Versión estenográfica de la reunión de trabajo de la Comisión Especial de Seguimiento a los hechos ocurridos en Nochixtlán, Oaxaca, con integrantes de la Policía Federal que resultaron lesionados en los sucesos del 19 de junio pasado.
SENADORA MARIANA GÓMEZ DEL CAMPO GURZA: Muy buenas tardes tengan todas y todos ustedes, integrantes de la Comisión de Seguimiento a los hechos ocurridos en Nochixtlán, Oaxaca, el 19 de junio de 2016.
Quiero compartirles que este encuentro, para la Comisión es muy importante. Como hemos insistido, queremos reunirnos con personas lesionadas, con víctimas, con familiares de las víctimas de los hechos ocurridos en Nochixtlán. Pero el interés de la Comisión es escuchar todas las voces.
Para esta Comisión es muy importante escuchar la voz de los policías que fueron lesionados ese día en Nochixtlán, Oaxaca, y también de las víctimas civiles, que espero más adelante podamos platicar con ellos en Nochixtlán, Oaxaca.
Es fundamental compartir que en la Comisión hemos hecho el esfuerzo para escuchar a todos los que quieren ser escuchados, todos los que quieren decirnos algo sobre lo ocurrido en Nochixtlán, para que al final, ¿qué buscamos? Que se sepa la verdad y que se haga justicia.
Quiero agradecer en esta reunión en especial, porque es un tema sensible, es un tema difícil. Las personas que hoy nos acompañan, fueron víctimas también de los hechos ocurridos ese día en Nochixtlán, Oaxaca.
Quiero agradecer en especial que esté aquí el director general de Asuntos Jurídicos de la Policía Federal, el licenciado David Baeza Tello, quien más adelante también les dará un mensaje.
Y antes de comenzar con las intervenciones, quisiera compartirles que primero, tenemos la intención desde un inicio que este encuentro pudiese ser abierto a los medios de comunicación; y por eso estamos cuidando algunos detalles.
Queremos salvaguardar la identidad de los policías que hoy nos acompañan, tenemos policías, fuerzas federales y de Gendarmería. Utilizaremos pseudónimos, pero escucharemos también tres testimonios, tres testimonios que van a compartirnos qué fue lo que ocurrió ese día. Y yo sí le pediría a los medios de comunicación, con la sensibilidad que sé que tienen todos ustedes, que hagamos un esfuerzo para que con las fotografías, cuando estén dando el testimonio, con los videos y que hagamos lo necesario para, insisto, salvaguardar su identidad.
Todos ellos ya declararon ante la Procuraduría General de la República, pero no queremos nosotros en lo absoluto entorpecer la investigación que se está haciendo por parte de la Procuraduría General de la República.
Gracias a todos, compañeras y compañeros, y cederé el uso de la palabra al director general de Asuntos Jurídicos de la Policía Federal, el licenciado David Baeza Tello.
Adelante.
LICENCIADO DAVID BAEZA TELLO: Muchas gracias. Buenas tardes a todos.
Senadora, es un gusto estar aquí en esta Comisión. Diputadas y senadoras integrantes de la Comisión, es un gusto también estar aquí.
En cumplimiento a los acuerdos que asumió el Comisionado General de la Policía Federal, el día de hoy hemos traído a nueve integrantes de la Policía Federal, pertenecientes a la División de Fuerzas Federales y a la División de Gendarmería; quienes fueron unos lesionados respecto de los hechos; forman parte del grupo de 96 lesionados que tuvo la Policía Federal.
Algunos de ellos han tenido recientemente cirugías. Fueron atendidos, en un primer momento en el estado de Oaxaca y posteriormente fueron trasladados.
Hemos empezado a proporcionar información, como lo ha solicitado esta Comisión. Y, desde luego, la información que ha girado el Secretario de Gobernación, el Comisionado Nacional de Seguridad, de proporcionar y ser transparentes en este proceso de investigación.
Estamos a sus órdenes y empezamos.
SENADORA MARIANA GÓMEZ DEL CAMPO GURZA: Muchísimas gracias.
Como ya lo ha dicho aquí el licenciado Baeza, nos acompañan nueve elementos de la Policía Federal; ocho hombres y una mujer.
Primero cederé el uso de la palabra a José. Adelante.
JOSÉ: Bien. Buenos días.
SENADORA MARIANA GÓMEZ DEL CAMPO GURZA: Un segundo, José. Si me ayudan a acercarle el micrófono, por favor, lo más que se pueda.
Gracias, muy amable.
Adelante, José.
JOSÉ: Bien. Buenos días. Mi nombre es José, tengo 37 años; soy Ingeniero en Control y Automatización. Llevo siete años de servicio en la Policía Federal.
El día 19 del mes de junio, estaba comisionado, ya tenía un año comisionado en el estado de Oaxaca, llevando a cabo funciones diversas.
Y ese día 19 de junio, el motivo por el cual fui comisionado a prestar el servicio al municipio de Nochixtlán fue en auxilio a personal de la División de Fuerzas Federales, Policía Estatal, Policía Ministerial del estado de Oaxaca y personal civil que, debido al operativo que se estaba llevando a cabo para liberar las vías generales de comunicación de la carretera México-Oaxaca, el personal antes mencionado estaba siendo agredido y superado en número y acudimos en auxilio.
Me presenté aproximadamente junto con el personal a mi cargo a las 10 de la mañana ahí al lugar donde se estaba llevando el operativo en la carretera Nochixtlán. Estuvimos llevando a cabo labores de contención para salvaguardar la integridad de las personas que en ese momento ya se encontraban heridas y estaban siendo trasladadas vía aérea, sacadas del operativo para que se les pudiera brindar atención médica, ya que las condiciones no permitían que ahí se pudieran ser atendidos.
Estuvimos aproximadamente tres horas llevando a cabo ese operativo, hasta el momento en el que se nos dio la orden de que nos retiráramos del lugar.
Yo al estar emprendiendo la retirada y verificando que todo el personal que estaba en ese momento a mi cargo, ninguno quedara rezagado o retenido por los manifestantes, me estalló un petardo en la pierna derecha, lo cual me tiró al piso.
Intenté incorporarme inmediatamente, lo logré, pero ya los manifestantes estaban muy cerca de mí.
Fui despojado de mi escudo, de mi equipo antimotín, el cual ya había sido fracturado debido a las explosiones que había contenido a las bombas molotov y a los petardos, ya estaba partido mi escudo, ya estaba roto.
Fui despojado de él. Aún seguí recibiendo golpes, pero seguía de pie todavía, hasta que me despojaron del casco, del chaleco. Ya los golpes con lo que tenían los manifestantes: machetes, tubos, palos, me tiraron al piso.
Nuevamente trato de incorporarme, pero ya no lo logré. Quedé noqueado.
De ahí, por las versiones de la compañera que estuvo conmigo, me dice que me arrastraron estas personas, que eran alrededor de 30 a 40 personas a un vehículo que fungía como una ambulancia.
Yo recobro el conocimiento ya que estoy en ese lugar y ya me encuentro bañado de gasolina, querían prendernos fuego a la compañera y a mí. Soy arrojada de esta unidad, en todo momento me están golpeando, no dejan de golpearme, de insultarme y de querer lincharme.
Minutos después llega mi otra compañera, la cual también es arrojada dentro de este vehículo; también ella está llena de gasolina, golpeada, la despojan de todo lo que, tanto a mí en ese momento ya me habían despojado de todo lo que era mi equipo de protección, todas mis pertenencias; lo mismo a ella, le quitan todas sus pertenencia y nos arrojan al interior de este vehículo.
Ahí los manifestantes continúan golpeando este vehículo, intentando sacarnos, pero por casualidad deciden trasladarnos a una parroquia, una iglesia, ahí en la localidad de Nochixtlán.
Fui privado de la libertad durante dos días y medio prácticamente, estuve ahí retenido. Nos llevan a este lugar, nos presentan con los dirigentes del movimiento, los cuales no dieron sus nombres, pero decían que nos iban a tener ahí mientras se veía qué se podía negociar con nosotros.
Nos ingresan al interior de este recinto y ahí algunas personas amablemente limpian mis heridas, me quitan mi uniforme para que de alguna manera la multitud y la gente que se encontraba al exterior no nos identificara y nos fueran a sacar.
Paso así el día 19 de junio, es domingo. Todo el tiempo los manifestantes están afuera, se escuchan los altavoces, se escuchan los golpes en la estructura de la herrería de esta iglesia y todo el tiempo con el temor de que en cualquier momento nos pudieran sacar.
Pasamos la noche de ese día y el día lunes se presenta el segundo visitador de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, con una mujer de profesión médico, la cual verifica nuestro estado de salud.
Yo en ese momento le referí todas las dolencias que tenía. Posterior a eso los dictámenes médicos me dicen que es un traumatismo craneoencefálico, edema en los dos ojos, fractura de tabique nasal, fractura de índice derecho, rotura de ligamento de la rodilla izquierda, grado dos; esguince en el tobillo derecho e izquierdo grado dos y bueno, todas las lesiones que tenía.
En ese momento, le refiero que y ano veo con mi ojo izquierdo, que la vista la estoy perdiendo, lo mismo por las lesiones; la mano ya no la podía mover, mi brazo derecho ya no podía moverlo, ya estaba todo negro.
Me dice, pues sí, también o más seguro es que estés fracturado y respecto a la nariz, no respiras porque pues también debes tener una fractura, pero no me brindan atención médica ni nada, únicamente verifican que estuviéramos ahí.
Nos piden nuestros datos generales y eso es todo lo que hace este segundo visitador de la Comisión Nacional de Derechos Humanos y la doctora Tello que lo acompañaba.
Hasta el segundo día se presenta ahora el, se presentó como el comisionado de derechos humanos del pueblo de Oaxaca, de apellido Peimbert, con su secretaria y otro médico, el cual también dice que es un médico y que va a verificar nuestro estado de salud.
Nos pide nuestros datos generales, a la compañera y a mí. Nuevamente refiero las dolencias y las molestias que tengo y me dice lo mismo, que seguramente es porque tengo fractura, seguramente que no veo con el ojo izquierdo porque los edemas y los golpes que tengo y las piernas no las puedo mover, porque es por lo policontundido que me encuentro.
Esta persona es la que nos hace referencia que vamos a ser intercambiados por personas que habían sido presentadas a las autoridades en Oaxaca, de los manifestantes de ese día. Entonces, eso es lo que nos hace mención, que íbamos a ser intercambiados.
Pasa todo ese segundo día y al tercer día es cuando se presentan aproximadamente a medio día, nuevamente tanto el segundo visitador de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos como el comisionado de derechos de los pueblos de Oaxaca; y nos informa que ya se están llevando a cabo las negociaciones para que podamos ser liberados, intercambiados, mejor dicho.
Y ese día, martes, aproximadamente a las 17 horas, 19 horas, nos suben a una ambulancia, a la compañera y a mí que estábamos secuestrados en este lugar; nos dicen que ya se concretó el cambio y que se va a verificar que efectivamente sean liberadas las personas que ellos solicitan su liberación, que aproximadamente nos dicen que son 21, 22 personas, a cambio de nuestra libertad.
