Senado de la República

COORDINACIÓN DE COMUNICACIÓN SOCIAL

VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE PARTICIPANTES EN EL FORO “SALARIO; PRODUCTIVIDAD Y FORMALIDAD”, CONVOCADO POR LOS SENADORES ERNESTO GÁNDARA CAMOU, DEL PRI, Y LUIS ARMANDO MELGAR BRAVO, DEL PVEM, PRESIDENTES DE LAS COMISIONES DE TRABAJO Y PREVISIÓN SOCIAL, Y ESPECIAL DE PRODUCTIVIDAD.
Intervención de la senadora Alejandra Barrales Magdaleno durante la inauguración del Foro "Salario, Productividad y Formalidad", celebrado en el Senado de la República.
Muchas gracias. Muy buenos días.
Saludo y agradezco la presencia de quienes nos acompañan en este evento, distinguidas personalidades, particularmente a los dos gobernadores que están hoy con nosotros: el gobernador de Tlaxcala, González Zarur, bienvenido. Al jefe de Gobierno del Distrito Federal, el doctor Miguel Ángel Mancera.
Agradecer y destacar la presencia de nuestros coordinadores, al senador Gamboa, al senador Preciado; por supuesto a nuestro coordinador y además, presidente del Senado, al senador Barbosa; también hacer este agradecimiento.
La presencia, por supuesto, del representante de los empresarios, de nuestro amigo, además, Gerardo Gutiérrez Candiani, que ya ha llegado aquí con nosotros.
Y bueno, yo quiero comentar: muchas, muchos de ustedes seguramente se preguntarán qué es lo que estamos haciendo en el Senado en un día tan importante, tantos acontecimientos en nuestro país, lo que está sucediendo –todo mundo sabe– con Guerrero, con todos estos temas, cómo es que nos damos espacio para atender el tema de salario, productividad y formalidad.
Y es precisamente por eso que nosotros decimos que es importante atender el tema de salario mínimo, porque han sido muchos años los que se han dejado pasar, los que se han dejado sin atender un tema que si revisamos y reflexionamos a profundidad; seguramente tiene que ver con lo que hoy está pasando en nuestro país con los temas de inseguridad, con los temas de desempleo, con todos estos temas que hacen que muchos jóvenes vean en el crimen, en el narcotráfico una alternativa para poder comer, para poder vivir.
De eso se trata cuando hablamos de salario mínimo.
Nuestra Constitución señala que el salario debe ser un salario remunerador, un salario digno. Y cuando hablamos de eso, hablamos de un salario suficiente para sostener a una familia.
Todo mundo sabe que hoy el salario mínimo está aproximadamente en los 67 pesos, dependiendo de la región del país de la que estemos hablando. Y bueno, también habría que revisar si en realidad los 7 millones de mexicanos que actualmente viven o subsisten con apenas un salario mínimo, si verdaderamente esto les alcanza para sostener a una familia.
Hay que revisar cuánto cuesta la leche, el huevo, la carne, que es para muchos inalcanzable. Pero bueno, es una realidad para muchas familias.
Lo que también es importante revisar es que la pérdida del salario mínimo está reconocida por arriba del 75 por ciento desde sus inicios, desde que está estipulada una Comisión Nacional de Salarios Mínimos, que lo revisa cada año y que por cierto, hemos dicho recientemente, el incremento reciente fue de 2 pesos apenas; y lo elevó a los 67 pesos que hoy conforman el salario mínimo. Y esta es la realidad por la que hoy atraviesa un gran número de mexicanos en nuestro país.
Lo cierto es que a pesar de que esta ha sido una causa importante para la izquierda desde hace muchos años, por alguna razón afortunada en nuestro país, fue hasta hace poco que salió a debate nacional el tema del salario mínimo. Lo oímos ya en voz el jefe de Gobierno de la Ciudad, que planteó dar a conocer una propuesta sobre la urgencia de revisar el salario mínimo.
Lo hemos escuchado en voz también de Acción Nacional, que incluso plantea llevarlo a consulta popular, hay un debate ahí si esto debiera llevarse o no a consulta.
Son muchas las voces que lo están planteando, pero lo cierto es que es afortunado que el Senado de la República, quien tiene la capacidad de entrar a fondo a reformar, a revisar todos estos planteamientos, esté abriendo un espacio para analizar este tema.
Hoy el salario mínimo es una referencia nada más para los temas de multas; para los temas de créditos y todos estos asuntos. Nadie más lo refiere para otra causa; y es importante que retomemos la esencia, el origen del verdadero salario mínimo en nuestro país.
