Y para esto, yo cedo el uso de la palabra a nuestra moderadora, la senadora presidenta de ParlAmericas, Marcela Guerra Castillo
SENADORA MARCELA GUERRA CASTILLO: Tiene usted el uso de la palabra, compañero Secretario General de la OEA, Luis Almagro.
DOCTOR LUIR ALMAGRO LEMES: Gracias, senadora.
Creo que esta posición es la mejor de todas porque es la que está más en el llano de este hemiciclo. Debo decir que el título de “conferencia magistral” es demasiado pomposo para las humildes palabras que voy a decir.
Para nosotros, en la Organización de Estados Americanos, la protección y lograr el fortalecimiento de la democracia es el objetivo fundamental, y por eso la cooperación con los parlamentos es esencial.
Los parlamentos hacen al fundamento mismo de la democracia. Cuando se desconocen sus derechos, es definitivamente una de las más claras señales de alteración de un orden constitucional.
La democracia es una obra permanente. En nuestro hemisferio hemos avanzado en las últimas décadas y ya nadie quiere ni acepta retrocesos autoritarios del signo ideológico que sea. Democracia implica participación en la toma de decisiones, oportunidad de progreso para todos y no sólo para las élites, y una expansión progresiva de las libertades del individuo, tanto en el terreno político como económico, social y cultural.
Este es el norte hacia donde tenemos que guiar nuestras energías.
Amigas y amigos, los avances en materia de gobernabilidad democrática son tangibles en las Américas. La alternancia en el poder y la renovación de autoridades se han transformado en imperativos éticos y políticos en toda la región.
Las disonancias que pueden surgir al respecto más allá del signo ideológico, complican definitivamente a todos. Los resultados que hemos tenido en el último tiempo nos demuestran la necesidad de permanentemente seguir fortaleciendo las dinámicas de trabajo en el sistema democrático.
La democracia no es sólo alternancia, también implica instituciones sólidas. Un efectivo sistema de pesos y contrapesos entre los poderes del Estado.
Condiciones para el ejercicio pleno de la ciudadanía, ciudadanos empoderados, partidos políticos capaces de fungir como conductos de representación, así como nuevas formas de participación de la ciudadanía; transparencia en el ejercicio del poder público y del poder local, entre otros elementos.
Las instituciones especialmente se validan si están para garantizar los derechos de la ciudadanía. La plena vigencia al sistema democrático no está exenta de riesgos cuando persisten situaciones que tienen el potencial de erosionar el sustento mismo del sistema, como el debilitamiento del equilibrio entre los poderes del Estado, las asociaciones ilícitas entre el dinero y la política, tanto en el sector público como en el privado.
La falta de equidad en las contiendas electorales, una justicia electoral que pueda estar ligada al poder de turno o las mismas politizaciones de la judicatura o de la judaización de la política.
Está claro que la credibilidad de los sistemas democráticos se ha visto afectado por olas de escándalos relacionados con financiamiento de la política, la corrupción, el abuso del poder, amplificados obviamente por esa capacidad nueva, que es que erradican la ciudadanía para ejercer el poder de denunciar cualquier nueva situación, o de corrupción o de violación de derechos humanos o de catástrofe ambiental.
La ciudadanía cada vez se ha planteado con más firmeza y ha dicho muchas veces basta. Esto es un elemento novedoso de las democracias y una nueva forma de participación política. Una participación política que hace al ciudadano el puesto más importante que puede tener un sistema político.
La preservación de los elementos esenciales de la democracia electoral y en particular la búsqueda por restaurar la credibilidad de la sociedad política y sus partidos, será vital para reducir los niveles de insatisfacción de los ciudadanos con los sistemas, fortalecer las instituciones y asegurar las condiciones de gobernabilidad democrática.
La promoción y consolidación de la democracia está entre los objetivos fundacionales de la OEA, así como consta en la carta constitutiva de la organización.
A lo largo de su historia los estados miembros del Sistema Interamericano reafirmaron su compromiso con la democracia en diversos instrumentos y declaraciones hasta llegar a la adopción de la Carta Democrática Interamericana, que es, en mi punto de vista, la verdadera Constitución de las Américas.