Nos llevan a un punto sobre la carretera hacia Oaxaca y ahí estamos aproximadamente dos horas. Esta persona, de apellido Peimbert, y uno de los dirigentes de los maestros, nos dice que ellos también van a estar ahí, por decirlo así, dando el visto bueno de que se lleve a cabo esta liberación y el intercambio por las personas que habían sido presentadas.
Estuvimos dos horas aproximadamente, hasta que recibe una llamada porque estaba al interior de la ambulancia, junto con nosotros; y le avisan que efectivamente ya una persona, de nombre Padre Uri, le informa que ya se hizo la liberación de las 22 personas que habían solicitado que se liberaran, que fueran puestas en libertad a cambio de nosotros.
El día 22 del mes de junio, el día martes, nos traslada esta persona, que se presenta como Padre Uri, nos trasladan a una iglesia en el centro de Oaxaca, donde se encontraba una autoridad eclesiástica, no recuerdo el nombre, no se presentó; y estaba ahí el jefe de División de Fuerzas Federales; pues le agradecí el apoyo que había recibido y que ya nos encontrábamos en libertad nosotros.
En ese momento ya somos trasladados al servicio médico, toman Rayos X de cráneo, mano, piernas y efectivamente confirma todas las fracturas que antes mencioné.
Soy trasladado por la noche, ya que por las condiciones que imperaban en el lugar no podíamos ser atendidos ahí. Nos trasladan vía aérea a la Ciudad de México.
Esa madrugada soy intervenido del tabique nasal y me hacen cirugía en la mano derecha.
Y respecto a los esguinces, férulas en las dos piernas.
Estuve hospitalizado una semana.
Posterior a esto, requerí nuevamente otra cirugía en la mano derecha porque ya había perdido la movilidad del índice. Y hace diez días nuevamente me tuvieron que intervenir para que pudiera recuperar la movilidad en la mano.
Estuve internado esa segunda ocasión cinco días y todavía pendiente a la evolución y a la rehabilitación para que pueda recobrar la movilidad, tanto en la mano como en la rodilla izquierda.
Esas son las lesiones que presenté.
Todas las lesiones que recibí fueron ya cuando estábamos retirándonos de ese operativo. O sea, nosotros ya éramos la retaguardia, era de las últimas personas que estaba verificando que no quedaran personas retenidas, y ese fue el motivo por el que fui yo capturado, porque esperé hasta el último momento y eso fue lo que causó que fuera yo retenido por los manifestantes ese día.
SENADORA MARIANA GÓMEZ DEL CAMPO GURZA: Muchísimas gracias, José.
Pasaríamos con el segundo testimonio, Juan.
Adelante.
JUAN: Mi nombre es Juan. Pertenezco a la Policía Federal. Soy de Fuerzas Federales.
Fui encomendado en el estado de Oaxaca para cumplir una misión, ya que fui en apoyo a esa población.
Como la misión lo dice: Proteger y servir a la comunidad.
Y estuve encomendado durante 15 días en el IEPO, ya que tiene una importancia esa localidad o esa instalación vital.
Después de ahí, como a las ocho de la mañana nos encomendaron que teníamos que salir a recuperar unos espacios en la carretera federal Oaxaca-México, a la altura de la caseta de la carretera a Huitzo.
Llegando a Huitzo nos topamos con varias personas, armados con piedras, cohetes. Y llegando a ese lugar nos empezaron a arrojar piedras, cohetes, y ahí duramos aproximadamente como cuatro horas para recuperar ese espacio.
Después de ahí, durante las cuatro horas nos regresamos otra vez a la ciudad de Oaxaca pero nos topamos que la carretera estaba tapada, estaban incendiándose vehículos.
Nos topamos con varia gente, armados otra vez con machetes, cohetes, piedras. Y al empezar a replegar a esa gente, aproximadamente como cuatro horas duramos u ocho horas durante el día.
Más o menos a la altura de Hacienda Blanca, donde fui sorprendido por varias personas encapuchadas, con palos y machetes. Ya que fui golpeado en la cabeza con un palo y amputada mi mano con un machetazo, un machete, y fui privado de mi libertad también durante aproximadamente 4 horas, donde esta gente me gritaba cosas, que me iban a mater, que me iban a quemar.
Pero durante ese tiempo que fui privado de mi libertad, sólo dos personas, no sé si estaban en contra de ellos, esas personas les agradezco, fueron los que me rescataron de ese lugar y también agradeciéndole a Dios que estoy vivo.
Y así fue como me sacaron esas personas, vistiéndome de civil, dándome seguridad, llevándome uno a su casa, vistiéndome de civil, quitándome mi uniforme para poder pasar sobre esas, como ellos les llaman también, filtros, donde uno no podía pasar tan fácil. Todo vehículo que pasaba ahí le pasaban revista a ver quién iba.
Entonces, esas personas que me sacaron de ese lugar fueron inteligentes, me sacaron en una moto y así fue como me sacaron de ese lugar y si no, pues quién sabe qué hubiera pasado, a la mejor no estuviera yo aquí.
Y para mí fue doloroso, porque también soy padre de familia, tengo mis hijos y así fue como mis compañeros dieron conmigo y así fue que también me llevaron al hospital del IMSS de ese estado y ya estando ahí me dieron los primeros auxilios me mantuvieron ahí durante un día y después de ahí me trasladaron a la Ciudad de México y ahí, en Médica Sur, estuve como 8 días aproximadamente.
Y ahorita estoy llevando a cabo mis terapias a ver si queda bien mi mano, porque sí está quedando un poco mal y es todo lo que les puedo decir, es lo que viví yo en ese estado.
Gracias.
SENADORA MARIANA GÓMEZ DEL CAMPO GURZA: Muchas gracias Juan.
Seguimos con el tercer testimonio, sería Luisa, si pueden apoyarme con el micrófono, por favor.
LUISA: Sí, buenas tardes, soy madre de dos hijos y me encanta hacerles de comer.
Nos dieron la orden a las cinco de la mañana que teníamos que salir a la caseta para desalojar a los manifestantes. En el camino hicimos dos paradas, donde se encontraba la Policía Federal de Oaxaca, de caminos, y continuamos más tarde, como a las siete de la mañana nuestro camino.
Avanzamos ya de pie, sacamos nuestro escudo, avanzamos un buen tramo para llegar a Nochixtlán. Había carros de civil que daban la vuelta y nos gritaban que había muchos tráileres atravesados, no había forma de pasar, pero nosotros continuamos.
Los que iban delante de nosotros eran los policías estatales y ellos, al momento de llegar al pueblo, ya había cosas quemadas, llantas, de todo y llegando inmediatamente nos empezaron a aventar cohetes, piedras y se fueron los estatales hacia el pueblo y nosotros continuamos hacia la caseta; hicimos una línea los policías federales, pero ya los estatales no podían contener las agresiones, ya estaban siendo quemados, golpeados, porque superaban en número a los pobladores.
O sea, eso fue inmediatamente. Sonaban las campanas para que la gente se acercara, los del pueblo, fue todo muy rápido, no nos dio tiempo de seguir hasta la caseta.
Ya estaban incendiando los tráileres con pollos, sus campamentos estaban llenos de comida, de atunes, de aceite, de arroz, de coca-colas, porque ellos vaciaban los tráileres, tenían todo su campamento para pasar más días plantados ahí.
Continuamos, empezaron a llegar más pobladores nos siguieron aventando piedras, cuetes, de esas botellas que les llaman bomba molotov, que tienen canicas, y seguíamos ahí conteniendo la agresión. Ya había heridos de cohetones en los pies y seguimos ahí cuando al aire escuchamos desde temprano, serían como las 8, 8:30, balas al aire.
Empezaron ellos a lanzar balas, se escuchaba lejos. Nos quedamos sorprendidos porque no esperábamos que nos recibieran así. Después se empezaron a escuchar más cerca las detonaciones y corrían por el panteón, había un panteón al lado de nosotros y se escuchaban ya las detonaciones en el panteón.
Cuando empezaron a caer los heridos de bala y las compañeras o compañeros, los que podíamos los empezábamos a sacar, ellos empezaban a gritar: “me dieron, ayúdenme”; y hubo un momento en que se escucharon mucho las detonaciones, nosotros cubríamos de las camionetas de la Policía, éramos como 50 o 60 cubriéndonos o tirándonos al suelo para que no nos tocara un balazo.
Seguimos conteniendo la agresión, pasó como medio día, como las 11 más o menos ya estábamos cansados cuando llegaron los gendarmes, y ellos se quedaron a contener porque nosotros ya no habíamos ni comido ni tomado agua, no nos había dado tiempo de nada para seguir ahí; y a ellos les daban con todo y los pobladores atravesaron camiones, otro tráiler que estaba ya para la entrada de su pueblo, para que ya no ingresáramos nosotros, pero ya un autobús de ellos llevaba más cuetes y empezaron a llegar muchos pobladores.
Ya nos superaron en número, cuando preguntábamos si teníamos nosotros gas lacrimógeno: ya no había nada, no teníamos nada absolutamente para poder contener. Entonces, en ese momento empezamos a retirarnos ya hacia la carretera, rumbo a Oaxaca, y ya era imposible, ya eran demasiados; ya venían muchos, muchos. Corrimos.
Cuando empezaban a caer más compañeros, mujeres lastimadas de cuetes, de armas de fuego y las camionetas ya iban muy cargadas de los compañeros que iban arriba de ellas para poder salir de ahí. En ese momento se hace una valla de contención porque los autobuses estaban de frente, hacia el pueblo, y todos los compañeros estábamos ya en retirada cuando me quedé a hacer la valla de contención para que pudieran irse, éramos como 30 los que quedábamos ahí.
Nos seguían aventando de todo lo que tenían los pobladores. Yo estaba de lado derecho reforzando la valla y había como cuatro compañeros que estábamos ensamblados con los escudos, cuando de repente ya no los vi. Yo pensé que ya se habían ido, pero ya después me dijeron que uno de ellos había tenido fractura de cráneo y los mismos compañeros se lo llevaron.
Yo me doy cuenta que de ese lado ya estaba sola y quise yo también irme. Y cuando ya me di la vuelta me jalaron, eran muchos, eran como 10 los que me empezaron a jalar.
Cuando me jalan, yo veo cómo cae el compañero de mi otro lado y con todo le daban y a mí también, en ese momento con palos, patadas. Fueron y me echaron gasolina.
Uno de ellos les gritaba que yo era mujer. No sé cómo se dio cuenta porque yo traía todavía mi equipo, pero ni así les importó. Ellos siguieron.
Me empezaron a quitar todo: mis guantes, traía yo anillos, una maletita de cosas donde llevaba yo mis teléfonos, y ellos todo me lo quitaron. Me dieron patadas en la cara; tenía lastimada la boca.
Uno de ellos que gritaba que yo era mujer, ese fue el que me fue a levantar para quitármelos porque ellos no paraban de golpearme. Me pegaron en la espalda con los palos, en las pompas, y ya me llevó al vehículo que hacen mención que es una ambulancia.
De ahí nos gritaban que nos querían linchar, y otros que no, que les íbamos a servir de intercambio. Unos que sí, nos seguían pegando, y había dos que nos dieron la atención en la ambulancia, nos pusieron vendas y nos trasladaron hacia adentro del pueblo, donde la gente paraba la ambulancia para bajarnos.