Por eso nos parece afortunado a quienes conformamos las comisiones de Trabajo, de Productividad de este Senado, nos parece obligado, nos parece afortunado abrir un espacio para analizar este tema.
En estos dos días en los que hemos convocado a la realización de este Foro, vamos a tener la oportunidad de escuchar a los verdaderos actores del proceso de productividad. Un proceso que si no hay salario justo, que si no hay salario digno; difícilmente vamos a poder lograr que en este país haya productividad.
Se está confundiendo, en algunos casos, se dice que hay productividad, pero eso se llama explotación. Necesitamos que haya buen salario para que haya verdaderamente productividad.
Aquí lo vamos a escuchar, qué es lo que opinan al respecto los trabajadores, sus dirigentes. Vamos a escuchar a ver qué opinan los empleadores, los empresarios, que nos digan si realmente están de acuerdo en este sentido, tienen otras propuestas.
Hay quien plantea que los incrementos debieran de ser prácticamente por decreto, cantidades específicas. Hay quienes plantean que debieran estar vinculados a la productividad. Hay todo un debate, pues, que vale la pena conocer a detalle.
Vamos a tener también la oportunidad de escuchar a académicos para que nos compartan sus experiencias, voces expertas, incluso a nivel internacional, para que podamos normar un criterio y podamos, ojalá, pasar a la brevedad a una reforma que actualice y que responda a las necesidades de nuestro país en torno al salario.
Básicamente esa es la intención. Ese es el trabajo que pretendemos realizar a lo largo de estos dos días.
Queremos agradecer de nueva cuenta la presencia de todas, de todos los que asistirán a este foro como ponentes, e invitarles a los asistentes, a los medios de comunicación, para que nos acompañen y le den seguimiento también a un tema que, estamos convencidos, le va a hacer mucho bien y le es muy importante a nuestro país.
Muchas gracias y enhorabuena para todas, para todos.
Gracias.
Intervención del senador Luis Armando Bravo, durante la inauguración del Foro "Salario, Productividad y Formalidad", celebrado en el Senado de la República.
Muy buenos días tengan todos.

De la misma manera que nuestro Presidente del Senado, también celebramos que este foro se esté llevando a cabo el día de hoy, en esta casa del Senado de la República.
Bienvenidos sean todos y de manera muy especial el gobernador de Tlaxcala, Mariano González Zarur, que hoy nos acompaña; nuestro coordinador, el senador Emilio Gamboa Patrón, Jorge Luis Preciado, Presidente del PAN, y por supuesto mi querido Presidente del Senado, senador Miguel Barbosa.
De manera muy especial y empezando con el concepto de lo que debemos emprender, decimos que la productividad es hacer más con lo mismo. La productividad es reflejar el cambio en la eficiencia, las economías de escala y la utilización de la capacidad de producción de una economía.
No tiene que ver con incrementos en la cantidad y la calidad de los factores de producción utilizados, sino en la forma en que son empleados.
Con frecuencia el término de competitividad se confunde con el de productividad.
La primera, la competitividad, es la capacidad de competir con los distintos agentes económicos y para ello en un mundo globalizado y de alta competencia es indispensable que la productividad sea la que nos haga más competitivos.
La productividad se puede medir por diferentes formas. De manera particular el Instituto Nacional de Geografía e Informática, el INEGI, presenta los resultados para México con base en la medición de productividad total de factores, mejor conocida como la PTF.
Siguiendo este enfoque, los resultados que presentó dicho Instituto en el 2013, muestran que este índice ha decrecido en promedio .39 del 91 al 2011.
Los servicios de capital son el factor con mayor contribución al crecimiento con el 1.5 promedio anual en los años de 95 y 2009. Pero en general la caída, es una caída pronunciada.
De acuerdo al estudio realizado recientemente por la Consultora Mackenzie, en nuestro país existen dos economías que se mueven a diferentes velocidades.
Por un lado, existe un sector competitivo a nivel mundial que genera alta productividad y valor agregado.
Y, por el otro, un sector sumamente tradicional que generalmente opera en la informalidad y que pierde productividad año con año.
De acuerdo a este mismo estudio, las empresas que evaden impuestos ahorran hasta el 28 por ciento del costo de la nómina por no cubrir impuestos y el pago de la seguridad social.
De ahí que con más del 50 por ciento de los trabajadores en México estén en el sector informal y la proporción vaya en aumento.
Lo anterior explica por qué las empresas pequeñas y medianas operan en la informalidad y no tienen, o no habían tenido los incentivos para innovar.
Por otro lado, la productividad también tiene una relación substancial con la ubicación geográfica de cada región o cada país.