En 2016 conmemoramos el XV Aniversario de la Carta Democrática Interamericana. Fue adoptada el 11 de diciembre de 2001 por la Asamblea General de la OEA y dota al Sistema Interamericano de un compromiso renovado de sus estados miembros con la democracia y mecanismos de defensa colectiva para su fortalecimiento y preservación.
Los estados miembros de la OEA consagran en la Carta Democrática el derecho de los pueblos de las Américas a la democracia, como régimen de gobierno y obligan a los gobiernos a promoverla.
Con eso definen de manera explícita los cimientos de una de democracia, no sólo de origen con elecciones, sino también de ejercicio.
La Carta Democrática señala como elementos esenciales el respeto de los derechos humanos, las libertades fundamentales, el acceso al poder y su ejercicio con sujeción al Estado de Derecho; la celebración de elecciones periódicas libres y justas, el régimen plural de partidos políticos y la separación e independencia de los poderes públicos, entre otros.
Además incluye entre los componentes del ejercicio democrático, la transparencia, la probidad, la subordinación constitucional de las instituciones del Estado, la autoridad civil legalmente constituida y el Estado de Derecho.
Las situaciones que amenazan la democracia y los mecanismos de acción contemplados en la Carta Democrática, incluyen en los siguientes:
Cuando está en riesgo el proceso político institucional democrático o el legítimo ejercicio del poder, el gobierno del estado miembro afectado puede recurrir al secretario general o al Consejo Permanente para solicitar su asistencia o estas instancias, con su consentimiento pueden disponer visitas y gestiones para analizar la situación.
Cuando se produce una ruptura del orden democrático, una alteración del orden constitucional que afecte gravemente el orden democrático de un estado miembro, cualquier estado miembro.
Es una responsabilidad de cada uno de los estados miembros o el secretario general pueden solicitar la convocatoria inmediata del Consejo permanente para realizar una apreciación colectiva de la situación y adoptar las decisiones pertinentes, tal como se realizó recientemente.
Cuando se produce y una ruptura en el orden democrático de un estado miembro, la Asamblea general puede suspender a dicho estado del ejercicio de su derecho de participación en la OEA con un voto afirmativo o dos tercios de los estados miembros.
Pero definitivamente la Carta Democrática es un proceso de construcción, en el cual los buenos oficios, las gestiones diplomáticas anteceden a cualquier sanción.
Es en definitiva un compromiso hemisférico con la democracia y brinda un marco único para generar respuestas oportunas en apoyo a la preservación y el fortalecimiento de la institucionalidad democrática en su origen y en su ejercicio, como lo demandan cada vez con mayor ahínco los pueblos de la región.
La Carta Democrática es una hoja de ruta, un ideal que aspira a una democracia cada vez más sólida. La OEA tiene los instrumentos esenciales que hacen al compromiso de los estados para el fortalecimiento de la democracia y la consolidación del Estado de Derecho entre los estados miembros, velando por los principios adoptados en la Carta de la Organización de los Estados Americanos y en la Carta Democrática Interamericana.
Consciente del deber ser de este foro político hemisférico es que la Secretaría General desea hacer énfasis en que la OEA es un instrumento fundamental de la democracia y por eso no puede ser una organización de uso neutral.
La OEA tiene que sr la expresión del compromiso con el más pleno respeto de cada una de estas fundamentales herramientas, instrumentos, principios y valores que tiene la Organización.
Debe tender una mano a aquellos países que atraviesan momentos de crispación y antagonismos que a veces sobrepasan los niveles de civilidad que la democracia regional debe aspirar.
La OEA no puede ni debe permanecer indiferente ante hechos que ponen en duda elementos y componentes esenciales del sistema democrático.
Es inadmisible la diferencia ante la alteración de los órdenes constitucionales, e inadmisible que seamos indiferentes ante rupturas democráticas y es inadmisible que seamos diferentes ante malas prácticas de la democracia.
No es posible concebir hoy en día la conducción del Estado sin la existencia de un justo equilibrio entre la división de poderes y que opere sobre la base del libre debate, negociación y consenso.
Actualmente el desafío del sistema representativo es producir resultados tangibles que igualen las oportunidades de progreso en todos los ciudadanos.
Los poderes legislativos representan el eje más puro de la expresión popular por ser un producto en su totalidad del ejercicio del sufragio.