Las mujeres, las del pueblo, me gritaban, me aventaban, rompieron los vidrios de la ambulancia, las llantas, para bajarme.
Se acercó uno de ellos y me dio machetazos en la pierna, un poblador, donde yo le dije: “Yo vengo con Cristo, no sé tú”. Y dice: “No me importa”. Le dije: “Bueno”.
Total, gracias a Dios no me cortó la pierna en ese momento.
Seguimos avanzando y volvió otro grupo de pobladores a querernos bajar, pero los paramédicos y cuatro de los que iban ahí de los mismos pobladores no lo permitieron, porque ellos dijeron que, o sea, se hacía la discusión, que sí y que no. “Bájenla con un líder de la Sección 22”, y ellos dijeron: “No, ahí no porque se la van a llevar, se los van a llegar”. Dicen: “Ya déjenla con el líder de la Sección 22” y no.
Siguió la ambulancia con la llanta ponchada, los vidrios rotos con dirección a la iglesia. Ahí la gente corrió, las mujeres con palos y los hombres con los machetes a alcanzar la ambulancia. La ambulancia no se detuvo, ella como pudo avanzó hacia la iglesia.
Llegando ahí, nos dijeron los dos paramédicos que iban: “Corran lo más que puedan, porque si los sacan de la ambulancia, se los jalan, ya no vamos a poder hacer nada con ustedes”.
De los cuatro que iban, de los manifestantes, dos me llevaron a mí del brazo y dos agarraron al compañero y nos metieron. Pero al bajarnos de la ambulancia, los que estaban en la entrada de la iglesia nos empezaron a dar de patadas y a pegarnos en la cabeza y a aventarnos lo que tenían. Eran puros hombres ahí los que nos agredieron en la entrada de la iglesia.
Los que nos llevaban de los brazos, nos metieron hasta adentro del cuarto, donde ya estaba un servicio médico improvisado. Ahí nos dieron las atenciones.
Me cosieron, me cortaron el pelo, nos quitaron la ropa. A mí me cortaron el uniforme porque nos canalizaron. Como pudieron y en las condiciones que estaban nos dieron ahí las primeras atenciones.
Había muchas señoras, unas enfermeras. Las señoras nos llevaron de comer, nos llevaron agua, las que estaban ahí cuidando al Padre.
Entonces, poco a poco empezaron a salirse, empezaron a desalojar y fuimos quedando pocos. Hubo unos médicos que empezaron a hacer guardia, de los que apoyaron al padre en ese momento y nos iban a vigilar, no se acuerda mucho mi compañero porque estaba muy adolorido muy inconsciente, pero iban a ver los médicos, pero los de allá, del pueblo.
Se presentó el padre con nosotros, él nos dijo que nos iba a poyar, que no nos preocupáramos, que no nos iba a pasar nada, pero él se salió y nos quedamos con una enfermera que nos diera las atenciones y ya.
Y cuando escuchamos que veía la gente, se escuchaba mucho alboroto. En ese momento la enfermera nos quitó el suero, porque estaban que ahí viene, ya los van a sacar para lincharlos, les van a pegar.
Le dije, “pues quítanos el suero rápido”, y a mi compañero yo lo metí en un mueble que estaba ahí con mucho medicamento y le puso los medicamentos para que no fueran a ver y yo no vi un mueble que estaba pegado a la pared y se quedó todo en silencio, todos se salieron cuando pasó un rato y se escuchó la puerta.
Y dice: “dónde están”. No hacíamos ruido y dice, ya no se preocupen, ya se fueron, ya los calmé, no pasa nada, tranquilos. Les dije que era casa de oración, que no vinieran a hacer su alboroto, que ellos respetaran esa casa de Dios.
Así dijo el padre. Nos quedamos más tranquilos, moví el mueble donde metí al compañero y ya se volvió a acostar en unas colchonetas que nos dieron para dormir, no había baño, no hacíamos del baño; no había ni donde bañarnos, tenía yo la sangre en el pelo, seca, duramos ahí todo ese día.
En la tarde noche ya no había nadie y el padre empezó a sacar a la gente de la iglesia para que quedara ya sola. Entonces, empezaron a llegar visitas de los líderes de la Sección 22.
Yo lo reconozco porque él fue quien nos entregó al último y fueron varias visitas y viéndonos: no decían nada más que nos veía y ya. Esa noche llegaron los de Derechos Humanos de Oaxaca, yo me acuerdo, iba la doctora, se presentó así, como doctora; otro señor, pero eran de Derechos, ellos así se presentaron.
Nada más nos preguntaron nuestros nombres, no nos revisaron. Una de ellas, una chaparrita, nos veía como muy enojada, como con mucho coraje, ni siquiera nos dijo si queríamos agua, qué necesitábamos, no nos dieron la atención, nada iban a ver si estábamos ahí.
Seguían las visitas toda la noche. Estuvieron haciendo guardia para vigilarnos, los de la iglesia, los de la Sección 22, Eso fue el domingo.
El lunes ya no había nadie, ya se escuchaba hacia la iglesia, pero volvieron a ir los pobladores. Como a las 12, una de la tarde fueron a gritar, a querernos volver a sacar, pero ya otra vez volvió a intermediar el padre, a tranquilizarlos y ya continuamos todo el lunes.
Mi compañero mal, dormía porque se sentía cansado, adolorido, no sabía él, porque tenía tantas lesiones en su cara, estaba deformada su cara y nos seguían dando visitas para darnos de comer, pero ya en la tarde, o sea, no fue constante la comida, fue poquita, pero son nos faltó.
El médico, siguieron visitándonos los de Derechos Humanos, sin revisarnos, nada más que estuviéramos ahí. Eso fue el lunes.
El lunes en la noche nos empezaron a cambiar de cuartos, diferentes cuartos, junto al padre con el líder de la Sección 22; él nos empezó a cambiar de cuartos, que no hiciéramos ruido porque iban a escuchar los líderes, como tenían una como sesión en la plaza, se escuchaba todo, cómo la maestra que estaba dando la plática, cómo alteraba a todo el pueblo; se escuchaba que ella quería venganza.
Yo me asomé, porque dije: “voy a asomarme a ver si es verdad lo que dicen que están los líderes afuera”. Estaban afuera, pero lejos de nosotros, o sea, no se podía escuchar si nosotros hacíamos ruido; ellos nos estaban cambiando porque ellos pensaban o sabían, no sé, que iban a ir nuestros compañeros a rescatarnos, entonces para que no pudieran encontrarnos nos estuvieron cambiando de cuartos.
Entonces me asomé por una rendija de la ventana y escuchaba yo cómo los de la Sección 22 alteraban al pueblo, les pide venganza, que no se van a quedar las cosas así. Jamás nos bañamos en todo el lunes, nada, ni pudimos entrar al baño tampoco.
Así nos la pasamos todo el lunes en la madrugada, cambiándonos, hasta que en la mañanita nos pasaron donde duerme el padre. Ahí nos dio otras colchonetas, en la casa donde duerme el padre y nos ofreció el baño; pero no nos dio toallas, no nos dio jabón, el agua estaba fría. Entonces yo nada más me enjuagué el pelo, mi compañero también entró al baño.
Amaneció el martes y nos pasaron al comedor de la Iglesia, porque él ya sabía que iba a haber más visitas. El martes ya llegaron los derechos humanos por nosotros, porque ya eran tres grupos que se presentaron de derechos humanos y ellos nos dijeron que iban a estar bien las cosas.
Antes de entrar, la gente empezó a alborotarse mucho, cuando vi de repente que entró un señor de derechos humanos y me dijo: “tranquila, venimos a verlos, a ayudarlos a salir de aquí. Todo va a estar bien”. No sé cómo me vio, me abrazó y me dijo: “tranquila, vas a estar bien”. Mi compañero estaba en el suelo.
En ese momento llegó el jefe Peimbert, de derechos humanos, conocido como ombudsman. Él nos llevó otro médico, porque la médica que yo les comentaba nunca nos revisó ni tomó nota de nuestras lesiones, nada; hasta ese momento llegó el médico, el jefe Peimbert y fue por eso que nos dio la atención, porque ya había más compañeros de él, de derechos humanos, pero anteriormente jamás hizo nada por nosotros, ni siquiera nos dio la atención, nada.
Ya los demás compañeros de derechos humanos nos apoyaron, empezaron a arreglar la situación con los líderes de la Sección 22: sin la autorización de ellos no salíamos, ellos autorizaron y hablaron con los del pueblo porque ellos sabían que íbamos a salir.
Llevaron una ambulancia, donde iba mi compañero, dos de derechos humanos, dos líderes de la Sección 22 y los dos padres y los dos conductores de la ambulancia.
La situación se puso muy tensa, porque al salir de ahí temían que nos fuera a pasar algo, que se acercara un carro y que fuera a hacernos algo, no sé. El ombudsman para el carro, decía: “alto, ¿quién eres? Identifícate”; iban junto con los líderes, un Jetta rojo, como cuatro. Esos nos siguieron en todo momento hasta salir del pueblo, donde en todo el camino estaban ya quemados muchos vechículos, tráileres; pero nadie nos hizo el alto porque ya los líderes habían avisado que íbamos a salir nosotros, dirección a Oaxaca, no sé qué kilómetro.
Llegamos al punto donde iba a ser el intercambio, porque así se había quedado. Los líderes pedían el intercambio de nosotros por los que tenían detenidos.
En ese momento que estábamos debajo de un puente, bajaron unas camionetas de otro pueblo, armados también con palos y todo, muy tensos también estaban, y ya hablaron que no, que estaban bien las cosas y no sé qué, entonces se retiraron.
Nos quitamos de ahí porque no era sano estar ahí.
En eso, informaban a los líderes de la Sección 22 que tenían otro compañero retenido y que lo iban a llevar a la iglesia. El Padre pidió que no se lo llevaran a la iglesia, que lo llevaran donde estábamos nosotros.
Ya cambiamos de lugar, nos fuimos más adelante, donde llegó el otro compañero que fue también secuestrado ese mismo martes y golpeado y todo, llegó junto con nosotros.
Estuvimos esperando mucho rato para que se hiciera el intercambio.
El jefe, el Ombudsman peleaba mucho con los del estado de Oaxaca, con los jefes del estado, que él había ordenado, que él había dicho que se autorizara que salieran los 22, que así no se había quedado la orden. Que él así lo había dicho, si no, no se iba a hacer nada. Así decía y decía.
Ya llegaron ellos en una camioneta, los subieron a otra camioneta. Revisaron los líderes que estuvieran bien y que fueran los que ellos habían contado.
Cuando los suben, a nosotros tres nos bajan y nos entregan con el Padre Ubi. El Padre Ubi nos llevó a la iglesia que está en el centro de Oaxaca, donde ya estaba esperándonos nuestro mando para llevarnos a que nos revisara el médico y posterior a levantar el acta correspondiente.
Así fue.
SENADORA MARIANA GÓMEZ DEL CAMPO GURZA: Muchísimas gracias a Luisa.
Estos serían los tres testimonios por parte de la policía.
Ahora, y siguiendo con la dinámica de esta reunión, tocaría el turno de los compañeros diputados y senadores para hacer las preguntas que crean pertinentes.
Quien quiera hacer uso de la voz, háganmelo saber, compañeras, compañeros.
Adelante, diputado René Cervera García.