Debido a múltiples factores entre los que se encuentra la disponibilidad de recursos, la infraestructura, la conectividad, la mano de obra o el nivel educativo, esto permite ubicar las zonas donde el problema de la falta de mayor productividad es más serio y por lo tanto permita actuar en consecuencia.
Los estados de la República Mexicana, ubicados en el sur sureste, son los que presentan un menor nivel de productividad en nuestro país: Tlaxcala, Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Tabasco, Campeche, Quintana Roo y Yucatán.
El concepto de economía en la sociedad del conocimiento señalado por el Gobierno en el Plan Nacional de Desarrollo, y la Estrategia General de Mayor Productividad que ha establecido el Presidente Enrique Peña Nieto, debe ser vinculado y es punta de lanza en este tema.
El concepto de productividad democrática es una nueva tesis impulsada por nuestro Presidente, con una visión de una total claridad para establecer que si el país no logra la productividad y por ende la competitividad, no habrá el crecimiento económico que se desea.
El Programa para democratizar la Productividad, define cinco objetivos:
Entre ellos, mejorar el uso y la asignación eficiente de los factores de producción.
Elevar la producción de los trabajadores y las empresas.
Mejorar el ambiente de negocios.
Cerrar la brecha regional y sectorial.
Y, por último, adecuar y proponer políticas públicas para incrementar la correcta asignación de los factores de producción en nuestra economía.
Con el cumplimiento de este programa, se tiene una enorme claridad de aquello que se tiene que lograr para que al cabo de los próximos años, a partir de las reformas que ha impulsado el Presidente Enrique Peña Nieto, la productividad, en consecuencia con la competitividad, sea lo que mueva a nuestro país.
Claramente el Presidente lo dijo. Dice: “Para que nosotros logremos, en síntesis, lo que nosotros necesitamos hacer para lograr y alcanzar los niveles de crecimiento económico, es necesario, primero, que se hicieran estas grandes reformas que se hicieron durante los primeros dos años de su administración”.
Y, en segundo, la consecuencia de esto es que para que el país crezca se tiene que seguir impulsando todos estos factores que hoy vamos a revisar, como es el salario, la productividad y la formalidad.
Eso es cuánto, señor Presidente.
Gracias por su atención.

Intervención del senador Javier Lozano Alarcón durante la inauguración del Foro "Salario, Productividad y Formalidad", celebrado en el Senado de la República.

SENADOR JAVIER LOZANO ALARCÓN: Gracias, senador. Buenas tardes a todos.
Miren, esta es una discusión, desde luego, pertinente y oportuna; pero no es una cuestión de audacia, sino de responsabilidad.
Todos queremos que los trabajadores en nuestro país ganen más. Aquí la pregunta es ¿cómo lo vamos a lograr?
Y para que haya empleados, tiene que haber empleadores; y para que haya empleadores, tiene que haber inversión; y para que haya inversión, tiene que haber competitividad. Y la competitividad es una suma de factores que se tienen que construir para que, entonces, pueda haber esa inversión, genere crecimiento económico y eso nos ayude a crear empleos.
Sólo con crecimiento económico hay empleos, y sólo con inversión se pueden generar los empleos.
El aumento a los salarios de manera sostenida, sustentable y responsable, únicamente se puede dar mediante la productividad. Si no tenemos productividad y, por decreto, queremos aumentar salarios, sean mínimos o sean contractuales, lo único que va a pasar es una de dos: O aumentan los precios de los bienes y servicios que se obtienen por parte de esos empleadores y entonces entramos a lo que es una loca carrera de inflación, donde siempre pierden los que menos ganan y está comprobado históricamente; o bien, tienen que cerrar sus puertas, porque tres de cuatro empleos en este país los generan las pequeñas y medianas empresas.
De tal suerte que aquí lo que sí debemos entender también para darle contexto, cada vez menos gente en México gana el salario mínimo, afortunadamente, porque el salario mínimo nos sirve para maldita la cosa; no alcanza para nada.
Pero también es cierto, y eso es algo que sí tendríamos que considerar, y me consta porque lo vimos como Secretario del Trabajo, es que muchos patrones irresponsables subcotizan; a sus trabajadores los registran con un salario mucho muy inferior del que realmente están ganando, u otros se compensan, como por ejemplo, los meseros con las propinas.
Lo que sí es cierto es que es un error tener comunidad de cuenta para indexar todo tipo de obligaciones a salario mínimo. Eso tenemos que eliminarlo de nuestra legislación y que sea sólo un referente como ingreso remunerador que aquí se ha dicho.
Y, por lo demás –y con eso concluyo– a que, en esta gran oportunidad que tenemos, porque de aquí sí pueden salir productos legislativos, nos conduzcamos todos con absoluta responsabilidad.