Los congresos deben ser también un instrumento esencial para resolver los problemas de la gente y la desigualdad en nuestras sociedades.
La OEA ha trabajado con los poderes legislativos, trabaja permanentemente para avanzar en el reconocimiento de los ciudadanos, los parlamentos deben de tener labores dinámicas y deben ser transparentes en sus señalamientos.
Los parlamentos deben fiscalizar las acciones concretas de conducción del Estado en lo económico, en lo social y en la política interna y externa que realizan. Para decirlo de otro modo: deben ser parte de la solución de los problemas de los países.
Para la OEA nuestros poderes legislativos constituyen la entidad estratégica que debiera posibilidad que la expresión popular tenga voz.
Su papel en la democracia representativa es vital para que en engranaje funcione y el sistema se arraigue.
Debemos permanentemente montar esquemas en los cuales haya rendición de cuentas permanentes, que definitivamente acerque a la gente a la política y que definitivamente elimine ciertas tendencias de tentación en los últimos tiempos respecto al enfrentamiento con el estatus quo, que presentan determinados sectores políticos.
No basta insistir con las imperfecciones de la democracia. La democracia del sistema mejor probado aún, pero aún persisten penurias en nuestros países que hacen que muchos perciban que en este sistema algunos ganan y otros pierden.
El verdadero equilibrio, es el equilibrio dentro de la sociedad y de las soluciones que la ciudadanía demanda.
El respaldo moral que puede tener, que debe tener cada Parlamento viene de su consistencia con las necesidades de la gente.
Es catalizador de las ideas y de las aspiraciones de los pueblos.
Parlamentarias.
Parlamentarios:
El Poder Legislativo tiene la responsabilidad, la obligación institucional de ser más protagonista, más participativo, de estar más involucrado y hasta de liderar el debate sobre la Agenda de Desarrollo Económico y Social en cada uno de los países y en la Región.
En un contexto de creciente interdependencia regional y global, la mayoría de los problemas, desafíos, amenazas que enfrentan sociedades y democracias en los hemisferios ya no pueden ser manejados ni solucionados unilateralmente, o solamente dentro de las fronteras de un país por más poderosa que sea una nación.
Italia es el caso, que fue señalado aquí, de la Agenda para el Desarrollo Sostenible aprobada por la Asamblea General de Naciones Unidas.
Esta Agenda que, como se ha dicho, contiene un nuevo plan de acción conformado por 17 objetivos y 169 metas, afrma en su preámbulo que la erradicación de la pobreza en todas sus formas y dimensiones es el mayor desafío al que se enfrenta el mundo.
O sea que constituye un requisito indispensable para el desarrollo sostenible.
Estos desafíos y compromisos son interdependientes entre sí y deben acercar y vincular a los gobiernos y sociedades de la región, una red de interdependencia profunda y compleja. Por eso es cada vez más relevante y necesaria respuestas regionales que requieren cooperación y coordinación.
En su mayoría los objetivos planteados en la Agenda 2030 requieren de la cooperación legislativa, y de una actualización y respuesta parlamentaria armonizada, coordinada en materia de tres compromisos indispensables para el desarrollo: crecimiento económico, inclusión social y protección ambiental.
Resolver problemas comunes en formas separadas, no es la mejor forma de lograr soluciones para los mismos.
También se requiere de ustedes la internalización de normas acordadas regionalmente en reuniones ministeriales o sectoriales. Estos requisitos implican la necesidad de buscar, impulsar y participar activamente en la cooperación interparlamentaria, para compartir y beneficiarse mutuamente de la información.
En nuestra Asamblea General de la OEA, que realizamos este año en Santo Domingo, se adoptó un programa interamericano para el desarrollo sostenible, que convirtió a la OEA en el primer organismo regional en contar con una política institucional alineada con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible
El objetivo principal de este programa es apoyar a nuestros Estados miembros en sus esfuerzos para lograr el desarrollo sostenible en sus tres dimensiones: económica, social y ambiental; incluida sus políticas de erradicación de la pobreza y en particular de la pobreza extrema.
Esta iniciativa establece áreas y acciones estratégicas que la Secretaría General apoyará, alineando nuestro trabajo con la implementación de la Agenda 2030
En este sentido, las consultas y participación de la sociedad civil y otros actores sociales, desempeñan un papel constructivo en la promoción de nuestras iniciativas de desarrollo sostenible.