DIPUTADO RENÉ CERVERA GARCÍA: Gracias, presidenta, con su venia.
Hemos escuchado tres testimonios.
Yo creo que lo que ustedes están planteando aquí es muy claro. Yo en realidad no tendría preguntas sobre estos testimonios, salvo en el caso de José, para preguntarle simplemente si usted es del cuerpo de Gendarmería, de los que llegan en un segundo momento al operativo.
¿Es correcto?
JOSÉ: Sí, exactamente.
Nosotros llegamos ahí al punto donde se estaba llevando el operativo, como mencioné, desde las seis de la mañana se había montado el operativo para liberar las vías generales de comunicación en esa autopista por parte de la Policía Ministerial del estado de Oaxaca, la Policía Estatal de Oaxaca, Policía Municipal de Oaxaca y la Policía Bancaria Industrial y Comercial también de ahí de Oaxaca.
Y Policía Federal, la División de Fuerzas Federales, en un inicio desde las cinco o seis de la mañana había iniciado ese operativo. Y nosotros, el auxilio, el apoyo que se brinda, se recibe la llamada aproximadamente a las nueve de la mañana y nosotros llegamos a ese punto aproximadamente a las 10:40 de ese día 19 de junio.
DIPUTADO RENÉ CERVERA GARCÍA: Gracias.
Antes de cerrar mi participación, gracias José.
Es muy lamentable lo que ha pasado, que mexicanos enfrenten a mexicanos. Me parece que es algo de lo cual debiéramos sentirnos, de alguna manera, todos responsables, porque finalmente no hemos generado las condiciones para que este tipo de cosas no ocurran.
La participación de esta comisión, en particular la que yo he hecho en sustitución de mi coordinador, Clemente Castañeda, no tiene más que ser solidario con lo que aquí se ha escuchado, con el sufrimiento que ustedes han tenido al cumplir una función pública.
Ustedes son funcionarios público y lamentablemente este sufrimiento, el de sus familias, el de sus seres queridos, es algo que debiéramos buscar evitar en el futuro.
Como ustedes, también hay lesionados y víctimas en la población en Nochixtlán, a los cuales también creemos que podremos ver en los próximos días, porque la intención de la comisión pues, hasta donde aquí se ha dicho siempre, es precisamente escuchar a todas y a todos.
Yo creo que escuchar estos testimonios pues a quienes estamos de este lado de la comisión, nos genera una cierta sensibilidad sobre lo que ahí paso y debiéramos, en esa sensibilidad, también buscar construir mejores condiciones para que esto nos e vuelva a repetir.
Suena casi utópico, pero creo que ese es el compromiso y en lo personal ese es mi compromiso con ustedes, con sus familias y con quienes en adelante pues desarrollen estas tareas.
Al final de cuentas ustedes iban a cumplir un operativo y lo iban a hacer en condiciones que se salieron de control y cuando las cosas se salen de control, pues pueden suceder cosas tan lamentables como las que les sucedieron a ustedes, como las que les sucedieron a los pobladores de Nochixtlán heridos, a las personas fallecidas.
También de ese lado hay sufrimiento y también de ese lado tendremos que tener algún tipo de solidaridad como al que tenemos con ustedes, porque finalmente todas y todos ustedes son mexicanos como nosotros y no quisiéramos que esto volviera a repetirse en ningún momento.
Y nuestro compromiso es el compromiso por saber con precisión qué fue lo que ocurrió en Nochixtlán, por qué se sale de control, por qué llegamos a esta situación y qué podemos hacer en adelante para que esto no vuelva a ocurrir.
Muchas gracias presidenta.
SENADORA MARIANA GÓMEZ DEL CAMPO GURZA: Muchas gracias diputado.
Senadora Hilaria Domínguez Arvizu, adelante.
SENADORA HILARIA DOMÍNGUEZ ARVIZU: Muchas gracias presidenta.
Muchas gracias. Quiero expresar mi gran preocupación por México y por los mexicanos, por un Estado de Derecho, las y los mexicanos. Esta comisión a la que nos ha encomendado el Congreso de la Unión, a través de la permanente, para darle seguimiento a los hechos ocurridos el 19 de junio y que se sepa la verdad y se haga justicia.
Francamente es preocupante cuando un pueblo es ofendido, pero también a quien le corresponde mantener el orden, la paz, la gobernabilidad social dentro de los ciudadanos.
Lamento que gente irresponsable, sin escrúpulos, haya usado y siga usando a los ciudadanos mexicanos y ciudadanas mexicanas, y al gobierno de la República, a los gobiernos de los estados y municipios para un problema, más que de lucha social, personal o de intereses de grupo.
Me parece que ese l momento de llamar a las y los mexicanos para buscar la paz y la tranquilidad, el respeto mutuo y pedirle a los dirigentes que cesen el fuego y que en el marco de diálogo y las mesas que se han establecido; en el Estado de Derecho se busque la negociación de sus aspiraciones y sus objetivos y que nunca más se use la fuerza pública, pero que tampoco se dañe a terceros, como está ocurriendo en Oaxaca, en Chiapas, en Michoacán, gente que no tiene nada que ver con un tema de magisterio, está pagando, gente común, gente de pueblo, los padres de familia, la gente que tiene que ir a la escuela el lunes con los niños y que hay amenazas de que no van a abrirse las escuelas.
Me parece que tenemos que entrar, todas y todos. Yo hago un llamado desde este lugar, de nuestra Comisión, a las senadoras y senadores, a los diputadas y diputados, al gobierno estatal y Federal, a los municipios; pero también a los dirigentes de la Sección 22, que son los autores de todo este movimiento, para que recapaciten.
Necesitamos restablecer el orden, la paz y el Estado de Derecho en este país. Todos salieron perdiendo: México pierde cuando no hay el entendimiento, el diálogo, la concertación y la negociación. Y me parece, francamente ir a Oaxaca a escuchar a policías estatales, escuchar al pueblo de Nochixtlán que también se siente ofendido, y escucharlos a ustedes; bueno, somos los mexicanos y las mexicanas y no podemos permitir ni seguir abundando en este tipo de violencia y de enfrentamiento y de confrontación entre nosotros mismos.
Hago un llamado a todos y a todas, las senadoras, los senadores; los diputados federales, diputadas, para que podamos establecer y al gobierno de la República, al gobierno del estado y municipio, y desde luego a las comisiones de derechos humanos y a quienes tienen ahora la encomienda para que nosotros en la medida de nuestra Comisión de Seguimiento a los hechos ocurridos en Nochixtlán, Oaxaca, el 19 de junio, podamos de alguna manera, con su comparecencia y con todas las reuniones que todavía nos permitirán ir avanzando, establecer la verdad y que se haga justicia en este tema que nos ocupa hoy, de Nochixtlán.
Muchas gracias.
SENADORA MARIANA GÓMEZ DEL CAMPO GURZA: Muchas gracias, senadora.
Senador Fidel Demédicis Hidalgo, adelante.
SENADOR FIDEL DEMÉDICIS HIDALGO: Sí, muchas gracias presidenta. Con su venia.
Creo que todos lamentamos lo que pasó en Nochixtlán, Oaxaca. Los que hemos tenido que enfrentarlos a ustedes, siempre rogamos que no nos ataquen, que somos pueblo; pero bueno, entiendo que reciben instrucciones muy concretas de hacerlo.
Yo sí quiero preguntarle a los tres compañeros que han participado, que me pudieran decir quién iba al mando, no sé cómo iban organizados, como batallón, como pelotón, no sé cómo iban; sí quiero saber el nombre de quienes los encabezaban y cuáles fueron las instrucciones concretas que les dieron.
Segundo, si después de que se vio que la población los había rebasado, no hubo una instrucción de retirada o la instrucción fue: a como dé lugar hay que desalojar, porque es cierto que ustedes fueron los que estuvieron en el frente de batalla. Pero lo hicieron por muto propio o alguien les dio instrucciones y qué instrucciones concretas fueron las que les dieron.
Al compañero de la Gendarmería, sí me gustaría saber quién es su mando y si usted o los otros ya llevaban armas y qué tipo de armas llevaban.
SENADORA MARIANA GÓMEZ DEL CAMPO GURZA: Un segundo. Antes de eso, me pide el licenciado David Javier Baeza Tello, hacer un comentario.
Adelante.
LICENCIADO DAVID JAVIER BAEZA TELLO: Con gusto le proporcionaríamos al senador los nombres de los mandos.
Pediríamos, en virtud de que es una sesión pública, resguardar la identidad, dado que están en investigación todavía las personas que participaron, todos los integrantes.
Con gusto se los daremos, si usted así me lo permite, señor senador, en dárselo de manera privada, en el marco de la Comisión.
SENADOR FIDEL DEMÉDICIS HIDALGO: Sí. A nosotros lo que nos preocupa, no sé quién es, ah, el licenciado David Tello.
LICENCIADO DAVID JAVIER BAEZA TELLO: David Baeza, servidor.
SENADOR FIDEL DEMÉDICIS HIDALGO: Javier Baeza Tello, Director General de Asuntos Jurídicos de la Policía Federal.
Aquí hay de la Policía Federal y hay de la Gendarmería, aquí, aquí reunidos.
LICENCIADO DAVID JAVIER BAEZA TELLO: Somos los mismos.
La División de Gendarmería y la División de Fuerzas Federales son parte de la Policía Federal. Somos un solo cuerpo.
SENADOR FIDEL DEMÉDICIS HIDALGO: O sea, Galindo es el jefe de los gendarmes también.
LICENCIADO DAVID JAVIER BAEZA TELLO: Sí, señor. Somos siete divisiones las que conformamos la Policía Federal.
SENADOR FIDEL DEMÉDICIS HIDALGO: A mí lo que me preocupa, y lo digo públicamente, es la intimidación que se pudiera generar para construir una verdad oficial.
Creo que sería lo peor que le pudiera pasar a nuestro país. Que ustedes como compañeros, que los que llevaban arma jalaron el gatillo, los que llevaban tolete usaron el tolete, vayan a ser los chivos expiatorios.
Creo que eso es lo peor que le pudiera pasar a un mexicano, a una mexicana, que por ser de los de hasta abajo les carguen la mano. Por eso nuestra insistencia siempre ha sido, no sólo queremos saber quién jaló el gatillo, no sólo queremos saber quién dio el toletazo, no, queremos saber quién dio las instrucciones concretas y qué tipo de concretas dieron.
Si no se puede aquí mencionar el nombre, por lo que ya acaba de señalar el compañero David, bueno, eso pudiéramos obviarlo, pero lo que no pudiéramos obviar, cuáles fueron las instrucciones concretas que les dieron. Insisto, sobre todo al compañero de la Gendarmería y a los otros compañeros de la Policía Federal.
Es muy importante que el pueblo lo sepa.
Si iban armados, qué tipo de armas llevaban, y si las accionaron, por supuesto.
Los escucho.
SENADORA MARIANA GÓMEZ DEL CAMPO GURZA: Adelante.
JOSÉ: Las ordenes que habíamos recibido era de acudir en auxilio del personal de la Policía Estatal de Oaxaca, de la Policía Ministerial de Oaxaca, de la Policía Bancaria e Industrial de Oaxaca y de la Policía Federal de la División de Gendarmería a acudir en apoyo, ya que el operativo que se estaba llevando a cabo de liberar las vías generales de comunicación en ese tramo carretero de Nochixtlán.