Muchísimas gracias.


Intervención del Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera Espinosa, durante la inauguración del Foro "Salario, Productividad y Formalidad", celebrado en el Senado de la República.

Muchas gracias. Muy buenas tardes.
Estoy claro de la ocupada o muy ocupada agenda que hoy tiene el Senado de la República. No quiero perder la oportunidad de poder dar un saludo, por supuesto, en primer término, agradecer la presencia del Presidente de la Mesa Directiva de este Senado, el senador Miguel Barbosa Huerta.
De la misma manera, del Presidente de la Junta de Coordinación Política, del senador Emilio Gamboa Patrón; además de ser los coordinadores de los grupos parlamentarios del PRD y, por supuesto, del PRI.
En el mismo sentido, saludo la presencia del señor coordinador del Grupo Parlamentario del PAN en el Senado de la República, del senador Jorge Luis Preciado; de los senadores y senadoras que han ocupado el tiempo para poder organizar este importante foro y que hoy nos acompañan; de todos y cada uno de los integrantes de esta mesa que, representando, ya sea a la academia, al sector empresarial, o bien, a la parte laboral, a la representación de los trabajadores, se muestran interesados en el foro que aquí se ha organizado.
A todos los trabajadores del Senado de la República, trabajadoras del Senado de la República; a los compañeros, amigos y amigas, de los medios de comunicación:
En un recuento y saludando las palabras que estaba dirigiendo mi amigo, el gobernador de Tlaxcala, con quien hemos compartido este tema recientemente en nuestra última reunión e CONAGO, yo diría que desde que se planteó en el mes de mayo, cuando tuvimos esa reunión con las diferentes fuerzas trabajadoras en la ciudad de México, previo a su marcha conmemorativa, pues ha venido avanzando, yo creo que esta propuesta ha avanzado.
Constantemente nos preguntan en los medios de comunicación ¿y cómo va la propuesta del salario mínimo? Y hoy la respuesta que podría dar, sin lugar a dudas, es que la propuesta está avanzando.
¿Por qué lo digo así?
Lo digo con plena convicción, porque hoy tenemos ya en nuestra línea de los haberes, tenemos un foro y una participación con el Senado de la República, en donde pudimos entregar precisamente este documento que es la propuesta de la política de recuperación, precisamente con los coordinadores de los grupos políticos.
Porque hoy tenemos ya también el haber visitado a los diputados y diputadas, con la representación también de las diferentes fuerzas políticas, a los diputados y las diputadas de la Asamblea Legislativa, porque hemos podido ya llevar este planteamiento a la CONAGO, en donde se ha formado esta comisión a la que aludía el señor gobernador de Tlaxcala y donde nos han encargado dirigir los trabajos y poder sumar todas las propuestas.
Porque hoy también tenemos en nuestro haber el diálogo con los empresarios, con las diferentes representaciones de los grupos que así han mostrado su interés con los sindicatos con diferentes fuerzas sindicales con quienes hemos podido realizar este planteamiento, porque hoy seguimos buscando establecer diálogo con otras instancias, porque he podido platicar con el señor Secretario del Trabajo del gobierno federal también.
Hemos podido intercambiar diferentes puntos de vista en torno a este tema del salario mínimos y porque creo que hoy a todos nos queda claro: 40 años de rezago.
Hoy sabemos que hay una población que existe con los números que aquí han sido ya señalados, siete millones de personas, algunos anotados en la informalidad, otros anotados en la formalidad, pero existen.
Y por supuesto que el debate como lo planteé en su momento, se muestra o se plantea en varias líneas. Este es un debate que tiene que ver la parte jurídica, como aquí ya bien se ha planteado, en el análisis y contraste con la Constitución, con una disposición constitucional.
Por supuesto también un debate político, como aquí también se ha expresado, un debate económico, pero no olvidemos el debate ético que tenemos todos y todas que asumir también.
Estamos hablando de que el progreso y el desarrollo no puede ser construido con los que menos ganan. Es decir, estoy totalmente claro que un común denominador que hoy podríamos suscribir es que hay que desindizar el salario mínimo.
Eso es clarísimo, hay que desindizar el salario mínimo, aquí se ha dicho ya por las diferentes voces de los senadores, de las senadoras, de todos los que han intervenido. Me parece que esto es un consenso: hay que regresar al salario mínimo el espíritu que planteó en su momento el legislador, hay que volverle la tarea que tiene respecto de la clase trabajadora y desvincular no sólo de esta unidad de cuenta, sino de todas las implicaciones políticas y económicas, que se le han atribuido al salario mínimo.
