electorales. ¿Cómo entender que se abrieron las puertas del país a un personaje que nos ha denigrado?
¿Cómo puede ser posible que se le haya recibido como Jefe de Estado a un simple candidato, alterando la operación del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, que no recibe vuelos privados, disponiendo el uso de un helicóptero presidencial, recibiéndolo en la residencia oficial de Los Pinos y organizando una conferencia de prensa para darle gusto a Trump con una fotografía que consagra su triunfo?
¿Cómo puede ser que el Presidente de México, que debería de ser el primer preocupado por defender nuestros intereses, sea el principal artífice del mayor acto de vejación a los mexicanos en décadas?
Ningún otro Jefe de Estado en el mundo le ha brindado un espacio de tal magnitud a Trump y probablemente nadie lo haga en sus cinco sentidos.
El Presidente Peña Nieto desaprovechó la oportunidad de ser contundente y dejarle claro al señor Trump que a los mexicanos se nos respeta y que, de no hacerlo, no sería bienvenido a nuestro país, debía haberle exigido una disculpa pública, cosa que no ocurrió, porque nos llamó violadores, nos llamó criminales.
Debió dejar en claro también, con datos duros, que nuestros lazos comerciales han sido benéficos para ambos países, por lo que no debemos dar un paso atrás, lo que tenemos que hacer es fortalecer y modernizar el Tratado de Libre de Comercio; recordarle que ya existe el muro, el cual no ha sido la solución, aclarándole que su propuesta fue un error, a todos nos hubiese encantado que las cosas se hubiesen dado de otra manera.
Trump cumplió su misión: se tomó la foto, no cambió en absoluto sus posturas, consolidó su imagen, el saldo de la visita fue una vergüenza para los mexicanos y, tristemente, se debilita la investidura presidencial.
La invitación a Trump profundiza la crisis que se vive en este gobierno, un gobierno cada vez más alejado de la realidad y cada vez más alejado de la población; nos ha dejado en ridículo frente al mundo entero y lo peor es que ante todo ello ha habido una renuencia absoluta a escuchar las críticas y a actuar en consecuencia.
Y con esto concluyo: como Senado de la República debemos hacer valer el peso que tenemos, la facultad exclusiva sobre el análisis de la política exterior, debemos tomar definiciones contundentes, no importa si se es el partido en el gobierno, si hubo un error de esta magnitud el gobierno debe aceptar el error de esta magnitud y no tratar de buscar cómo tapar el sol con un dedo y venir aquí, a esta máxima tribuna, con argumentos baratos, con argumentos desinformados; y comprendemos, es muy complicado defender lo indefendible.
Es cuanto, Presidente.
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