La población los había superado en número y requerían la presencia de mayores elementos.
Esa fue la instrucción que nosotros recibimos: Que acudiéramos en apoyo a ellos.
SENADOR FIDEL DEMÉDICIS HIDALGO: ¿Usted llevaba armas?
JOSÉ: Después de que se empezaron a recibir y a haber heridos por armas de fuego, sí hubo una instrucción de que una pequeña parte del personal que acudiría llevara su equipo táctico.
SENADOR FIDEL DEMÉDICIS HIDALGO: Insisto, ¿usted llevaba arma?
JOSÉ: ¿Yo llevaba arma? Sí.
SENADOR FIDEL DEMÉDICIS HIDALGO: ¿Qué tipo de arma llevaba?
JOSÉ: Yo llevaba mi pistola.
SENADOR FIDEL DEMÉDICIS HIDALGO: ¿Qué calibre?
JOSÉ: Nueve milímetros.
SENADOR FIDEL DEMÉDICIS HIDALGO: ¿La accionó?
JOSÉ: ¿La accioné? Sí, la tuve que accionar.
SENADORA MARIANA GÓMEZ DEL CAMPO GURZA: Oiga, a ver. Sí, senador, le pido, primero el acuerdo fue…
SENADOR FIDEL DEMÉDICIS HIDALGO: Tranquilos, el pueblo tiene derecho a saber, compañeros. Serenos.
SENADORA MARIANA GÓMEZ DEL CAMPO GURZA: Sí, pero con mucho respeto. Con mucho respeto, senador, como todos los…
SENADOR FIDEL DEMÉDICIS HIDALGO: Yo los dejé participar con toda su libertad.
Insisto, si aquí hay cosas que vamos a preguntar es con una intensión.
A mí me mandaron a investigar. Dicen ustedes que no, a mí sí me mandaron a eso. Cuando menos fue el mandato que…
SENADORA MARIANA GÓMEZ DEL CAMPO GURZA: No somos ministerio público.
SENADOR FIDEL DEMÉDICIS HIDALGO: Bueno, pues entonces yo me retiro. Si no voy a poder hacer preguntas, presidenta…
SENADORA MARIANA GÓMEZ DEL CAMPO GURZA: A ver, yo solamente les diría, compañeros, yo creo que…
SENADOR FIDEL DEMÉDICIS HIDALGO: Porque estos datos son elementales.
SENADORA MARIANA GÓMEZ DEL CAMPO GURZA: ¿Me puede escuchar, por favor, senador?
Yo solamente les pediría que pudiéramos conducirnos con mucho respeto. Al final del día la Policía Federal ha tenido la apertura para que pueda ser esta una sesión pública, en todo momento ha habido disposición para venir a esta comisión, venir al Senado de la República.
Somos una comisión de seguimiento a los hechos ocurridos en Nochixtlán, Oaxaca. No somos una comisión de investigación y yo lo he dicho en muchos de los foros, no somos Ministerio Público.
Somos una comisión de seguimiento a los hechos ocurridos en Oaxaca. Aquí no se trata, y lo digo en general, de intimidar a nadie, ni se vale ni sentar a nadie en el banquillo.
Lo que quereos es escuchar sus testimonios, como ya lo hicimos, que cada senador realice las preguntas que crea convenientes, y los tres que han estado, tanto José, como Juan, como Luisa, poder responder las preguntas que nosotros les hacemos o cualquiera de los demás que quieran decir algo.
Aquí no es pregunta respuesta y lo digo con muchísimo respeto, porque esta comisión es una comisión también sensible a lo que ocurrió en Oaxaca.
Es una comisión que quiere que se sepa efectivamente al verdad y yo creo que todos aspiramos a ello. Todos queremos que se sepa la verdad y sobre todo que se haga justicia.
Y queremos más adelante también entrarle con fuerza al tema de los protocolos de actuación, al tema de la fuerza pública, que es un debate que se tendrá que dar en el Congreso de la Unión y muchos otros temas que seguramente más adelante y falta poco para que concluyamos con nuestro trabajo, estaremos haciendo.
Entonces, yo les pediría, hagamos todas las preguntas que queremos, pero que sea con mucho respeto, que no sea ni con desprecio, que no sea ni con cierta falta de respeto.
Yo es lo único que pido, que nos conduzcamos con respeto y con mucha sensibilidad.
Muchas gracias compañeros.
SENADOR FIDEL DEMÉDICIS HIDALGO: Sí, creo que podríamos abrir un debate aquí sobre el formato. Si abrimos un debate sobre el formato.
Entonces yo le pediría a la presidenta que me pasar las preguntas que puedo hacer y me circunscribiría a eso, pero no es el tema. Serenos, el pueblo tiene derecho a saber y si los senadores y los diputados no tenemos esa disposición para que el pueblo tenga derecho a saber, entonces pues estas comisiones no tienen ningún sentido.
Una comisión acartonada no sirve para lo que pasó. Hay ocho muertos, ¿cuántos lesionados son ustedes? Me parece que más de 70. Ustedes van al frente y enfrentan, yo los he visto así, yo les he rogado.
Ahora entiendo también que reciben instrucciones concretas, de hecho no nos peguen, somos pueblo, nosotros somos maestros, no nos peguen, no nos maltraten, somos pueblo.
Entonces, compañeros, porque sí los considero así, mis compañeros, no permitan la intimidación, al inducción de nadie. Tenemos saber qué fue lo que pasó, a eso yo los invito.
Si hubiese una situación de intimidación para que ustedes digan o hagan algo, yo sí les pido que acudan; senador Fidel Demédicis, me obligaron. El que hizo y el que ordenó no puede estar tan tranquilo, ustedes están enfrentando ahorita a un grupo de senadores, ese es el tema.
La verdad ustedes la vivieron, entonces sí me gustaría si los demás llevaban armas y qué tipo de armas llevaban, con todo respeto y con todo comedimiento para no lastimar su de por sí ya lastimada persona con todo lo que les.
Y les preguntaba también si alguien, después de todo esto que pasó, les dijo: “compañeros, vámonos porque aquí esto ya no lo podemos contener”, si alguien dio la orden de retirada.
INTERVENCIÓN: Senador, en ese momento ya no podíamos hacernos para atrás porque en todo momento, si nos hacíamos hacia atrás, aquellas personas ya tenían tapadas las carreteras, entonces aunque nos hacíamos para atrás ya no se podía.
Entonces, ¿qué es lo que hicimos?
Avanzamos hacia adelante para poder salir de esa multitud. Pero muchas personas no pudimos salir, nos topamos con personas armados, con cuetes, machetes, piedras. Entonces, lo que hicimos es avanzar hacia adelante, no retroceder; y así fue como muchas personas nos quedamos en el camino y muchos salieron como se pudo salir.
Eso es lo que pasó. Y aquí están las consecuencias, entonces si a aquella persona no la puedo yo golpear, entonces para mí, ¿aquella persona sí me puede dañar? O no sé, ¿entonces yo puedo morirme?
O no sé qué piensen ustedes, porque también soy ser humano.
SENADOR FIDEL DEMÉDICIS HIDALGO: Sí, claro.
SENADORA MARIANA GÓMEZ DEL CAMPO GURZA: Muchas gracias.
¿Algún otro compañero quiere hacer uso de la voz?
Adelante, Luisa.
LUISA: Nosotros no íbamos armados, llevábamos el equipo antimotín, que consta de escudo, peto, espinilleras y mosleras, casco. Nada más. El gas lacrimógeno, que era muy poco para toda la gente que llegó.
Nadie nos dio la orden. Preguntamos, cuando ya estaba Gendarmería conteniendo fue que preguntamos a los mandos, como segundos mandos de los que estaban, porque eran muchos mandos, si tenían más gas lacrimógeno para seguir ahí y ya no había; entonces lo que hicimos todos, nadie dio la orden: ya no teníamos nada, ni fuerzas, ni gas lacrimógeno, todos nos retiramos, todos, en ese momento.
SENADOR FIDEL DEMÉDICIS HIDALGO: Gracias, Luisa.
SENADORA MARIANA GÓMEZ DEL CAMPO GURZA: Muchas gracias, Luisa.
Adelante, diputada Jorgina Gaxiola Lezama.
DIPUTADA JORGINA GAXIOLA LEZAMA: Muy buenas tardes, compañeros legisladores, elementos de la Policía Federal. Licenciado Baeza.
Lamento mucho que los hayan lastimado, sin embargo me da mucho gusto verlos ahora a salvo. Su trabajo implica proteger y servir a la población, y sin duda implica un riesgo físico. Ustedes fueron llamados a liberar el bloqueo de carreteras, un bloqueo hecho por un grupo de gente que claramente no tiene no sólo respeto por cualquier ley ni por cualquier autoridad; y lastimarlos de tal manera, bañarlos en gasolina, no son más que actos de gente miserable.
La solución a las inconformidades de la CNTE tienen cabida dentro de la ley y la sociedad se ha volcado en solicitarle a la Coordinadora que dejen de afectar los derechos de terceros; y esto es consecuencia de la defensa de privilegios particulares a los que ya no tienen acceso.
Han dejado a miles de niños sin clases, durante meses. No tienen ningún interés en la educación y yo lo que sí les digo a la CNTE, es que un maestro no rocía de gasolina a una persona, a un oficial, con la intención de prenderle fuego y matarlo. Eso para mí no es un maestro.
Yo solamente les ofrezco mi solidaridad con ustedes y sus familiares.
Me da mucho gusto verlos aquí y verlos a salvo. Gracias.
SENADORA MARIANA GÓMEZ DEL CAMPO GURZA: Gracias, diputada.
Diputado Francisco Escobedo Villegas.
DIPUTADO FRANCISCO ESCOBEDO VILLEGAS: Muchas gracias, presidenta.
Los que estamos en esta mesa, la gran mayoría sabemos lo que ha ido ocurriendo con esta Comisión.
Seguramente los compañeros de la Policía Federal también sabrán, y si no se los comparto, que ya hemos tenido varias reuniones con otras autoridades, con otras gentes que nos han dado su impresión y que nos han informado de lo que ha sucedido o de lo que sucedió ese día en Oaxaca.
Ya tenemos información. Ya hemos escuchado a otras gentes.
Pero lo que hoy hemos escuchado aquí, lo que hoy he escuchado aquí me conmociona y quisiera hablar, no tan sólo como diputado, quisiera hablar también como un ciudadano mexicano sin ningún interés y sin ningún otro sesgo que no fuera el de tener un país en paz y vivir con justicia y libertad.
Ante lo que aquí hemos escuchado, ¿qué más podemos decir?
Lo que ya hemos dicho en otras ocasiones, de condenar, de lamentar, de rechazar todos los actos que estén fuera de la ley.
Nos duele mucho a todos los mexicanos que, como aquí se dijo, haya enfrentamientos entre nosotros mismos porque todos somos mexicanos.
Yo quiero reconocer, porque estoy seguro que la gran mayoría de los mexicanos reconocemos la labor, el trabajo y el sacrificio de todas las policías del país.
El papel tan difícil que juegan, lo dije la otra ocasión porque he tenido la oportunidad de ser parte de equipo de seguridad, lo difícil que es el papel del policía, y lo difícil que es dar una orden para que enfrenten acciones como esta. Los riesgos que representa.