Que quizá en su momento cumplió con esa labor que se le atribuyó, que se le planteó, que se le encomendó, de ser un mecanismo estabilizador de la economía, pero que hoy, lejos de cumplir con esta tarea, está llevándonos a indicadores en donde la CEPAL señala a México como el único país de América Latina que no ha avanzado en este tema, con un rezago de 10 años.
En donde las tablas nos muestran que la productividad de México ha avanzado, cuando menos de 2005 para acá, en un 15 por ciento y ni un solo punto se ha reflejado en el salario mínimo en ese tenor, donde hoy todas estas gráficas muestran, y lo platicábamos hace un rato, a Chile y a México encabezando la productividad, pero en el distanciamiento cuando Chile paga más de 300 dólares por salario mínimo.
Entonces, creo que todo esto es lo que hoy puede enriquecer este Foro, este debate.
A nosotros, la verdad, es que nos da mucho gusto escuchar las voces como la del senador Lozano, la senadora Barrales, la del senador Melgar, la voz de nuestro querido amigo Gerardo Gutiérrez Candiani, en donde todos estamos poniendo todo el interés, así como el grupo de expertos, economistas y de otras materias que trabajaron en esta propuesta.
Yo quiero reiterar, una vez más, esto: estoy seguro que no será un tema de paternidades sino es un tema de México, es un tema nacional, y es un tema en donde todos debemos, estoy seguro, todos y todas, sumar esfuerzos.
Yo agradezco muchísimo la oportunidad de haber podido dirigirme otra vez a mis amigos y amigas senadores de la República, y senadoras de la República, y poder dejar de nueva cuenta este documento y que hablen los expertos sobre la materia.
Muchísimas gracias por la oportunidad.
Enhorabuena.

Intervención del gobernador de Tlaxcala, Mariano González Zarur, durante la inauguración del Foro "Salario, Productividad y Formalidad", celebrado en el Senado de la República.
Muy buen día tengan todos los presentes. Agradezco la invitación del senador Miguel Barbosa Huerta, presidente de la Mesa Directiva; del senador Ernesto Gándara Camou, presidente de la Comisión de Trabajo y Previsión Social; y el senador Luis Armando Melgar Bravo, presidente de la Comisión Especial de Productividad.
Saludo al presidente de la Junta de Coordinación Política y al coordinador de la Fracción Parlamentaria del PAN.
Sin duda, el generar las condiciones para que se creen empleos formales bien remunerados, es una de las principales preocupación para cualquier gobernante; por ello, cuando me eligieron coordinador de la Comisión de Competitividad de la Conferencia Nacional de Gobernadores, se buscó establecer una agenda de trabajo con temas muy puntuales para fortalecer el desarrollo económico de las entidades federativas; y por ende, que contribuyera a la generación de empleos.
La agenda temática de la Comisión, que además cuando la instalé tuve la fortuna de que estuviera el jefe de Gobierno presente. Se diseñó conjuntamente con organismos e instituciones especializadas en el tema de competitividad, como son la Secretaría de Hacienda, la Secretaría de Economía, el Centro de Investigación para el Desarrollo, CIDAC; el Instituto Mexicano para la Competitividad, IMCO; la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico, la OCDE; las Naciones Unidas.
La agenda se basa en cuatro temas temáticos que buscan impulsar altos estándares para hacer más eficiente el gasto público, promover la desregulación, estimular la competencia, la productividad y sobre todo la inversión; así como explotar las vocaciones productivas de cada entidad y establecer las bases para impulsar el desarrollo de las regiones de la República.
En la reciente Plenaria de la Conferencia Nacional de Gobernadores, los gobernadores y el jefe de Gobierno de Distrito Federal, nos propusimos por acoger las recomendaciones de la Agenda de Mejora Regulatoria para incrementar la productividad de las entidades federativas propuesta por la Comisión de Competitividad.
Acordamos generar medidas para el fortalecimiento institucional a través de incluir normas de mejora regulatoria en la legislación local; establecer una instancia encargada de aplicar mejora regulatoria y medir de manera transparente los beneficios, costos y los posibles riesgos de las regulaciones. También nos comprometimos a implementar la simplificación administrativa.
Otro tema que impulsé en la CONAGO es trabajar conjuntamente con el Banco Mundial en un proyecto para el análisis y establecimiento de mejores prácticas para la implementación de juicios orales mercantiles en las entidades federativas.
En suma, el fortalecimiento del ambiente de negocios es una estrategia básica para eliminar los obstáculos que limitan el potencial productivo de las empresas y que inhiben la generación de empleos formales.
