Senado de la República

COORDINACIÓN DE COMUNICACIÓN SOCIAL

  • El Senado mexicano debe rechazar este acuerdo, “urge movilizarnos para detener los intereses de unos cuantos”.
  • Se estaría firmando un cheque en blanco a favor de corporaciones trasnacionales y de la banca global.
Luego de que el pasado 5 de octubre del 2015 se anunció en todo el mundo el cierre de las negociaciones del Acuerdo Estratégico Trans-Pacífico de Asociación Económica (Trans-Pacific Parnertship o Trans-Pacific Strategic Economic Partnership, TPP por sus siglas en inglés), México entró a un laberinto donde la soberanía nacional “está en vilo si el gobierno acepta ser partícipe de estas negociaciones”.
 
Así lo señaló el senador Benjamín Robles Montoya, quien sostuvo que con ello, se dio fin a las rondas de negociaciones que durante varios años se llevaron a cabo entre los países interesados, y se abrió una nueva etapa, en la que órganos parlamentarios competentes en cada una de las naciones negociadoras -incluido el Senado Mexicano-, discutirán los términos del tratado y otorgarán o no su aprobación.
 
El legislador por el estado de Oaxaca, dijo que estas negociaciones, las del TPP, son sin duda alguna las que más críticas han merecido, “por la arbitrariedad y discrecionalidad con que se llevaron a cabo. Como lo señaló el premio nobel de economía Peter Krugman, estas negociaciones se llevaron a cabo con una secrecía que raya en la complicidad”.
 
“Por si fuera poco, el TPP contempla realizar cambios en las legislaciones nacionales que modificarían la situación actual de los derechos a la salud, educación, libertad de expresión y acceso a la información. Entre los cambios propuestos están: puntualizar las patentes farmacéuticas respecto a la producción de medicamentos genéricos, regulación de difusión de contenidos en internet sin fines comerciales, o la posibilidad de que empresas multinacionales puedan emprenden acciones legales en contra de los gobiernos, por conductas que vulneren lo establecido en el tratado”, aseguró Robles Montoya.
 
En términos reales, el TPP obligaría a los países a realizar cambios en sus legislaciones para otorgar más poder a las empresas trasnacionales, en detrimento de los derechos de los consumidores en nuestros países.
 
Además pretende regular la difusión de contenidos en internet, en perjuicio de la libertad de expresión y del acceso de todos al conocimiento a la cultura.
 
De aprobarse el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica, “se estaría firmando un cheque en blanco a favor de corporaciones trasnacionales y de la banca global para terminar con las leyes nacionales que las regulan, en claro menoscabo de la soberanía nacional”.
 
“El rechazo al TPP es muy amplio, en todos los países, incluido Estados Unidos.  Acaso el aspecto más ominoso de este tratado es que la decisión soberana de liberación patentes de fármacos, el trato a inversiones extranjeras sobre todo en los servicios financieros, los términos de la propiedad intelectual, e inclusive la regulación de salarios.
 
Pasarán a una legislación comercial internacional, donde los inversionistas, si se sienten agraviados, podrán recurrir a un tribunal de controversias ajeno a las legislaciones de cada país,  para obligar a las naciones a pagar cifras multimillonarias de compensación”, dijo.
 
En vista de lo anterior, y con la clara convicción de defender la soberanía nacional, el Senado de la República debe rechazar este acuerdo.
 
“Urge movilizarnos, como sociedad, para evitar que se privilegien los intereses de un puñado; para que la dignidad de la nación sea mancillada una vez más por esta administración entreguista. Yo me comprometo a dar la batalla desde el Senado”.