Cuando un policía actúa hay riesgos, ya se ha dicho también; y cuando actúa de pronto hay acusaciones porque actúa, y cuando no actúa hay señalamientos también por omisos y por irresponsables porque no actúan.
Y en un evento como este, de tanta gente, de tanta rispidez, de la sangre encendida, no es fácil controlar. Se desbordan los ánimos y lo entiendo perfectamente, de manera personal.
Quiero decirles que quiero expresar mi reconocimiento a la labor de los policías mexicanos. Especialmente de los policías de las diferentes áreas que participaron en este desalojo.
Y lamento también que haya habido gente que falleció en este enfrentamiento.
Por supuesto que nos duele lo que pasó y lamentamos y condenamos también que haya habido heridos y fallecidos de la sociedad civil, por supuesto que sí.
Pero es justo hacer un reconocimiento el día de hoy a todos ustedes. Y yo quiero pedirles que lo hagan extensivo y que lo lleven a sus familias.
Lo que tendríamos que preguntarnos es quiénes, lo que ya se ha dicho en otras ocasiones, quién está atrás de esto movimientos; quién los estimula; quién los financia, quién los promueve ye so también seguramente hay que preguntar y hay que ponerlo en la mesa, porque pareciera que alguna agente se alegra de lo mal o de estos actos de dolor que suceden en el país y que algunos se benefician políticamente también.
Por supuesto que el pueblo de México debe saber y conocer la verdad, por eso también nosotros queremos que se conozca la verdad y que se haga justicia, pero nosotros no somos ministerios públicos, para eso hay una investigación y para eso se han abierto no sé cuántas carpetas de investigación que ya nos dijeron aquí, 32 carpetas de investigación y se dijo en esta mesa, se expresó la confianza en la Procuradora General de la República.
Por eso yo quiero pedir y ahcer un llamado para dejar que avancen las investigaciones y que sean las investigaciones las que arrojen los resultados y las que nos permitan hacer justicia en este país.
Finalmente, antes de hace runa pregunta, quiero hacer un llamado, ojalá no sea un grito en el desierto. Lo hemos dicho muchas veces, todos los mexicanos queremos un país en paz, queremos un país de progreso, de justicia, pero hay quienes no lo quieren y hay quienes estimulan conflictos en el país fuera de la ley.
Esa es la verdad y yo también soy profesor y creo que todos los conflictos de los maestros, de los campesinos, de todo mundo, tienen forma de resolverse por medio de la legalidad y del diálogo.
Este gobierno no se ha negado a platicar, a dialogar y a resolver los problemas con nadie. Por eso, como lo hemos hecho en otras ocasiones, hacer un llamado como mexicano, como ciudadano mexicano.
A todas las partes que están en conflicto, a todos los mexicanos, a los maestros, a los campesinos, a toda la gente inconforme en el país, para conducir sus inquietudes, sus inconformidades, sus inquietudes por medio de la ley.
Creo que es la única forma de poder salir de este problema o de los problemas del país y que todos los mexicanos podamos colaborar y corresponder a formar la patria que todos queremos, hacerlo con respeto y dentro de la legalidad.
Decía una canción, parafraseando a mi paisano Antonio Aguilar, respeten las leyes y vivan tranquilos. Yo creo que si respetamos las leyes seguramente este país puede y debe ser otro.
Ojalá y de veras se considere, s e registre y se haga un llamado a todos los mexicanos para anteponer cualquier otro interés, que los hay, estoy seguro, de algunos intereses de desestabilizar al país.
Ojalá y que hagamos conciencia y que realmente queramos a nuestra patria, a nuestro país, para que las cosas sean mejores y para ello necesitamos la participación consciente, responsable, de todos los mexicanos.
Y haría una pregunta para cualquiera de los tres: el defensor de los Derechos Humanos en Oaxaca, Arturo Peimbert, ¿en algún momento abogó por alguno de ustedes para que fuera atendido, para que fuera bien tratado, para que pudiera ser llevado a algún hospital, a alguna clínica y para que pudieran curar sus heridas?
Si en algún momento lo escucharon, lo distinguieron, porque entiendo también de la confusión que todo esto genera en la estancia que tuvieron, la dificultad, que ya lo expresaron, si en algún momento hubo intervención de parte del defensor de los derechos humanos a favor de ustedes.
Sería mi pregunta y gracias, presidenta.
SENADORA MARIANA GÓMEZ DEL CAMPO GURZA: Gracias, diputado.
Adelante.
INTERVENCIÓN: No, en ningún momento se preocupó por eso. Lo único que a mi parecer, por sus acciones, lo único que le interesaba era que fueran liberadas las 22 personas que él había propuesto que se intercambiaran por nosotros; pero en ningún momento abogó por que se nos trasladara a recibir atención hospitalaria o porque ahí nos brindaran atención médica. En ningún momento.
SENADORA MARIANA GÓMEZ DEL CAMPO GURZA: Gracias.
Adelante, Luisa.
LUISA: No, nunca hizo por darnos la atención y siempre estuvo pendiente de los otros detenidos, jamás de nosotros, de los otros detenidos del pueblo, los que tenían detenidos.
Acerca de lo que dice, que piensa usted que cómo a lo mejor tienen recursos: ellos en sus reuniones escuchaba yo que pasaban lista a todos los presidentes municipales por su apoyo. Yo escuchaba a la maestra que lideraba ese movimiento ahí en Nochixtlán.
DIPUTADO FRANCISCO ESCOBEDO VILLEGAS: Perdón, si me permite presidenta.
Bueno, esto nos da idea de quién puede estar ahí detrás y solamente registrar y señalar que derechos humanos los tienen ustedes también, como policías, como la población civil. Y de veras, lamentar que esto se dé en nuestro país, con nuestra gente, con nuestros hermanos.
No sé si, por lo que usted dice, Luisa, quisiera hacer una consulta más: si en algún momento, por lo que ustedes escucharon, por lo que ustedes advirtieron también, el defensor de los derechos humanos del pueblo de Oaxaca, Arturo Peimbert, ¿en algún momento fue parte de alguna comisión de negociación?
SENADORA MARIANA GÓMEZ DEL CAMPO GURZA: Adelante, si alguno de ustedes quiere responder.
INTERVENCIÓN: Sí, sí era parte de las negociaciones. Pero únicamente cuando se acercaba a nosotros, bueno, las negociaciones las hacía no estando nosotros presentes, nada más como si fuera un secuestro, nos pasaba para que corroboraran que efectivamente éramos nosotros y nos pedía con nuestros mandos en ese momento.
Pero únicamente la negociación o las llamadas que recibíamos o que nos permitía atender, era para que nos comunicáramos con quien estaba negociando. Pero sí era parte de la negociación.
¿Qué más se comentaba y demás?
Pues no. Nada más se nos pasaba el teléfono: a ver, sus nombres, su edad, a qué pertenecen. Era lo que hacía, pero sí era parte de negociaciones; ¿con quién? Desconozco.
SENADORA MARIANA GÓMEZ DEL CAMPO GURZA: Muchas gracias.
Y ahora cederíamos el uso de la palabra al diputado Virgilio Caballero Pedraza. Adelante, diputado.
DIPUTADO VIRGILIO CABALLERO PEDRAZA: Gracias, presidenta.
Pongo por delante mi solidaridad con los compañeros policías heridos, lastimados en los sucesos de Nochixtlán. Particularmente con los nueve que están aquí ahora con nosotros, agradezco su presencia.
Y sé que al aceptar estar con nosotros, también está de por medio su valor para testimoniar lo que sea necesario en relación a lo que ocurrió en Nochixtlán.
Desde luego, lo que ocurrió con cada uno de ustedes, que es lo más importante: el sufrimiento personal. Pero también, después de ya casi dos meses de transcurridos los hechos del 19 de junio, seguramente tendrán ustedes la preocupación por saber qué ocurrió ahí.
Mi pregunta a los nueve, es: ¿Saben ustedes lo que ocurrió en Nochixtlán?
¿Saben ustedes que, de acuerdo con varios testimonios que aquí han venido a esta mesa de seguimiento hay centenares de heridos?
Según el Comisionado de Derechos Humanos de Oaxaca 198 heridos: 45 de ellos policías y 155 civiles.
¿Qué nos pueden decir ustedes de su visión de los hechos de Nochixtlán, del conjunto? Ya no sólo como actores particulares, sino como gente que vivió eso y que desde luego tiene muchos testimonios muy cercanos para darnos una versión cercana a su verdad.
¿Saben ustedes lo que ocurrió en Nochixtlán, aparte de sus heridas?
Sí, Eduardo.
SENADORA MARIANA GÓMEZ DEL CAMPO GURZA: Adelante.
EDUARDO: A mi parecer, soy padre de familia antes que nada, y como ser humano, en un contexto a mi parecer, los pobladores fueron manipulados, manipulados drásticamente con otros fines.
Ellos sin saber que estaban lacerando bienes de terceros, en eso no se ponen a pensar. La manipulación, no sé si son con fines de lucro, pero yo digo que los líderes que hicieron esa manipulación sobre la gente se les salió de control, sí.
Con un fin, nosotros no íbamos con el fin de agredir y golpear a los pobladores; nosotros íbamos con el fin de dialogar para que se liberara esa vía de alimentación.
En un principio se liberó, pero después ya al lapso de la mañana, 10, empezaron a repicar las campanas, a repicar las campanas de una iglesia.
¿Para qué se repican las campanas de una iglesia? Para ir a misa, ¿no?
En esa ocasión no. Es como un toque de, yo diría que de guerra, ¿no?
Desde ahí, digo yo, que empezaron a manipular a la gente, y ya se juntó un grupo de gente en la mayoría hombres, y fue cuando empezó la agresión fuerte. Se salió de control.
DIPUTADO VIRGILIO CABALLERO PEDRAZA: ¿Cómo cuánta gente era, Eduardo?
EDUARDO: Yo calculo que era todo el pueblo, unos seis mil, siete mil, o arriba. Y no venían con el fin de dialogar con nosotros. Venían a querernos hacer daño.
Los cohetes no eran normales, como los que tiran en una feria, en una fiesta. El acto que chocaban los escudos, los escudos que traemos nosotros son fuertes para resistir golpes. Los cohetes nos los despedazaban.
Habían unas bolas grandes que chocaban enfrente de nosotros, nos incendiaban. Muchos compañeros quemados.
Ellos sí venían con el afán de dañarnos; nosotros contener.
Nuevamente, se les salió de control a los líderes, y los líderes no estaban al frente, siempre atrás.
DIPUTADO VIRGILIO CABALLERO PEDRAZA: ¿De dónde salieron los heridos civiles?
EDUARDO: Pues en el acto, desconozco.
Yo recibí un impacto por arma de fuego, como al acto de mediodía, después que se escucharon las detonaciones. Yo todavía traigo la ojiva en el omóplato, los dolores no me dejan.
Al sentir eso me desvanecí y me replegué hacia atrás; no sentí después de una hora que no podía ni mover mi brazo y me quité el equipo y dieron la entrada y la ojiva todavía la tengo adentro.
Ya anteriormente se habían escuchado ráfagas de armas de fuego y de eso nos cuidábamos, nos agachábamos. La violencia era extrema, no sé qué indicaciones tenían esos líderes o por qué.