Finalmente, con relación al tema de recuperación de salarios mínimos, en la Plenaria de CONAGO se aprobó conformar un grupo de trabajo para analizar la política de salario mínimo de las entidades federativas, derivada de la propuesta que presentó el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera.
Esta Comisión deberá tomar en cuenta, tanto los estudios que tiene el jefe de gobierno, como lo que tenga el Gobierno Federal, lo que tengan las cámaras y todos los especialistas y las fuerzas políticas del país.
Sin lugar a dudas, el hecho del que el salario mínimo de México no alcanza para comprar la canasta básica y su poder adquisitivo es de los más bajos de Latinoamérica, como ha señalado la SEPAR, implica que se tiene que resolver esta situación, pero también deben tomarse en cuenta varias aristas que no pueden dejarse de lado.
Primero –y como ya se ha planteado por analistas e inclusive mediante propuestas legislativas, y tengo entendido que lo presentará esta semana el jefe de gobierno– se tiene que desvincular el salario mínimo de todas las leyes, de todos los reglamentos estatales y federales que lo tengan considerado.
Por ejemplo, el salario mínimo está como Unidad de Cuenta de los Créditos del INFONAVIT y se considera para todas las multas, así como para las negociaciones contractuales. Hasta para pagarle a las víctimas la restitución del daño.
Segundo, se debe tener muy claro cuál será el impacto real de aumentar el salario mínimo, ya que, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del INEGI, existen casi seis millones y medio de trabajadores que ganan hasta un salario mínimo, de los cuales, el 58 por ciento están ocupados en el sector informal, son trabajadores domésticos o están en agricultura de autosuficiencia, como en mi estado. Y de los dos millones y medio de trabajadores que están empleados en empresas o negocios, el 93 por ciento no tiene acceso a instituciones de salud; lo que implica que son empleos informales.
Es decir, se tiene que contemplar que sólo 230 mil trabajadores que ganan hasta un salario mínimo en México tienen acceso a instituciones de salud.
También debe analizarse el hecho de que muchos empleadores, como lo dijo el senador Lozano, registran a sus trabajadores con un salario mínimo, siendo que ganan más, sólo para disminuir el pago de las cuotas del Instituto Mexicano del Seguro Social.
La recuperación del poder adquisitivo del salario es un tema fundamental y debe venir acompañado de un debate serio, pero que se acompañe con otras medidas que propicien condiciones que mejoren las condiciones –valga la redundancia– de los trabajadores y que entren a la formalidad.
Agradecería mucho que las conclusiones de este foro las hagan llegar a la Comisión de Competitividad de la CONAGO para poder compartirlas con los gobernadores.
Les deseo que en estos dos días de trabajo y debate, surjan propuestas concretas para el bienestar de nuestro país; para el bienestar de la fuerza laboral.
Gracias y enhorabuena.

Intervención del señor Gerardo Gutiérrez Candiani, presidente del Consejo Coordinador Empresarial, durante la inauguración del Foro "Salario, Productividad y Formalidad", celebrado en el Senado de la República.

Gracias, muy buenas tardes a todos. Una disculpa por llegar tarde; avisé.
Antes que nada, saludo al señor Presidente del Senado; a los líderes de las fracciones parlamentarias; a los presidentes de las comisiones que me hicieron favor de invitarme; al señor jefe de gobierno del Distrito Federal; al señor gobernador de Tlaxcala; a las señoras y señores, todos amigos, senadores; y, por supuesto, a los medios de comunicación.
A mí me pidieron que diera un mensaje y una posición del Consejo Coordinador Empresarial sobre salarios y lo vamos a hacer con mucho gusto. Vamos a venir reiterando lo que hemos dicho a través de los últimos meses en los medios.
A nombre del Consejo Coordinador Empresarial agradezco nuevamente al Senado de la República por esta oportunidad de participar en este foro “Salario Productividad y Formalidad”.
Nuestro reconocimiento por la disposición para escuchar a todas las voces y en particular por permitirnos exponer y argumentar la posición del sector privado mexicano.
Antes que nada quiero confirmarles lo que hemos sostenido en este debate en todo momento: nuestra postura como representantes de una de las partes fundamentales en los procesos de determinación salarial, tanto en la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos, como en las negociaciones contractuales colectivas e individuales que tienen lugar en el día a día en las empresas en México, responsables de nueve de cada diez empleos que se generan en nuestro país.

Reiterarles nuestra total apertura al diálogo, con la plena voluntad de sumar al análisis objetivo y responsable, sobre todo el interés y la disposición para evaluar y construir soluciones viables y efectivas respecto a la problemática que nos ocupa, más allá del salario mínimo, la necesidad de que los ingresos de todos los trabajadores mexicanos crezcan de manera sostenible para lograr un mayor poder adquisitivo real para todas las familias, que es lo que más importa.