Nuestro continente debe ser uno de los más activos en la materia, liderando procesos de negociación y diálogo y presentando propuestas puntuales para incorporar los principios de igualdad, inclusión social y económica e impulsando la universalidad, sustentabilidad y los derechos humanos como ejes rectores.
Es ahora más que nunca que la implementación y seguimiento de la Agenda 2030 y sus objetivos para el desarrollo, requieren de un trabajo colaborativo e inclusivo de los tres poderes del Estado. En el párrafo 45 de la declaración se indica el papel fundamental de los parlamentos nacionales en el cumplimiento efectivo de los compromisos, promulgando legislación, aprobando presupuestos y garantizando rendición de cuentas
En materia de monitoreo y evaluación, los parlamentos tienen una función primordial al asegurar el libre acceso a la información, la transparencia y la revolución de datos, estimulando el debate público y el involucramiento de diferentes actores claves.
Debemos rescatar la importancia de trabajar para incentivar y reforzar el diálogo y las sinergias entre los gobiernos, los parlamentos, los sectores sociedad civil y todos los sectores políticos y sociales de nuestros países.
Desde la OEA, los invitamos a colaborar activamente con nuestro programa interamericano para el desarrollo sostenible, así como con el programa interamericano de apoyo a los poderes legislativos
Dentro del marco de esa agenda, encontramos los siguientes puntos:
Alentar modelos de desarrollo y crecimiento económico, más inclusivos, resilientes y sostenibles.
Impulsar en los procesos de fortalecimiento institucional, en enfoque de derechos, incluyendo el respeto a los derechos humanos y sistemas de protección y promoción social con carácter universal, equitativo y esencialmente no discriminatorio.
Promover y fortalecer la formulación e implementación de políticas públicas, estrategias y acciones dirigidas a fomentar la igualdad y equidad de género; así como el empoderamiento efectivo de la mujer, como condiciones necesarias para el pleno respeto de los derechos humanos de todas las mujeres y niñas en todas las esferas de la vida pública y privada.
Promover acciones dirigidas a garantizar el respeto a los derechos de los pueblos indígenas, los afrodescendientes, las personas migrantes y sus familias, adultos mayores y otros miembros de grupos marginados y en situación de vulnerabilidad.
Promover el desarrollo y la aplicación de marcos jurídicos transparentes, que tengan en cuenta los intereses colectivos.
Promover el respeto al Estado de Derecho en el plano nacional e internacional.
Esta hoja de ruta propone soluciones esencialmente vinculadas a lograr mejor funcionamiento de la democracia, mejores condiciones de respeto y vigencia de los derechos humanos, mejores condiciones para el desarrollo sostenible, estar más cerca de la gente y una coparticipación activa con los poderes judicial, ejecutivo, legislativo.
Garantizar la participación de los sectores sociales en sus múltiples dimensiones y alcances, para lo cual procuramos cada día estrechar vínculos con las autoridades.
Agradezco la oportunidad de acompañarlos. Les deseo a todos los presentes el mayor de los éxitos en su labor parlamentaria y en las reuniones del día de hoy.
SENADORA MARCELA GUERRA CASTILLO: Muchas gracias por esta conferencia magistral al doctor Luis Almagro Lemes, Secretario General de la Organización de los Estados Americanos, la OEA.
Le pido al señor Secretario nos pueda dejar su ponencia, su conferencia porque vamos a hacer una memoria, la vamos a publicar y queremos que esté en línea para el efecto multiplicador necesario.
Muchas gracias.
Damos la bienvenida también a la senadora Hilaria Domínguez. Señora senadora, bienvenida, senadora por México, de México.
Asimismo, saludamos otra vez de nueva cuenta a todos nuestros parlamentarios de las Américas. Continuamos con la Orden del Día. Y la Orden del Día enmarca que vamos a tener la foto oficial. Acompáñenos, señor Secretario, por favor; Secretario General, igual a Leo Heileman, por favor, y todos vamos a ir hacia las escalinatas de este recinto donde estarán nuestras banderas para la fotografía oficial.
Agradecemos la presencia de los señores embajadores y embajadoras y al cuerpo consular de todos los países que estamos aquí presentes.