Como manifiestan compañeros, no sabemos pues.
SENADOR VIRGILIO CABALLERO PEDRAZA: ¿En qué momento se retiró usted?
EDUARDO: Me retiraron a eso de mediodía, yo estaba ya en la parte de atrás de una ambulancia, fue cuando empezaron a replegar a los compañeros, porque ya nos estaban superando en número y empezamos a retrocedernos.
Y no nos dejaban retroceder, si seguíamos avanzando, desde ahí de Nochixtlán son 73 kilómetros para llegar a la capital e Oaxaca. Con decirle que nos dio el transcurso del día y de la noche.
Mi primera atención médica fue a las tres de la mañana y manifiesto ahí que donde iba en la ambulancia con otros ocho compañeros más heridos.
No, ahora sí que pierdo la cordura pues de lo que sucedió en el transcurso, porque ya estaba yo como perdido de la realidad.
SENADOR VIRGILIO CABALLERO PEDRAZA: ¿Usted es policía federal?
EDUARDO: Policía federal.
SENADOR VIRGILIO CABALLERO PEDRAZA: ¿Le puedo hacer una pregunta de algo que nos informaron aquí, que los policías federales, cuando llegaron a las cercanías de Nochixtlán, en la madrugada, se vistieron todos de civiles?
¿Por qué esa orden, por qué se vistieron de civiles y dejaron su uniforme?
EDUARDO: Negativo, en la fuerza que yo iba, primero estatales, municipales y atrás íbamos nosotros, porque nosotros éramos la fuerza de apoyo hacia el estado, en ningún momento yo vi compañeros de civiles.
SENADOR VIRGILIO CABALLERO PEDRAZA: ¿Usted llevaba su uniforme?
EDUARDO: Con casco, escudo…
SENADOR VIRGILIO CABALLERO PEDRAZA: ¿Y otros compañeros?
EDUARDO: Igual, misma acción, iban equipados, sí.
SENADOR VIRGILIO CABALLERO PEDRAZA: Muy bien, muchas gracias.
SENADORA MARIANA GÓMEZ DEL CAMPO GURZA: Gracias diputado.
Adelante diputada Mariana Benítez Tiburcio.
DIPUTADA MARIANA BENÍTEZ TIBURCIO: Primero que nada gracias a todos ustedes, los nueve que están aquí, por venir, porque a pesar de lo que han vivido, de sus heridas, están aquí.
Créanme que agradezco el poder escuchar de viva voz también sus voces.
Yo no recuerdo, a lo mejor lo ha habido, pero no recuerdo alguna otra reunión, alguna otra comisión de investigación o algo semejante, donde se haya abierto la voz a los policías, a las fuerzas federales, estatales.
Porque a veces se nos olvida que son humanos, como lo dijo Juan, que ustedes por un salario muy pequeño exponen su vida, su integridad, su familia.
Yo no es que defienda a todos los policías, sabemos y también tenemos historias muy claras de policías abusivos, de policías corruptos, pero no lo son todos y a veces se nos olvida eso.
Y yo les quiero decir que yo soy diputada de todos los mexicanos, no nada más y estoy representando aquí, en esta comisión, mi voz, mi estado, mi partido, pero no represento solamente a una parte de la población en este caso afectada.
Los represento a todos y no estaré nunca de acuerdo en que por esa etiqueta de policía los revictimicemos. Porque eso es, ustedes son víctimas y el dudar de su inocencia, es un principio constitucional la presunción de inocencia, dudar de su propia inocencia aquí frente a las cámaras es revictimizar o presumir que pudieron haber disparado, pudieron haber matado.
Esa presunción no tiene lugar en esta mesa, porque además no somos autoridad investigadora, porque las preguntas que se hicieron hace rato, atienden a ubicar o identificar la responsabilidad penal y nosotros no somos ministerio público; nosotros estamos aquí para saber qué pasó, tener una visión clara, escuchar versiones y acompañar y dar seguimiento a lo que está haciendo la PGR y a lo que está haciendo la CNDH, insisto, como autoridad competente.
Escuché los testimonios de seres humanos y me uno con lo que han dicho mis compañeros, me estremece la violencia, las agresiones, el nivel de crispación que hay en mi estado, porque yo soy de Oaxaca y no sólo en mi estado, sino en el país, en varias zonas del país.
Me estremece la brutalidad de las agresiones contra policías hombres, como también policías mujeres. Y Luisa, te reconozco tu valentía. Como también me estremecen los muertos del otro lado, las víctimas que también sufrieron agresiones. Me estremecen todos.
Creo que sus testimonios y los testimonios de las víctimas nos deben hacer reflexionar de una vez por todas, que en esa ruta en la que vamos, no es la ruta correcta. Que seguir anteponiendo los intereses personales o de grupo, eso no nos va a llevar a ningún lado bueno en nuestro país.
El día que dejemos la mezquindad a un lado y que actuemos con generosidad y que todos los mexicanos trabajemos por un país de concordia, ese día vamos a empezar a tener otros resultados: en el deporte…
SENADOR FIDEL DEMÉDICIS HIDALGO: (Fuera de micrófono).
DIPUTADA MARIANA BENÍTEZ TIBURCIO: Perdón, estoy haciendo uso de mi palabra.
Me permite, porque yo lo escuché hasta el final.
SENADOR FIDEL DEMÉDICIS HIDALGO: (Fuera de micrófono).
SENADORA MARIANA GÓMEZ DEL CAMPO GURZA: Bueno, yo pediría compañeros que nos respetemos entre todos. Aquí cada uno ha tenido oportunidad de hacer uso del micrófono, externar lo que piensa. Creo que cada uno hizo, previo a las preguntas, una intervención específica, que fue planteada en cada uno de los casos.
Yo solamente les pediría que nos respetemos, que tratemos de seguirnos conduciendo de la manera en la que nos hemos conducido en todas nuestras reuniones.
Le doy el uso de la palabra a la diputada Benítez para que continúe con su intervención.
DIPUTADA MARIANA BENÍTEZ TIBURCIO: Gracias. Respetuosa siempre seré de todos, yo no tengo problema con eso.
Bueno, yo decía todo esto porque me inspiró, porque me nació del alma, porque vi sus historias y créanme que me duele, como me duele, ya dije, lo que pasó en Oaxaca, sus víctimas.
Tengo algunas preguntas para ustedes, porque eso créanme que nos va a ayudar a clarificar mucho las distintas versiones que hemos recibido de todos lados. Y una se parece mucho a lo que dijo mi compañero diputado Virgilio Caballero; aquí una autoridad nos vino a decir que las policías, sin determinar cuáles, habían llegado hasta el pueblo con una intención de agredir directamente al pueblo.
Quisiera saber si en algún momento, que fue una masacre, quisiera saber si en algún momento ustedes recibieron alguna orden o instrucción de llegar hasta allá con esa finalidad. Primera pregunta.
Segunda pregunta: ¿A ustedes les consta si algún miembro de alguna corporación, sea Policía Estatal, sea Policía Federal, Gendarmería, dio instrucciones de prohibir que recibieran los heridos, por el lado de la población, que recibieran atención médica?
Y, ya lo dijo Luisa, lo dijo también Juan, escucharon disparos, habían escuchado detonaciones.
¿Ustedes lograron ver en número cuánta gente armada del otro lado estaba?
Y lo digo, y aclaro mis palabras, no porque prejuzgue que los pobladores estaban armados, sino porque aquí también se han vertido versiones de que había grupos ajenos a Nochixtlán que estaban armados.
En ese sentido es mi pregunta.
Por sus respuestas muchas gracias, y de verdad agradezco su disposición de contribuir, y además su valentía de expresar también lo que ustedes vivieron.
Muchas gracias a todos.
SENADORA MARIANA GÓMEZ DEL CAMPO GURZA: Gracias, diputada.
¿Alguno de ustedes quisiera hacer uso de la voz?
Ángel para hablar del tema médico, de la atención médica.
ÁNGEL: Con respecto a eso de que nosotros impedíamos a que los pobladores recibieran su atención médica, pues en dado caso no me constan esas versiones.
Al contrario, a mí me estaban atendiendo en una clínica que le llaman “Clínica 2000”. De ahí me sacaron porque los compañeros decían que en los demás hospitales o los dirigentes tenían tomadas las instalaciones de los demás hospitales y que iban a sacarme de ahí para lincharme.
En esa clínica me iban a dar la primera atención, y ya luego me trasladaron al IMSS, que era el único hospital donde nos estaban recibiendo.
Con decirle que muchos compañeros que iban a querer pasar al ISSSTE nunca pudieron pasar porque ese hospital lo tenían tomado por maestros.
Esa es la única versión que tengo yo sobre esa pregunta.
SENADORA MARIANA GÓMEZ DEL CAMPO GURZA: Muchas gracias.
Adelante, Luisa.
LUISA: La ambulancia del pueblo entraba por sus heridos y así se regresaba hacia adentro del pueblo.
Jamás nos dijeron que iban a pasar. Jamás les hubiéramos negado el paso, obviamente sabíamos que llevaban ellos lesionados. Pero la ambulancia se metía al pueblo, jamás intentó pasar con sus heridos, nada.
Nosotros no recibimos órdenes de agredir al pueblo, la orden era de desalojar la caseta para que los tráileres y los carros circularan.
Los estatales eran los que tenían la indicación de entrar al pueblo, como lo comenté hace rato, ya eran muchos los pobladores los que ya tenían muy agredidos a los estatales.
Y falta otra pregunta, no me acuerdo cuál era…
SENADORA MARIANA GÓMEZ DEL CAMPO GURZA: Adelante.
DIPUTADA MARIANA BENÍTEZ TIBURCIO: Sí, mi pregunta fue, bueno, esa de atención médica; dos, cuántas personas lograron ver armadas.
LUISA: No teníamos la cantidad de las personas, pero sí se escuchaban varias armas.
DIPUTADA MARIANA BENÍTEZ TIBURCIO: Otra fue, hay otra más: los hospitales, las armas. Ah sí, y si recibieron alguna instrucción de llegar al pueblo.
LUISA: No, de agredir al pueblo jamás.
Nuestra indicación era nada más desalojar y permanecer en la vía federal.
DIPUTADA MARINA BENÍTEZ TIBURCIO: ¿Hasta dónde llegaron ustedes?
LUISA: Hasta donde estaban quemados los pollos, los tráileres.
DIPUTADA MARINA BENÍTEZ TIBURCIO: A la altura del panteón.
LUISA: Ajá, hasta ahí.
DIPUTADA MARINA BENÍTEZ TIBURCIO: Hasta ahí fue donde llegaron ustedes.
DIPUTADA MARINA BENÍTEZ TIBURCIO: Muchas gracias Luisa.
SENADORA MARIANA GÓMEZ DEL CAMPO GURZA: Muchísimas gracias Luisa, a los compañeros.
Yo tendría también algunas preguntas antes de concluir la reunión, que me gustaría pudieran compartirme alguno de ustedes.
Por ejemplo, en el tema de los protocolos de actuación, ¿qué tanto conocimiento tienen ustedes de los protocolos de actuación y en qué ha consistido su capacitación?