El sector empresarial evidentemente quiere que haya condiciones para un aumento progresivo de los salarios, de tal forma que las personas ocupadas de todas las condiciones, accedan a mejores niveles de vida y aun entorno de mayor movilidad social.
Como empresarios nos interesa que se incremente la masa salarial y con ello un mercado interno más dinámico, que signifique más ventas y oportunidades para el desarrollo y la multiplicación de las empresas.

también nos queda claro que el salario mínimo, como indicador de referencia, no se corresponde con lo dispuesto por el artículo 123 constitucional, en la fracción sexta, en el sentido de que debe ser suficiente para satisfacer las necesidades básicas de una familia y esta es una responsabilidad que el sector empresarial asume con todo su potencial.
En este punto valoramos el papel tan importante que ha tenido el Senado de la República, el Congreso de la Unión, el gobierno del Distrito Federal, al impulsar la reflexión y la búsqueda de acuerdos en este gran reto.
No obstante, el reconocimiento de un rezago, como en cualquier fenómeno complejo, no implica que pueda resolverse en automático, sólo con disposiciones legales.
Lo esencial, a nuestro juicio, es ponernos de acuerdo para delimitar con claridad las causas profundas, a fin de diseñar propuestas eficaces. A nadie conviene la perspectiva de resolver un problema generando otros.
Lo que queremos es ir junto con todos ustedes por una política nacional responsable de recuperación de los salarios comenzando por supuesto por los mínimos.
Vamos por una estrategia integral que sea congruente con la Constitución, pero también con los factores reales que inciden en el mercado laboral, que reconozca las variables macros y microeconómicas, que no deben ser obviadas, a riesgo de repetir políticas, como ya se dijo aquí, en fechas no tan lejanas que acabaron golpeando gravemente el poder adquisitivo de los trabajadores y a la economía en general, con crisis y dolores, ajustes para afrontarlas.
Todo esto está detrás de la pérdida del poder adquisitivo de más del 76 por ciento que sufrieron los salarios mínimos desde 1976, hasta que se marcó un punto de inflexión casi 25 años después.

De hecho es la estabilidad macroeconómica y la responsabilidad en las negociaciones tripartitas, o que ha permitido que el salario mínimo real haya empezado a recuperarse, si bien de forma muy incipiente y totalmente insuficiente.
En este sentido, nuestra posición es muy clara: no podemos pretender esquivar la lógica de los mercados, pero tampoco resignarnos a una actuación reactiva.
Efectivamente existen instrumentos para estimular al mercado laboral y a la alza de las compensaciones. No debemos perder la estabilidad macroeconómica, pero ésta tiene que acompañarse del elemento que ha faltado: crecimiento mayor y sostenido. Este es el motor que tenemos que detonar como prioridad estratégica para que todos, absolutamente todos ganemos.
En los últimos 15 años, como país, sólo hemos podido generar 5.9 millones de nuevos empleos formales, cuando sólo para empatar el crecimiento de la población que se incorporó a la oferta de trabajo, debimos haber creado por lo menos 15 millones de plazas.
Hay que potencializar la capacidad de nuestra economía, para que la demanda de mano de obra crezca más rápido que la oferta, reduciendo la brecha que ha presionado a la baja los salarios.
Si aumenta la inversión, ésta incidirá en incrementos en la productividad y en más y mejores empleos, así crecerá el ingreso “distributible” y con ello el mercado interno.
La productividad, como también ya se mencionó, es el otro factor clave. En las últimas tres décadas el bajo crecimiento del PIB per cápita de 0.6 por ciento anual en promedio está en línea con un claro estancamiento en este indicador.
Hoy, tenemos también sectores altamente competitivos, que incrementan su productividad a tasas del 6 por ciento anual en promedio, generando casi 14 mil dólares por empleado. Sin embargo, ahí está sólo el 20 por ciento de la fuerza laboral de trabajo.
El 70 por ciento de los empleados están en el otro espectro, donde se pierde productividad a la misma tasa anual: el 6 por ciento al año, y donde el trabajador produce la mitad: menos de 7 mil dólares.
Las disparidades regionales son igualmente enormes con cuatro estados que concentran la mitad del PIB.
Para avanzar en estos retos, tenemos que perseverar en el esfuerzo de formalizar a millones de negocios y de trabajadores, que de entrada carecen de prestaciones sociales de ley, lo cual precariza aún más sus ingresos.