Una segunda pregunta sería, los principales elementos y capacitación que ustedes han recibido en materia de derechos humanos. Es un tema en el que nosotros hemos insistido siempre con muchísimo respeto en todas las partes tiene que haber respeto a los derechos humanos.
Yo sé que es un tema a veces en este tipo de situaciones complicado, que se analiza hasta después, ¿qué tanta capacitación reciben ustedes en este sentido?
Y a mí me gustaría saber lo que tiene que ver con las detonaciones de armas de fuego. ¿En qué momento exactamente, horario, ustedes escuchan estas detonaciones de armas de fuego? ¿Antes de que repiquen las campanas de la iglesia o después del repique de las campanas de la iglesia?
Les preguntaría también si alguno de ustedes o alguno de sus compañeros detuvieron a alguna persona armada. Como dijo la diputada, se han escuchado todo tipo de versiones, ¿ustedes detuvieron a alguna persona armada, sí o no? y sobre todo qué tipo de arma.
Aquí también e expresó que en algún momento y en una de las carpetas de investigación, uno de los delitos es, se está investigando, que hubo robo de armas, robo del equipo que traían algunos policías y que se había presentado concretamente una denuncia ante el Ministerio Público de robo de una arma.
Y lo pregunto así porque también sabemos, por lo que se nos dijo aquí, que había equipo desaparecido.
Entonces, creo que nosotros, como comisión, queremos tener un poquito más de precisión sobre estos puntos, porque se nos hace muy importante, se ha escuchado también la versión de que el primer herido fue un policía federal.
Aquí también se nos planteó, por ejemplo, que hubo dos helicópteros dañados, por cohetones y por algunas balas. Entonces, solamente lo pondría así en la mesa lo que quieran responder, se los agradeceré, porque nos va a servir de mucho para la realización del informe.
Muchísimas gracias.
Adelante.
INTERVENCIÓN: En lo concreto de las primeras agresiones con arma de fuego fueron después de los repiques de las campañas de la iglesia.
Y del conocimiento de que hayan aprehendido a alguna persona con arma, desconozco, porque le digo, mi agresión me hizo retirarme de las filas que estaban enfrente, hacia la retaguardia.
¿Cuál era la otra pregunta?
SENADORA MARIANA GÓMEZ DEL CAMPO GURZA: El tema de en qué momento escuchan las detonaciones, ya me la responde, después de que repican las campañas, si lograron detener a alguna persona armada, ¿con qué tipo de arma?
Y también ha habido mucho cuestionamiento con el tema de quién disparó primero.
INTERVENCIÓN: Aproximadamente empezaron a escucharse, era, yo le calculo, como eso de las 10, 11 de la mañana se escuchaban ya detonaciones de armas de fuego. Las campanas las sonaron entre 9 de la mañana, por ahí.
Nosotros llegamos a Asunción, Nochixtlán, como a eso de las 7 de la mañana. Ya al lapso de las 8 ya habíamos liberado la carretera y ya teníamos una valla de contención a la altura de una gasolinera, había una gasolinera, ahí estábamos en primera estancia haciendo un valla. Pero al frente estaban los estatales.
Ya en el lapso del día fue que ellos avanzaban y nosotros les prestábamos el apoyo. Entre 11 y 12 se escucharon detonaciones de armas de fuego.
SENADORA MARIANA GÓMEZ DEL CAMPO GURZA: Muchas gracias.
Adelante, Luisa.
LUISA: Las primeras detonaciones al aire fueron de los pobladores. Yo me acuerdo que los estatales iban armados, en ningún operativo con ellos iban armados, en ese momento nosotros los vimos que iban armados y estaban replegando la agresión que nos daba el pueblo, ellos replegaban la agresión con sus armas.
Hubo también un poco de confusión entre ellos con nosotros, porque ellos no nos permitían grabar. Se nos acercaron y a los que estaban grabando se los prohibieron, que guardaran el teléfono; esa fue una tensión muy fea.
Un comandante, no sé quién era, les habló por el radio de la patrulla, que se acercaran porque sus compañeros que estaban al frente estaban siendo muy lastimados. Inclusive se fueron enojados contra él, diciéndole de cosas, se hicieron de palabras.
Sí hemos tenido curso de derechos humanos. No hubo, por parte de nosotros, que yo me acuerde, en el operativo, que hayan llevado armas. Sí vi cuando un grupo de estatales retuvo a pobladores que estaban en el panteón; de ahí los sacaron, no sé cuántos eran, hasta iba un señor ya grande, me acuerdo de él. Otro que llevaban sangrando y lo llevaban en una patrulla.
¿Qué más preguntó?
SENADORA MARIANA GÓMEZ DEL CAMPO GURZA: Sobre los protocolos de actuación.
LUISA: Yo sé que se tienen que gastar todos los recursos de diálogo, de palabras de los mandos hacia los pobladores: jamás hubo eso, porque los pobladores no nos permitieron acercarnos a ellos, la agresión fue inmediata y nunca se terminó.
No hubo líderes que se acercaran a dialogar con un mando, como anteriormente se había visto, porque fuimos nosotros a desalojar el aeropuerto y estaba al frente un líder. En ese momento no había líderes, ni del pueblo que se acercaran con nosotros para que de ese lado se terminaran las agresiones, ni de nosotros.
SENADORA MARIANA GÓMEZ DEL CAMPO GURZA: Muy bien. Muchísimas gracias, Luisa.
¿Algún comentario de alguno de ustedes?
Muy bien. Pues muchas gracias a todos ustedes. Agradezco especialmente el apoyo de los medios de comunicación para poder salvaguardar la identidad de los elementos de la Policía Federal y de la División de Gendarmería que nos acompañaron esta mañana.
Es importante destacar que los integrantes de esta Comisión de Seguimiento a los hechos ocurridos en Nochixtlán, Oaxaca.
Lamentamos profundamente los hechos de violencia.
Queremos que se llegue a la verdad y que se haga justicia, porque no podemos seguir teniendo casos como el ocurrido en Nochixtlán en ningún otro momento. Y yo creo que todos aspiramos a que este tipo de hechos no se vuelvan a dar en ningún rincón del país.
Yo quisiera reconocer, y no lo hemos hecho en ninguna de nuestras otras reuniones, el papel de la población de Nochixtlán.
Al final del día, la población les brindó su apoyo, su protección, atención médica. El reconocimiento al párroco, porque su intervención sirvió para salvar vidas.
La relevancia de esta reunión es enorme. Nos permite a nosotros tener información de primera mano para el análisis de los hechos. Hoy, sabemos que fueron 94 los policías federales lesionados.
Y gracias también a sus testimonios, nosotros confirmamos que fueron tres los policías que fueron privados de su libertad.
Nos interesa en esta Comisión que todas las víctimas sean escuchadas y que se les dé una atención adecuada.
A las víctimas no hay que criminalizarlas, y por eso también el Gobierno Federal ha tenido tanta complicación, y la Procuraduría General de la República ha tenido tanta complicación para entrar a Nochixtlán.
Quiero compartirles que estaremos evaluando puntualmente la actuación de los mandos policiales, pero también de las comisiones de derechos humanos; de la comisión estatal y de la comisión nacional.
Y no vamos a dejar de insistir para se investigue si realmente hubo entre seis o siete, como se dijo aquí en la intervención que tuvo el comisionado Galindo, entre seis o siete organizaciones que no tenían nada que ver con el conflicto magisterial.
Nosotros vamos a seguir insistiendo a PGR que se investigue, que se investigue. Y, en su momento también, si hay grupos detrás o no, que se sepa la verdad.
No queremos tener una verdad a medias. Necesitamos una verdad completa. Así lo exige el pueblo de México. Así lo quiere la gente y tenemos que hacer lo necesario para ir hacia allá y recuperar también, recuperar confianza en nuestras instituciones.
Hoy, desafortunadamente el papel tanto de Fuerzas Policiales Federales como Estatales, está siendo muy cuestionada. Nosotros no queremos abonar a que se vulneren nuestras instituciones. Hay que buscar que se fortalezcan, que se respeten y que se conduzcan sobre todo con total apego y respeto a los derechos humanos.
Eso es clave para nosotros. Nosotros queremos que se respeten, insisto, los derechos de todos.
Que se actúe también, y por eso hemos sido incisivos con la parte de los protocolos, bajo protocolos transparentes, homologados y sistemáticos, en donde cada policía pueda tener conocimiento absoluto de qué hacer y qué no hacer; por eso hemos insistido en qué tanto se tiene conocimiento, qué tanto se les capacita en esta parte de protocolos.
Quiero compartirles que en próximos días, y yo espero que sea muy pronto, estaremos visitando Nochixtlán. Queremos escuchar a la gente del pueblo. Necesitamos escuchar a la gente de Nochixtlán.
Espero que se nos permita la entrada a Nochixtlán, que podamos estar con ellos y estar sobre todo con las víctimas y sus familias.
Y yo quiero, para concluir, hacer mías muchas de las expresiones hechas por mis compañeros.
Nosotros somos solidarios. Lamentamos estos hechos violentos de mexicanos contra mexicanos.
Quiero decirles que esperamos algún día poder tener un país con paz, un país con tranquilidad y les comparto que estaremos también el 31 de agosto presentando nuestro informe como comisión.
Hemos hecho un esfuerzo importante y bastante relevante, desde mi punto de vista, porque hemos logrado que mucho de lo que no se sabía sobre lo ocurrido en Nochixtlán, hoy esté en la opinión pública, que la gente pueda tener mucha más información de qué fue lo que pasó.
Entonces, creo que eso de entrada es ya una avance y hoy, bueno, ´pues estamos ya conformando este informe de acuerdo a todo lo que hemos escuchado en la comisión y el 31, ya en la presentación, espero que hayamos agotado, compañeras y compañeros, todas las reuniones que sean necesarias, para poder, para nosotros es fundamental y lo insisto así, llegar a la verdad y que se haga justicia y que en nuestro país se respeten los derechos humanos.
Gracias por su valor, gracias por esta valentía de estar hoy aquí. Cada uno de ustedes, el día de hoy, que haya decidido, porque al final del día cada uno decidió estar aquí, sentado, compartirnos su testimonio, pero sí hacemos extensivo a todos los policías lesionados, a los 96 policías lesionados, que nos ayuden también a que se sepa la verdad.
Todos tenemos que ayudar a que se sepa la verdad ye s un llamado a los policías y es un llamado también a la población de Nochixtlán. Si nos e tienen las versiones de la población e Nochixtlán, será muy complicado que se sepa la verdad y quedará como un caso más en el que no se hace justicia en nuestro país y nosotros no queremos que esto ocurra.
Muchísimas gracias a todos ustedes, les pediría primero a los medios de comunicación, les agradecería su presencia, para que nos permitan que los policías puedan salir de mi lado izquierdo, si no tienen inconveniente.
Muchísimas gracias.
INTERVENCIÓN: (Inaudible)…amplio conocimiento sobre la policía, no federal, policía, quiero felicitarla, en lo particular y a la diputada Georgina y la diputada Mariana, los felicito por tener un amplio conocimiento sobre la seguridad nacional y en lo particular usted.
Es todo.
SENADORA MARIANA GÓMEZ DEL CAMPO GURZA: Muchas gracias compañeros de los medios de comunicación, gracias.
Si nos permiten que los medios puedan salir primero y después ya ustedes.