De ahí la importancia de avanzar en la revisión integral de nuestro Sistema Nacional de Seguridad Social y de Salud.
La informalidad asciende a casi 60 por ciento del mercado laboral, pero aporta menos, poco menos de más de una décima parte del PIB.
Este es otro contrapeso negativo en el balance que no ha permitido generar un crecimiento sólido de las compensaciones.
En este punto, es importante aclarar que no es en la planta laboral del sector formal de la economía donde está ocupada la población en condiciones de mayor pobreza.
El salario mínimo en el mercado que pagan las empresas formales, es promedio de 3 a 5 veces el salario mínimo general, sin contar prestaciones laborales por supuesto de las empresas y reparto de utilidades.
Sólo el 4.2 por ciento de los asalariados de tiempo completo perciben un salario mínimo y de este porcentaje hay que reducir aquellos que están en la informalidad.
Son aproximadamente 280 mil trabajadores formales con dicha remuneración entre los cuales la gran mayoría obtiene percepciones adicionales en la forma de prestaciones, propinas, bonos y apoyos, además de reparto de utilidades.
Los trabajadores de menores ingresos en el sector formal, están concentrados en giros económicos muy específicos, y sobre todo en la PIME en México, particularmente en aquellos con mayor rezago en términos de productividad y menor capacidad para su desarrollo y modernización.
En estos casos lo conducente es revisar propuestas acordes a la problemática, particulares en dichos sectores.
Así, no sería realista ni prudente estipular aumentos con plazos perentorios si no se liga a objetivos como incrementos en la productividad o a características de los giros donde existen mayores problemas
En síntesis: crecimiento con estabilidad de precios, inversión, productividad, formalidad laboral y económica, son elementos que necesariamente deben estar presentes en toda política consecuente a favor del salario
Nuestra propuesta es que tomando en cuenta todos estos factores de manera tripartita desarrollemos una política que sume la acción legislativa, al Ejecutivo en sus Tres Niveles de Gobierno, y la privada, trabajadores y empleadores.
De entada, hay que puntualizar y correlacionar los elementos necesarios para que efectivamente tenga lugar un ciclo expansivo en las remuneraciones.
Como parte de este proceso, es preciso reconocer que la fijación de los salarios mínimos se ha complicado porque hoy se utiliza como indicador económico, unidad de medida o referencia en casi 300 ordenamientos legales.
De hecho, la mayoría de las iniciativas de Reforma al Régimen de Salarios Mínimos que se ha presentado, se concentra en la desvinculación de esto respecto al sinnúmero de trámites, cálculos, derechos, multas y demás acciones y conceptos para los que sirve.
En el sector empresarial, estamos revisando a fondo todas las iniciativas, con gran interés.
En la medida que lo hacemos, se reafirma nuestra convicción y propuesta de que efectivamente desligar el salario mínimo de tantos conceptos, tiene que ser un primer e indispensable paso.
Sin embargo, para ello como país, debemos hacer todo un estudio integral para luego determinar otras unidades de cuenta o indicadores para cada materia o concepto.
No deben tomarse decisiones a la liberal. Las variaciones en los mínimos son referencia para negociaciones de contratos colectivos e individuales en todo el país, pero también impacta, por ejemplo, como ustedes saben, a la cotización de los patrones al IMSS, pago de primas de antigüedad, determinación de pensiones del Estado, recursos que se dan a los partidos políticos, multas, sanciones, cuotas del INFONAVIT, etcétera.
Señores senadores, señor Jefe de Gobierno, señor Gobernador de Tlaxcala, amigos todos:
Vamos por lo esencial, paso por paso. Hay mucho trabajo por delante en la tarea de consolidar condiciones para que efectivamente, puedan crecer los ingresos de todos los mexicanos.
El reto es enorme para todos y tiene que ver con los más grandes rezagos nacionales; por eso reiteramos el exhorto a todos los involucrados y a todos los mexicanos en general, a que aprovechemos para elevar la discusión hacia un gran análisis integral en torno a las causas y soluciones viables al problema de la pobreza en México, que es el verdadero desafío hoy a superar.
Vayamos a las raíces, concentremos en las soluciones que más urgen y que puedan tener un efecto positivo, sostenible y duradero. En este desafío, el compromiso del sector empresarial mexicano es absoluto a favor de los trabajadores y de que tengan una vida mucho más digna.
Cuenten con el Consejo Coordinador Empresarial en la terea de generar un entorno propicio para la prosperidad de todos los mexicanos y en particular, para los que menos tienen y sobre todo, para nuestros trabajadores de nuestras empresas y de todo el país.
Gracias señores senadores por su atención, y por la oportunidad.

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